Revista Española de Documentación Científica, Vol.
35, No 1 (2012)

Estudios
Borja González-Albo, Luz Moreno, Fernanda Morillo, María Bordons. Indicadores
bibliométricos para el análisis de la actividad de una institución multidisciplinar: el
CSIC. Vol. 35, No.1 (2012), pp. 9-37

Antonio García-Romero. Influencia de la carrera investigadora en la productividad e
impacto de los investigadores españoles. El papel de la ventaja acumulativa. Vol. 35,
No.1 (2012), pp. 38-60

Ruth Rodríguez-Martínez, Lluís Codina, Rafael Pedraza-Jiménez. Indicadores para la
evaluación de la calidad en cibermedios: análisis de la interacción y de la adopción de
la Web 2.0. Vol. 35, No.1 (2012), pp. 61-93

Gregorio González Alcaide, Juan Carlos Valderrama Zurián, Rafael Aleixandre
Benavent. Análisis del proceso de internacionalización de la investigación española en
ciencia y tecnología (1980-2007). Vol. 35, No.1 (2012), pp. 94-118

Adela García-Aracil, Davinia Palomares-Montero. Indicadores para la evaluación de
las instituciones universitarias: validación a través del método Delphi. Vol. 35, No.1
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Paola Picco, Virginia Ortiz Repiso. RDA, el nuevo código de catalogación: cambios y
desafíos para su aplicación. Vol. 35, No.1 (2012), pp. 145-173

Noticias
Grupo de Difusión del CTN 50 - SC1. Normalización en el sector documental. Vol.
35, No.1 (2012), pp. 175-177

Rosa Sancho, Ramón B. Rodrígue. ¿Cómo medimos la ciencia? Segundo Workshop
de la Fundación General CSIC. Vol. 35, No.1 (2012), pp. 178-183

Rosa Sancho. LIBER-2011. Mesa redonda: Distribución digital académica: cómo dar
visibilidad a los libros académicos. Vol. 35, No.1 (2012), pp. 184-186

Ángela Sorli. Revista «EDUCACIÓN Y BIBLIOTECA»: Fin de 22 años de amor.
Vol. 35, No.1 (2012), pp. 187-189


Crítica de libros
Luis Pablo Núñez. Gutenberg 2.0: la revolución de los libros electrónicos. José
Antonio Cordón García, Raquel Gómez Díaz y Julio Alonso Arévalo. Gijón, Trea,
2011. 286 pp. (Biblioteconomía y Administración cultural; 229). Vol. 35, No.1
(2012), pp. 191-194



Revista Española de Documentación Cientí ca,
35, 1, enero-marzo, 9-38, 2012
ISSN: 0210-0614. doi: 10.3989/redc.2012.1.851
ESTUDIOS / RESEARCH STUDIES
Indicadores bibliométricos para el análisis de la actividad
de una institución multidisciplinar: el CSIC
Borja González-Albo*, Luz Moreno*, Fernanda Morillo*, María Bordons*
Resumen: Este artículo ofrece una visión general de la actividad investigadora del CSIC
en el contexto de España a través del estudio de su producción cientí ca en la base
de datos Web of Science, complementada con ICYT e ISOC, durante el período 2004-
2009. Las ocho áreas cientí co-técnicas en las que se organizan los centros del CSIC
di eren en la orientación nacional o internacional de su investigación, su carácter bá-
sico o aplicado, la incidencia de la colaboración, y el tamaño de los grupos de inves-
tigación; todo lo cual in uye sobre las prácticas de publicación y citación imperantes
en cada área, y sobre su productividad derivada de WoS. Se señala la importancia de
conocer las especi cidades de las distintas áreas para plantear e interpretar adecuada-
mente los resultados de los estudios de evaluación de la actividad cientí ca.
Palabras clave: Indicadores bibliométricos, Consejo Superior de Investigaciones Cientí cas
(CSIC), evaluación cientí ca, áreas cientí cas, análisis institucional, Web of Science (WoS).
Bibliometric indicators for the analysis of the research performance
of a multidisciplinary institution: CSIC
Abstract: An overview is provided of CSIC’s research performance in the context of Spain,
through a study of its scholarly production in the Web of Science database, complemented
with ICYT and ISOC, during the period 2004-2009. The eight scienti c and technical
areas in which CSIC’s centers are organised differ as to their national or international
research orientation, their basic or applied nature, the degree of their collaboration
and the size of their research teams; all of which in uences each area’s publication and
citation practices as well as its WoS-based productivity. The speci c features of the
different areas must be thoroughly understood in order to expound on and interpret
properly the results of studies dealing with research evaluation.
Keywords: Bibliometric indicators, Spanish National Research Council (CSIC), research
evaluation, scienti c areas, institutional assessment, Web of Science (WoS).
* Instituto de Estudios Documentales sobre Ciencia y Tecnología (IEDCYT), Centro de Ciencias
Humanas y Sociales (CCHS), Consejo Superior de Investigaciones Cientí cas (CSIC). Madrid.
Correo-e: borja.gonzalezalbo@cchs.csic.es; luz.moreno@cchs.csic.es; fernanda.morillo@cchs.csic.
es; maria.bordons@cchs.csic.es.
Recibido: 06-04-2011; 2.ª versión: 29-06-2011; aceptado: 23-07-2011.
9

BORJA GONZÁLEZ-ALBO, LUZ MORENO, FERNANDA MORILLO, MARÍA BORDONS
1. Introducción
El creciente coste de la investigación y el carácter limitado de los recursos
económicos que pueden destinarse a la misma ha fomentado en las últimas dé-
cadas la implantación de prácticas de evaluación cientí ca en los países más
desarrollados. En este contexto, los indicadores bibliométricos desempeñan un
papel esencial, ya que complementan el juicio de expertos, facilitando su toma
de decisiones y aportando objetividad a las evaluaciones. La mayor parte de los
compendios sobre indicadores de ciencia y tecnología incluyen en la actualidad
una sección con indicadores bibliométricos (ver por ej., Nacional Science Board
2010, OST 2010) para analizar la situación de la investigación en países y regio-
nes, ya que estos permiten detectar sus per les temáticos de actividad, identi car
fortalezas, analizar la colaboración existente y estudiar tendencias en el tiempo.
No obstante, los análisis bibliométricos no sólo se aplican a nivel macro (países),
sino que también pueden aplicarse al estudio de menores unidades de agrega-
ción, como son las disciplinas o centros (meso) o incluso los grupos de investi-
gación (micro). Su aplicación a nivel institucional es especialmente relevante,
porque las instituciones pueden efectuar un seguimiento de su actividad a través
de estos indicadores y, además, cuentan con información adicional sobre las in-
versiones y otro tipo de resultados de la investigación, que permiten analizar la
actividad investigadora en sus distintas dimensiones.
El presente artículo analiza la actividad cientí ca del Consejo Superior de
Investigaciones Cientí cas (CSIC), que constituye el principal organismo público
de investigación en España. Esta institución, que cuenta con implantación nacio-
nal, desarrolla investigación en todos los campos del saber y abarca tanto la
investigación básica como los desarrollos tecnológicos más avanzados. Está com-
puesto por 7 centros y 128 institutos —de los cuales 77 son propios y 51 son
mixtos—, estructurados en ocho grandes áreas cientí co técnicas, emplea a 13.500
personas —de las cuales 4.000 son investigadores (30 %)—, y gestiona un presu-
puesto anual de 858,7 millones de euros (CSIC, 2010).
El CSIC ha experimentado distintas reformas a lo largo de su existencia. En
2007, se convierte en una Agencia Estatal adscrita al Ministerio de Ciencia e In-
novación, con el n de exibilizar su gestión y cumplir así más fácilmente con
su objetivo de promover y realizar investigación cientí ca y técnica e impulsar y
contribuir al desarrollo económico, social y cultural del país. Esto ha supuesto la
elaboración de planes de actuación cuatrianuales y la creciente implantación de
una «cultura de la evaluación» en sus centros.
En los últimos años, el CSIC ha sido objeto de múltiples estudios que analizan
sus resultados cientí cos y tecnológicos desde diferentes puntos de vista. Desde
una perspectiva bibliométrica, hay que citar los estudios realizados anualmente
por el grupo ACUTE, que analizan la producción cientí ca de la institución a
partir de las bases de datos internacionales y españolas (véase por ejemplo,
Gómez y otros, 2010). También hay que resaltar el estudio elaborado a partir de
los National Science Indicators (NSI) (Bordons y González-Albo, 2008), así como
10
Rev. Esp. Doc. Cient., 35, 1, enero-marzo, 9-38, 2012. ISSN: 0210-0614. doi: 10.3989/redc.2012.1.851

Indicadores bibliométricos para el análisis de la actividad de una institución multidisciplinar: el CSIC
diferentes artículos cientí cos que analizan aspectos concretos de la actividad
investigadora del CSIC, como la colaboración cientí ca (De Filippo y otros, 2008),
la actividad cientí ca a nivel micro en determinadas áreas (Costas y otros, 2010;
Costas y otros, 2009); estudios de género (Mauleon y otros 2008) o el análisis de
su producción tecnológica a través de patentes (Romero de Pablo y Azagra Caro
2009). Por otro lado, hay que mencionar las memorias elaboradas por el propio
CSIC, que proporcionan datos estadísticos sobre instalaciones cientí cas, recursos
materiales, económicos y humanos, así como datos agregados sobre producción
cientí ca y tecnológica (véase como ejemplo CSIC, 2010).
La producción cientí ca de organismos homólogos al CSIC en otros países
europeos también ha sido objeto de diversos estudios en la literatura, como los
realizados sobre el CNR italiano (Bonaccorsi y Daraio 2003; Tuzi, 2005) o el CNRS
francés ( Jensen y otros, 2009).
2. Objetivos
El objetivo del presente artículo es doble: a) ofrecer una visión general de la
actividad investigadora del CSIC en el contexto del país a través del estudio de
su producción cientí ca en la base de datos Web of Science, complementada con
ICYT e ISOC, durante el período 2004-2009; b) mostrar las diferencias existentes
en el comportamiento de las distintas áreas temáticas del CSIC, en lo que a sus
prácticas de publicación y citación se re ere, partiendo del análisis anterior e
incorporando datos procedentes de la Memoria de la institución. La organización
de los centros del CSIC en ocho áreas cientí co-técnicas proporciona un marco
muy adecuado para el estudio de las especi cidades de cada área, que es im-
portante conocer para el correcto planteamiento de los estudios de evaluación
de la actividad cientí ca.
3. Metodología
3.1. Fuentes de información
En este estudio se ha analizado la producción cientí ca del CSIC en la base
de datos multidisciplinar Web of Science (WoS), complementada con las bases de
datos ICYT e ISOC y tomando algunos datos relativos a recursos humanos y
económicos, así como otros resultados de investigación del CSIC de la Memoria
de la institución en 2006 (año intermedio del período analizado) (CSIC, 2007).
La base de datos Web of Science, elaborada por Thomson Reuters, recoge
más de 10.000 revistas del ámbito internacional, mayoritariamente en lengua in-
glesa. Esta base cubre mejor la investigación de interés internacional que la de
alcance local o nacional; presenta mejor cobertura de la investigación básica que
de la aplicada; y recoge fundamentalmente artículos de revista, por considerar
Rev. Esp. Doc. Cient., 35, 1, enero-marzo, 9-38, 2012. ISSN: 0210-0614. doi: 10.3989/redc.2012.1.851
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BORJA GONZÁLEZ-ALBO, LUZ MORENO, FERNANDA MORILLO, MARÍA BORDONS
que es la principal vía de difusión del conocimiento. A pesar de sus sesgos (ver
por ej. Archambault y otros, 2006) permite proporcionar una visión de la pro-
ducción cientí ca de un país en su vertiente más internacional y obtener tanto
indicadores de actividad como de impacto.
A partir de la producción de España, descargada vía web (febrero 2010) me-
diante la estrategia «Spain» en el campo «address» y año de publicación entre 2004
y 2009, se identi có la producción del CSIC. Para ello, se cuenta con un sistema
semiautomático de codi cación de instituciones que permite seleccionar toda la
producción rmada por la organización y cada uno de sus institutos. Se descar-
garon todos los tipos documentales, aunque para determinados análisis, se mues-
tran los resultados relativos a los llamados «ítems citables» (aquí denominados
«artículos»), que incluyen artículos originales, proceedings papers, notas y revi-
siones1.
3.2. Indicadores
bibliométricos
Los estudios bibliométricos generalmente contemplan el uso de diversos in-
dicadores absolutos y relativos para obtener información complementaria sobre
distintos aspectos de la producci ón cientí ca (Van Raan, 2004). En este estudio
se emplean indicadores absolutos de actividad e impacto, y se construyen indi-
cadores relativos para comparar la actividad de CSIC con la correspondiente al
total del país en las distintas áreas o disciplinas.
a) Indicadores de actividad
Se cuanti ca la actividad de los centros y áreas del CSIC a través del número
de publicaciones recogidas en WoS durante el período en estudio. La producción
se distribuye por disciplinas y áreas en función de sus revistas de publicación.
El índice de actividad (IA) de la institución en un área o disciplina es el cocien-
te entre el porcentaje de documentos que la institución dedica a un área y el
porcentaje que dedica el total del país. Valores superiores a la unidad indican la
especialización del CSIC en las áreas temáticas correspondientes.
b) Indicadores de impacto
Los indicadores de impacto esperado están basados en el factor de impacto
de las revistas de publicación. Se calcula el factor de impacto medio (FI) de los
documentos en cada disciplina y el porcentaje de artículos en revistas situadas
1 Hay que señalar que la tipología documental «proceedings paper» fue introducida por la base
de datos en 2008, para designar y reclasi car aquellos artículos previamente presentados en un
congreso. En años anteriores estos documentos se incluían en la tipología «artículo». A partir de
marzo de 2011 estos documentos se designan con ambas tipologías: artículo y proceeding paper.
12
Rev. Esp. Doc. Cient., 35, 1, enero-marzo, 9-38, 2012. ISSN: 0210-0614. doi: 10.3989/redc.2012.1.851

Indicadores bibliométricos para el análisis de la actividad de una institución multidisciplinar: el CSIC
en el primer cuartil de cada disciplina (Q1) (en la relación en orden descenden-
te de factor de impacto). El factor de impacto es un indicador del prestigio de
las revistas de publicación (Gar eld, 2005) ( JCR, 2006).
Los indicadores de impacto observado están basados en las citas recibidas por
los documentos. El uso de las citas como indicador de impacto de la investiga-
ción se basa en que la citación de un documento supone un reconocimiento de
su interés y utilidad para la construcción de nuevo conocimiento. Aunque los
indicadores basados en citas tienen ciertas limitaciones ampliamente descritas en
la literatura (ver por ej. Gar eld, 2005; Moed, 2005), hoy se acepta su uso como
indicador de la repercusión de una investigación sobre la comunidad cientí ca.
En este estudio se han calculado las citas con una ventana de citación variable,
es decir, que se cuanti can las citas recibidas por las publicaciones WoS del CSIC
durante el período comprendido entre la fecha de publicación y la fecha de des-
carga (febrero de 2010). Los indicadores utilizados incluyen el número medio de
citas por documento y el porcentaje de documentos no citados.
Se han calculado además los siguientes indicadores relativos:
• Factor de impacto relativo (FIR), que compara el FI del CSIC con respecto
al obtenido por el conjunto de la producción española en una determinada
disciplina o área.
• Índice relativo de citación, que es el número medio de citas por documen-
to del CSIC dividido entre el número medio de citas por documento de
España en una disciplina o área temática.
• Índice relativo de no citación, calculado como el cociente entre el porcen-
taje de documentos no citados del CSIC y el correspondiente porcentaje de
España.
c) Nivel de la investigación
El carácter básico o aplicado de la investigación se valora a través del «nivel
de investigación» de las revistas de publicación (descrito originalmente por CHI
Research Inc, ver Noma 1986, actualizado en 2007) que oscila entre 1 (áreas más
aplicadas) y 4 (áreas más básicas). Este nivel se calcula para las revistas recogidas
en el Science Citation Index (SCI) y aquellas con cobertura total en el Social
Sciences Citation Index (SSCI), pero no incluye Arts & Humanities Citation Index
(AHCI).
d) Colaboración
cientí ca
El estudio de la colaboración cientí ca se realiza a través del número de au-
tores por documento, número de centros por documento, y tasas de colaboración,
que cuanti can la colaboración entre autores y centros, y describen su orientación
nacional y/o internacional.
Rev. Esp. Doc. Cient., 35, 1, enero-marzo, 9-38, 2012. ISSN: 0210-0614. doi: 10.3989/redc.2012.1.851
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BORJA GONZÁLEZ-ALBO, LUZ MORENO, FERNANDA MORILLO, MARÍA BORDONS
3.3. Otras cuestiones metodológicas
Las bases de datos utilizadas presentan la ventaja de la inclusión del lugar de
trabajo de todos los autores. Sin embargo, dicha información no está normaliza-
da, por lo que se ha realizado una codi cación semiautomática de cada uno de
los centros de investigación españoles, como fase previa al cálculo de los indi-
cadores bibliométricos.
La delimitación temática utilizada en el estudio de WoS se basa en la clasi -
cación de revistas en subcampos o disciplinas cientí cas (disciplinas WoS) ela-
borada por Thomson Reuters (edición de 2010), en la que cada revista puede
aparecer clasi cada hasta en seis disciplinas diferentes. Asimismo, las disciplinas
se han agrupado en diez áreas temáticas que se muestran en el capitulo de re-
sultados.
Se utilizó el sistema de recuento total, que mide participación, y según el cual
se asigna cada documento completo a todas y cada una de las instituciones r-
mantes del mismo. En la sección denominada «Productividad», se ha calculado
también la producción de cada área mediante recuento fraccionado, que mide
contribución, para explorar posibles diferencias entre ambos tipos de recuento.
En el recuento fraccionado se mide la contribución de cada institución a un do-
cumento, de forma que si un documento está rmado, por ejemplo, por tres
centros, dos del CSIC y uno de la universidad, se contabilizará como 0,66 (2/3)
para el CSIC y 0,33 (1/3) para la universidad.
Los resultados de este artículo se organizan de la siguiente manera. En primer
lugar, se ofrecen datos generales de la actividad cientí ca del CSIC y se incluyen
indicadores de actividad e impacto en las diez áreas WoS y su comparación con
el comportamiento medio de España. En segundo lugar, se muestran las diferen-
cias en las prácticas de publicación y citación de las ocho áreas cientí co-técni-
cas en las que se organizan los centros del CSIC. Se proporciona un per l de
actividad para cada área, que puede ser utilizado como referencia del compor-
tamiento de los distintos centros e institutos que la componen.
4. Resultados
4.1. El CSIC: una visión general
Durante el período 2004-2009 la producción cientí ca del CSIC en la base
Web of Science ascendió a 44.733 documentos (41.571 artículos), lo que repre-
senta el 17 % de la producción cientí ca del país visible internacionalmente en
estos años. El CSIC es el tercer sector institucional de mayor producción en Es-
paña, detrás de la Universidad (60 % de los documentos) y del Sector Sanitario
(26 %) (Gómez y otros, 2009).
El CSIC agrupa distintos tipos de centros que incluyen los centros propios
(67 % de los documentos), los centros mixtos —principalmente con la universi-
14
Rev. Esp. Doc. Cient., 35, 1, enero-marzo, 9-38, 2012. ISSN: 0210-0614. doi: 10.3989/redc.2012.1.851

Indicadores bibliométricos para el análisis de la actividad de una institución multidisciplinar: el CSIC
dad— (31 %) y las unidades asociadas (7 %). Asimismo, el CSIC participa en di-
versas corporaciones (como por ejemplo, en el Instituto de Estudios Espaciales
de Cataluña a través del Instituto de Ciencias del Espacio del CSIC) que contri-
buyen al 3 % de la producción de la institución.
En cuanto a la distribución geográ ca de las publicaciones hay que señalar
que tienden a concentrarse en determinadas regiones, en especial en la Comu-
nidad de Madrid (42 %), donde se localizan un mayor número de centros del
CSIC, aunque algunas regiones muestran alta actividad relativa con un pequeño
número de centros (por ejemplo, Aragón o Baleares).
El CSIC tiene una tasa de colaboración superior a la media de España (76 %
vs. 66 %), pero lo más destacado es su alta tasa de colaboración internacional
(47 % de sus documentos incluyen algún centro extranjero, frente al 37 % de los
correspondientes al total del país). No obstante, este dato puede estar ligado a
la especialización temática de la institución, por lo que lo más adecuado es su
análisis por áreas temáticas (ver sección 4.2).
Para obtener una visión general de la actividad del CSIC en el contexto del
país, se muestra en la tabla I la caracterización de su producción por áreas WoS
(basadas en la agrupación de discipli nas), obteniéndose una serie de indicadores
absolutos y relativos de actividad y visibilidad. En la tabla I se describe la activi-
dad del CSIC (columna A), la actividad del total de España (columna B) y, nal-
mente, se incluyen indicadores que describen la actividad del CSIC en relación
con el per l medio del país (columna C).
En lo que se re ere a la actividad del CSIC, el mayor número de documentos
se publica en las áreas de Física (29 %), Agricultura/Biología/Medioambiente
(28 %), Biomedicina (22 %) y Química (22 %), en las que el CSIC muestra cierta
especialización, ya que el porcentaje que dedica a cada una de ellas es superior
al que dedica el total del país (IA  >  1). Por el contrario, la institución muestra
escasa especialización o actividad relativa en Matemáticas, Ciencias Sociales y
Medicina Clínica. Es interesante observar que el CSIC aporta cerca del 30 % de
la producción española en Agricultura/Biología/Medio Ambiente y en Física,
mientras que contribuye con menos del 6 % a otras áreas como Medicina Clínica,
Ciencias Sociales y Matemáticas (ver % contribución CSIC en tabla I).
Como aproximación a la calidad de la investigación del CSIC, se analiza el
prestigio de sus revistas de publicación (a través del factor de impacto de las
revistas) y el impacto de sus documentos (a través de las citas recibidas). Se
observa que el CSIC publica en revistas de mayor fa ctor de impacto que el pro-
medio del país (FIR igual o superior a 1) en todas las áreas, siendo especial-
mente destacables los valores obtenidos en Multidisciplinar (FIR = 1,78), Mate-
máticas (FIR  =  1,58), Ciencias Sociales (FIR  =  1,37) e Ingeniería/Tecnología
(FIR = 1,32). El CSIC publica el 60 % de sus documentos en revistas de alto fac-
tor de impacto (primer cuartil de cada disciplina) frente al 45 % descrito para el
total de España. A lo largo del período el porcentaje de documentos del CSIC
en revistas del primer cuartil se incrementa desde el 57 % en 2004 hasta el 63 %
en 2009.
Rev. Esp. Doc. Cient., 35, 1, enero-marzo, 9-38, 2012. ISSN: 0210-0614. doi: 10.3989/redc.2012.1.851
15

BORJA GONZÁLEZ-ALBO, LUZ MORENO, FERNANDA MORILLO, MARÍA BORDONS
%
contrib.
5,54
5,84
CSIC
29,98
21,87

32,76
10,65
18,00
3,31

24,14
27,01
y docu-
os CSIC/
Índ. rel.
no citac.
0,82
0,82
0,71
0,89
0,98
0,80
0,85
0,68
0,48
0,98
Citas rel.
1,22
1,18
1,91
1,24
0,96
1,34
1,90
1,16
1,55
1,03
oS 2004-2009)
España (C)
FIR
1,12
1,20
1,37
1,12

1,32
1,58
1,24
1,77
1,08
otal real porque ha
Indicadores relativ
IA
1,51
1,10
0,28
1,65
0,54
0,91
0,17
0,30
1,23
1,36
tículos) (W
Nivel
2,92
3,30
1,97
3,55

2,28
3,02
2,10
3,39
3,38
% art.
Q1

51,96
50,39
23,27
61,76
47,31
29,53
39,06
53,27
62,76
% art. sin
elativos (ar
citas
26,18
19,23
48,87
23,32
85,72
33,74
39,94
28,25
29,40
19,03
El sumatorio es superior al t
Citas/
art.
5,57
8,51
2,67
7,34
0,51
4,27
2,74
7,66
7,73
18,64
tículos.
España (B)
FI 2006

1,936
3,494
1,218
2,730
1,635
0,842
2,979
7,822
2,977
% art.
6,59
1,85
5,52
0,92
A I
es absolutos y r
18,40
20,32
17,78
20,51
20,88
15,85
ABL
Nº art.
T
3.879
1.939
38.628
42.658
13.835
37.315
43.045
11.593
43.833
33.264
vistas en disciplinas
Nivel
3,08
3,67
2,78
3,61

2,55
3,10
2,65
3,70
3,41
oS: indicador
% art. Q1

58,01
61,27
53,19
66,21
62,36
49,74
62,62
85,04
66,81
eas W
% art. sin
citas
21,56
15,76
34,81
20,81
83,78
26,84
33,85
19,14
14,10
18,59
Citas/art.
6,78
5,11
9,11
0,49
5,71
5,20
8,90
7,97
10,00
28,91
CSIC (A)
FI 2006
2,170
4,179
1,671
3,063

2,160
1,329
3,684
3,226
13,885
% art.
1,85
0,99
0,92
6,16
1,13
27,86
tículos por áreas se han calculado sobre el número total real de ar
22,45
29,41
18,64
21,61
Nº art.
767
413
384
468
9.331
7.747
2.560
8.984
11.581
12.225

S
o
Med.
los porcentajes de ar
ctividad e impacto del CSIC por ár
Biol.,
ecnología
A
Áreas W
T
ambiente
Nota:
Agric.,
Biomedicina
Ciencias Sociales
Física
Humanidades
Ing.,
Matemáticas
Medicina Clínica
Multidisciplinar
Química
mentos asignados a más de un área debido a la multi-asignación de re
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Rev. Esp. Doc. Cient., 35, 1, enero-marzo, 9-38, 2012. ISSN: 0210-0614. doi: 10.3989/redc.2012.1.851

Indicadores bibliométricos para el análisis de la actividad de una institución multidisciplinar: el CSIC
Por lo que respecta a las citas recibidas, el CSIC obtiene un valor medio de
citas por artículo igual o superior al correspondiente al total del país en todas
las áreas, excepto en Humanidades, siendo especialmente llamativa esta diferen-
cia en Matemáticas, Ciencias Sociales (aunque con baja actividad relativa compa-
rado con el total de España) y Multidisciplinar (citas relativas > 1,5).
En cuanto al porcentaje de artículos sin citas del CSIC, oscila entre el 84 % de
Humanidades hasta el 14 % de Multidisciplinar. En todas las áreas el Consejo obtiene
menores tasas de no citación que el promedio de España. Destaca el bajo porcen-
taje de artículos del CSIC sin citas en las revistas del conjunto Multidisciplinar com-
parado con España (14 % vs. 29 %), aunque su numero de documentos es reducido.
De igual forma, hay que resaltar el bajo porcentaje de documentos no citados del
CSIC en las áreas de Ciencias Sociales y Medicina Clínica (14 y 9 puntos porcen-
tuales, respectivamente, por debajo del correspondiente porcentaje de España.
La publicación en revistas del área «Multidisciplinar» tiene un signi cado es-
pecial, ya que aquí se incluyen revistas de amplia cobertura temática, entre las
que se encuentran las prestigiosas Nature y Science, que cuentan con una amplia
audiencia y altas tasas de rechazo de originales. Hay que destacar que el CSIC
ha publicado 142 artículos en Nature y Science, lo que representa el 46 % de la
producción total de España en estas revistas (aunque la institución sólo repre-
senta el 17 % de los documentos en el total de la base de datos). La publicación
en estas revistas y el alto número de citas recibidas es un indicador de la capa-
cidad de los investigadores para producir investigación de calidad en temas pun-
teros de relevancia internacional.
En conjunto, la investigación del CSIC es más básica que la realizada por el
conjunto del país, como se deduce de su mayor porcentaje de documentos en
revistas de nivel de investigación 3 y 4 (83 % en el caso del CSIC vs. 69 % en
España)2. Observamos en la tabla I que estas diferencias no se explican sólo por
un distinto per l temático de investigación (mayor actividad relativa en áreas más
básicas), sino que dentro de cada una de las áreas mostradas en la tabla I el CSIC
tiende a mostrar un nivel más básico de investigación que España.
4.2. El CSIC: singularidad de sus áreas cientí co-técnicas
Los centros del CSIC están agrupados en ocho áreas cientí co-técnicas en
función de sus temas de investigación. Las áreas con mayor número de publica-
ciones son: Biología y Biomedicina (20 %), Ciencia y Tecnologías Físicas (18 %),
Ciencia y Tecnología de Materiales (18 %) y Recursos Naturales (16 %). Las áreas
con menor producción son Ciencia y Tecnologías Químicas (13 %), Ciencias Agra-
rias (8 %); Ciencia y Tecnología de Alimentos (6 %), y Humanidades y Ciencias
Sociales (3 %) (tabla II).
2 No se consideran en este cálculo las revistas sin nivel asignado (26 % de los documentos de
España y 14 % de los documentos del CSIC —incluye documentos de AHCI cuyas revistas no tienen
nivel de investigación—).
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BORJA GONZÁLEZ-ALBO, LUZ MORENO, FERNANDA MORILLO, MARÍA BORDONS
TABLA II
Número de documentos en WoS, ICYT e ISOC por áreas cientí co-técnicas
CSIC (2004-2009)
% doc. WoS
Número de
Número
Número
Número
Código
en revistas
Área CSIC
institutos
documentos documentos documentos
área
españolas
(2006)1
WoS
ICYT
ISOC
en español
1
Hum. CC. Sociales
18
1.198
40
1.186
63,02
2
Biol. Biomedicina
20
8.737
131
5
0,80
3
Rec. Naturales
19
7.350
889
145
3,01
4
CC. Agrarias
12
3.535
397
20
0,42
5
CC. Tec. Físicas
21
8.062
158
21
0,32
6
CC. Tec. Materiales
10
7.855
478
9
3,95
7
CC. Tec. Alimentos
5
2.521
244
8
2,82
8
CC. Tec. Químicas
11
6.051
91
7
0,38
Total
116
44.733
2.392
1.615
3,61
Nota: existe cierto solapamiento entre las distintas bases de datos, por lo que la producción total de cada
área es algo inferior a la suma de las columnas WoS, ICYT e ISOC. A modo orientativo se puede señalar que
el 9 % de las revistas ISOC y el 12 % de las revistas ICYT utilizadas por los investigadores del CSIC estaban in-
cluidas también en WoS.
1 Datos obtenidos de la Memoria 2006 (CSIC, 2006).
Cada área CSIC posee características propias en lo que se re ere al tipo de
investigación que realiza, su organización y tipos de resultados. La orientación
nacional o internacional de la investigación, su carácter básico o aplicado, la in-
cidencia de la colaboración —y en particular, de la colaboración internacional—;
y el tamaño de los grupos de investigación, son algunos aspectos que varían se-
gún los campos cientí cos, tal y como se muestra a continuación. Estas diferen-
cias aconsejan el análisis por separado de las áreas, lo que también resulta útil
con nes de gestión de la investigación en la institución.
a) Orientación
nacional/internacional
Los investigadores de las áreas con una mayor orientación internacional (cien-
cias experimentales, ciencias naturales) tienden a publicar sus documentos en
revistas internacionales, mejor recogidas en la base de datos WoS que las revistas
con una orientación más local. Hay que señalar el caso de las ciencias sociales
y, sobre todo, de las humanidades, cuya investigación se caracteriza por un ele-
vado uso de revistas nacionales, escritas en la lengua local y con frecuencia no
bien cubiertas por la base de datos WoS. Así, nuestros datos muestran que la
producción de los investigadores de Hum. CC. Sociales del CSIC se reparte a
partes iguales entre la internacional WoS y la española ISOC, mientras que en
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Indicadores bibliométricos para el análisis de la actividad de una institución multidisciplinar: el CSIC
las restantes áreas la aportación de las bases de datos españolas ICYT e ISOC es
mucho más reducida. No obstante, hay que tener en cuenta que en los últimos
años ha mejorado la cobertura WoS de las llamadas «revistas regionales», deno-
minación bajo la que Thomson incluye las revistas de alcance más local y que
afecta sobre todo a las ciencias sociales y humanidades, por lo que la aportación
exclusiva de ISOC tenderá a reducirse en los próximos años.
Por otro lado, en el contexto de WoS, el uso de revistas editadas en España
y escritas en español también puede considerarse un indicador de la «orientación
nacional» de la investigación. En este sentido, hay que señalar que el 63 % de las
publicaciones WoS de los investigadores del área de Hum. CC. Sociales tienen
esta orientación, la cual está presente en menos del 4 % de los documentos de
las restantes áreas (tabla II).
b) Difusión de la investigación
Se observan diferencias entre áreas en los tipos documentales utilizados de
forma preferente para difundir la investigación. A través de la Memoria CSIC 2006
se ha analizado la contribución de los distintos tipos de output por áreas: artícu-
los en revistas WoS, artículos en revistas no-WoS, libros/monografías y patentes,
mostrándose los resultados en la gura 1. Hay que señalar que este análisis tiene
sólo carácter orientativo, ya que algunos tipos de resultados no se han contabi-
lizado (por ej., los informes técnicos), y además se ha dado igual peso a todos
FIGURA 1
Producción cientí ca de las áreas cientí co-técnicas según la Memoria CSIC
2006
Hum. CC. Sociales
CC. Agrarias
Rec. Naturales
CC. Tec. Físicas
CC. Tec. Alimentos
CC. Tec. Químicas
CC. Tec. Materiales
Biol. Biomedicina
0%
20%
40%
60%
80%
100%
Art. WoS
Art. no WoS
Libros
Patentes
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los tipos de contribución, sin ponderar los libros por encima de los artículos,
como con frecuencia se hace en los estudios de evaluación de actividad cientí-
ca (ver por ejemplo Aknes y Sivertsen, 2009).
Las diferencias en el tipo de resultado predominante según las áreas son muy
llamativas. Así, los artículos en revistas WoS, objeto principal de este estudio,
representan alrededor del 90 % de la producción total en las áreas de Biol. Bio-
medicina, CC. Tec. Químicas y CC. Tec. Materiales; y entre el 70 % y el 80 % en
CC. Tec. Alimentos, CC. Tec. Físicas, Rec. Naturales y CC. Agrarias. Sin embargo,
este mismo tipo de documento sólo representa algo más del 20 % de la produc-
ción de Hum. CC. Sociales, área en la cual los libros y monografías y los artícu-
los en revistas no WoS constituyen gran parte de la producción (22 % y 56 %
respectivamente).
c) Carácter
básico/aplicado
La investigación en CC. Tec. Alimentos y CC. Agrarias muestra un carácter
más aplicado, atendiendo a sus revistas de publicación, que la desarrollada en
las restantes áreas. Así, más del 35 % de sus artículos se publican en revistas de
nivel 1 y 2, que suponen cerca del 20 % en CC. Tec. Materiales y menos del 10 %
en Biol. Biomedicina. Las áreas que muestran un carácter más básico en su in-
vestigación son Biol. Biomedicina, CC. Tec. Físicas y CC. Tec. Químicas, en las
que casi el 90 % de sus documentos aparecen en revistas de nivel 3 o 4 ( gura 2).
FIGURA 2
Nivel de investigación de las publicaciones de las distintas áreas
cientí co-técnicas del CSIC (WoS 2004-2009)
CC. Tec. Alimentos
CC. Agrarias
CC. Tec. Materiales
CC. Tec. Químicas
Rec. Naturales
Biol. Biomedicina
CC. Tec. Físicas
0%
20%
40%
60%
80%
100%
Nivel 1
Nivel 2
Nivel 3
Nivel 4
Nota: No se muestra el área Hum. CC. Sociales porque las revistas de la base de datos AHCI y muchas del
SSCI carecen de nivel de investigación asignado.
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Indicadores bibliométricos para el análisis de la actividad de una institución multidisciplinar: el CSIC
d) Colaboración
cientí ca
Se observan notables diferencias entre áreas en la tendencia de sus investi-
gadores a colaborar y en el tipo de colaboración predominante en cada caso
( gura 3). Considerando la colaboración entre centros, observamos que el área
de Hum. CC. Sociales tiene la menor tasa de colaboración (66 % de los documen-
tos con un solo centro —«sin colaboración» en gura 3—), mientras que CC. Tec.
Físicas se sitúan en el otro extremo de la escala, con un 86 % de documentos
realizados entre dos o más centros.
La tasa de colaboración nacional se sitúa entre el 22 % de las Hum. CC. So-
ciales y el 55 % de Biol. Biomedicina. Por su parte, la colaboración internacional
alcanza sus máximos valores en el área de CC. Tec. Físicas, en la que un 65 %
de los documentos cuentan con este tipo de cooperación, lo que se explica por
su carácter básico (Frame, 1979; Katz y Martin, 1977) y la presencia de «big scien-
ce». Esta tasa es similar a la descrita para el total de España en el área (Gómez
y otros, 2009). Las menores tasas de colaboración internacional correspondieron
a Hum. CC. Sociales (16 %) y CC. Tec. Alimentos (25 %), áreas con una actividad
mucho más circunscrita al territorio nacional, y en el caso de Hum. CC. Sociales,
con diferentes hábitos de comportamiento (Gómez y otros, 1995).
FIGURA 3
Patrón de colaboración del CSIC en las distintas áreas
cientí co-técnicas (WoS 2004-2009)
CC. Tec. Físicas
Rec. Naturales
CC. Tec. Materiales
Bio. Biomedicina
CC. Tec. Químicas
CC. Agrarias
CC. Tec. Alimentos
Hum. CC. Sociales
0%
20%
40%
60%
80%
100%
Sin colab.
Colab. sólo nac.
Colab. nac. e intern.
Colab. sólo intern.
e) Tamaño de los grupos de investigación
El número de autores por documento orienta sobre el tamaño de los grupos
de investigación en las distintas áreas. En Hum. CC. Sociales todavía predomina
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el trabajo en solitario, y más del 58 % de sus documentos están realizados por
un único investigador, mientras que apenas existen aquí documentos publicados
por más de 6 autores. Así, el número medio de autores oscila entre 2, en Huma-
nidades/Ciencias Sociales, y 54 en Cienc. Tecnol. Físicas (tabla III). Este último
valor es sorprendentemente alto, lo que se explica porque la media del numero
de autores o centros/documento puede verse muy in uida por los valores atípi-
cos, y en el caso de CC. Tec. Físicas existen algunos documentos con más de
2.000 autores, lo que in uye de forma importante sobre la media. Por esta razón,
es interesante analizar también la mediana de las distribuciones. Observamos que
la mediana del número de autores/documento es 4 o 5 autores en todas las áreas
excepto en Hum. CC. Sociales, donde es 1 autor/documento. En lo que respecta
al número de centros por documento, su mediana es también de 1 en el caso
del área anterior, mientras que oscila entre 2 y 3 centros en las restantes áreas.
TABLA III
Número medio de autores y centros por áreas cientí co-técnicas del CSIC
(WoS 2004-2009)
Número
Número
Número
de autores/
de centros/
Área CSIC
de
documento
documento
documentos


X ± DE (med.)
X ± DE (med.)
Hum. CC. Sociales
1.198
2,07 ± 2,04 (1)
1,68 ± 1,59 (1)
Biol. Biomedicina
8.737
6,24 ± 6,29 (5)
3,09 ± 2,97 (3)
Rec. Naturales
7.350
4,74 ± 3,72 (4)
2,92 ± 2,31 (2)
CC. Agrarias
3.535
4,99 ± 2,53 (5)
2,50 ± 1,58 (2)
CC. Tec. Físicas
8.062
54,43 ± 164 (5)
10,85 ± 22,93 (3)
CC. Tec. Materiales
7.855
5,16 ± 2,43 (5)
2,74 ± 1,54 (2)
CC. Tec. Alimentos
2.521
4,84 ± 5,46 (4)
2,22 ± 5,14 (2)
CC. Tec. Químicas
6.051
5,23 ± 2,48 (5)
2,42 ± 1,40 (2)
Total
44.733
14,05 ± 72,20 (5)
4,16 ± 10,48 (2)
Nota: Datos expresados como media ± desviación estándar (mediana).
f) Citas y factor de impacto
Las diferencias en los hábitos de citación de las distintas áreas se ponen de
mani esto en la tabla IV. Para cada área cientí co-técnica se muestra el número
de artículos (Narts), varios indicadores de impacto esperado (factor de impacto
medio y % artículos en revistas del primer cuartil), y diversos indicadores de im-
pacto observado (número de citas/artículo, % artículos sin citas y HCP). Se ha
denominado «documentos altamente citados» (highly cited papers, HCP) al 1 % de
documentos más citados dentro de cada área.
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Indicadores bibliométricos para el análisis de la actividad de una institución multidisciplinar: el CSIC
Los datos muestran que las mayores tasas de citación se producen en Biol.
Biomedicina (11,4 citas/art.), seguida por CC. Tec. Físicas (10,35 citas/art.). Tam-
bién son estas áreas las que sobresalen por el factor de impacto medio de sus
revistas de publicación. No obstante, no es adecuado comparar tasas de citación
de distintas disciplinas debido a las diferencias en sus hábitos de citación. En lo
que se re ere a los HCP, las áreas anteriores son también las que presentan el
mayor umbral (numero de citas exigidas para ser HCP), ya que un trabajo re-
quiere al menos 90 citas en CC. Tec. Físicas y 85 en Biol. Biomedicina para for-
mar parte de los «más citados». El área de CC. Tec. Físicas muestra también otras
singularidades, como es la mayor concentración de citas en el núcleo de los HCP,
de forma que los 79 trabajos más citados concentran el 27 % de las citas recibidas
por artículos del área; y el hecho de contar con los valores atípicos más extremos
(artículos con más de 3.000 citas) (tabla IV). Este comportamiento se explica en
parte por la alta internacionalidad de la investigación en Física, campo en el que
se observa elevada colaboración internacional, alto número de autores e institu-
ciones participantes y, en muchos casos, investigación realizada en el contexto
de laboratorios internacionales («big science»).
TABLA IV
Indicadores de impacto de la producción del CSIC por áreas
cientí co-técnicas (WoS 2004-2009)
Citas/art.
HCP*

% arts.
FI
Área CSIC

% arts.
Um-

arts.
Q1
medio
Mín.-
% citas
citas/
sin
bral
arts.
Máx.
área
art.
citas
HCP
HCP
Hum. CC. Sociales
716
22,63
1,330
1,79
0-44
61,87
29
7
18,77
Biol. Biomedicina
7.547
65,77
4,994
11,37
0-535
15,18
85
75
13,62
Rec. Naturales
6.957
52,95
2,317
6,88
0-459
21,89
52
71
14,99
CC. Agrarias
3.347
52,08
2,029
6,35
0-128
23,04
50
34
11,69
CC. Tec. Físicas
7.855
68,38
3,546
10,35
0-3.501
21,81
90
79
27,24
CC. Tec. Materiales
7.723
61,57
2,759
6,83
0-570
22,85
57
81
16,34
CC. Tec. Alimentos
2.441
60,71
2,134
6,48
0-215
21,55
42
24
10,17
CC. Tec. Químicas
5.771
64,32
3,226
8,51
0-294
17,66
63
62
12,54
* 1 % de artículos más citados.
Las cifras correspondientes a Hum. CC. Sociales han de interpretarse teniendo
en cuenta la menor validez de los indicadores basados en citas recogidas por
WoS dentro de las Humanidades, razón por la que Thomson-Reuters no calcula
el conocido indicador «factor de impacto» para las revistas de estas disciplinas.
Los datos de citas e impacto recogidos en la tabla relativos al área se re eren
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BORJA GONZÁLEZ-ALBO, LUZ MORENO, FERNANDA MORILLO, MARÍA BORDONS
principalmente a las Ciencias Sociales. Se observa que casi todas las áreas publi-
can más del 50 % de sus artículos en revistas del primer cuartil de su disciplina,
excepto en Hum. CC. Sociales, donde es frecuente la publicación en revistas es-
pañolas escritas en lengua española (63 %), que generalmente no están situadas
en el primer cuartil.
Las diferencias entre áreas en sus tasas de citación se deben a distintos fac-
tores como el grado de cobertura del área por la base de datos WoS, el ritmo de
envejecimiento de la literatura y la densidad de citación de cada área. En la me-
nor validez de las citas en ciencias sociales y, especialmente, en humanidades
in uye el ritmo más lento de envejecimiento de la literatura en dichas disciplinas,
su peor cobertura en WoS (que recoge fundamentalmente revistas internacionales,
también algunas revistas nacionales, pero no incluye libros), y la no inclusión de
las citas procedentes de dicho material (Moed, 2005).
A consecuencia de todo lo anterior, no es recomendable comparar áreas en
base a indicadores basados en citas o factor de impacto, a no ser que se norma-
licen previamente. No obstante, estos indicadores sí son útiles como referencia
del comportamiento medio del área, con la que se puede comparar la actividad
de los distintos institutos que la componen, aunque un estudio más preciso re-
queriría descender al análisis de disciplinas.
g) Productividad de las áreas
La tabla V muestra para cada una de las áreas cientí co-técnicas del CSIC, el
número de investigadores y la nanciación en 2006 (datos tomados de la Memo-
ria del CSIC en dicho año y que sólo incluyen nanciación nacional recibida a
través de acciones especiales y proyectos de investigación), junto a la producción
media anual, calculada ésta según un recuento total y fraccionado.
La utilización de un recuento total o fraccionado no afecta por igual a todos
los centros o áreas. En la tabla V se aprecia cómo el recuento fraccionado redu-
ce la producción en prácticamente todas las áreas (en promedio en un 50 %),
observándose la menor reducción en Hum. CC. Sociales (–20 %), donde la cola-
boración es muy limitada, y la mayor en CC. Tec. Físicas (–59 %), donde es fre-
cuente la presencia de numerosos centros en un mismo documento (última co-
lumna tabla V).
En la gura 4 se observa una buena correlación entre el recuento total y
fraccionado de la producción de las áreas cientí co-técnicas ( gura 4a) y de los
centros del CSIC ( gura 4b). La posición más alejada de la línea de regresión
corresponde al área de CC.Tecnol.Físicas ( gura 4a) y a sus centros ( gura 4b),
porque son los que muestran una mayor reducción en su producción por

recuento fraccionado, debido a la alta colaboración existente en el área. En
la  gura 4b, podemos ver algunos centros de Hum. CC. Sociales y CC. Tec.

Alimentos, por encima de la recta de regresión, porque su baja colaboración
conlleva una reducida disminución de su producción a través del recuento frac-
cionado.
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Indicadores bibliométricos para el análisis de la actividad de una institución multidisciplinar: el CSIC
acc.
%
%
%
%
%
%
%
%
%
fr
.
total
educción
–20
–49
–49
–43
–59
–48
–34
–44
–51
vs
R
rec.
49,42
153,08
80,82
99,75
91,18
52,02
69,47
55,34
94,19
(×1.000)
Euros/doc.
accionado
0,63
1,80
1,72
1,15
1,74
1,89
1,49
1,83
1,46
Produc-
tividad
(media anual)
ecuento fr
R
s
Wo
160,63
743,54
620,93
334,44
548,09
685,23
277,19
568,24
Nº doc.








3.626,88

co-técnicas del CSIC
39,76
78,14
40,96
56,62
37,19
27,23
45,83
31,18
45,82
Fuente: Memoria CSIC 2006.
Euros/doc
(×1.000)
eas cientí
A V
0,79
3,53
3,40
2,02
4,27
3,62
2,26
3,24
2,99
ABL
Produc-
tividad
ecuento total
T
R
(media anual)
atados y becarios.
S
ecuento total y fraccionado
en contr
Wo
199,67
589,17
420,17
Nº doc.

1.456,67
1.225,00

1.343,67
1.309,17

1.008,50
7.455,50
cluy
oductividad de las ár
según r
se ex
inanc.
7.939
F
(2006)
50.182
33.359
49.976
35.646
19.257
31.444
113.819
341.622
(×1.000 €)
a .
253
413
360
292
315
362
186
311








2.492
oducción y pr
Nº Inv
(2006)
Pr

18
23
21
12
26
11
7
11
e sólo personal en plantilla,
Inst.

Sociales
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Materiales

Alimentos

Químicas
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CC.
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Áreas CSIC

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Rev. Esp. Doc. Cient., 35, 1, enero-marzo, 9-38, 2012. ISSN: 0210-0614. doi: 10.3989/redc.2012.1.851
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BORJA GONZÁLEZ-ALBO, LUZ MORENO, FERNANDA MORILLO, MARÍA BORDONS
FIGURA 4
Relación entre recuento total y fraccionado de las áreas cientí co-técnicas
del CSIC ( gura 4a) y de los centros del CSIC ( gura 4b)
a)
10.000
o
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a
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Número de documentos (recuento total)
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ÁREAS
Hum. CC. Sociales
Biol. Biomedicina
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CC. Tec. Físicas
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0
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1.500
2.000
Número de documentos (recuento total)
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Indicadores bibliométricos para el análisis de la actividad de una institución multidisciplinar: el CSIC
Una aproximación a la productividad de las distintas áreas se puede obtener
al relativizar la producción WoS de cada una de ellas respecto a su personal in-
vestigador o a los recursos invertidos en investigación. Atendiendo al recuento
total, el área de CC. Tec. Físicas es la más productiva (4,27 doc./investigador y
año) seguida por CC. Tec. Materiales (3,62), Biol. Biomedicina (3,53) y Rec. Na-
turales (3,4). La menor productividad corresponde a Hum.CC.Sociales (0,79). A
través del recuento fraccionado la diferencia entre la productividad de las distin-
tas áreas se reduce, distinguiéndose por sus menores valores las áreas más apli-
cadas (CC. Tec. Alimentos y CC. Agrarias) y Hum. CC. Sociales ( gura 5).
FIGURA 5
Productividad media de los investigadores del CSIC por áreas cientí co-
técnicas: recuento total vs. fraccionado (WoS 2004-2009)
4,5
4,0
)
ual
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C
H
C
Biol
C
C
CC
Productividad (recuento total)
Productividad (recuento fraccionado)
En la tabla V se muestra también el cociente entre la nanciación del año
2006 y la producción cientí ca (media anual del período). Esta relación entre
nanciación y resultados vía WoS es solo una medida orientativa y poco precisa
del coste de la investigación ya que sólo considera nanciación a través de pro-
yectos y no incluye otros gastos como son los del personal. Se observan diferen-
cias entre áreas temáticas —en parte debidas a sus distintas necesidades de
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BORJA GONZÁLEZ-ALBO, LUZ MORENO, FERNANDA MORILLO, MARÍA BORDONS
equipos e infraestructuras— que varían en función del recuento total o fraccio-
nado de la producción.
5. Discusión y conclusiones
Este estudio muestra la utilidad de los indicadores bibliométricos para obtener
una visión general de la investigación que se realiza en una institución e identi-
car sus áreas de especialización y el impacto de su investigación en los distin-
tos temas. Aunque los indicadores nos permiten descender a analizar la actividad
de centros y disciplinas concretas, ese nivel de análisis no se ha abordado aquí
porque excede los objetivos de este artículo y los resultados están disponibles
en un detallado informe (Gómez y otros, 2010). El objetivo de este artículo es
mostrar una visión general de la actividad de una institución multidisciplinar como
es el CSIC, haciendo hincapié en las especi cidades de las distintas áreas temá-
ticas, que es necesario conocer para plantear e interpretar adecuadamente los
estudios de evaluación cientí ca.
El CSIC: una perspectiva global
El estudio pone de mani esto el importante papel del CSIC en el sistema
español de I+D, en el que participa con el 6 % del personal investigador (CSIC,
2009), pero con el 17 % de las publicaciones cientí cas del país. Esta alta pro-
ductividad se ve facilitada por el hecho de que sus investigadores tienen una
dedicación exclusiva a la investigación, lo que no ocurre, por ejemplo, con el
personal universitario que tienen importantes obligaciones docentes. Este hecho
explica también que la productividad media por investigador observada en este
estudio sea superior a la descrita en otros trabajos referidos al entorno universi-
tario (ver por ej. Aknes y Silvertsen, 2009).
La producción del CSIC no sólo es importante desde un punto de vista cuan-
titativo, sino que además su investigación logra situarse en revistas de mayor
prestigio que el promedio del país en gran parte de las áreas —medido a través
del factor de impacto medio y del porcentaje de documentos en revistas del pri-
mer cuartil— y alcanza un mayor impacto medido a través de las citas que reci-
ben sus publicaciones. El alto porcentaje de documentos publicados por la ins-
titución en las prestigiosas revistas Nature y Science es otro indicio de que sus
cientí cos realizan investigación competitiva en áreas punteras de la ciencia.
En nuestro estudio el impacto del CSIC se compara con una referencia na-
cional (el total del país), pero también es interesante situarlo en un contexto
internacional. Según un trabajo previo el impacto del CSIC alcanza el promedio
mundial a mediados de los años 90 y lo supera en un 15 % en los años más re-
cientes, situándose por encima del promedio de la UE-27 (Bordons y González-
Albo, 2008). Asimismo, el porcentaje de documentos del CSIC que son citados
con ventanas de cinco años ascendió del 53 % en el quinquenio 1981-1985 hasta
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Indicadores bibliométricos para el análisis de la actividad de una institución multidisciplinar: el CSIC
el 72 % en 2003-2007. Los datos relativos al CSIC muestran una creciente tenden-
cia a publicar en revistas del primer cuartil de cada disciplina, lo que también se
ha descrito para el total del país, fomentada por las políticas nacionales e insti-
tucionales de evaluación cientí ca ( Jiménez-Contreras y otros, 2003), que también
se han implantado en otros países como Australia (Butler, 2003), Bélgica (Debac-
kere y Glänzel, 2004) y Noruega (Aknes y Silvertsen, 2009).
A lo largo de las últimas décadas se ha descrito una creciente internacionali-
zación de la ciencia, favorecida por factores cognitivos y económicos, pero también
fomentada por distintas medidas de política cientí ca. En el CSIC, la internacio-
nalización es también uno de los objetivos perseguidos por el Plan Estratégico de
la institución (CSIC, 2009), con el n de fomentar el nivel de repercusión e inte-
gración internacional de sus centros e institutos. Nuestro estudio revela una alta
internacionalización del CSIC comparado con el promedio del país, a lo que pue-
de contribuir el nivel preferentemente básico de su investigación, su captación de
fondos de la UE (es la segunda fuente de nanciación externa, detrás del Plan
Nacional —CSIC, 2009—), pero también su alta actividad en áreas como la Física,
donde la colaboración internacional es muy elevada (ver tabla I y gura 3). Por
otro lado, hay que mencionar que el CSIC cuenta con algunas grandes instalacio-
nes y participa en la gestión de otras (por ejemplo la Base Antártica Española, el
Buque de Investigación Oceanográ ca Sarmiento de Gamboa o el Centro Astro-
nómico Calar Alto), que acogen a investigadores de diversos países y favorecen
el desarrollo de investigación en colaboración interna cional.
La comparación del CSIC con otras instituciones europeas análogas también
es interesante para situar a nuestra institución en un contexto más amplio. En
este sentido, un estudio previo señala que en la etapa 2003-2007 la producción
del CSIC era ligeramente superior a la del CNR italiano, pero 1,3 veces inferior
a la de la Sociedad Max Planck alemana y 3,5 veces inferior a la del CNRS fran-
cés. El CSIC, al igual que el CNRS y la Max Planck, muestra un impacto superior
al promedio de sus respectivos países, de la UE-27 y del mundo, destacando la
Sociedad Max Planck por su alto impacto, que es igual o superior al promedio
mundial en casi todas las disciplinas (Bordons y González-Albo, 2008).
El CSIC: una perspectiva por áreas
Como punto de partida ha de tenerse en cuenta que la actividad investiga-
dora es multidimensional y que los estudios bibliométricos valoran sólo una di-
mensión de esta actividad (dimensión cientí ca), ignorando otras como son la
docencia, resultados tecnológicos (patentes, asistencia técnica y otros), consulto-
ría y transferencia a la sociedad (Laredo y Mustar, 2000). De lo anterior se dedu-
ce la importancia de complementar los indicadores bibliométricos con otro tipo
de indicadores en los procesos de evaluación (Martin, 1996).
Una vez comentada la anterior limitación, es importante señalar que existen
diferencias entre áreas temáticas en la sensibilidad de los distintos indicadores
para captar sus resultados. Este estudio pone de mani esto las diferencias exis-
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BORJA GONZÁLEZ-ALBO, LUZ MORENO, FERNANDA MORILLO, MARÍA BORDONS
tentes entre las ocho áreas cientí co-técnicas del CSIC en el tipo de investigación
que realizan, en sus hábitos de colaboración y en sus prácticas de publicación y
citación, que conllevan diferencias en su productividad a través de WoS. Estas
diferencias deben de tenerse en cuenta tanto a la hora de establecer la metodo-
logía de un estudio bibliométrico (fuentes de datos, tipos documentales a consi-
derar, indicadores) como en la interpretación de sus resultados y aconsejan el
análisis por separado de las distintas áreas.
Nuestro estudio pone de mani esto la distinta cobertura de la base de datos
WoS según las áreas, hecho que ha sido señalado repetidamente en la literatura,
y que en gran parte viene determinado por la orientación nacional/internacional
de las áreas. Así, Moed (2005) distingue entre cobertura excelente (ciencias bio-
lógicas, química, física, etc.), buena (geociencias, ingeniería, química aplicada,
etc.) y moderada o pobre (ciencias sociales y humanas) (Moed, 2005). Las cien-
cias sociales y, en especial, las humanas constituyen un caso extremo de baja
cobertura en WoS, que se explica por distintos factores, como es su mayor orien-
tación local —comparadas con las ciencias naturales o experimentales—; lo que
conlleva un mayor uso de revistas nacionales para la publicación, con frecuencia
escritas en lenguas locales y peor cubiertas por bases de datos internacionales
como WoS. Asimismo, el carácter fragmentado de las ciencias sociales y humanas,
en las que con frecuencia coexisten en el tiempo diversos paradigmas y escuelas
de pensamiento, también es un factor que di culta encontrar un «núcleo» básico
de revistas de cada disciplina (Hicks, 1999; Archambault y otros, 2006).
Nuestros datos sobre el grado de cobertura de la producción cientí ca de las
distintas áreas cientí co-técnicas del CSIC en la base de datos WoS coinciden con
lo señalado anteriormente, de forma que el área de Hum. CC. Sociales es la que
peor cobertura muestra. Aunque algunas disciplinas de las ciencias sociales, como
psicología y economía, tienen un comportamiento más cercano a las ciencias
experimentales y una mejor cobertura vía WoS (Hicks, 2004), nuestro estudio no
ha descendido a explorar estas diferencias.
En de nitiva, las áreas con peor cobertura en WoS son aquellas en las que
se utiliza para la difusión de la investigación algún tipo de soporte no recogido
en la base de datos, como son los artículos en revistas nacionales (no siempre
bien cubiertos en WoS), los libros y monografías, que tienen importante peso en
ciencias sociales y humanidades (Hicks, 1999; Archambault y otros, 2006), o los
informes, importantes en áreas tecnológicas.
Para solventar el problema anterior, los estudios basados en WoS tienden a
utilizar fuentes complementarias para el análisis de áreas no bien cubiertas, como
son bases de datos internacionales especializadas, bases de datos nacionales o
fuentes internas (memorias, bases de datos institucionales) (Archambault, 2008;
De Filippo y otros., 2011; Moed, 2005). En el caso de los estudios sobre el CSIC
realizados por el grupo ACUTE se consulta la base de datos ISOC para analizar
el área de Hum. CC. Sociales e ICYT para el área de Rec. Naturales, con el n
de obtener una visión más completa de la producción de sus investigadores in-
cluyendo su vertiente nacional e internacional. El uso de la base de datos Scopus,
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Indicadores bibliométricos para el análisis de la actividad de una institución multidisciplinar: el CSIC
con una mayor cobertura de revistas europeas, es una opción interesante, pero
algunos estudios que comparan las bases de datos WoS y Scopus, muestran es-
casas diferencias en los indicadores bibliométricos y rankings obtenidos con una
y otra base de datos, especialmente a nivel meso y macro (véase por ejemplo
Torres-Salinas y otros, 2009, Archambault y otros, 2009). Es interesante señalar
que el propio CSIC reconoce la riqueza y variedad de resultados de investigación
existentes según las áreas, de forma que dentro de la evaluación de sus institutos
y centros realizada anualmente para valorar su cumplimiento de objetivos se
consideran diversos tipos de resultados y publicaciones, incluyendo no sólo ar-
tículos de revista, sino también libros o monografías3 (importantes en el área de
Hum. CC. Sociales) o patentes (sobre todo en las áreas más tecnológicas) (CSIC,
2009).
Las diferencias en el tamaño de los grupos y en el patrón de colaboración
de las distintas áreas se explican por el tipo de investigación (teórica o experi-
mental), la complejidad de la misma (mono o multidisciplinar), y la necesidad o
no de costosas instalaciones. La investigación experimental, aquella que requiere
aproximaciones multidisciplinares o grandes equipos o instalaciones, se bene cia
especialmente de la colaboración, y en algunos casos sería impensable su desa-
rrollo sin la misma, que permite compartir recursos materiales, económicos e
intelectuales (Katz y Martin, 1997). Estudios previos han mostrado las diferencias
de colaboración según las áreas, ya sea en España (Gómez y otros, 1995; Bordons
y Gómez, 2000; Moya-Anegón y otros, 2004), como en otros países del mundo
(Wuchty y otros, 2007; Lariviere y otros, 2006; Glänzel, 2002). La alta colaboración
descrita para Física en nuestro estudio se asocia a la denominada Big Science o
investigación ligada a grandes instalaciones, como la que se realiza en Física de
partículas en el CERN suizo.
La distinta incidencia de la colaboración según las áreas es un factor deter-
minante de las diferencias encontradas en el cálculo de la producción por re-
cuento total o fraccionado, de forma que este último reduce la producción del
CSIC en cerca del 50 %, oscilando esta reducción entre el 20 % en Hum. CC. So-
ciales y el 59 % en el área de CC. Tec. Físicas, donde se produce la mayor cola-
boración entre centros. En lo que respecta a la posición relativa de cada área en
orden descendente de producción, el cambio más importante se detecta en Físi-
ca, que ocupa el segundo lugar en producción por recuento total, detrás de Biol.
Biomedicina, y desciende a la quinta posición por recuento fraccionado. A pesar
de este hecho, nuestros datos muestran una buena correlación entre la produc-
ción total y fraccionada de las distintas áreas (coe ciente de correlación de Pear-
son = 0,970), empeorando ligeramente la correlación a nivel de centros (coe -
ciente de correlación = 0,967). Aunque no disponemos de información relativa
al nivel de autores individuales, consideramos que a dicho nivel el tipo de re-
cuento utilizado puede ser especialmente in uyente y producir cambios sustan-
3 Producción cientí ca ponderada en función de la calidad de las publicaciones (por ejemplo,
máximo peso a los documentos publicados en revistas de alto factor de impacto —primer cuartil—).
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ciales en la posición relativa de los investigadores. No obstante, la buena corre-
lación observada en los niveles superiores de agregación explica nuestra elección
del recuento total para el análisis general de datos.
En este estudio se observan diferencias entre disciplinas en su número medio
de citas por artículo o en el factor de impacto medio de sus publicaciones. Es
interesante destacar que Biol. Biomedicina y CC. Tec. Físicas, las áreas más bási-
cas, son las que presentan los valores más altos de citas por documento. Sin
embargo, es bien conocido que las comparaciones entre disciplinas son inade-
cuadas debido a las diferencias en sus hábitos de citación. Las diferencias en la
densidad de citación de las disciplinas (número de referencias por documento)
y en el ritmo de envejecimiento de su literatura (vida media) son los factores
determinantes de estas diferencias, que justi can la necesidad de normalizar estos
indicadores para poder extraer conclusiones inter-áreas (Van Raan, 2004; Moed,
2005). El tipo de normalización utilizado en nuestro estudio es la comparación
de los indicadores basados en citas del CSIC en cada área o disciplina con los
correspondientes al total del país. Otros estudios utilizan como unidad de refe-
rencia el total del mundo (ver por ej. Van Leeuwen y otros, 2003; Van Raan,
2004). A través del FIR e índice de citas relativo, se observa que las publicaciones
del CSIC tienden a situarse en mejores revistas y a recibir más citas que el pro-
medio del país en sus distintas áreas, lo que apoya la calidad de la investigación
realizada por la institución, y puede estar in uido por algunos factores como es
el predominio de la investigación básica en el CSIC (que tiende a recibir más
citas) y su alta tasa de colaboración internacional, para la cual se ha descrito un
mayor impacto en la literatura (véase por ejemplo, Gazni y Didegah, 2011). Es-
pecial mención se puede hacer del alto impacto del CSIC en las áreas Multidis-
ciplinar, Matemáticas y Ciencias Sociales, al menos un 40 % por encima de la
media del país. La publicación en prestigiosas revistas como Science, Nature o
PNAS explica el alto impacto del área multidisciplinar, y se vincula sobre todo a
los centros de Biología y Biomedicina, responsables de la mitad de las publica-
ciones del CSIC en el área multidisciplinar. Publicar en estas revistas es un difícil
reto, dado su alto nivel de exigencia (tema puntero, alta originalidad, calidad y
relevancia de la investigación) que se traduce en una elevada tasa de rechazo de
originales; por lo que los artículos seleccionados alcanzan una alta visibilidad y
reconocimiento posterior. En lo que se re ere a las Matemáticas y Ciencias So-
ciales, son áreas pequeñas en el CSIC, pero cuentan con núcleos de investigado-
res que desarrollan su actividad con criterios de internacionalidad. Finalmente,
es interesante señalar la buena correlación existente entre el factor de impacto y
el número de citas/artículo de la producción del CSIC en sus ocho áreas, de lo
que deriva el interés de publicar en revistas de alto factor de impacto, que son
más visibles y tienden a producir un mayor impacto sobre la comunidad cien-
tí ca.
Aunque en este artículo se calcula la productividad de las áreas, como co-
ciente entre el número de publicaciones y el número de investigadores de cada
área, este indicador es una medida muy simple de productividad y debe ser ana-
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Indicadores bibliométricos para el análisis de la actividad de una institución multidisciplinar: el CSIC
lizado con cautela (Bonaccorsi y Daraio, 2003). El ratio de publicaciones por
investigador sólo tiene en cuenta la producción visible vía WoS, y no considera
las características estructurales y organizativas de cada área. No sólo existen dis-
tintos hábitos de publicación entre disciplinas, cuyos resultados no están igual-
mente cubiertos por la base de datos WoS, sino que además no se tienen en
cuenta otros factores que afectan a la productividad de los investigadores, algu-
nos de ellos personales o demográ cos (edad, categoría profesional, género) y
otros institucionales (recursos disponibles) u organizativos (ver por ejemplo, Dun-
dar y Lewis, 1998). Por otro lado, hemos considerado solo personal investigador
en plantilla, ignorando al personal contratado o becario, que también contribuye
a la investigación, y al personal técnico, que es básico en determinadas áreas
experimentales. La diferente incidencia de la colaboración en las distintas áreas
es también importante, como demuestra el hecho de que las diferencias por áreas
se suavizan al calcular la productividad mediante recuento fraccionado. En de -
nitiva, creemos que las diferencias de productividad por áreas se deben más al
tipo de investigación y sus correspondientes hábitos de publicación que a dife-
rencias en la «e ciencia» de los investigadores.
No obstante, el cálculo de la productividad nos permite comparar el presen-
te estudio con otros previos sobre nuestra institución o con los datos correspon-
dientes a otras instituciones homólogas. En lo que se re ere al contexto interna-
cional, un estudio de Coccia (2005) señala que la productividad WoS del CSIC
en 2001 (1,93 publicaciones/investigador) era superior a la del CNR italiano (1,32)
y el CNRS francés (1,42), aunque inferior a la observada para la Sociedad Max
Planck (2,05). No obstante, una vez más hay que tomar estos datos con cautela,
dado que, además de las limitaciones antes mencionadas, pueden existir diferen-
cias en el per l temático de las instituciones que repercutirían sobre los resulta-
dos, por lo que el análisis por áreas temáticas sería más apropiado.
Diversos estudios en la literatura ofrecen datos de productividad por áreas
temáticas, pero las comparaciones son difíciles por las diferencias en el tipo de
población estudiada (total de investigadores, sólo investigadores a jornada com-
pleta o sólo investigadores de determinadas categorías), la de nición de las áreas
temáticas y los distintos contextos institucionales. La productividad media de los
investigadores en nuestro trabajo es superior a la descrita en un estudio sobre las
universidades italianas que considera nueve áreas de «hard sciences» (Abramo y
otros, 2011), así como en un trabajo sobre varias universidades noruegas centra-
do en nueve subcampos de las ciencias naturales y medicina (Aksnes y Silverts,
2009). No obstante, hay que tener en cuenta que en nuestro estudio sólo se in-
cluye el personal en plantilla, y no el contratado, y que los trabajos mencionados
se re eren a personal universitario, que solo dedica una fracción de su tiempo a
investigar (50 % en el caso de las universidades noruegas). Por otro lado, es inte-
resante señalar que en ambos estudios la química muestra la mayor productividad,
ya que también en el caso del CSIC, el área de CC. Tec. Químicas muestra alta
productividad (1,83), muy similar a la de Biol. Biomedicina (1,80), y solo supera-
da por CC. Tec. Materiales (1,89), no considerada en los dos estudios anteriores.
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En el contexto nacional, hay que señalar que se ha producido un incremen-
to destacado de la productividad del CSIC en todas las áreas si se compara con
un estudio previo relativo a los años 1984-87 (Méndez y Salvador, 1992). Este
hallazgo no nos sorprende, dado que la investigación cada vez es más competi-
tiva en todas las áreas y en nuestro país se fomenta la publicación en revistas
internacionales a través de las prácticas de evaluación del personal investigador,
tanto a nivel nacional (CNEAI) ( Jiménez Conteras y otros, 2003) como en el CSIC
(cumplimiento de objetivos y promoción cientí ca)(CSIC, 2009). En cualquier
caso, lo importante no es la publicación de un elevado número de documentos
(alta productividad) sino la calidad de los mismos y su contribución al avance
de la ciencia. Diversos autores señalan que las políticas orientadas a fomentar un
alto número de publicaciones tienen el riesgo de inducir mayor productividad,
pero con publicaciones de menor calidad (ver por ej., Butler, 2003). En principio,
no parece que esto esté ocurriendo en el CSIC, ya que los datos disponibles
muestran una tendencia creciente, tanto en el porcentaje de documentos en el
primer cuartil observado en este estudio, como en las citas recibidas (Bordons y
González-Albo, 2008).
Con respecto a la relación entre nanciación y producción cientí ca, los da-
tos mostrados en este estudio aportan una medida orientativa y parcial del coste
de la investigación ya que sólo considera la nanciación a través de proyectos y
no se incluyen otros gastos como son los del personal. Hay que tener en cuen-
ta que las publicaciones no son el único «output» de la investigación y que los
proyectos no son el único «input» de la misma, ya que existen otro tipo de ayu-
das no consideradas aquí (por ejemplo, ayudas para recursos humanos o infra-
estructuras). Señaladas estas limitaciones, nuestros resultados muestran importan-
tes diferencias por áreas, que en principio esperaríamos estuvieran relacionadas
con el nivel de experimentalidad del área, la so sticación de los equipos nece-
sarios o el coste de los productos utilizados en la investigación. Sin embargo,
destaca el alto coste observado en Biología y Biomedicina, que se sitúa incluso
por delante de CC. Tec. Físicas, a pesar de las so sticadas instalaciones que re-
quiere parte de la investigación realizada en esta última área. El hecho de que
dichas instalaciones sean compartidas entre países, a través de convenios y acuer-
dos institucionales cuyo coste no está re ejado en los proyectos, podría ser una
explicación. Hay que mencionar que CC. Tec. Físicas y Biología y Biomedicina
presentan una productividad (documentos/investigador) por encima de la media
de la institución, pero también son las áreas que cuentan con mayor nanciación
por proyecto (CSIC, 2007), lo que resulta en un alto coste por documento. Más
difícil de explicar es el alto coste de los documentos en CC. Agrarias, pero en
este hecho puede in uir que es el área (exceptuando C. Hum. Soc.) con menor
cobertura de sus resultados en WoS (70 %). En consecuencia, al no disponer de
toda la información relativa a los «inputs» y «ouputs» de la investigación en cada
área, creemos que hay que analizar estos datos con mucha cautela. Dado el in-
terés y la complejidad del tema, son necesarios estudios especí cos que contem-
plen la investigación en sus diversas facetas.
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Indicadores bibliométricos para el análisis de la actividad de una institución multidisciplinar: el CSIC
En de nitiva, este estudio señala el importante papel del CSIC en la investi-
gación española analizada a través de sus publicaciones cientí cas de difusión
internacional, y muestra su capacidad para publicar en mejores revistas y recibir
más citas que el promedio del país, así como su alta internacionalización medida
a través de los vínculos de co-autoría con investigadores de otros países. Final-
mente, se ponen de mani esto las diferencias entre las áreas cientí co-técnicas
del CSIC en su tipo de investigación (carácter básico/aplicado, orientación nacio-
nal/internacional, colaboración cientí ca) y en sus prácticas de publicación y
citación, que probablemente pueden ser extrapolables al conjunto del país, y que
es necesario tener en cuenta en la plani cación e interpretación de los estudios
de evaluación de la actividad de instituciones multidisciplinares.
6. Agradecimientos
Este estudio se enmarca en el proyecto intramural CSIC 200410E605. Agrade-
cemos los comentarios de Isabel Gómez Caridad sobre una versión previa de
este documento, así como las sugerencias de dos revisores que han contribuido
a la elaboración de un mejor artículo. También queremos dar gracias a Raúl Gar-
cía Pérez, traductor jurado e intérprete de inglés, por la revisión de este trabajo
en su versión inglesa.
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ISSN: 0210-0614. doi: 10.3989/redc.2012.1.762
In uencia de la carrera investigadora en la productividad
e impacto de los investigadores españoles. El papel
de la ventaja acumulativa
Antonio García-Romero*
Resumen: La carrera investigadora puede tener un efecto relevante sobre las opciones de
éxito profesional de los investigadores. Dicho efecto, conocido como ventaja acumu-
lativa, contribuiría a agudizar la desigual distribución de la productividad y el impac-
to entre los investigadores. Este trabajo se centra en determinar la presencia de ven-
taja acumulativa en una muestra de 174 investigadores españoles de cuatro áreas de
conocimiento (Física, Química, Biología y Bioquímica). Para contrastar el efecto de la
carrera investigadora se especi ca un modelo multiecuacional que incluye variables
sobre la formación pre y posdoctoral así como con los departamentos donde trabajan
los investigadores. El modelo incorpora un conjunto de hipótesis basadas en la revisión
de la literatura. La estimación se realiza mediante Path Analysis. Asimismo, ha sido
necesario desarrollar un método de estimación de la calidad de los departamentos en
una escala única válida para cualquier país y disciplina. Los principales resultados
con rman la presencia de ventaja acumulativa siendo la productividad predoctoral el
principal determinante de la productividad de los 10 años posteriores a la obtención
del grado de doctor. Finalmente, se observa un sesgo tanto en productividad como
en impacto a favor de los hombres.
Palabras clave: productividad cientí ca, carrera investigadora, ventaja acumulativa, path
analysis.
In uence of a research career on the scienti c productivity and impact
of Spanish researchers: the cumulative advantage role
Abstract: Careers in research can have a signi cant effect on the chances of scientists’
success. This effect, also known as cumulative advantage, contributes to skewing the
unequal distribution of both production and impact among scientists. This paper focuses
on determining whether the cumulative advantage is present within a sample of 174
Spanish scientists doing research in four major areas (i.e.: physics, chemistry, biology
and biochemistry). In order to determine the impact of their careers in research, we
specify a multi-equational model. Among other variables, we include those related with
their doctoral training, the postdoctoral period and the quality of the departments where
scientists are hired after they nish their post doctoral work. Moreover, the model includes
a group of hypotheses gathered from a survey of the literature on this topic. The model
is based on the Path Analysis technique. We also have developed a method to determine
* UPIB. Agencia Laín Entralgo (Comunidad de Madrid) y Departamento Economía (Universidad
Carlos III de Madrid).
Correo-e: agr33@salud.madrid.org.
Recibido: 16-11-2009; 2.ª versión: 02-03-2011; 3.ª versión: 13-10-2011; aceptado: 18-10-2011
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In uencia de la carrera investigadora en la productividad e impacto de los investigadores españoles
the quality of academic departments using a single scale suitable for any country and
discipline. The main result con rms the existence of cumulative advantage being the
predoctoral productivity the main determinant of productivity during the ten years after
obtaining the doctor degree. Finally, a bias in productivity and impact in favour of men
is observed.
Keywords: scienti c productivity, research career, cumulative advantage, path analysis.
1. Introducción
La producción cientí ca se distribuye de un modo muy desigual entre los
investigadores, lo que concuerda con la también desigual distribución del talen-
to entre los humanos. Sin embargo, la concentración de la producción cientí ca
en torno a unos pocos investigadores se agudiza a medida que se avanza en la
carrera investigadora. Esto puede deberse a la existencia otros factores que, al
margen del talento, contribuyen a hacer más productivos a quienes experimentan
una serie de vivencias a lo largo de sus carreras profesionales que les permiten
formar parte de las élites que lideran la estructura social de la Ciencia. En este
estudio se propone una metodología para identi car en qué medida la carrera
investigadora determina tanto la productividad como el impacto de los investi-
gadores en España.
Desde que un licenciado toma la decisión de realizar el doctorado hasta que
naliza su carrera investigadora con su jubilación, tienen lugar numerosos acon-
tecimientos que determinan su probabilidad de éxito (publicar más y en mejores
revistas, recibir premios y reconocimientos, etc.). Uno de los primeros pasos en
la carrera investigadora es la elección —acertada o no— de un buen programa
de doctorado y, una vez dentro de éste, de la posibilidad de tener un director
de tesis que tenga proyectos nanciados y ofrezca al candidato un tema intere-
sante con datos de calidad. Estos factores también pueden in uir sobre la pro-
babilidad de publicar antes de obtener el grado de doctor, así como sobre los
siguientes pasos en la carrera investigadora y, por ende, acaba repercutiendo al
grado de éxito que sea capaz de alcanzar. En este sentido, algunos estudios han
puesto de mani esto que factores como la calidad del departamento de docto-
rado, del director de tesis o las publicaciones durante el doctorado tienen una
in uencia positiva y signi cativa sobre la probabilidad de realizar estancias pos-
doctorales en centros de prestigio (Allison y Long, 1990). Estos acontecimientos
permiten ir acumulando prestigio, lo que constituye un activo muy importante a
la hora de ser contratado en los departamentos de mayor prestigio. Si un inves-
tigador ha seguido una trayectoria como la descrita anteriormente, es bastante
probable que publique más y lo haga en las revistas de mayor impacto lo que,
a su vez, favorece la obtención de nanciación así como tener la oportunidad de
colaborar con los centros de más alto nivel y, en de nitiva, tener una carrera
cientí ca exitosa. La otra cara de la moneda viene representada por un investi-
gador que, teniendo el mismo nivel de habilidades, no da los mismos pasos al
comienzo de su carrera, lo que posiblemente, le lleve por un camino profesional
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ANTONIO GARCÍA-ROMERO
en el que el éxito sea menos probable dado que tendrá menos oportunidades
de formar parte de las élites cientí cas.
El principal objetivo este artículo es contribuir a una mejor comprensión del
modo en que los diferentes factores que suceden a lo largo de la carrera inves-
tigadora contribuyen a alcanzar el éxito, medido en términos de producción
cientí ca y del factor de impacto de las revistas en las que se publica. Para rea-
lizar este estudio, ha sido preciso resolver el problema metodológico de la de-
terminación de la calidad de los departamentos en una escala única. Se puede
considerar que esta es una contribución novedosa del presente trabajo.
El estudio se ha realizado con una muestra de 174 investigadores españoles
de cuatro áreas cientí cas: Física, Química, Biología y Bioquímica. Los datos pro-
ceden de los Curricula Vitarum (CV) de los investigadores empleados en el pro-
yecto de Evaluación del Programa de Becas MEC-Fleming (García-Romero y Mo-
drego, 1996). Para cada individuo, se dispone de información del periodo de su
carrera académica comprendido entre el inicio del doctorado hasta 10 años des-
pués de la obtención del grado de doctor. Los modelos se han estimado utilizan-
do técnicas SEM (Structural Equation Modeling), concretamente se ha utilizado la
técnica de Path Analysis para lo que se ha empleado el paquete estadístico EQS.
Además de esta, otras contribuciones de este estudio son: (i) la incorporación de
la variable que mide la calidad del departamento de estancia posdoctoral y; (ii)
la obtención de un indicador de la calidad de los departamentos en la escala uti-
lizada por el Research Assessment Exercise (RAE) en el Reino Unido (Anexo I).
Los resultados parecen con rmar la existencia de ventaja acumulativa. En
primer lugar, la calidad del departamento de doctorado tiene un efecto positivo
sobre la calidad del departamento de la estancia posdoctoral. En segundo lugar,
también existe un efecto positivo de estas dos variables sobre la calidad del de-
partamento donde son contratados los investigadores cuando nalizan su forma-
ción. En tercer lugar, las publicaciones realizadas durante la etapa predoctoral
junto con la calidad del departamento de doctorado tienen, a su vez, un efecto
positivo sobre la producción cientí ca durante los 10 años posteriores a la ob-
tención del grado de doctor, así como sobre el factor de impacto de las revistas
donde los investigadores publican en dicho periodo. Por otra parte, se con rma
la existencia de sesgo asociado al sexo del investigador dado que los varones
publican más y lo hacen en revistas de mayor impacto. A partir de los resultados
obtenidos se realizan algunas recomendaciones relacionadas con la mejora de
los programas de doctorado.
2. Antecedentes
El estudio de los determinantes de la productividad cientí ca ha sido objeto
de gran cantidad de estudios en los que se ha tratado de explicar a partir de
muy diversos factores (edad, nanciación, tamaño del grupo, etc.). No obstante,
sólo una pequeña parte de los estudios realizados han tratado de explicar la
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In uencia de la carrera investigadora en la productividad e impacto de los investigadores españoles
productividad cientí ca a partir de la carrera investigadora. Una de las razones
que justi can esta relativa escasez de estudios es la ausencia de una de nición
unívoca de carrera investigadora, lo que di culta tanto la posibilidad de un abor-
daje teórico del problema, como la medición de las variables relevantes. Debido
a esta de ciencia, se ha considerado oportuno incluir en esta sección una revisión
de los trabajos sobre la carrera investigadora tanto desde el punto de vista teó-
rico como empírico. Con ello se espera aportar elementos útiles para abordar
estudios sobre la carrera investigadora en el futuro.
2.1. De nición y fundamentos teóricos de la carrera investigadora
El Manual de Frascati (OCDE, 2003) puede considerarse una de las referen-
cias fundamentales a la hora de hablar sobre indicadores de I+D. Sin embargo,
este manual no incluye referencia alguna a la carrera investigadora. Por su par-
te, el Manual de Camberra (OCDE, 1995), cuyo objetivo básico es la medición
de los recursos humanos en Ciencia y Tecnología, tampoco hace mención ex-
plícita a la carrera investigadora, si bien incorpora dos conceptos relativos a la
formación de los investigadores como son el pipeline (proceso de producción
de investigadores) y el retraining (aprendizaje continuo de los investigadores).
El Manual de Camberra menciona la existencia de algunos puntos clave en el
pipeline, si bien éste sólo abarca hasta la obtención del grado de doctor. En
cuanto al retraining, su nalidad es facilitar la comprensión de la carrera inves-
tigadora una vez nalizado el doctorado, aunque sólo desde la perspectiva del
aprendizaje. En ambos casos, el Manual de Camberra diferencia entre el apren-
dizaje formal e informal (aquel derivado de su actividad cotidiana) siendo el
primero mucho más fácil de medir. En este sentido, el Manual de Camberra
adopta el concepto de formación a lo largo de la vida laboral introducido por
la UNESCO de nido como el proceso continuo de adaptación y actualización al
que tienen que hacer frente los cientí cos (UNESCO, 1989).
Para nalizar con el concepto de carrera investigadora, cabe mencionar el
reciente trabajo desarrollado por la RICYT en el proyecto para la elaboración del
Manual de Buenos Aires, donde se de ne de forma explícita la carrera cientí ca
como «la secuencia de eventos y roles socialmente de nidos que los investiga-
dores viven y desempeñan a lo largo del tiempo en el contexto de grupos de
investigación y desarrollo e instituciones académicas y de ciencia, tecnología e
innovación, desde su formación universitaria» (RICYT, 2009). Según esta de nición,
la trayectoria cientí ca incluye aspectos muy diversos. Entre ellos están los rela-
cionados con la formación durante el doctorado, con la etapa posdoctoral así
como con aspectos de índole laboral y cientí co. En el primer grupo, se incluyen
las características de los centros donde son contratados los investigadores, el sa-
lario que perciben o la categoría profesional que ostentan. Por su parte, los su-
cesos de índole cientí ca que tendrían in uencia son, entre otros, la colaboración,
la nanciación obtenida o la publicación de resultados.
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ANTONIO GARCÍA-ROMERO
La comprensión detallada del modo en que la carrera in uye sobre la pro-
ductividad cientí ca, no sólo requiere analizar el efecto que tienen sobre ella
numerosos factores, sino que también es necesario disponer de un marco teóri-
co que postule el modo en el que se relacionan los diferentes factores. En este
sentido, entre los desarrollos teóricos que tratan de explicar la carrera investiga-
dora, destacan los de Robert K. Merton y sus colegas a partir de la década de
los 60 del pasado siglo. Estos estudios contribuyeron en gran medida a desarro-
llar conceptos clave dentro de la Sociología de la Ciencia como son la ventaja
acumulativa (Merton, 1968 y 1988) o el universalismo (Long y Fox, 1995). A par-
tir de estas relevantes contribuciones teóricas, algunos estudios posteriores han
podido explicar de qué modo la carrera investigadora contribuye a incrementar
las diferencias existentes entre investigadores, tanto en términos de producción
cientí ca, como en su impacto. En este contexto, la carrera investigadora se in-
terpreta como una sucesión de acontecimientos los cuales otorgan cada vez más
reputación y ventaja a determinados investigadores. Esto es lo que se conoce
como ventaja acumulativa.
Dentro de este grupo de estudios se pueden encontrar trabajos que han abor-
dado el efecto que determinadas variables asociadas a la carrera investigadora
tienen sobre la producción cientí ca. Tal es el caso del director de tesis (Long y
McGinnis, 1985; Hilmer y Hilmer, 2011), la calidad del departamento en el que
se realiza el doctorado (Crane, 1965; Long, 1978; Long y otros, 1979 y 1993; Long
y McGinnis, 1981; Lee Hansen y Weisbrod, 1978; Allison y otros, 1982; Allison y
Long, 1987; Reskin, 1979; Buchmueller y otros, 1999; Su, 2009), o el departamen-
to en el que se trabaja (Allison y Long 1990; Jacobs, 1999). Pese a que se trata
de estudios de calidad, todos ellos se basan en muestras de investigadores cuyas
carreras se desarrollan en EEUU donde las características del mercado de traba-
jo académico son sustancialmente diferentes de las que existen en Europa. La-
mentablemente, el número de trabajos sobre la carrera investigadora basados en
muestras de investigadores europeos es sensiblemente menor. Entre ellos destacan
los estudios de García-Romero (2002a) y, más recientemente los estudios de Tur-
ner y Mairesse (2007) con físicos franceses, Lissoni y otros (2010) para investiga-
dores en Francia e Italia y Rute-Cardoso y otros (2009) comparando dos muestras
de economistas de Estados Unidos y Europa, respectivamente.
Para nalizar esta revisión de trabajos, deben mencionarse aquellos que in-
cluyen la formación posdoctoral como variable explicativa. Pese a que, a priori,
parece razonable que la formación posdoctoral sea un hito importante en la
carrera de los investigadores, existen relativamente pocos trabajos en los que
se haya tenido en cuenta. Durante la estancia posdoctoral tiene lugar buena
parte de la integración de los investigadores en los denominados invisible co-
lleges, lo que les facilita la captación de fondos, la colaboración con grupos de
otros países y publicaciones conjuntas. Entre los trabajos que consideran la es-
tancia posdoctoral como variable dentro de la carrera investigadora destacan los
de McGinnis y otros (1982), García Romero (2002b) y, más recientemente, Su
(2009).
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In uencia de la carrera investigadora en la productividad e impacto de los investigadores españoles
2.2. Contribuciones metodológicas al estudio de la carrera
investigadora
Además de disponer de una de nición y un marco teórico que permita es-
tablecer las hipótesis de trabajo, es indispensable contar con los indicadores
apropiados para cada variable así como los modelos que permitan contrastar
dichas hipótesis. En este sentido, se pueden diferenciar tres elementos meto-
dológicos fundamentales para abordar un estudio sobre la carrera investiga-
dora:  i) el uso de los CV como fuente de información; ii) la determinación
de escalas únicas para la valoración de departamentos de diferentes disciplinas
y  países, y iii) la modelización adecuada de las relaciones entre las variables
dado que algunas desempeñan, al mismo tiempo, el papel de explicativa y ex-
plicada.
En cuanto al uso de los CV como fuente de información, los primeros traba-
jos que adoptaron esta estrategia son los de Dietz y otros (2000) y García-Rome-
ro (2002a). Pese a que desafortunadamente los CV no son documentos tan es-
tandarizados como sería deseable, éstos aportan información valiosa sobre la
carrera investigadora. Tal es el caso de los directores de tesis, los departamentos
por los que ha ido pasando cada investigador, así como la producción cientí ca.
Por otra parte, la existencia de bases de datos bibliográ cas como el WoS o SCO-
PUS permiten completar la información ausente en los CV.
En cuanto a la valoración de los departamentos de doctorado y posdocto-
rado, cada vez resulta más frecuente y deseable que dichas etapas de la carre-
ra investigadora tengan lugar fuera de nuestro país. Sin embargo, desde el pun-
to de vista metodológico, esta situación genera el problema de medir la calidad
de los departamentos de distintos países. Este problema no es signi cativo cuan-
do se analizan trayectorias de investigadores de Estados Unidos donde tanto el
doctorado, como la estancia posdoctoral y los posteriores destinos académicos,
generalmente tienen lugar sólo en instituciones de aquél país. Por este motivo,
para estudiar la carrera investigadora de cientí cos españoles, es necesario me-
dir en una misma escala, la calidad de los departamentos de diferentes países.
No se tiene conocimiento de trabajos que aborden este problema, aunque sí
hay estudios que plantean enfoques metodológicos que pueden ser de utilidad
para resolverlo. Tal es el caso de Ehrenberg y Hurst (1995), donde se propone
el uso de modelos hedónicos para estimar la valoración de la calidad de pro-
gramas de doctorado en Estados Unidos. Los autores estiman modelos para
distintas disciplinas a partir de variables observables de cada departamento (pro-
grama de doctorado). Esta estrategia constituye el principal elemento del enfo-
que planteado por García Romero (2002c) y se presenta en el Anexo I del pre-
sente artículo.
Para nalizar, en cuanto a la especi cación de un modelo que contemple
todas las hipótesis implicadas a lo largo de la carrera investigadora, cabe señalar
que dependerá de la cantidad y calidad de información disponible. Por esta ra-
zón, algunos trabajos sólo pueden abordar un análisis bivariante que no permite
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ANTONIO GARCÍA-ROMERO
ir más allá de probar correlación o asociación entre pares de variables (Crane,
1965).
En un segundo nivel, se encuentra un grupo de estudios en los que se utili-
zan modelos multivariantes (p.e.: regresión lineal, regresión binomial, etc.). Entre
estos trabajos destacan Turner y Mairesse (2007), Rute-Cardoso y otros (2009) y
Su (2009).
Por último, el enfoque metodológico que permite estimar todos los efectos
de modo simultáneo (multiecuacional o estructural) es posiblemente, el más ade-
cuado para realizar el estudio de la carrera investigadora. Los trabajos más des-
tacados basados en este planteamiento son los siguientes. En primer lugar, Cole
y Cole (1973), empleando técnicas de Path Analysis, estudian el proceso de ad-
quisición de la ’eminencia cientí ca’ de nida como reputación en el departamen-
to y visibilidad. Para ello, usan las publicaciones realizadas en el período pre-
doctoral, las citas que éstas reciben y la calidad del departamento de doctorado
como variables explicativas del prestigio profesional ulterior. Los resultados mues-
tran que existe un efecto signi cativo de la reputación del departamento donde
se ha realizado el doctorado sobre la productividad, si bien, dicho efecto es ma-
yor sobre la actividad a largo plazo que sobre la inmediatamente posterior a la
obtención del doctorado o sobre las citas que reciben los autores. Otros trabajos
analizan la actividad cientí ca de los psicólogos. En el primero de ellos (Chubin,
1981) se emplea la regresión para predecir las publicaciones a partir de las si-
guientes variables: i) calidad del departamento de doctorado; ii) realización de
estancia posdoctoral; iii) prestigio del director de tesis, y iv) número de publica-
ciones antes de la lectura de la tesis así como el número de publicaciones deri-
vadas de ésta. El resultado de este estudio fue que el único determinante de las
publicaciones de un investigador a lo largo de su carrera, es el número de citas
que reciben las publicaciones previas a la tesis. Con un enfoque muy diferente,
los trabajos realizados por Helmreich y otros (1980) y Helmreich y Spence (1982)
consideran como variables explicativas de la carrera investigadora el sexo y la
motivación de los investigadores. Los resultados muestran que los varones son
quienes realizan el doctorado en departamentos de mayor reputación, trabajan
en departamentos de mayor prestigio, publican más artículos y reciben más citas.
En cuanto a la motivación, como cabe esperar, incide positivamente sobre los
resultados. Por último, los trabajos de Rodgers y Maranto (1989) y Maranto y
Streuly (1994), son quizá los más completos tanto por la metodología empleada,
como por el fundamento teórico en el que basan sus modelos. En el primero de
ellos, los autores plantean el estudio de la productividad de una muestra de psi-
cólogos norteamericanos desde una perspectiva multidisciplinar ya que conside-
ran el problema empleando teorías de tipo económico (Capital Humano y Seña-
lamiento); enfoques procedentes de la Sociología (Universalismo y Ventaja
Acumulativa); y, también resultados procedentes de la Psicología (Conocimiento
del Trabajo y modelo Helmreich). La principal novedad que aporta este estudio
es la incorporación de la habilidad de los individuos como variable explicativa,
lo cual permite eliminar los sesgos de diferencia individual (Cohn, 1994) tan co-
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Rev. Esp. Doc. Cient., 35, 1, enero-marzo, 38-60, 2012. ISSN: 0210-0614. doi: 10.3989/redc.2012.1.762

In uencia de la carrera investigadora en la productividad e impacto de los investigadores españoles
munes en este tipo de estudios. Por su parte, Maranto y Streuly (1994) comparan
la Teoría del Capital Humano con la de Ventaja Acumulativa para explicar la
producción cientí ca de investigadores en contabilidad. La principal aportación
de este trabajo consiste en el empleo de dos variables latentes, por lo que los
modelos que se proponen son más so sticados. En el caso español, el trabajo
de García Romero (2002a) puede considerarse el primer estudio de carrera in-
vestigadora que empleó esta metodología para una muestra de investigadores de
nuestro país.
Pese a las diferentes metodologías e indicadores empleados, así como a tra-
tarse de muestras de investigadores de distintos países y disciplinas, la revisión
de la literatura considerada en los párrafos anteriores permite extraer algunas
conclusiones. En primer lugar, parece existir evidencia en cuanto al papel de la
formación de los investigadores. En este sentido, las variables como la calidad
de los departamentos de doctorado y posdoctorado, así como la producción
cientí ca durante el doctorado o el prestigio del director de tesis, tienen un peso
importante a la hora de determinar el éxito ulterior en la carrera investigadora.
Estos resultados avalan la presencia de ventaja acumulativa, es decir, que los di-
ferentes acontecimientos que van teniendo lugar a lo largo de la carrera de los
investigadores aumentan la ventaja de éstos respecto a quienes no siguen la mis-
ma trayectoria.
3. Modelo causal de la carrera investigadora
A la vista de lo expuesto en el apartado anterior, los sucesos que acontecen
a lo largo de la carrera investigadora pueden afectar de diversas formas tanto a
la productividad como al impacto. Por este motivo, un modelo causal de carrera
investigadora debe responder cuestiones como las que se plantean a continua-
ción.
i) ¿Existe alguna relación entre la calidad de la formación doctoral y la
posdoctoral?, ¿y sobre el departamento en el que trabajan los investiga-
dores?
ii) ¿Qué efecto tienen los diferentes departamentos y centros por los que
transcurre la carrera de los investigadores sobre su producción cientí ca?
¿y sobre el impacto de sus publicaciones?
iii) ¿Es posible asociar la producción cientí ca previa al doctorado con la
producción cientí ca posterior?
iv) ¿Existe evidencia de asociación entre el sexo del investigador y la pro-
ducción cientí ca de éste?
Tras estas cuestiones subyacen una serie de hipótesis que pueden extraerse
de la revisión de la literatura desarrollada en el apartado anterior. En particular,
algunas hipótesis proceden de teorías como el Universalismo, la Ventaja Acumu-
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ANTONIO GARCÍA-ROMERO
lativa, la Teoría de conocimiento del Trabajo o la del Teoría del Capital Humano.
Por su parte, otras hipótesis están basadas en la evidencia empírica previa (Hel-
mreich y Spence, 1982). Las hipótesis que se plantean en este artículo son las
siguientes.
Hipótesis I.a. Los individuos con mayor nivel de habilidades (HAB), realizan
el doctorado en departamentos de mayor prestigio (CDOC).
Hipótesis I.b. A partir de Helmreich y Spence (1982), se plantea la existencia
de discriminación en favor de los hombres a la hora de realizar el doctorado en
departamentos de mayor prestigio. Las hipótesis I.a y I.b. se contemplan en la
ecuación [1].
Hipótesis II. La ventaja acumulativa está presente a lo largo de la carrera
de un investigador dando lugar los siguientes efectos: i) la calidad del departa-
mento de doctorado (CDOC) tiene un efecto positivo sobre la publicación de ar-
tículos durante la etapa predoctoral (PREPUB); ii) las variables CDOC y PREPUB
tienen un efecto positivo sobre el prestigio del departamento de la estancia pos-
doctoral (CPOST), y iii) las variables CDOC, PREPUB y CPOST, tienen un efecto
positivo sobre el prestigio del primer departamento donde es contratado el inves-
tigador tras nalizar la estancia posdoctoral (CPT). Estas hipótesis se plantean en
las ecuaciones [2], [3] y [4].
Hipótesis III.a. La productividad cientí ca durante los 10 años siguientes a
la nalización del doctorado (PUB) es mayor para aquellos individuos que: i)
publicaron más artículos durante la etapa predoctoral (PREPUB); ii) se doctoraron
en departamentos de mayor prestigio (CDOC); iii) realizaron su estancia posdoc-
toral en departamentos de mayor prestigio (CPOST); iv) fueron contratados en los
departamentos de mayor prestigio (CPT), y v) son hombres (SEXO). Estas hipótesis
se plantean mediante la ecuación [5].
Hipótesis III.b. El impacto medio de las publicaciones realizadas durante
los 10 años siguientes a la nalización del doctorado (FID) tiene una relación
positiva similar a la hipótesis II.a con las variables PREPUB, CDOC, CPOST, CPT
y SEXO. Asimismo, se plantea la hipótesis de que quienes tienen una mayor pro-
ductividad cientí ca durante los 10 años siguientes a la nalización del docto-
rado (PUB) también tienen un mayor impacto (FID). Estas hipótesis se plantean
mediante la ecuación [6].
Las hipótesis anteriores se formulan en las seis ecuaciones que permiten con-
trastar la veracidad de cada una de ellas. Las ecuaciones que comprende el mo-
delo son las siguientes:
[1] CDOC = b HAB + b SEXO + e
1
S1
1
[2] PREPUB = b CDOC + b SEXO + e
2
S2
2
[3] CPOST = b CDOC + b PREPUB + b CPOST + b SEXO + e
3
4
14
S3
3
[4] CPT = b CDOC + b PREPUB + b CPOST + b SEXO + e
5
6
7
S4
4
[5] PUB = b CDOC + b PREPUB + b CPOST + b CPT + b SEXO + e
8
9
10
11
S5
5
[6] FID = b CDOC + b PREPUB + b CPOST + b CPT + b PUB + b SEXO + e
12
13
14
15
16
S6
6
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In uencia de la carrera investigadora en la productividad e impacto de los investigadores españoles
Dado que existen variables que desempeñan simultáneamente los roles de
variable dependiente e independiente, se requiere un modelo estructural, es de-
cir, que estime de forma simultánea todos los parámetros de las seis ecuaciones.
Una vez estimado el modelo, aquellos parámetros que son signi cativos (distintos
de 0), indican que la hipótesis asociada se cumple. Por el contrario, los paráme-
tros que deben considerarse nulos indicarán que la hipótesis asociada no se
cumple para la muestra considerada en este estudio. Por último, dado que algu-
nas las variables son medidas de un mismo individuo a lo largo del tiempo (p. ej.:
PREPUB y PUB), los parámetros que resulten signi cativos permiten hacer infe-
rencia causal.
4.
Datos y metodología
4.1. Datos
Los datos empleados en este estudio proceden del listado de solicitantes de
becas posdoctorales del Ministerio de Educación y Ciencia durante el periodo
1985-1992. El listado original se depuró para eliminar casos repetidos asociados
con la existencia de solicitudes de los mismos individuos presentadas a distintos
programas y/o convocatorias. El criterio de inclusión de los registros fue consi-
derar el registro de concesión de la beca para quienes recibieron la ayuda y el
último registro cronológico para quienes nunca recibieron beca para realizar una
estancia posdoctoral en el extranjero.
En primer lugar, se seleccionó una muestra aleatoria 419 investigadores de to-
das las áreas de conocimiento. A continuación, se les envió un cuestionario y se
les pidió una versión actualizada de sus CV. Al nalizar el trabajo de campo se
recibieron un total de 269 respuestas de las que 228 adjuntaron sus CV (tabla I).
Finalmente, se consideraron sólo 174 casos que se correspondían con investiga-
dores en Ciencias Experimentales. Los investigadores en disciplinas de Ciencias
Sociales se excluyeron debido a las diferencias existentes con las disciplinas expe-
TABLA I
Población y muestra del estudio
N
Error(1)
Población
1.679
Cuestionarios enviados
419
Respuestas
269
Respuestas con CV
228
Casos utilizados
174
± 2 %
(1) Error estimado sobre proporciones del total con p = q = 0,5 y 95 % de signi cación.
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ANTONIO GARCÍA-ROMERO
rimentales en cuanto a producción cientí ca se re ere. No obstante, la muestra
seleccionada presenta un problema de heterogeneidad dado que los 174 investi-
gadores que la componen desarrollan su actividad en varias disciplinas (tabla II).
Esta heterogeneidad podría ser un problema a la hora de considerar indicadores
bibliométricos como el número de artículos o los factores de impacto que, como
es sabido, dependen de cada disciplina. Por ello, fue necesario estandarizar dichos
indicadores bibliométricos para cada una de las cuatro áreas de conocimiento, que
son Física, Química, Bioquímica y Biología (ver tabla III).
TABLA II
Distribución por disciplinas
Disciplina
N
%
% acum.
Biología
51
29,3
29,3
Química
50
28,7
58,0
Bioquímica
40
23,0
81,0
Física
33
19,0
100,0
Total
174
100,0
Por otra parte, debido al diferente grado de completitud y actualización de
la información recogida en los CV, no se disponía de la misma información para
todos los individuos. Por ello, fue necesario utilizar otras fuentes de información
con el n de completar y/o actualizar la información individual. Para ello se em-
pleó el SCI (versión CD-ROM) para completar los datos sobre producción cien-
tí ca, y el JCR para calcular los FI medios de cada individuo. Finalmente, algunos
CV no contenían información completa sobre la trayectoria profesional por lo
que se procedió a utilizar buscadores de Internet (fundamentalmente Altavista y
Yahoo) y software especí co de recopilación de información (I-Harvest), para
completar las trayectorias profesionales. En particular, se recavaron datos sobre
los departamentos en los que fueron contratados una vez terminaron su docto-
rado. Esta mejora permitió la elaboración de una base de datos que contenía
información homogénea tanto en el periodo como en los indicadores para los
174 individuos de la muestra.
4.2. Variables
Las variables empleadas en este estudio se de nen en la tabla III y los prin-
cipales estadísticos descriptivos se recogen en la tabla IV. El estudio está plan-
teado para determinar el efecto que tienen diferentes factores relacionados con
la carrera investigadora sobre la producción cientí ca en los 10 años tras la ob-
tención del grado de Doctor (PUB), así como el Factor de Impacto medio de
dichas publicaciones (FID). Las variables de cada individuo que se utilizan para
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In uencia de la carrera investigadora en la productividad e impacto de los investigadores españoles
modelizar la carrera investigadora son: i) sexo del investigador (SEXO); ii) calidad
del departamento de doctorado (CDOC); iii) publicaciones realizadas antes de
obtener el grado de doctor (PREPUB); iv) calidad del departamento de estancia
posdoctoral (CPOST), y v) calidad del departamento donde se obtiene el primer
trabajo (CPT). Como se ha mencionado antes, la muestra incluye individuos de
disciplinas diferentes por lo que tanto FID como PUB han sido estandarizadas
(ver tabla III). Por su parte, PREPUB no se normaliza dado que no existen dife-
rencias signi cativas entre las cuatro disciplinas.
TABLA III
De nición de las variables empleadas en el estudio
Variable
Descripción
Tipo
Fuente
SEXO
Sexo del investigador.
Binaria (0: mujer, CV
1: hombre)
HAB
Proporción de estudiantes que abandonan Intervalo
CV y CRUE
la Universidad de licenciatura del indivi-
duo sin graduarse. Se trata de una proxy
que indica calidad de la universidad de
licenciatura.
CDOC
Calidad departamento de doctorado en es-
Intervalo(ii) (1-7)
www.rae.ac.uk
cala RAE(i).
PREPUB
Productividad predoctoral (nº artículos ISI) Intervalo
SCI y CV
estandarizada por disciplina cientí ca(i).
CPOST
Calidad del departamento de estancia post-
Intervalo(ii) (1-7)
www.rae.ac.uk
doctoral en escala RAE(ii).
CPT
Calidad del departamento del primer traba-
Intervalo(ii) (1-7)
www.rae.ac.uk
jo tras etapa postdoctoral en escala RAE.
PUB
Productividad durante los 10 años posterio-
Intervalo
CV y SCI
res al doctorado estandarizada por disci-
plina cientí ca del mismo modo que
PREPUB.
FID
Factor de impacto medio relativo de la pro-
Intervalo
CV y JCR
ducción cientí ca posterior al doctorado(iii).
SCI – SCI
(i) PREPUB =
i
j donde i representa el individuo y j la disciplina cientí ca. SCI es el número de
i
S
i
j
artículos publicados en revistas indexadas en SCI en el período predoctoral por el individuo i, SCI representa
j
el promedio de artículos de este tipo publicados por todos los miembros de la muestra que investigan en la
misma disciplina. Finalmente, S es la desviación típica de la variable SCI para todos los miembros de la disci-
j
plina j.
(ii) Para los centros del Reino Unido se tomaron las valoraciones reales (www.rae.ac.uk). Para los departa-
mentos de otros países se estimaron mediante un modelo hedónico a partir de las publicaciones de cada de-
partamento en el año en el que se realizó la estancia. El número de publicaciones se obtuvo de la base de
datos SCI haciendo una búsqueda por centro (departamento) y año.
(iii) El FI de cada revista se ha dividido por el FI medio de las 10 primeras revistas de su categoría en la
que se encuentra clasi cada según el JCR de 1998 (Schwartz y López-Hellín, 1996).
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ANTONIO GARCÍA-ROMERO
Uno de los retos más importantes de este estudio, ha sido disponer de una
metodología que permitiese estimar la calidad de los diferentes departamentos
por los que han ido pasando los investigadores empleando una única escala.
Sólo de este modo es posible considerar todos los individuos en modelo con-
junto que abarque las distintas fases de la carrera investigadora. Por ejemplo, es
necesario poder tener en la misma escala la calidad de los departamentos de
doctorado (CDOC), estancia posdoctoral (CPOST) y primer trabajo (CPT) inde-
pendientemente del país en el que estuviesen ubicados (anexo I).
TABLA IV
Estadísticos descriptivos de las variables
Estadístico
Variable
Media
DT
Asimetría
Curtosis
SEXO
0,63
0,48
–0,55
–1,714
HAB
10,98
2,68
–0,45
0,45
CDOC
4,48
1,08
–0,33
0,23
PREPUB
0,00
0,99
–1,23
2,65
CPOST
5,28
1,37
–2,35
3,56
CPT
4,19
1,52
–0,53
0,20
PUB
–0,03
1,01
–0,71
0,05
FID
0,50
0,56
2,45
6,18
TABLA V
Matriz de correlaciones entre variables
SEXO
HAB
CDOC
PREPUB
CPOST
CPT
PUB
FID
SEXO
HAB
–0,004
CDOC
0,010
0,228
PREPUB
0,167
0,114
0,137
CPOST
0,100
–0,004
0,316
0,172
CPT
–0,103
0,009
0,527
0,138
0,225
PUB
0,211
0,041
0,101
0,548
0,126
0,157
FID
0,193
–0,048
0,206
–0,011
0,268
–0,050
–0,021
En relación con el análisis descriptivo (tabla IV), es necesario mencionar que
tanto PREPUB como PUB, al tratarse de valores estandarizados se obtienen valo-
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In uencia de la carrera investigadora en la productividad e impacto de los investigadores españoles
res medios iguales o inferiores a 0. En cuanto a las correlaciones, los valores
presentados en la tabla V, ponen de mani esto que las mujeres publican menos
(PREPUB y PUB) y lo hacen en revistas con menor impacto (FID). Sin embargo,
el coe ciente de correlación con CPT es negativo, lo que indica que los depar-
tamentos que contratan a las investigadoras son de mayor prestigio que los de-
partamentos donde son contratados los hombres. En cuanto a la calidad del
departamento de doctorado, se aprecia una relación positiva con la producción
predoctoral y la calidad del departamento de estancia posdoctoral y del primer
trabajo, posiblemente debido a que en muchos casos coincide con el departa-
mento de doctorado.
4.3. Limitaciones de los datos
La base de datos presenta dos limitaciones importantes que son la antigüedad
y la heterogeneidad dado que incluye investigadores de varias disciplinas. En
relación con la antigüedad de los datos, hubiera sido deseable actualizar la in-
formación de los individuos de la muestra con el n de ampliar el periodo de
estudio a 20 años tras su doctorado en lugar de hacerlo a 10 años. Sin embargo,
esto no ha sido posible debido al compromiso de con dencialidad adquirido con
los participantes en el estudio. Por otra parte, la extensión del periodo de estudio
a 20 años después del doctorado, quizás hubiera aumentado la heterogeneidad
de la muestra al ponerse de mani esto las diferencias en producción cientí ca e
impacto que existen entre especialidades diferentes dentro de una misma disci-
plina. Para evitar este problema, hubiese sido necesaria una muestra mayor. Por
su parte, en cuanto a la heterogeneidad de la muestra, se trata de una limitación
importante que futuros estudios deberían solventar mediante la utilización de
muestras más grandes o especí cas para cada disciplina. Estas limitaciones tienen
implicaciones sobre los resultados y conclusiones del estudio que se considerarán
en los apartados correspondientes.
4.4. Estimación del modelo
Las hipótesis planteadas en la sección 3 se incorporaron en un modelo mul-
tiecuacional cuyos parámetros se estimaron mediante la técnica conocida como
Path Analysis (Kline, 1998) por máxima verosimilitud mediante el paquete esta-
dístico EQS 2.1 (Bentler, 1995). La elección de la técnica está justi cada porque
permite estimar simultáneamente todos los coe cientes de un modelo multiecua-
cional como el planteado en este trabajo. La valoración de la bondad del ajuste
del modelo se hizo mediante nueve estadísticos, siguiendo las recomendaciones
propuestas por Kline (1998). La de nición de los estadísticos así como sus crite-
rios de interpretación se presentan en la tabla VII.
Rev. Esp. Doc. Cient., 35, 1, enero-marzo, 38-60, 2012. ISSN: 0210-0614. doi: 10.3989/redc.2012.1.762
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ANTONIO GARCÍA-ROMERO
5. Resultados
Los valores de los parámetros estimados así como su signi cación se recogen
en la tabla VI y la gura 1. En ambos se presentan los valores de los parámetros
b estandarizados. Esto signi ca que cuanti can el efecto en términos de desvia-
ciones estándar. Así, por ejemplo, el efecto CDOC → CPOST es 0,324 lo que
signi ca que si se incrementa en una desviación estándar la variable CDOC, el
efecto observado sobre la variable CPOST será de 0,324 desviaciones estándar.
Además, para cada hipótesis o efecto causal considerado, se presenta el corres-
pondiente valor del estadístico t de Student con su p-valor que indican la signi-
cación del parámetro b.
TABLA VI
Coe cientes estimados
Efecto
b
t
HAB → CDOC
0,228**
3,09
SEXO → CDOC
0,010
0,130
CDOC → PREPUB
0,137*
1,82
SEXO → PREPUB
0,118
1,65
PREPUB → CPOST
0,132*
1,83
CDOC → CPOST
0,324**
4,39
SEXO → CPOST
0,097
1,35
CDOC → CPT
0,504***
7,48
CPOST → CPT
0,221**
3,04
PREPUB → CPT
0,060
0,920
SEXO → CPT
–0,116*
–1,80
CDOC → PUB
–0,014
–0,180
PREPUB → PUB
0,535***
8,35
CPT → PUB
0,157**
2,09
CPOST → PUB
0,170
0,250
SEXO → PUB
0,230**
3,13
CDOC → FID
0,247**
2,90
PREPUB → FID
-0,011
0,140
CPT → FID
–0,210**
2,49
CPOST → FID
0,225**
3,03
PUB → FID
–0,031
–0,43
SEXO → FID
0,152**
2,09
* p < 0,1; ** p < 0,05; *** p < 0,001.
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In uencia de la carrera investigadora en la productividad e impacto de los investigadores españoles
TABLA VII
Estadísticos de ajuste del modelo y criterios para su interpretación
Estadístico
Valor
Descripción y criterio de interpretación
21,177
X 2
X2(df)
≤ 3
(16)
df
Índice de Bentler normalizado. Valores próximos a 1 indican
NFI
0,898
mejor ajuste.
Índice de Bentler no normalizado. Valores más altos indican me-
NNFI
0,950
jor ajuste.
Índice de ajuste comparativo. Valores próximos a 1 indican mejor
CFI
0,971
ajuste.
Índice de bondad del ajuste. Valores próximos a 1 indican mejor
GFI
0,971
ajuste. Depende de la complejidad del modelo.
Índice de bondad del ajuste corregido. Valores próximos a 1 in-
AGFI
0,934
dican mejor ajuste. Es independiente de la complejidad del
modelo.
Suma cuadrados de los residuos. El modelo es tanto mejor cuan-
RMSEA
0,044
to más próximo a 0 sea su valor.
Criterio informacional de Akaike. Permite comparar modelos in-
AIC
–10,823
dependientemente de que sean anidados o no. El mejor mo-
delo es el de menor AIC.
Criterio informacional de Akaike-Bozgodan. Similar al AIC pero
CAIC
–77,386
corregido por la complejidad del modelo. El mejor modelo es
el de menor CAIC.
Los estadísticos de ajuste del modelo ponen de mani esto que la especi ca-
ción ha sido correcta y que el modelo explica adecuadamente la relación estruc-
tural existente entre las variables.
En cuanto a la interpretación de parámetros, en primer lugar, parece con r-
marse la existencia de ventaja acumulativa. En efecto, los investigadores con ma-
yor nivel de habilidades son admitidos en programas de doctorado de mayor
calidad (HAB → CDOC = 0,228). Por otra parte, la calidad del departamento de
doctorado tiene un efecto positivo sobre la calidad del departamento donde se
realiza la estancia posdoctoral (CDOC → CPOST = 0,324). Por último, la calidad
departamento de doctorado incide de forma positiva en la calidad del departa-
mento del primer trabajo (CDOC → CPT = 0,504). No obstante, el alto valor de
este parámetro puede deberse en parte a la endogamia, ya que en muchos casos
los departamentos de doctorado y primer trabajo son el mismo.
A la vista del modelo estimado, puede concluirse también cuáles son los
principales determinantes de la productividad cientí ca de los investigadores en
los 10 años posteriores a la obtención del doctorado (PUB). En este sentido, uno
de los más importantes es la productividad predoctoral (PREPUB → PUB = 0,535)
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ANTONIO GARCÍA-ROMERO
FIGURA 1
Coe cientes del modelo estructural de carrera investigadora
HAB
PREPUB
PUB
0,13
0,23
0,23
0,14
0,16
0,32
CPOST
SEXO
−0,12
CDOC
0,22
0,50
CPT
0,15
0,23
0,25
Bondad de ajuste del modelo
−0,21
Chi = 21,177; NFI = 0,898; NNFI = 0,950;
CFI = 0,971; GFI = 0,971; AGFI = 0,934;
FID
RMSEA = 0,044; AIC = –10,823;
CAIC = –77,386
que probablemente incorpora una variable que no se ha incluido como es el
prestigio del director de tesis. En segundo lugar, existe un sesgo asociado al sexo
de los investigadores, ya que los hombres tienen una productividad mayor (SEXO
→ PUB = 0,230).
Respecto a la dimensión cualitativa de la producción cientí ca (FID), los re-
sultados presentados en la tabla VI sugieren los siguientes efectos. En primer
lugar, la calidad tanto del departamento de doctorado como de la estancia pos-
doctoral tienen un efecto positivo sobre el impacto de las revistas en las que
publican los investigadores (CDOC → FID = 0,247 y CPOST → FID = 0,225). Este
último efecto podría explicarse de dos formas alternativas. Por un lado, los de-
partamentos de mayor calidad desarrollan investigación de mayor impacto. Por
otro lado, la estancia en departamentos prestigiosos es una oportunidad para que
los investigadores puedan integrarse en las élites cientí cas (Invisible Colleges),
lo que aumenta las posibilidades de publicar en las mejores revistas de cada
campo (Garvey, 1971). En este caso, es probable que los dos efectos descritos
anteriormente coexistan aunque sería interesante identi car el peso de cada uno
de ellos, así como ver si existen diferencias entre campos cientí cos.
En segundo lugar, existe un efecto negativo de la calidad del departamento
del primer trabajo sobre el FID (CPT → FID = –0,210), lo que contradice la hipó-
tesis. Una posible explicación puede ser que en los años que abarca el periodo
del estudio, en España se crearon varias universidades que contrataron a jóvenes
investigadores recién formados. Según los datos recavados a partir de los CV, se
observa un patrón de comportamiento que revela que buena parte de los inves-
tigadores optaron por trabajar en estas nuevas universidades con condiciones de
trabajo más favorables (Profesores Titulares) que las que hubiesen tenido en sus
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In uencia de la carrera investigadora en la productividad e impacto de los investigadores españoles
universidades de origen cuyas plantillas estaban más consolidadas. Asimismo, este
comportamiento fue adoptado mayoritariamente por hombres mientras que las
mujeres parecieron decantarse por volver a sus universidades de origen y, por tan-
to, a departamentos de mayor prestigio. Esta puede ser también la razón por la
que el coe ciente SEXO → CPT es negativo. El comportamiento que se acaba de
describir se asemeja al que se denomina como intercambio de rango por presti-
gio (Long, 1978 y 1979). Según este comportamiento, los investigadores con me-
jores habilidades pre rían trabajar en departamentos de menor prestigio a cambio
de mejorar su categoría profesional.
Para nalizar, al igual que ocurre con la productividad, parece existir un ses-
go a favor de los hombres quienes parecen publicar en revistas de mayor impac-
to (SEXO → FID = 0,152).
6. Conclusiones y recomendaciones
La productividad cientí ca presenta una distribución muy desigual entre los
investigadores tanto en número de artículos como en citas. Esta situación puede
explicarse parcialmente por las diferencias individuales en habilidades, pero exis-
ten otras causas que agudizan la desigualdad. Por ejemplo, algunos procesos
sociológicos como la Ventaja Acumulativa pueden contribuir a aumentar la des-
igualdad existente entre los investigadores en relación con su productividad o
con las citas que reciben.
En este estudio se exploran los procesos que controlan la productividad
cientí ca usando hipótesis que proceden de diferentes disciplinas. Los resultados
parecen con rmar la presencia de ventaja acumulativa en la muestra analizada.
Asimismo, la productividad predoctoral parece ser el mejor predictor de la pro-
ductividad durante los 10 años posteriores al doctorado. También se observa
que la calidad del departamento de doctorado es un factor importante para me-
jorar la productividad predoctoral. Estos resultados sugieren algunas recomen-
daciones políticas relacionadas con la mejora de los programas de doctorado
como estrategia para aumentar tanto la cantidad como la calidad de los artículos.
Otros resultados de interés son los relativos a la for
mación posdoctoral y las
diferencias asociadas al sexo del investigador. En relación con la primera, se ha
observado que la calidad de la formación posdoctoral es un determinante clave
de la calidad de las publicaciones ulteriores, que también dependen de la cali-
dad del departamento de doctorado. En segundo lugar, existen sesgos asociados
al sexo tanto en número de publicaciones como en el factor de impacto. No
obstante, se observa que las mujeres acceden a los mismos programas de doc-
torado, realizan estancias posdoctorales de calidad similar a los hombres e in-
cluso son contratadas por departamentos de mayor nivel cuando nalizan la
etapa posdoctoral. No obstante, estos resultados deben ser interpretados con
cautela debido al pequeño tamaño muestral así como la heterogeneidad disci-
plinar de la muestra.
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ANTONIO GARCÍA-ROMERO
Una de las principales contribuciones de este estudio es la inclusión de la
formación postdoctoral, como variable explicativa y explicada, en el modelo de
la carrera investigadora. Para ello, ha sido preciso desarrollar una metodología
basada en modelos hedónicos que permite estimar la calidad de cualquier de-
partamento en la escala empleada en el Research Assessment Exercise (RAE) del
Reino Unido (García-Romero, 2002b).
El modelo que resulta de incorporar los parámetros signi cativos y la forma-
ción posdoctoral ajusta los datos de modo bastante satisfactorio. No obstante, es
preciso reconocer que no se han incluido algunas variables que podrían ser re-
levantes como es el caso de la nanciación recibida por los investigadores a lo
largo de su carrera. A partir de los resultados obtenidos se sugieren las siguien-
tes recomendaciones políticas:
i) Mejorar la formación predoctoral puede generar un efecto positivo sobre
varias variables contribuyendo a mejorar la productividad cientí ca tanto
desde el punto de vista cuantitativo como cualitativo. Un modo de me-
jorar la calidad de los programas de doctorado es mediante un sistema
de acreditación de los Departamentos que sea indispensable para poder
formar nuevos investigadores dado que no todos los departamentos son
capaces de formar buenos investigadores.
ii) Mejorar la formación posdoctoral de los investigadores. Esto puede ha-
cerse exigiendo una estancia posdoctoral en centros de prestigio inter-
nacional como requisito indispensable para ser contratado en algún
departamento o centro de investigación español.
iii) Creación de un mercado de trabajo académico a nivel nacional y europeo.
Para ello, puede ser de utilidad realizar una evaluación sistemática de
todos los departamentos y centros de investigación similar al RAE desa-
rrollado en el Reino Unido. Esta medida podría facilitar una asignación
de recursos más e ciente entre los departamentos de toda Europa. Asi-
mismo, los resultados servirían a modo de señal para atraer a los mejo-
res graduados a los centros de excelencia.
En cuanto a posibles mejoras de este estudio y nuevas líneas de investigación
se pueden considerar las siguientes: i) desarrollar indicadores más ables para la
habilidad, que permitan explorar sus efectos de un modo más preciso; ii) au-
mentar el tamaño muestral con objeto de poder hacer comparaciones entre cam-
pos cientí cos, países, regiones, etc.; iii) incluir variables relevantes que han sido
omitidas por falta de información tales como la nanciación recibida, el director
de tesis, etc.; iv) aumentar el periodo de estudio, con objeto de poder realizar
estudios de cohortes que permitan  conocer la dinámica del proceso de produc-
tividad cientí ca; v) usar modelos estadísticos basados en variables latentes en
lugar de variables observadas.
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In uencia de la carrera investigadora en la productividad e impacto de los investigadores españoles
7. Agradecimientos
Este trabajo se ha hecho gracias a la APC-93-097 nanciada por la DGYCYT
del MEC. Asimismo, el autor desea agradecer a los profesores Juan J. Dolado y
Aurelia M. Modrego por su asesoramiento en el desarrollo de esta investigación.
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Anexo I. Estimación de la calidad de los departamentos
en escala única
Para poder estimar el modelo de carrera investigadora se requiere disponer
de indicadores de la calidad de los departamentos de doctorado (CDOC), estan-
cia posdoctoral (CPOST) y primer trabajo (CPT) en la misma escala independien-
temente del país en el que estén ubicados. Por otra parte, la mayoría de los in-
dividuos considerados en esta muestra realizaron sus estancias posdoctorales en
centros del Reino Unido. En este país, se lleva a cabo desde 1986 una evaluación
de cada departamento y centro de investigación conocida como Research As-
sessment Exercise (RAE). Como resultado de esta evaluación, cada departamento
queda incluido en una escala con siete niveles diferentes que resulta apropiada
para incluirla en el modelo de carrera profesional. El problema es que dado que,
además de centros en el Reino Unido, también es preciso tener una valoración
de la calidad de departamentos de otros países donde los individuos de la mues-
tra se doctoraron, realizaron su estancia posdoctoral o acabaron siendo contratados.
Para poder estimar la calidad de los departamentos no británicos en la esca-
la RAE, se planteó una metodología inspirada en dos resultados previos. Por una
parte, el uso de modelos hedónicos para la estimación de la calidad de los pro-
gramas de doctorado en Estados Unidos (Ehrenberg y Hurst, 1996). Por otra
parte, la relación existente entre el número de citas que recibe una institución y
el número de artículos que publica (Katz, 1999). El primer estudio propone un
método para estimar la calidad de los departamentos a partir de características
observables (modelo hedónico) aplicándolo a programas de doctorado en Estados
Unidos. Para ello, emplea una serie de atributos de cada programa de doctorado
como son la productividad y su distribución interna medida por el índice de Gini,
la nanciación recibida, el ratio profesores/estudiantes o la duración media de la
tesis. Lamentablemente, en nuestro caso, no se dispone de información su cien-
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ANTONIO GARCÍA-ROMERO
te para poder emplear los modelos propuestos por Ehrenberg y Hurst (1996).
Para tratar de superar esta di cultad, se consideró el enfoque propuesto por Katz
(1999) según el cual la relación entre productividad de un departamento y su
prestigio está determinada por una ley de potencia. Según este autor, el número
de citas recibidas por un departamento (C) vendría determinado por las publica-
ciones P por la ley de potencia C = AP l; l > 1, donde A y l son constantes.
A partir de este planteamiento, se estimaron modelos de potencia para cada dis-
ciplina empleando los datos del RAE para los departamentos británicos median-
te la ecuación R = AP l, donde R y P indican, respectivamente, la valoración del
i
i
i
i
departamento i en la escala RAE y su producción cientí ca medida en número
de artículos en el SCI. Los coe cientes de correlación de dichos modelos oscila-
ron entre 0,7 y 0,9 lo que avala la validez de los mismos. Finalmente, se utiliza-
ron los modelos estimados para los departamentos del Reino Unido, para estimar
la calidad de otros departamentos en la escala RAE, siguiendo el esquema pro-
puesto por Ehrenberg y Hurst (1996).
60
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Revista Española de Documentación Cientí ca,
35, 1, enero-marzo, 61-93, 2012
ISSN: 0210-0614. doi: 10.3989/redc.2012.1.858
Indicadores para la evaluación de la calidad
en cibermedios: análisis de la interacción
y de la adopción de la Web 2.0
Ruth Rodríguez-Martínez*, Lluís Codina*, Rafael Pedraza-Jiménez*
Resumen: La creciente adaptación de los medios de comunicación al entorno digital hace
conveniente la utilización de metodologías de análisis que permitan determinar la ca-
lidad de sus sitios web. En este artículo, a partir del estudio de las características de
las webs de algunos de los medios de comunicación más importantes a nivel interna-
cional, se propone una metodología para la evaluación especí ca de este tipo de sitios
web. El modelo propuesto se compone de treinta y seis indicadores, organizados en
torno a ocho parámetros que permiten valorar, especialmente, la adaptación del medio
de comunicación a la interacción de la Web 2.0. Otros aspectos a los que también se
presta atención, pero en menor medida, son la arquitectura de la información, la usa-
bilidad, la accesibilidad o las herramientas de interacción y comunicación que éste
pone a disposición de sus usuarios.
Palabras clave: Análisis y evaluación de recursos digitales, metodología de análisis y eva-
luación, indicadores, medios de comunicación, cibermedios, Web 2.0, cooperación,
interacción, socialización, calidad del contenido, participación.
Indicators to evaluate the quality of online journalism web sites:
an analysis of Web 2.0 interaction and adoption
Abstract: Due to the increasing adaptation made by the mass media to the Web scenario,
there is need for a methodology to allow us to analyze and evaluate the quality of news
websites. Based on a study of the characteristics of the websites of the major news media,
this article proposes a speci c methodology for the evaluation of this sort of website. The
proposed methodology consists of thirty-six indicators, organized around eight parameters
that evaluate, mainly, the degree of adaptation of the media to Web 2.0 interaction.
Apart from that, other aspects are evaluated, such as information architecture,
accessibility, usability and the interaction and communication tools offered to users.
Keywords: Analysis and evaluation of digital resources, methodology of analysis and
evaluation, indicators, media, online media, news websites, Web 2.0, cooperation,
interaction, socialization, content quality, participation
* Universitat Pompeu Fabra, Barcelona. Correo-e: ruth.rodriguez@upf.edu, lluis.codina@upf.edu,
rafael.pedraza@upf.edu.
Recibido:21-04-2011; 2.ª versión: 07-07-2011; aceptado:18-07-2011.
61

RUTH RODRÍGUEZ-MARTÍNEZ, LLUÍS CODINA, RAFAEL PEDRAZA-JIMÉNEZ
1. Introducción
El entorno generado a raíz de la aparición y consolidación de la Web 2.0 ha
cambiado la manera en la cual los sitios web de los medios de comunicación
(cibermedios a partir de ahora) ponen el contenido a disposición de los usuarios
(Glocer, 2006; López García, 2008). Este artículo tiene como objetivo presentar
un conjunto de indicadores que pueden ser útiles para la evaluación del nivel
de adaptación de los cibermedios a la Web actual (Pew Research Center, 2011),
haciendo especial énfasis en la interacción (Schutz, 1999) (de la cual la persona-
lización es uno de sus aspectos destacados), pero incluyendo también aspectos
relevantes de usabilidad y arquitectura de la información. El motivo es que en-
tendemos que la merecida atención a los aspectos de la Web 2.0 y la nueva
interacción que promueven, no debería eliminar el interés por componentes
vinculados con la usabilidad y la arquitectura de la información.
Para obtener los indicadores que se presentarán a continuación se llevó a
cabo una labor de análisis de los principales cibermedios españoles e internacio-
nales (Rodríguez-Martínez y otros, 2010). Naturalmente, para analizar, es necesa-
rio disponer de instrumentos de análisis, pero el objetivo de este trabajo era
conseguir estos instrumentos de análisis: un pez que se muerde la cola.
Para resolver este problema se adoptó un triple punto de partida: en primer
lugar se tomaron como objeto de estudio preferente (pero no exclusivamente,
como ya hemos indicado) los aspectos de los cibermedios relacionados con la
Web 2.0, entre otras, la interacción y la personalización, ya que otras cuestiones
de la Web «convencional» ya han sido reiteradamente tratadas. En segundo lugar
se procedió a realizar un mapeo de funciones presentes en los medios analizados,
todo ellos medios de referencia. Esto signi ca que, hasta el momento, ningún
medio presenta todas las funciones o características de la Web 2.0; pero un ma-
peo de las diversas funciones sí nos puede proporcionar el conjunto de esas
funciones (no de las funciones posibles en un mundo ideal, sino el conjunto de
las funciones en los Cibermedios realmente existentes).
Una vez con el mapa de las funciones, se procedió a documentarlas aplican-
do una de las metodologías de obtención y de documentación de indicadores
más utilizadas en este tipo de estudios (Codina, 2006), incluyendo la idea básica
de que los indicadores deben agruparse al menos en parámetros (sin perjuicio
de otras unidades de agrupación). Asimismo, se han tenido en cuenta los traba-
jos realizados por Zamith (2008) y Palacios (Palacios y Díaz Noci, 2009), así como
los modelos de análisis propuestos por Rodríguez-Martínez y otros (2009) y Gua-
llar y Abadal, 2009).
Una metodología de análisis como la que presentamos aquí, entendemos que
puede ser aplicada en escenarios como los siguientes:
• Escenario 1: evaluación de la calidad de los contenidos de los sitios web
(Codina, 2000) de los medios de comunicación. Este escenario permite ob-
servar tendencias así como establecer parámetros y criterios sobre la calidad
62
Rev. Esp. Doc. Cient., 35, 1, enero-marzo, 61-93, 2012. ISSN: 0210-0614. doi: 10.3989/redc.2012.1.858

Indicadores para la evaluación de la calidad en cibermedios: análsis de la interacción...
con la que los medios de comunicación se han adaptado a las necesidades
y posibilidades de interacción (Bradshaw, 2008) y personalización que ofre-
ce la Web y, muy especialmente, la Web 2.0.
• Escenario 2: análisis académicos de medios de comunicación. Este tipo de
análisis hace posible identi car las características especí cas de los sitios
web de los medios de comunicación, así como observar sus fortalezas y
debilidades. De esta forma se pueden crear pautas o criterios de calidad
que sirvan para analizar sitios web del ámbito de la comunicación (Salave-
rría y otros, 2005).
• Escenario 3: ámbito profesional. Uso de esta propuesta como modelo o
referencia para la creación o rediseño de sitios web del ámbito de la co-
municación en función de los indicadores de calidad propuestos.
2. Medios de comunicación en el entorno de la web:
escenario, dimensiones, parámetros e indicadores
especí cos
El escenario que se estudia para llevar a cabo esta metodología es el conte-
nido facilitado por los sitios web de los medios de comunicación y los recursos
digitales que éstos han desarrollado para hacerlos llegar de forma adecuada a
sus usuarios. Este escenario, que es especí co en la medida en que sólo se re-
ere al ámbito del periodismo y la comunicación (Díaz Noci, 2005), se puede
concretar en las siguientes manifestaciones:
• Los medios de comunicación han adaptado las herramientas y usos propios
de la web al contenido de sus sitios web para hacerlos visibles y accesibles
a sus usuarios.
• Los medios de comunicación han creado herramientas de tipo Web 2.0 para
canalizar contenidos especí cos de su disciplina y satisfacer así sus necesi-
dades de comunicación particulares.
• La relación existente entre los medios de comunicación en línea con sitios
web que reúnen características propias del entorno Web 2.0 y que gozan
de gran aceptación entre los usuarios de Internet (Horrigan, 2006).
El método de evaluación que se propone en el presente trabajo tiene como
objetivo establecer dimensiones, parámetros e indicadores que permitan examinar
los sitios web del ámbito de la comunicación con el n de conocer si han hecho
o no una adaptación adecuada al entorno de la Web (Díaz Noci y otros, 2009).
Para elaborar este conjunto de dimensiones, parámetros e indicadores se han
analizado multitud de sitios web de diversos medios de comunicación, entre los
que se encuentran: sitios web de diarios internacionales y nacionales (The Bivings
Group, 2008; Wurff y otros, 2005), canales de televisión, blogs elaborados por
periodistas (Meso, 2008), sitios web de periodismo ciudadano, etc. Entre las fuen-
Rev. Esp. Doc. Cient., 35, 1, enero-marzo, 61-93, 2012. ISSN: 0210-0614. doi: 10.3989/redc.2012.1.858
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RUTH RODRÍGUEZ-MARTÍNEZ, LLUÍS CODINA, RAFAEL PEDRAZA-JIMÉNEZ
tes analizadas se encuentran los sitios web de: The New York Times, The Guardian,
El País, El Mundo, La Vanguardia, ABC, El Periódico de Catalunya, El Correo
Digital, CNN, BBC, PBS, TVE1, The Christian Science Monitor, My Missourian, The
Washington Post y La Información.
Las dimensiones que se han incluido en el presente modelo son las que se
exponen a continuación:
• Dimensión 1: cooperación.
• Dimensión 2: participación.
• Dimensión 3: creación de contenido.
• Dimensión 4: acceso al contenido.
• Dimensión 5: socialización.
• Dimensión 6: comunicación.
En lo que se re ere a los parámetros empleados, éstos son los que se pro-
ponen para llevar a cabo esta evaluación:
• Parámetro 1: interacción usuario-medio de comunicación.
• Parámetro 2: publicación de contenidos creados por los usuarios.
• Parámetro 3: registro del usuario.
• Parámetro 4: acceso a la información.
• Parámetro 5: canal de contenido personalizado.
• Parámetro 6: el medio ofrece distintas versiones de su información.
• Parámetro 7: empleo de herramientas de la Web 2.0.
• Parámetro 8: plataformas de la Web 2.0 en las que tiene presencia el medio
de comunicación.
En total se han identi cado 36 indicadores, agrupados en función de los pa-
rámetros anteriores. Son los siguientes:
• Parámetro 1: interacción medio de comunicación-usuario.
Indicadores:
1.1. Comunicación con el autor de la noticia.
1.2. Contacto con la redacción del medio de comunicación.
1.3. Comentar noticias publicadas por el medio de comunicación.
1.4. Votación de noticias publicadas por el medio de comunicación.
1.5. Comentar entradas publicadas en los blogs del medio de comunicación.
1.6. El usuario puede modi car o corregir contenido publicado por el

medio.
• Parámetro 2: publicación de contenidos creados por los usuarios.
Indicadores:
2.1. Creación de blogs por los usuarios.
2.2. Publicación de textos escritos por los usuarios.
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Rev. Esp. Doc. Cient., 35, 1, enero-marzo, 61-93, 2012. ISSN: 0210-0614. doi: 10.3989/redc.2012.1.858

Indicadores para la evaluación de la calidad en cibermedios: análsis de la interacción...
2.3. Publicación de fotos tomadas por los usuarios.
2.4. Publicación de vídeos realizados por los usuarios.
2.5. Sección exclusiva para contenido creado por los usuarios.
• Parámetro 3: registro del usuario.
Indicadores:
3.1. Registro por parte del usuario en el medio.
3.2. Contacto con otros usuarios registrados.
• Parámetro 4: acceso a la información.
Indicadores:
4.1. Acceso a la información a través de la portada.
4.2. Acceso a la información a través de secciones.
4.3. Acceso a la información a través de noticias relacionadas.
4.4. Acceso a la información a través del buscador.
4.5. Acceso a la información a través del mapa web.
4.6. Acceso a la información a través de la recomendación de los usuarios.
4.7. Acceso a la información a través de plataformas externas de la Web 2.0.
• Parámetro 5: personalización de la información.
Indicadores:
5.1. Adaptación de la interfaz del sitio web del medio de comunicación en
función de los contenidos de interés para el usuario.
5.2. Sindicación de contenidos del medio de comunicación a través del
móvil o correo electrónico.
5.3. Suscripción de alertas o boletín electrónico.
• Parámetro 6: el medio ofrece distintas versiones de su información.
Indicadores:
6.1. Versión impresa del medio.
6.2. Versión global.
6.3. Versión actualizada de forma constante.
6.4. Versión impresa adaptada a la Web 2.0.
• Parámetro 7: empleo de herramientas de la Web 2.0.
Indicadores:
7.1. Compartir información con otros usuarios.
7.2. Blogs vinculados al medio de comunicación.
• Parámetro 8: plataformas de la Web 2.0 en las que tiene presencia el me-
dio de comunicación.
Indicadores:
8.1. Presencia del medio de comunicación en plataformas audiovisuales.
8.2. Presencia del medio de comunicación en plataformas de imágenes.
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RUTH RODRÍGUEZ-MARTÍNEZ, LLUÍS CODINA, RAFAEL PEDRAZA-JIMÉNEZ
8.3. Empleo de redes sociales propias.
8.4. Presencia del medio de comunicación en redes sociales profesionales
externas.
8.5. Presencia del medio de comunicación en redes sociales de amistad.
8.6. Presencia del medio de comunicación en plataformas de microblogging.
8.7. Vinculación entre el sitio web del medio de comunicación y las plata-
formas sociales.
Con el n de facilitar su comprensión y uso se presenta, a continuación, una
descripción de los indicadores propuestos. Para cada uno de ellos se facilitan las
siguientes informaciones:
• Una descripción detallada del indicador: campo De nición.
• La metodología a seguir para poder evaluar su presencia o ausencia en un
sitio web: campo Examen.
• Ejemplos reales de la aplicación del indicador en medios de comunicación
en línea: campo Ejemplos.
• El lugar del sitio web donde puede localizarse el indicador: campo Proce-
dimiento.
• La valoración de la importancia del indicador: campo Puntuación. Este
campo aparece vacío para todos los indicadores. Esto se debe a que la
importancia de cada indicador debe ser asignada por la persona/medio que
evalúa el sitio web atendiendo a sus intereses particulares. De esta forma,
por ejemplo, el uso de plataformas audiovisuales puede tener gran impor-
tancia para un canal de televisión, y una importancia muy reducida para
un diario.
• Dimensión o dimensiones (de las descritas anteriormente) dentro de la cual
podemos incluir el indicador objeto de análisis: campo Dimensión.
PARÁMETRO 1: interacción medio de comunicación-usuario
Indicador 1.1: comunicación con el autor de la noticia
De nición: posibilidad de ponerse en contacto, a través del correo electró-
nico, con el autor de la noticia publicada por el medio de comunicación.
Examen: ¿Se le da al usuario la posibilidad de enviar un mensaje de correo
electrónico al autor de la noticia para ampliar información al respecto?
Ejemplos: en el sitio web del diario The New York Times la mayor parte de
los autores de los artículos aparecen vinculados a su dirección de correo elec-
trónico.
http://www.nytimes.com/2010/10/04/business/04borrow.html?_r=1&hp.
Procedimiento: examen del sitio web. Página donde aparece publicado el
texto completo de la noticia.
Puntuación: 0-1.
Dimensión: comunicación.
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Indicadores para la evaluación de la calidad en cibermedios: análsis de la interacción...
FIGURA 1
The New York Times facilita la comunicación directa
con el autor de la noticia
Indicador 1.2: contacto con la redacción del medio de comunicación
De nición: recurso que facilita al usuario la opción de entrar en contacto
con los miembros de la redacción del medio de comunicación a través del correo
electrónico.
Examen: ¿puede el usuario del medio de comunicación ponerse en contac-
to a través del correo electrónico con el equipo de redacción del medio de co-
municación para conocer solicitar información adicional sobre el contenido pu-
blicado?
Ejemplos: el sitio web del diario The New York Times facilita a los usuarios
la opción de ponerse en contacto con los editores, periodistas, columnistas y
directivos que conforman la plantilla del diario.
http://www.nytimes.com/ref/business/media/asktheeditors.html?scp=2&sq=
newsroom&st=cse.
Procedimiento: examen del sitio web. Sección especí ca.
Puntuación: 0-1.
Dimensión: Comunicación.
FIGURA 2
Web del New York Times para contactar con la redacción del diario
Indicador 1.3: comentar noticias publicadas por el medio de comuni-
cación
De nición: posibilidad que se le ofrece al usuario para que comente las
noticias publicadas por el medio de comunicación. Asimismo, se le permite leer
y contestar los comentarios hechos por otros usuarios respecto a la misma noti-
cia. El medio puede o no exigir al usuario que se registre previamente antes de
poder comentar las informaciones. En los comentarios no aparece la totalidad de
la información que se solicita al usuario para llevar a cabo el registro.
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Examen: ¿se permite al lector comentar las noticias a las que tiene acceso y
ver los comentarios de otros lectores?
Ejemplos: el sitio web lainformacion.com.
http://www.lainformacion.com.
Procedimiento: examen del sitio web. Página donde aparece publicada la
noticia.
Puntuación: 0-1.
Dimensión: participación.
FIGURA 3
Posibilidad de que los usuarios hagan comentarios
a las noticias de lainformacion.com
Indicador 1.4: votación de noticias publicadas por el medio de comu-
nicación
De nición: el medio de comunicación permite al usuario votar las informa-
ciones que publica para conocer si éstas han sido o no de su interés. Las vota-
ciones son anónimas y se publica el resultado total de las votaciones realizadas
por los usuarios. El sistema de votaciones empleado por cada medio es diferen-
te. Por regla general, un resultado próximo al valor inferior responde a un inte-
rés escaso por parte de los usuarios y un resultado cercano al valor superior es
indicativo de un alto interés y satisfacción de los usuarios.
Examen: ¿puede el lector votar las informaciones a las que tiene acceso para
mostrar su satisfacción o insatisfacción sobre el tratamiento de la noticia dada
por el medio?
Ejemplos: en el sitio web del diario El País.
http://www.elpais.com/
Procedimiento: examen del sitio web. Página donde aparece publicado el
texto completo de la noticia.
Puntuación: 0-1.
Dimensión: cooperación.
FIGURA 4
Votación de noticias en el diario «El País»
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Indicadores para la evaluación de la calidad en cibermedios: análsis de la interacción...
Indicador 1.5: comentar entradas publicadas en los blogs del medio
de comunicación
De nición: el medio de comunicación cuenta con blogs rmados por miem-
bros de su equipo de redacción y ofrece al lector la opción de comentar cada
una de las entradas que se publican. Para poder comentar las entradas de los
blogs el usuario debe indicar su nombre y dirección de correo electrónico. Este
último no aparece en el comentario que se publica. Todos los comentarios son
revisados por un equipo editorial antes de ser publicados.
Examen: ¿se permite al usuario comentar las entradas publicadas en los blogs
del medio de comunicación?
Ejemplos: el sitio web del canal de televisión CNN.
http://ac360.blogs.cnn.com/
Procedimiento: examen del sitio web. Acceso a cada uno de los blogs pu-
blicados por los colaboradores del medio de comunicación.
Puntuación: 0-3.
Dimensión: participación.
FIGURA 5
Blog propio del canal de televisión CNN
Indicador 1.6: el usuario puede modi car o corregir contenido publi-
cado por el medio de comunicación
De nición: el medio de comunicación permite al usuario corregir aquellas
informaciones que puedan ser mejoradas o requieran ser modi cadas. Para ello
el usuario debe facilitar su nombre y dirección de correo electrónico.
Examen: ¿se permite al usuario corregir las informaciones publicadas por el
medio de comunicación?
Ejemplos: el sitio web del diario The Christian Science Monitor.
http://www.csmonitor.com/About/Corrections
Procedimiento: examen del sitio web. Acceso a cada uno de los blogs pu-
blicados por los colaboradores del medio de comunicación.
Puntuación: 0-3.
Dimensión: cooperación.
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FIGURA 6
Sección para el envío de correcciones del diario The Christian Science
PARÁMETRO 2: publicación de contenidos creados por los usuarios
Indicador 2.1: creación de blogs por los usuarios
De nición: los usuarios cuentan con la posibilidad de crear un blog vincu-
lado a la dirección (URL) del medio de comunicación. El medio de comunicación
no se hace responsable del contenido publicado en este tipo de blogs y se re-
serva el derecho de suspender aquellos blogs que no cumplan las normas esta-
blecidas por el medio.
Examen: ¿puede el usuario crear un blog vinculado al medio de comunica-
ción?
Ejemplos: el sitio web del diario El País.
http://lacomunidad.elpais.com/
Procedimiento: examen del sitio web. Página de inicio.
Puntuación: 0-1.
Dimensión: participación.
FIGURA 7
Sección del diario El País para que sus lectores creen su propio blog
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Indicadores para la evaluación de la calidad en cibermedios: análsis de la interacción...
Indicador 2.2: publicación de textos escritos por los usuarios
De nición: los medios de comunicación publican textos redactados por sus
usuarios. Los textos son revisados por un equipo editorial antes de ser publica-
dos. El medio de comunicación pone en conocimiento del usuario los criterios
que debe seguir para redactar los contenidos.
Examen: ¿tiene la posibilidad el usuario de enviar textos al medio de comu-
nicación para que éste lo publique?
Ejemplos: MyMissourian, sitio web de periodismo ciudadano en la que los
usuarios pueden enviar textos para su posterior publicación.
http://mymissourian.com/
Procedimiento: examen del sitio web. Página de inicio.
Puntuación: 0-3.
Dimensión: participación.
FIGURA 8
Publicación en el diario MyMissourian de informaciones
escritas por sus lectores
Indicador 2.3: publicación de fotos tomadas por los usuarios
De nición: el medio de comunicación permite que los usuarios envíen fotos
para que sean publicadas en su sitio web. Antes de enviar este material grá co
el usuario debe estar registrado en el sitio web del medio.
Examen: ¿se permite al usuario enviar fotos al medio de comunicación para
que sean publicadas?
Ejemplos: sitio web del diario El Correo Digital.
http://www.elcorreo.com/vizcaya/participa/
Procedimiento: examen del sitio web. Página de inicio.
Puntuación: 0-1.
Dimensión: participación.
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FIGURA 9
Publicación de fotografías realizadas por los lectores
en el diario El Correo Digital
Indicador 2.4: publicación de vídeos realizados por los usuarios
De nición: los usuarios tienen la posibilidad de enviar vídeos para que és-
tos sean publicados en el sitio web del medio de comunicación. Es preciso que
el usuario facilite datos de identi cación personales, públicos y privados, antes
de proponer material audiovisual al medio.
Examen: ¿es posible que el usuario publique vídeos realizados por él mismo
en el sitio web de un medio de comunicación?
Ejemplos: sitio web del diario de El Periódico de Catalunya.
http://tusimagenes.elperiodico.com/enviar.php
Procedimiento: examen del sitio web. Página de inicio.
Puntuación: 0-1.
Dimensión: participación.
FIGURA 10
Publicación de videos realizados por los lectores
en el diario El Periódico de Catalunya
Indicador 2.5: sección exclusiva para contenido creado por los usuarios
De nición: el medio de comunicación cuenta con una sección dedicada en
exclusiva para la publicación de contenido generado por los usuarios. El tipo de
contenido que los usuarios pueden proponer para esta sección es: textual, grá-
co o audiovisual.
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Indicadores para la evaluación de la calidad en cibermedios: análsis de la interacción...
Examen: ¿existe una sección en el medio de comunicación dedicada a con-
tenido enviado por los usuarios?
Ejemplos: sección Participación del sitio web del diario La Vanguardia.
http://www.lavanguardia.es/
Procedimiento: examen del sitio web. Página de inicio.
Puntuación: 0-3.
Dimensión: participación.
FIGURA 11
El diario La Vanguardia dispone de una sección especí ca
para la publicación de contenidos aportados por sus lectores
PARÁMETRO 3: registro del usuario
Indicador 3.1: registro por parte del usuario en el medio
De nición: el medio de comunicación ofrece a los usuarios la posibilidad
de registrarse. Para ello los usuarios deben facilitar su nombre y dirección de
correo electrónico. Esto permite a los usuarios comentar y votar las informacio-
nes, recomendar la lectura de informaciones, enviar material al medio para que
éste lo publique, etc.
Examen: ¿cuenta el usuario con la posibilidad de registrarse en el medio para
que éste le identi que?
Ejemplos: el sitio web El País permite a los usuarios registrarse y les explica
de forma breve las ventajas de ser usuario registrado.
https://plus.elpais.com/clientes2/registro/conectar.html?prod=REG
Procedimiento: examen del sitio web. Página de inicio.
Puntuación: 0-3.
Dimensión: acceso al contenido.
FIGURA 12
Registro de usuario en el diario El País
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Indicador 3.2: contacto con otros usuarios registrados
De nición: los usuarios registrados en el medio de comunicación forman
una comunidad de usuarios registrados que pueden interactuar entre sí.
Examen: ¿puede comunicarse el usuario registrado con otros que también lo
están?
Ejemplos: el sitio web del diario The New York Times permite al usuario re-
gistrado ponerse en contacto con otros usuarios registrados con los que consti-
tuye una comunidad.
http://www.nytimes.com/
Procedimiento: examen del sitio web. Página de registro.
Puntuación: 0-1.
Dimensión: comunicación.
FIGURA 13
TimesPeople es un espacio del sitio web del diario The New York Times
que permite a sus lectores comunicarse e interactuar entre sí
PARÁMETRO 4: acceso a la información
Indicador 4.1: acceso a la información a través de la portada
De nición: el medio de comunicación permite que el usuario tenga la po-
sibilidad de acceder a la mayor parte de las noticias que publica a través de la
portada o página de inicio de su sitio web.
Examen: ¿puede el usuario acceder a las noticias a través de la página de
inicio de su sitio web?
Ejemplos: el sitio web del diario ABC.
http://www.abc.es/
Procedimiento: examen del sitio web. Página de inicio.
Puntuación: 0-3.
Dimensión: acceso al contenido.
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Indicadores para la evaluación de la calidad en cibermedios: análsis de la interacción...
FIGURA 14
Imagen de la portada del sitio web del diario ABC
Indicador 4.2: acceso a la información a través de secciones
De nición: el sitio web del medio de comunicación clasi ca las distintas
noticias que pone a disposición de sus usuarios de acuerdo con una jerarquía
de secciones que se mantiene ja. En el caso de los sitios web de diarios estas
secciones guardan cierta relación con las que aparecen en sus versiones impresas.
Examen: ¿puede el usuario acceder a noticias de una misma temática a tra-
vés de las distintas secciones de su sitio web?
Ejemplos: el sitio web del diario The Guardian.
http://www.guardian.co.uk/
Procedimiento: examen del sitio web. Secciones del diario.
Puntuación: 0-3.
Dimensión: acceso al contenido.
FIGURA 15
Secciones que aparecen en el sitio web del diario The Guardian
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Indicador 4.3: acceso a la información a través de noticias relacionadas
De nición: el usuario accede a la página donde aparece la información que
es de su interés al tiempo que se le facilitan enlaces a otras noticias de temática
similar
Examen: ¿puede el usuario encontrar noticias de temática similar desde la
página donde encuentra la noticia que es de su interés?
Ejemplos: el sitio web de El periódico.
http://www.elperiodico.com/es/
Procedimiento: examen del sitio web. Página donde aparece publicado el
texto completo de la noticia.
Puntuación: 0-3.
Dimensión: acceso al contenido.
FIGURA 16
Enlaces a noticias relacionadas con la temática
de la información que se consulta
Indicador 4.4: acceso a la información a través del buscador
De nición: El medio de comunicación permite que el usuario busque aque-
lla información que es de su interés a través de un buscador. Este buscador se
encuentra de manera habitual en la página de inicio del sitio web. El tipo de
búsqueda que puede hacer el usuario puede ser simple o avanzada. En este úl-
timo caso, el usuario puede hacer un ltro de noticias de acuerdo con diversos
parámetros, entre otros: fecha, formato, género, sección, etc.
Examen: ¿puede el usuario buscar noticias que contengan uno o más térmi-
nos de su interés?
Ejemplos: el sitio web del diario Le Monde.
http://www.lemonde.fr/
Procedimiento: examen del sitio web. Página de inicio.
Puntuación: 0-3.
Dimensión: acceso al contenido.
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Indicadores para la evaluación de la calidad en cibermedios: análsis de la interacción...
FIGURA 17
Imagen del buscador que pone a disposición de los usuarios
el sitio web del diario Le Monde
Indicador 4.5: acceso a la información a través del mapa web
De nición: el medio de comunicación facilita al usuario el acceso a la in-
formación a través de un mapa de su sitio web, normalmente ubicado en la pá-
gina de inicio del sitio web. Este mapa clasi ca las informaciones por temáticas,
fechas, suplementos, herramientas o servicios.
Examen: ¿puede el usuario acceder a las noticias a través de un mapa de su
sitio web?
Ejemplos: el sitio web del diario El Mundo.
http://www.elmundo.es/mapadelsitio/
Procedimiento: examen del sitio web. Página de inicio.
Puntuación: 0-1.
Dimensión: Acceso al contenido.
FIGURA 18
Imagen del mapa web del sitio web del diario El Mundo
Indicador 4.6: acceso a la información a través de la recomendación
de los usuarios
De nición: el medio de comunicación presenta al usuario una sección en
la que el usuario puede conocer aquellas noticias que han tenido un mayor im-
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RUTH RODRÍGUEZ-MARTÍNEZ, LLUÍS CODINA, RAFAEL PEDRAZA-JIMÉNEZ
pacto entre los usuarios ya que han sido las más leídas, las más buscadas, las
más vistas, las más enviadas por los usuarios, etc.
Examen: ¿puede el usuario conocer qué noticias han tenido un mayor im-
pacto entre los usuarios de su sitio web?
Ejemplos: el sitio web del diario The Washington Post.
http://www.washingtonpost.com/wp-srv/most-popular.html?hpid=hcmodule
Procedimiento: examen del sitio web. Página de inicio.
Puntuación: 0-3.
Dimensión: acceso al contenido.
FIGURA 19
Sección dedicada a las noticias más populares entre los usuarios
del sitio web del diario The Washington Post
Indicador 4.7: acceso a la información a través de plataformas externas
de la Web 2.0
De nición: el medio de comunicación facilita el acceso a sus informaciones
a través de plataformas externas, propias de la Web 2.0. Esto permite que los
usuarios accedan a la información de los medios de comunicación sin necesidad
de visitar el sitio web del medio sino a través de las plataformas 2.0 que utilicen
habitualmente.
Examen: ¿puede el usuario conocer noticias del medio de comunicación a
través de plataformas externas de la Web 2.0?
Ejemplos: ejemplo de buena práctica: Periodismo Humano.
Procedimiento: búsqueda en Facebook.
Puntuación: 0-3.
Dimensión: acceso al contenido.
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Indicadores para la evaluación de la calidad en cibermedios: análsis de la interacción...
FIGURA 20
Acceso a una noticia publicada por el medio de comunicación
Periodismo Humano a través Facebook
PARÁMETRO 5: acceso a la información de forma personalizada
Indicador 5.1: adaptación de la interfaz del sitio web del medio de
comunicación en función de los contenidos de interés para el usuario
De nición: el medio de comunicación permite que el usuario tenga la posi-
bilidad de seleccionar aquella información que le interesa y rediseñar con ella el
sitio web. En algunos sitios web es necesario que el usuario se registre para lle-
var a cabo esta personalización de los contenidos. Esto permite que cada vez
que el usuario visita el sitio web del medio como usuario registrado pueda ac-
ceder a su página de contenido personalizado.
Examen: ¿puede el usuario personalizar el contenido del sitio web del medio
de comunicación con la información que resulta de su interés?
Ejemplos: el sitio web del canal de televisión BBC, que sin necesidad de
estar registrado permite que el usuario añada o quite secciones en función de su
interés particular.
http://www.bbc.co.uk/
Procedimiento: examen del sitio web. Página de inicio.
Puntuación: 0-3.
Dimensión: acceso al contenido.
FIGURA 21
El sitio web de la BBC permite que sus usuarios personalicen su interfaz
Rev. Esp. Doc. Cient., 35, 1, enero-marzo, 61-93, 2012. ISSN: 0210-0614. doi: 10.3989/redc.2012.1.858
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RUTH RODRÍGUEZ-MARTÍNEZ, LLUÍS CODINA, RAFAEL PEDRAZA-JIMÉNEZ
Indicador 5.2: sindicación de contenidos del medio de comunicación
a través del móvil o correo electrónico
De nición: el usuario tiene la opción de suscribirse al servicio de sindicación
de contenidos (RSS) para recibir a través del teléfono móvil, el correo electróni-
co, su blog, o su página de iGoogle, información publicada sobre los temas que
sean de su interés.
Examen: ¿puede el usuario suscribirse a servicios de sindicación de conte-
nidos de la temática que le interesa a través del soporte (móvil o correo electró-
nico) que considere más conveniente?
Ejemplos: ejemplo de buena práctica: Sitio web del diario ABC.
http://www.abc.es/
Procedimiento: examen del sitio web. Página de inicio.
Puntuación: 0-3.
Dimensión: acceso al contenido.
FIGURA 22
Acceso a los canales de contenido sindicado del diario ABC
Indicador 5.3: suscripción de alertas o boletín electrónico
De nición: el usuario tiene la opción de suscribirse al servicio de alertas o
boletín electrónico del sitio web del medio de comunicación para recibir por
correo electrónico o móvil aquellas noticias que el medio publique sobre la te-
mática que le interese.
Examen: ¿puede el usuario suscribirse a servicios de newsletter (móvil o
correo electrónico)?
Ejemplos: sitio web del diario El País.
https://plus.elpais.com/clientes2/registro/registroUsuario.html?prod=TIT
Procedimiento: examen del sitio web. Página de inicio.
Puntuación: 0-3.
Dimensión: acceso al contenido.
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Rev. Esp. Doc. Cient., 35, 1, enero-marzo, 61-93, 2012. ISSN: 0210-0614. doi: 10.3989/redc.2012.1.858

Indicadores para la evaluación de la calidad en cibermedios: análsis de la interacción...
FIGURA 23
El diario El País ofrece al usuario la opción de activar
las Newsletters en las que esté interesado
PARÁMETRO 6: el medio ofrece distintas versiones de su información
Indicador 6.1: versión impresa del medio
De nición: en el caso de los diarios en línea, el medio de comunicación
permite que el usuario lea la información tal y como aparece en su versión im-
presa. Esto signi ca que el usuario puede visualizar las diversas secciones que
contiene el diario impreso, la visualización del alzado total de páginas que com-
ponen el diario impreso y el acceso directo e independiente a cada una de las
páginas. Asimismo, el lector puede hacer zoom en cada una de las páginas, des-
cargarlas e imprimirlas. No es necesario que el usuario se registre en el medio
de comunicación para acceder a este tipo de versión.
Examen: ¿puede el usuario leer en la pantalla de su ordenador el diario tal
y como aparece en su versión impresa?
Ejemplos: la versión impresa del diario El País.
http://www.elpais.com/diario/
Procedimiento: examen del sitio web. Página de inicio.
Puntuación: 0-3.
Dimensión: acceso al contenido.
Rev. Esp. Doc. Cient., 35, 1, enero-marzo, 61-93, 2012. ISSN: 0210-0614. doi: 10.3989/redc.2012.1.858
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FIGURA 24
Versión impresa del diario El País
Indicador 6.2: versión global del medio de comunicación
De nición: la versión global del medio permite al usuario acceder a un tipo
de versión en el que se facilita el acceso a través de enlaces a otros medios de
comunicación. Gracias a esto, el usuario puede ver cómo han sido tratadas las
noticias en otros medios de comunicación.
Examen: ¿se permite al usuario acceder a una versión global del medio de
comunicación en el que se facilitan un mayor número de enlaces a medios ex-
ternos?
Ejemplos: la versión global del diario The New York Times.
http://global.nytimes.com/
Procedimiento: examen del sitio web. Página de inicio.
Puntuación: 0-3.
Dimensión: acceso al contenido.
FIGURA 25
Versión global del diario The New York Times
82
Rev. Esp. Doc. Cient., 35, 1, enero-marzo, 61-93, 2012. ISSN: 0210-0614. doi: 10.3989/redc.2012.1.858

Indicadores para la evaluación de la calidad en cibermedios: análsis de la interacción...
Indicador 6.3: versión actualizada de forma constante
De nición: el medio de comunicación pone a disposición del usuario una
versión donde las informaciones aparecen ordenadas en orden descendiente en
función de su actualización. El medio indica de forma detallada la hora en la que
se ha realizado la última actualización y especi ca el número de actualizaciones
que se hacen en un día o un número concreto de horas.
Examen: ¿puede el usuario leer una versión donde aparezcan las informa-
ciones que se han actualizado de forma más reciente y se facilite la hora de
actualización?
Ejemplos: la versión wire del diario The New York Times.
http://www.nytimes.com/timeswire/index.html
Procedimiento: examen del sitio web. Página de inicio.
Puntuación: 0-3.
Dimensión: acceso al contenido.
FIGURA 26
Indicación del grado de actualización de las noticias
en el diario The New York Times
Indicador 6.4: versión impresa adaptada a la Web
De nición: el medio de comunicación pone a disposición del usuario una
versión impresa del diario con la particularidad de que se actualiza con la misma
rapidez que lo hace la versión online.
Examen: ¿puede el usuario leer una versión impresa del diario que es actua-
lizada al ritmo que la versión en línea?
Ejemplos: la versión 2.0 del diario The New York Times.
Procedimiento: examen del sitio web. Página de inicio.
http://timesreader.nytimes.com/webapp/TimesReader.do?promoCode=T9179X
QW1&campaignId=37483
Puntuación: 0-3.
Dimensión: acceso al contenido.
Rev. Esp. Doc. Cient., 35, 1, enero-marzo, 61-93, 2012. ISSN: 0210-0614. doi: 10.3989/redc.2012.1.858
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FIGURA 27
The New York Times dispone de una versión electrónica, con el mismo
formato de la versión impresa, actualizado al último minuto
PARÁMETRO 7: empleo de herramientas de la Web 2.0
Indicador 7.1: compartir información con otros usuarios
De nición: este recurso facilitado por el medio de comunicación permite al
usuario compartir aquellas informaciones que resulten de su interés con otros
usuarios utilizando herramientas propias de la Web 2.0.
Este tipo de herramientas comprenden diversos tipos de sitios, plataformas y
servicios web del entorno de la Web 2.0, entre otros:
• Redes sociales de amistades o profesionales, como Facebook o LinkedIn, a
través de las que el usuario se pone en contacto con otros usuarios.
• Sitios webs tipo menéame, delicious, MySpace, Technorati, msn reporter,
Google bookmarks, o Twitter.
Para hacer uso de estas herramientas el usuario debe estar registrado
Examen: ¿permite el medio de comunicación que el usuario comparta con
otros usuarios a través de herramientas 2.0 las informaciones que sean de su
interés?
Ejemplos: el sitio web del diario El Mundo.
Procedimiento: examen del sitio web. Página donde aparece publicado el
texto completo del artículo. http://www.elmundo.es/elmundo/2009/07/21/cien-
cia/1248173151.html
Puntuación: 0-3.
Dimensión: cooperación.
FIGURA 28
Servicios y herramientas de la Web 2.0 incluidos en el diario El Mundo
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Indicadores para la evaluación de la calidad en cibermedios: análsis de la interacción...
Indicador 7.2: blogs vinculados al medio de comunicación
De nición: el medio de comunicación cuenta con blogs de diferentes temá-
ticas rmados por miembros de su equipo de redacción.
Examen: ¿dispone el medio de comunicación de blogs rmados por miem-
bros de la redacción o colaboradores?
Ejemplos: el sitio web del diario El País.
Procedimiento: examen del sitio web. Sección llamada Blogs.
http://www.elpais.com/blogs/
Puntuación: 0-3.
Dimensión: acceso al contenido.
FIGURA 29
Sección dedicada a blogs creados y actualizados por miembros
de la redacción o colaboradores del diario El País
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PARÁMETRO 8: plataformas de la web 2.0 en las que tiene presencia
el medio de comunicación
Indicador 8.1: presencia del medio de comunicación en plataformas
audiovisuales
De nición: el medio de comunicación hace uso de sitios web externos para
difundir la información que produce entre los usuarios de dichos sitios web. Un
tipo de plataforma de la Web 2.0 que emplean los medios de comunicación son
aquellos sitios web que gozan de gran popularidad y proveen contenido audio-
visual. Estos sitios web sirven de canal al medio de comunicación para difundir
los vídeos que produce.
Examen: ¿hace uso el medio de comunicación de sitios web especializados
en la difusión de vídeos para canalizar el material audiovisual que produce?
Ejemplos: el canal de televisión PBS en Youtube. Permite que los usuarios
conozcan cuáles son los vídeos más vistos y los más comentados. El usuario
puede suscribirse al canal y comentar cada uno de los vídeos.
http://www.youtube.com/user/PBS
Procedimiento: examen del sitio web. Página de inicio.
Puntuación: 0-3.
Dimensión: comunicación.
FIGURA 30
Canal en Youtube del canal de televisión PBS
Indicador 8.2: presencia del medio de comunicación en plataformas
de imágenes
De nición: el medio de comunicación hace uso de sitios web externos para
difundir la información que produce entre los usuarios de dichos sitios web. Las
plataformas de la Web 2.0 especializadas en la difusión de material fotográ co e
imágenes, y que cuentan con gran popularidad entre los usuarios, son utilizadas
por los medios de comunicación para publicar el archivo de material fotográ co
del que disponen o que le hacen llegar sus lectores.
Examen: ¿emplea el medio de comunicación plataformas 2.0 especializadas
en la publicación de fotografías para difundir su material fotográ co?
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Indicadores para la evaluación de la calidad en cibermedios: análsis de la interacción...
Ejemplos: el canal del diario The Guardian en Flickr.
Procedimiento: examen del sitio web. Página de inicio.
Puntuación: 0-3.
Dimensión: comunicación.
FIGURA 31
El diario The Guardian posee canales en ickr para contextualizar
ciertas noticias mediante imágenes propias o de sus lectores
Indicador 8.3: Empleo de redes sociales propias
De nición: el medio de comunicación cuenta con una red social propia que
hace posible que la cobertura de ciertas noticias se haga a través de las aporta-
ciones de los periodistas vinculados al medio y también de los usuarios. Para
poder formar parte de esta red social propia el usuario debe estar registrado y
completar su per l. Los usuarios pueden seguir la información de los temas que
sean de su interés, de los temas en los que participen y de las reacciones que
se deriven de sus colaboraciones.
Examen: ¿cuenta el medio de comunicación con una red social propia en la
que periodistas y usuarios participen en la cobertura de las noticias?
Ejemplos: Eskup, del sitio web del diario El País.
http://eskup.elpais.com/Estaticas/ayuda/quees.html
Procedimiento: examen del sitio web. Página de inicio.
Puntuación: 0-3.
Dimensión: socialización.
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FIGURA 32
Imagen de la cobertura realizada por Eskup,
la red social propia del diario El País
Indicador 8.4: presencia del medio de comunicación en redes sociales
profesionales externas
De nición: el medio de comunicación atrae y deliza usuarios a través de
los sitios webs de redes sociales profesionales más populares en el entorno de
la Web 2.0, como son LinkedIn o Xing.
Examen: ¿hace uso el medio de comunicación de los sitios web de redes
sociales profesionales para atraer y delizar a sus usuarios?
Ejemplos: per l del diario El País en la red social profesional LinkedIn.
Procedimiento: examen del sitio web. Página de inicio.
Puntuación: 0-3.
Dimensión: socialización.
FIGURA 33
Presencia del diario El País en la red social de carácter profesional LinkedIn
88
Rev. Esp. Doc. Cient., 35, 1, enero-marzo, 61-93, 2012. ISSN: 0210-0614. doi: 10.3989/redc.2012.1.858


Indicadores para la evaluación de la calidad en cibermedios: análsis de la interacción...
Indicador 8.5: presencia del medio de comunicación en redes sociales
de amistad
De nición: el medio de comunicación atrae y deliza usuarios haciendo uso
de las redes sociales de amistad que cuentan con mayor popularidad entre los
internautas. Este tipo de sitios web permite al medio de comunicación conocer,
entre otras, los siguientes aspectos:
• número y per l de los usuarios interesados en los contenidos que produce,
• difusión entre los usuarios de información constante respecto a estos con-
tenidos,
• opinión de los usuarios sobre los contenidos.
Examen: ¿utiliza el medio de comunicación de sitios web de redes sociales
para establecer contacto con sus usuarios?
Ejemplos: canal de televisión TVE1 en Facebook.
http://www.facebook.com/s.php?ref=search&init=quick&q=tve%201&__a=1#/
group.php?gid=40929076798&ref=search
Procedimiento: búsqueda en Facebook.
Puntuación: 0-3.
Dimensión: socialización.
FIGURA 34
Per l del canal de televisión TVE 1 en la red social facebook
Indicador 8.6: presencia del medio de comunicación en plataformas
de microblogging
De nición: el medio de comunicación hace uso de sitios web externos para
difundir la información que produce entre los usuarios de dichos sitios web. Un
ejemplo de este tipo de sitios web son las plataformas de microblogging, que
cuentan con un gran número de usuarios registrados y les permiten publicar de
forma constante textos de limitada extensión con contenido referente a noticias
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de última hora. Los textos que se publican en este tipo de sitios web son redac-
tados en exclusiva para ellos.
Examen: ¿utiliza el medio de comunicación plataformas de microblogging
para difundir las informaciones que produce?
Ejemplos: el uso que hace el sitio web del canal de televisión Discovery en
Twitter.
http://twitter.com/tudiscovery
Procedimiento: examen del sitio web.
Puntuación: 0-3.
Dimensión: comunicación.
FIGURA 35
Canal de microblogging del canal de televisión Discovery en Twitter
Indicador 8.7: vinculación entre el sitio Web del medio de comunica-
ción y las plataformas sociales
De nición: el medio de comunicación incorpora iconos en su sitio web para
informar a sus usuarios de su presencia en plataformas sociales. De esta manera,
los usuarios pueden utilizar las plataformas sociales para compartir el contenido
proporcionado por el medio de comunicación.
Examen: ¿cuenta el medio con iconos clicables que permiten a sus usuarios
saber que está presente en plataformas sociales?
Ejemplos: el uso que hace el sitio web del diario El País.
http://www.elpais.com/articulo/internacional/guerra/Libia/agota/
Europa/elpepiint/20110622elpepiint_1/Tes
Procedimiento: examen del sitio web. Página donde aparece publicado el
texto completo del artículo.
Puntuación: 0-3.
Dimensión: comunicación.
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Indicadores para la evaluación de la calidad en cibermedios: análsis de la interacción...
FIGURA 36
Vinculación entre el sitio Web del medio de comunicación
y las plataformas sociales
3. Conclusiones
Debido a la consolidación de la web como uno de los escenarios más utili-
zados para la búsqueda y el acceso a la información ( Johnson, 2006), los medios
de comunicación han considerado necesario adaptar sus contenidos y estrategias
de comunicación a este nuevo entorno.
Pero conocer cuáles son las mejores herramientas y estrategias de comunica-
ción no resulta fácil ya que es complicado determinar el impacto de su uso de
algunas de estas herramientas y, sobre todo, su perdurabilidad en el entorno web.
Con el n de ayudar a resolver esta problemática y establecer una pauta que
permita conocer si un medio de comunicación hace buen uso o no de las tec-
nologías más consolidadas y de mayor impacto en la web, este artículo propone
y de ne un conjunto de 36 indicadores que permiten evaluar la calidad de la
interacción de sitios web de los medios de comunicación.
Entre otros propósitos, esta propuesta pretende poner en manos de los pro-
fesionales de los medios de comunicación una metodología que les permita
identi car cuáles son las herramientas, servicios y estrategias de comunicación
que garantizan que sus informaciones lleguen de forma adecuada a sus usuarios
así como evaluar la calidad de los sitios web de sus medios de comunicación.
4. Agradecimientos
Esta investigación ha sido nanciada parcialmente por los proyectos «Evolución
de los cibermedios españoles en el marco de la convergencia. Análisis del mensa-
je (Ref. CSO 2009-13713-C05-04)» y «Nuevas estrategias de publicidad y promoción
de las marcas turísticas españolas en la web (Ref. CSO 2008-02627)», del Minis-
terio de Ciencia e Innovación (España).
5. Bibliografía
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Revista Española de Documentación Cientí ca,
35, 1, enero-marzo, 94-118, 2012
ISSN: 0210-0614. doi: 10.3989/redc.2012.1.847
Análisis del proceso de internacionalización
de la investigación española en ciencia
y tecnología (1980-2007)
Gregorio González Alcaide*, Juan Carlos Valderrama Zurián*,
Rafael Aleixandre Benavent**
Resumen. Se caracteriza el proceso de internacionalización de la Ciencia española a par-
tir del análisis de la evolución diacrónica de la productividad y la colaboración en las
publicaciones cientí cas españolas recogidas en la base de datos Science Citation
Index-Expanded a lo largo del período 1980-2007. Los resultados obtenidos se ponen
en relación con las políticas cientí cas y con los recursos económicos y humanos de-
dicados a la investigación. La investigación cientí ca española ha experimentado un
importante proceso de internacionalización a lo largo de las tres últimas décadas, que
presenta como rasgos de nitorios un crecimiento lineal de la productividad cientí ca
medida en el número de trabajos anuales publicados; un aumento progresivo de los
trabajos en colaboración internacional, especialmente acentuado en la década del 2000,
con una marcada orientación europea, aunque Estados Unidos continua siendo el
principal país colaborador de España; y la adopción del inglés como idioma hegemó-
nico de las publicaciones.
Palabras clave: Publicaciones cientí cas, autorías, coautorías; Science Citation Index, co-
laboración internacional, política cientí ca, España.
Analysis of the internationalization process of Spanish research in
science and technology (1980-2007).
Abstract: The process of scienti c internationalization in Spain is based on an analysis of
the growth of scienti c publications and the evolution of international collaboration in
Spanish scienti c papers indexed in the Science Citation Index-Expanded database
between 1980 and 2007. The article examines science policies in Spain together with
the investments in economic and human resources devoted to research, and their effects
on the internationalization process. Scholarly research in Spain has become increasingly
international over the last three decades. The main features of this process have been a
linear growth of productivity in terms of the number of papers published per year; a
progressive growth —with a dramatic increase in the 2000’s— of internationally co-
authored papers, with a notable focus on European countries, although the United States
* Universitat de València. Departamento de Historia de la Ciencia y Documentación. Valencia.
** Consejo Superior de Investigaciones Cientí cas. Unidad de Información Social y Sanitaria.
Valencia.
Correo-e: gregorio.gonzalez@uv.es; juan.valderrama@uv.es; rafael.aleixandre@uv.es.
Recibido: 24-03-2011; 2.ª versión: 05-07-2011; aceptado: 11-07-2011.
94

Análisis del proceso de internacionalización de la investigación española en ciencia...
remains Spain’s main collaborator country; and the hegemony of the English language
for scienti c publications.
Keywords: Scienti c publications, authorship, coauthorship, Science Citation Index,
international collaboration, science policy, Spain.
1. Introducción
La Guerra Civil española y la dictadura que le siguió a lo largo de más de 40
años truncaron el incipiente desarrollo de la investigación cientí ca española del
primer cuarto del siglo XX, que tuvo en la Junta para la Ampliación de Estudios
e Investigaciones Cientí cas ( JAE) fundada en 1907 y presidida por Santiago Ra-
món y Cajal su principal expresión. Con el propósito de impulsar el desarrollo
cientí co y de vincular a España con las principales líneas de investigación a
nivel internacional, la JAE creó diferentes centros de investigación, entre los que
cabe destacar el Centro de Estudios Históricos y el Instituto Nacional de Ciencias
Físico-Naturales; y fomentó el intercambio de profesores y alumnos, establecien-
do un programa de becas para estudiar en el extranjero, los llamados «pensiona-
dos», lo que constituyó un destacado impulso de las relaciones con los países
europeos y con América Latina (Formentín Ibáñez y Villegas Sanz, 1992; Laporta
San Miguel y otros, 1987; Otero Carvajal, 2000).
La Guerra Civil y la implantación de la dictadura trajeron consigo el exilio de
algunas de las guras intelectuales más relevantes de la época y la disolución de
las incipientes estructuras anteriores, a lo que siguió la depuración política e
ideológica de aquellos a los que no se consideraba adeptos al nacional catolicis-
mo, el «aislamiento» de España del ámbito internacional y unas condiciones in-
ternas poco propicias para el desarrollo cientí co, dominadas por el control
ideológico, la ausencia de libertades, el tradicionalismo y la limitación del papel
de la mujer en la sociedad (Claret Miranda, 2006; Laso Prieto, 2004; Otero Car-
vajal, 2001).
Pese a que con la creación del Consejo Superior de Investigaciones Cientí cas
(CSIC) se trató de cubrir el vacío dejado a nivel cientí co por la desmantelación
de la JAE, las consecuencias de la Guerra Civil y la autarquía del régimen sumie-
ron a España en una profunda depresión, en la que la ciencia quedó relegada a
un papel marginal. No fue hasta la incorporación de los llamados tecnócratas a
los gobiernos franquistas, a partir de nales de la década de los cincuenta, cuan-
do la ciencia y la tecnología pasaron a considerarse como destacados instrumen-
tos para impulsar el desarrollo económico del país. La creación en 1958 de la
Comisión Asesora de Investigación Cientí ca y Técnica (CAICYT) como organis-
mo encargado de la plani cación de la política cientí ca y su dotación econó-
mica regular a partir del establecimiento en 1964 del Fondo Nacional para la
Investigación Cientí ca y Técnica, permitió acometer diferentes iniciativas enca-
minadas al desarrollo cientí co, entre las que cabe destacar los llamados «pro-
yectos concertados de investigación», si bien, el alcance e impacto de estas polí-
Rev. Esp. Doc. Cient., 35, 1, enero-marzo, 94-118, 2012. ISSN: 0210-0614. doi: 10.3989/redc.2012.1.847
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GREGORIO GONZÁLEZ ALCAIDE, JUAN CARLOS VALDERRAMA ZURIÁN, RAFAEL ALEIXANDRE BENAVENT
ticas fue muy débil (Hormigón Blánquez, 2004; Muñoz, 2001; Romero de Pablos
y Santesmases, 2008).
El punto de partida de la ciencia española al inicio de la transición política
se caracterizaba por la existencia de un frágil y desestructurado sistema cientí co
y tecnológico; por una reducida inversión en investigación y desarrollo (I+D),
con solamente una dedicación del 0,3 % del Producto Interior Bruto (PIB) en
1975; y la ausencia de un marco normativo legal e institucional adecuado para
el impulso de las políticas cientí cas (Otero Carvajal, 2000). El objetivo del pre-
sente trabajo es analizar a partir de las publicaciones cientí cas la evolución de
la investigación y el proceso de internacionalización de la ciencia española en
las áreas de la ciencia y la tecnología tras el restablecimiento de las libertades
democráticas en España, correlacionando los datos derivados del análisis con los
principales hitos que desde el punto de vista de las políticas cientí cas han jalo-
nado este proceso.
2. Material y métodos
Para la realización del estudio se han seleccionado los trabajos rmados por
al menos una institución española en el período 1980-2007 recogidos en la base
de datos de Thomson Reuters Science Citation Index-Expanded (SCI-Expanded).
Las búsquedas se han realizado a través del campo address («Spain»), restringien-
do los resultados a artículos, cartas, editoriales y revisiones y revisando la correc-
ta adscripción de las tipologías documentales. Las consultas se realizaron a través
de la plataforma Web of Science el 1 de julio de 2009.
Con la información bibliográ ca de los registros recuperados se ha confec-
cionado una base de datos relacional, con el n de facilitar el tratamiento y aná-
lisis de los datos. Cada uno de los documentos fue asignado a uno de los ocho
grandes campos temáticos o áreas de conocimiento en los que se puede estruc-
turar la ciencia y la tecnología (Biología, Ciencias de la Tierra y del Espacio,
Física, Ingeniería y Tecnología, Investigación Biomédica, Matemáticas, Medicina
Clínica y Química), según la clasi cación temática de revistas inicialmente desa-
rrollada por Computer Horizon Incorporated Research y adoptada por la US Na-
tional Science Foundation, y que posteriormente ha sido actualizada por el Ob-
servatoire des Sciences et des Technologies de la Université du Québec à Montreal
(Gauthier, 1998).
Se analiza la evolución anual de la producción cientí ca de cada una de las
disciplinas, la colaboración entre autores en el caso de los artículos, medida a
través del índice de rmas por trabajo (promedio del número de rmantes por
trabajo), el porcentaje de artículos rmados en colaboración internacional a par-
tir del análisis de los países recogidos en las rmas institucionales de los docu-
mentos, determinando el grado de colaboración de España por países y por áreas
geográ cas. Para la obtención de los indicadores se ha utilizado un sistema de
recuento total, asignando el mismo valor a cada uno de los autores, instituciones
96
Rev. Esp. Doc. Cient., 35, 1, enero-marzo, 94-118, 2012. ISSN: 0210-0614. doi: 10.3989/redc.2012.1.847

Análisis del proceso de internacionalización de la investigación española en ciencia...
o países que han participado en el trabajo. Los resultados del estudio se ponen
en relación con los principales hitos históricos que han marcado las políticas de
investigación en España, con las inversiones en investigación, desarrollo e inno-
vación (I+D+I), con la evolución del número de personas dedicadas a la inves-
tigación, así como con las características que han marcado el desarrollo de la
ciencia como sistema social a lo largo de las tres últimas décadas.
3. Resultados
Se han identi cado 456.087 documentos, el 89,71 % (n = 409.155) artículos, el
5,54 % (n = 25.284) cartas, el 2,77 % (n = 12.636) revisiones y el 1,98 % (n = 9.012)
editoriales. La producción cientí ca española de artículos en SCI-Expanded ha
experimentado un crecimiento constante a lo largo del período estudiado, con
notables tasas de crecimiento anuales, que se sitúan entre el 3,78 y el 15,62 en
la década de 1980, entre el 5,21 y el 14,06 en la década de 1990 y entre el 1,84
y el 7,03 en la década del 2000 (tabla 1).
Destaca por encima del resto la Medicina Clínica ( gura 1), que es la disci-
plina que presenta una mayor producción absoluta, que se ha situado por en cima
de los diez mil documentos anuales el año 2007 (n = 10.527). Otras cinco disci-
plinas han alcanzado una producción anual superior a los cuatro mil documentos:
la Química (n = 4.827), la Investigación Biomédica (n = 4.227), la Ingeniería y la
Tecnología (n = 4.170), la Biología (n = 4.063) y la Física (n = 4.055). Con una
producción algo inferior, aunque también importante, se encuentran las Ciencias
de la Tierra y del Espacio (n = 2.534) y las Matemáticas (n = 1.636).
La colaboración entre autores ha experimentado un crecimiento constante a
lo largo del período analizado, destacando la Física, con índices de rmas por
trabajo en los artículos originales muy superiores al resto de áreas de conoci-
miento, que se sitúan por encima de 14 autores por trabajo desde el año 1992,
con un promedio ± desviación estándar de 23,33 ± 97,5 en 2007. A continuación
se sitúan las Ciencias de la Tierra y del Espacio y la Medicina Clínica ( gura 2),
cuyos índices de rmas por trabajo se han situado en 2007 en 7,43 ± 20,49 y
7,11 ± 5,39, respectivamente; ligeramente por encima de la Investigación Biomé-
dica, cuyo índice de rmas por trabajo es de 6,51 ± 9,6. Con índices de rmas
por trabajo por encima de cuatro se sitúan la Química (4,77 ± 2,11), la Biología
(4,47 ± 2,44) y la Ingeniería y Tecnología (4,15 ± 2,15), con las Matemáticas en
último lugar, con un índice de rmas por trabajo de 2,54 ± 1,1.
La evolución del número de artículos originales rmados en colaboración
internacional ( gura 3) comienza a aumentar de forma perceptible desde media-
dos de la década de los ochenta, con un crecimiento moderado pero importan-
te, pasando de ser un 12,13 % el número de artículos rmados en colaboración
internacional en 1985 a un 18,9 % en 1989; este crecimiento se incrementa de
forma notable a lo largo de la década de los noventa, hasta alcanzar el 32,46 %
de los trabajos rmados en colaboración en 1999; tendencia al crecimiento que
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TABLA 1
Distribución de las tasas de crecimiento anuales de la producción
cientí ca española recogida en SCI-E, 1980-2007
Año
Documentos
Tasa de crecimiento
19 80
3.761

1981
3.909
3,78
1982
4.529
13,69
1983
5.368
15,62
1984
5.744
6,54
1985
6.398
10,22
1986
7.390
13,42
1987
8.036
8,04
1988
8.761
8,27
1989
9.359
6,39
1990
10.122
7,54
1991
11.212
9,72
1992
13.047
14,06
1993
14.294
8,72
1994
15.181
5,84
1995
16.821
9,75
1996
18.445
8,8
1997
20.155
8,48
1998
21.264
5,21
1999
22.569
5,78
2000
22.992
1,84
2001
24.353
5,59
2002
25.832
5,72
2003
26.875
3,88
2004
28.906
7,03
2005
31.084
7,01
2006
33.641
7,6
2007
36.039
6,65
98
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Análisis del proceso de internacionalización de la investigación española en ciencia...
FIGURA 1
Evolución del número de documentos por disciplinas, en los que han
participado instituciones españolas (SCI-E, 1980-2007)
12.000
10.000
Medicina clínica
Química
8.000
Investigación biomédica
Ingeniería y tecnología
6.000
Biología
Física
Ciencias de la Tierra
4.000
y del Espacio
Matemáticas
2.000
0
82
84
86
88
92
94
96
98
02
1980 19
19
19
19
1990 19
19
19
19
2000 20
2004 2006
FIGURA 2
Evolución del índice de rmas por artículo y disciplinas (SCI-E, 1980-2007)
8
7
6
Física*
Ciencias de la Tierra
5
y del Espacio
Medicina clínica
4
Investigación biomédica
Química
3
Biología
Ingeniería y tecnología
2
Matemáticas
1
0
82
84
86
88
92
94
96
98
02
1980 19
19
19
19
1990 19
19
19
19
2000 20
2004 2006
* La Física presenta importantes oscilaciones y elevados índices de rmas por trabajo desde la década de
los noventa, así por ejemplo encontramos los siguientes valores: 1991 (7,01), 1995 (22,78), 1999 (17,68), 2003
(14,9), 2007 (23,33). Los valores obtenidos de las pendientes de la recta a la hora de determinar la regresión
lineal han sido los siguientes: Física (y = 0,8385x + 1,7884 R2 = 0,7304), Ciencias de la Tierra y del Espacio
(y = 0,1456x + 2,3017 R2 = 0,8015), Medicina Clínica (y = 0,0932x + 4,1425 R2 = 0,9308), Investigación Biomédica
(y = 0,1201x + 2,84 R2 = 0,9812), Química (y = 0,0638x + 3,1175 R2 = 0,9811), Biología (y = 0,0691x + 2,4265 R2 = 0,9674),
Ingeniería y Tecnología (y = 0,0642x + 2,4208 R2 = 0,9611), Matemáticas (y = 0,042x + 1,3825 R2 = 0,9695).
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FIGURA 3
Evolución de los artículos en colaboración internacional (SCI-E, 1980-2007)
35.000
30.000
25.000
20.000
15.000
10.000
5.000
0
81 82 83 84 85 86 87 88 89
91 92 93 94 95 96 97 98
01 02 03
05
07
198019 19 19 19 19 19 19 19 19 199019 19 19 19 19 19 19 19 1999200020 20 20 200420 200620
Publicaciones
En colaboración internacional
continúa y se acentúa a lo largo de la década siguiente, en la que se sitúa el
porcentaje de artículos originales rmados en colaboración internacional por en-
cima del 40 % desde el año 2006 (40,11 %).
La evolución de la colaboración por disciplinas ( gura 4) presenta algunas
diferencias dentro de la tendencia general al incremento en el porcentaje de tra-
bajos realizados en colaboración. Así, la Física y las Ciencias de la Tierra y del
Espacio son las que presentan una mayor colaboración internacional, con por-
centajes próximos al 60 % desde 2004. A continuación se sitúan la Investigación
Biomédica y las Matemáticas, con más del 40 % de los documentos rmados en
colaboración internacional desde 2005. Finalmente, la Química, la Biología, la
Ingeniería y la Tecnología y la Medicina Clínica presentan porcentajes de cola-
boración internacional algo inferiores, que oscilan entre el 33 % y el 36 % en 2007.
El análisis de la colaboración internacional por áreas geográ cas ( gura 5)
revela que Europa es el principal ámbito de colaboración de todas las disciplinas,
con porcentajes que oscilan entre el 51,5 % de las colaboraciones en la Medicina
Clínica y el 64,36 % en la Química. La Medicina Clínica (30,54 % de las colabora-
ciones) y la Investigación Biomédica (27,17 %) son las dos disciplinas en las que
tiene un mayor peso la colaboración con América del Norte, que es el segundo
ámbito de colaboración para todas las disciplinas con excepción de la Química,
que ha colaborado más con América Central y del Sur (14,78 % de las colabora-
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Análisis del proceso de internacionalización de la investigación española en ciencia...
FIGURA 4
Evolución del porcentaje de documentos en colaboración internacional
por disciplinas (SCI-E, 1980-2007)
70
60
50
Física
Ciencias de la Tierra
40
y del Espacio
Investigación Biomédica
Matemáticas
30
Química
Biología
20
Ingeniería y Tecnología
Medicina Clínica
10
0
82
84
86
88
92
94
96
98
02
1980 19
19
19
19
1990 19
19
19
19
2000 20
2004 2006
FIGURA 5
Distribución porcentual de la colaboración española por disciplinas
y áreas geográ cas (SCI-E, 1980-2007)
100%
80%
Oceanía
60%
África
Asia
América Central y del Sur
40%
América del Norte
Europa
20%
0%
ra
a
o
gía
ca
ier
Físic
édica
áticas
ínica
Biología
T
uími
la
spaci
Q
ecnolo
iom
tem
T
s de el E
Ma
dicina Cl
y d
ía y
ación B
Me
iencia
C
stig
Ingenier
Inve
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GREGORIO GONZÁLEZ ALCAIDE, JUAN CARLOS VALDERRAMA ZURIÁN, RAFAEL ALEIXANDRE BENAVENT
ciones) que con América del Norte (13,24 %), siendo también importante la co-
laboración con América Central y del Sur en Biología (16,25 % de las colabora-
ciones), Ingeniería y la Tecnología (14,18
%) y Matemáticas (11,77
%). Las
colaboraciones con países asiáticos oscilan entre el 4 % de la Biología y el 8,67 %
de la Física, no superando ninguna disciplina el 2 % de relaciones de colabora-
ción con África y Oceanía.
La evolución diacrónica del número de documentos en colaboración por áreas
geográ cas ( gura 6), muestra una tendencia mucho más acusada al incremento
de las colaboraciones con otros países europeos, especialmente en el último
quinquenio (2003-2007) frente al resto de ámbitos geográ cos, con una tenden-
cia al crecimiento mucho más moderada.
FIGURA 6
Evolución diacrónica de la colaboración española por áreas geográ cas
(SCI-E, 1980-2007)
10.000
9.000
8.000
7.000
Europa
6.000
América del Norte
5.000
América Central y del Sur
Asia
4.000
Oceanía
3.000
África
2.000
1.000
0
82
84
86
88
92
94
96
98
02
1980 19
19
19
19
1990 19
19
19
19
2000 20
2004 2006
En relación con los países colaboradores ( gura 7), Estados Unidos es el país
con el que España ha establecido un mayor número de colaboraciones (15,04 %),
seguido por Francia (11,18 %), Reino Unido (10,16 %), Alemania (8,14 %), Italia
(7,75 %) y Países Bajos (3,69 %). A continuación se sitúan Suiza (2,88 %), Bélgica
(2,61 %), Canadá (2,36 %), Suecia (2,22 %), Portugal (2,15 %) y Rusia (2,07 %). Con
porcentajes por debajo del 2 % de colaboraciones se encuentran ya otros países
fuera de la órbita europea y de América del Norte, destacando Argentina (1,99 %
de las colaboraciones) y México (1,86 %). Japón es el primer colaborador asiático
de España, con el 1,53 % de las colaboraciones mientras que Australia reúne el
1 % de las colaboraciones internacionales.
102
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Análisis del proceso de internacionalización de la investigación española en ciencia...
FIGURA 7
(SCI-E, 1980-2007)
es (>300 trabajos en colaboración junto a instituciones españolas)
incipales países colaborador
Pr
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GREGORIO GONZÁLEZ ALCAIDE, JUAN CARLOS VALDERRAMA ZURIÁN, RAFAEL ALEIXANDRE BENAVENT
Finalmente, en relación con la evolución diacrónica del idioma de publicación
de los trabajos ( gura 8), el inglés se ha convertido en el idioma hegemónico en
las publicaciones, situándose el porcentaje de documentos publicados en español
por debajo del 20 % desde el año 1989 y por debajo del 10 % desde el año 1989,
en una tendencia a la reducción del peso relativo de este idioma observada des-
de principios de la década de los ochenta y que continúa hasta la actualidad.
FIGURA 8
Evolución porcentual de los idiomas de publicación (SCI-E, 1980-2007)
100%
90%
80%
70%
60%
Inglés
50%
Otros
Francés
40%
Español
30%
20%
10%
0%
79
81
83
85
87
89
91
93
95
97
01
03
05
07
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
1999
20
20
20
20
4. Discusión
El estudio realizado ha permitido caracterizar el grado de internacionalización
de la ciencia española en las áreas de ciencia y tecnología, determinado a partir
de la participación de las instituciones españolas en las publicaciones cientí cas
difundidas en una de las principales bases de datos internacionales de carácter
multidisciplinar y mediante el análisis de los trabajos rmados en colaboración
con otros países. Diversos grupos e investigadores han estudiado la producción
y la colaboración cientí ca española a través de la obtención de macroindicado-
res bibliométricos. A título de ejemplo se pueden mencionar los trabajos del
Instituto de Estudios Documentales sobre Ciencia y Tecnología (IEDCYT, antes
CINDOC) referidos al estudio de la producción cientí ca y tecnológica de Espa-
ña en el período 1996-2001 o a la actividad cientí ca del CSIC en el período
2001-2005 (Gómez Caridad y otros, 2004; Gómez Caridad y otros, 2007); los es-
tudios desarrollados por investigadores de la Universidad Carlos III, que han
analizado la producción cientí ca de las universidades españolas en el período
104
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Análisis del proceso de internacionalización de la investigación española en ciencia...
2000-2004 y de forma más exhaustiva el caso de la Universidad Carlos III de
Madrid en el período 1990-2004 (Olmeda Gómez y otros, 2006; Olmeda Gómez
y otros, 2009; Perianes Rodríguez y otros, 2010); o las contribuciones del grupo
Evaluación de la Ciencia y de la Comunicación Cientí ca (EC3) de la Universidad
de Granada, basadas en el análisis de los datos de los National Science Indicators
(Delgado-López Cózar y otros, 2009), trabajos todos ellos que han tomado como
referencia las bases de datos de Thomson Reuters y particularmente el SCI-Ex-
panded. Mención especial merecen las aportaciones del grupo Scimago que in-
tegra investigadores del CSIC, de la Universidad Carlos III, de la Universidad de
Granada y de la Universidad de Extremadura entre otros centros, que además de
algunas destacadas contribuciones basadas en las bases de datos de Thomson
Reuters (Moya Anegón y otros, 2007), ofrecen de forma más reciente a través del
portal de libre acceso Scimago Journal & Country Rank (http://www.scimagojr.
com/) numerosos indicadores basados en este caso en la base de datos Scopus
y que han desarrollado asimismo el proyecto Atlas de la Ciencia (http://www.
atlasofscience.net/) que permite a través de diferentes mapas interactivos visua-
lizar la estructura que conforman los diferentes campos cientí cos y la investiga-
ción española (Moya Anegón y otros, 2004; Moya Anegón y otros, 2008). Final-
mente, hay que hacer referencia a los mapas bibliométricos de la investigación
española (http://193.145.216.56/mapabiomedico2004/) en Biomedicina y Ciencias
de la Salud (Camí y otros, 2005; Méndez-Vásquez y otros, 2008) y a otros traba-
jos que analizan además de las publicaciones en forma de artículos de revista,
otras tipologías documentales como las patentes (Gómez Caridad y otros, 2006).
El presente estudio pretende ofrecer una perspectiva diacrónica más amplia,
al abordar el análisis de la producción y la colaboración cientí ca española en
Ciencia y Tecnología desde la transición democrática, así como actualizar las
aportaciones de los trabajos más antiguos mencionados.
Es importante resaltar que el estudio realizado no ha tenido presente la in-
vestigación española en Ciencias Sociales y Humanas, por la escasa cobertura de
la bases de datos de Thomson Reuters de la literatura española generada en estas
áreas de conocimiento (Osca Lluch y Mateo Marquina, 2003). Asimismo, es im-
portante advertir que las publicaciones constituyen únicamente una vertiente de
la investigación cientí ca y que la literatura cientí ca es solamente una parte de
un sistema mucho más amplio y complejo de intercambio de información (Garvey
y Grif th, 1964), si bien, al ser la publicación de los resultados uno de los prin-
cipios básicos en los que se fundamenta el sistema cientí co, el estudio realizado
constituye una buena aproximación para caracterizar el grado de desarrollo de
la investigación española en las áreas estudiadas (Price, 1973; Ziman, 1969). En
relación con el sistema de asignación de los trabajos, basado en la clasi cación
de las revistas en la que han sido publicados, hay que apuntar que la utilización
de niveles de agregación muy genéricos, hace difícil que una revista supere los
límites de las grandes áreas de conocimiento (Delgado López-Cózar y otros, 2009).
La principal conclusión que se puede extraer del análisis realizado es que la
ciencia española ha experimentado a lo largo de las tres últimas décadas un im-
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portante grado de internacionalización, que presenta como rasgos de nitorios un
excepcional incremento de la producción cientí ca; un progresivo aumento de
los trabajos realizados en colaboración con otros países, fundamentalmente de la
órbita europea a partir de la década del 2000 y también, aunque en menor me-
dida, de América del Norte y de otras áreas geográ cas; y la adopción del inglés
como idioma hegemónico vehicular de las publicaciones (Van Raan, 1997; Zitt y
otros, 1998). El desarrollo de la investigación cientí ca moderna se ha convertido
en un proceso global que está indisolublemente ligado con tres factores: el mar-
co normativo y las políticas articuladas a través de los organismos gestores de la
investigación, las inversiones económicas y los recursos humanos destinados a la
investigación (Peters, 2006; Moya Anegón y otros, 2008). En la gura 9 se pre-
sentan algunos de los principales hitos que han marcado el desarrollo de las
políticas cientí cas en España y la evolución de los recursos económicos y hu-
manos destinados a la investigación, que se comentan de forma detallada a con-
tinuación poniéndolos en relación con la información derivada del análisis de las
publicaciones cientí cas que se ha efectuado.
FIGURA 9
Evolución de las inversiones (millones de euros)*, del personal investigador
dedicado a actividades de I+D (diez millares de investigadores)*
y de las publicaciones cientí cas (miles de trabajos) rmadas
por instituciones españolas (SCI-E, 1980-2007)
14
38
12
VI Programa Marco
33
Espacio Europeo de Investigación
10
28
I+D
Se explicita el uso de las revistas del JCR
en los procesos de evaluación
eado
8
23
pl
m
Creación de la CNEAI
aciones
e
ic
6
18
ubl
Ley de la Ciencia
P
s
onal
Per
4
Ingreso de España en la UE
13
2
8
0
3
81 82 83 84 85 86 87 88 89
91 92 93 94 95 96 97 98
01 02 03
05
07
198019 19 19 19 19 19 19 19 19 199019 19 19 19 19 19 19 19 1999200020 20 20 200420 200620
Inversión en I+D
Personal empleado en actividades de I+D
Publicaciones
* Datos del INE. La información acerca del personal empleado en actividades de I+D está disponible desde
1981. UE: Unión Europea; CNEAI: Comisión Nacional Evaluadora de la Actividad Investigadora; JCR: Journal
Citation Reports.
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Análisis del proceso de internacionalización de la investigación española en ciencia...
Los responsables políticos de los primeros gobiernos democráticos tuvieron
ya una clara conciencia de la necesidad de fomentar la investigación cientí ca
en España. Entre las principales medidas políticas adoptadas a nales de los se-
tenta, cabe destacar la creación en 1979 del Ministerio de Universidades e Inves-
tigación, desde el que se impulsó un importante incremento presupuestario del
Fondo Nacional para el Desarrollo de la Investigación Cientí ca y Tecnológica
administrado por la CAICYT, que fue remodelada convirtiéndola en una agencia
nanciadora de la I+D en base a criterios competitivos, estableciendo así una de
las bases fundamentales para el desarrollo de las políticas cientí cas de los países
desarrollados (Otero Carvajal, 2000). La promulgación en 1983 de la Ley de Re-
forma Universitaria supuso un importante paso en el proceso de modernización
del sistema universitario, pero sobre todo, a nivel cientí co supuso un reconoci-
miento y un importante estímulo para el desarrollo de la investigación. Estas
medidas están sin duda en la base de la activación inicial de la investigación que
muestran los datos del estudio realizado, con una tendencia al crecimiento de la
actividad cientí ca desde el primero de los años analizados, activación en la que
resulta también fundamental tener presente la evolución social de España desde
nales de la década de los 70, con el restablecimiento de las libertades demo-
cráticas, la extensión de la educación universitaria y la progresiva integración de
la mujer en el sistema educativo y cientí co, como factores clave que contribu-
yeron en gran medida al inicio del «despegue» cientí co y del proceso de inter-
nacionalización de la ciencia española (González Rodríguez y otros, 2005).
Todos los trabajos sobre la evolución de la ciencia en España, coinciden en
señalar que el año 1986 concurrieron dos hitos claves para el sistema español de
ciencia y tecnología. Uno de ellos fue la promulgación de la Ley 13/1986, de 14
de abril, de Fomento y Coordinación General de la Investigación Cientí ca y
Técnica, conocida popularmente como «Ley de la Ciencia», que ha constituido el
marco legal desde el que se ha impulsado la vertebración y el desarrollo del
sistema cientí co y tecnológico español. Los Planes Nacionales de Investigación
y Desarrollo Tecnológico gestionados por la Comisión Interministerial de Ciencia
y Tecnología (CICYT), han sido el instrumento operativo de la Ley que han mar-
cado las líneas a seguir para la distribución de los recursos, nanciando los pro-
yectos de investigación considerados de mayor calidad cientí ca (Dorado y otros,
1991). Por otra parte, el ingreso de España en la Unión Europea, efectiva desde
el 1 de enero de 1986 es el segundo de los hitos que ha tenido una incidencia
trascendental para la ciencia española, ya que ha posibilitado la participación de
los investigadores españoles en los programas cientí cos europeos, así como la
movilidad de los mismos, que ya es fomentada entre los alumnos universitarios
a través del Programa Erasmus, iniciativa de la Comisión Europea integrada en
el Programa Sócrates que pretende favorecer la creación de un espacio educati-
vo europeo; una movilidad en la que se incide en el período formativo de los
investigadores a través de la promoción de estancias en centros de investigación
de países extranjeros y que constituye una política que resulta decisiva para fa-
vorecer el proceso de internacionalización de la ciencia de cualquier país (Tei-
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chler, 2006). Asimismo, este ingreso y por tanto, la asunción de las políticas
comunitarias, ha conllevado la necesidad de incrementar las inversiones en I+D,
que han experimentado un importante crecimiento desde entonces, ya que Es-
paña ha pasado de dedicar el 0,57 % del Producto Interior Bruto (PIB) en 1985
al 1,27 en 2007, si bien, ha sido un incremento irregular a lo largo del tiempo,
ya que la evolución del porcentaje del PIB dedicado a la I+D se caracteriza por
un crecimiento lento pero sostenido a lo largo de la década de los ochenta y
principios de los noventa, experimenta un estancamiento desde el año 1993 has-
ta el año 1999 coincidiendo con la crisis económica de la década, para crecer
nuevamente a lo largo de la década del 2000, que es cuando presenta el mayor
crecimiento, pero que en cualquier caso, se sitúa aún bastante lejos de los obje-
tivos de convergencia con los países europeos que dedican un mayor esfuerzo
económico a la investigación. La evolución del personal investigador dedicado a
la I+D es similar a la observada en relación con las inversiones económicas, ya
que se ralentiza en la década de los noventa el importante incremento de la se-
gunda mitad de la década de los ochenta, para experimentar la principal expan-
sión en la década del 2000, debiendo destacarse que la tendencia al incremento
de las inversiones ha superado a la del crecimiento del personal investigador en
los últimos años, siempre según los datos aportados por el Instituto Nacional de
Estadística. La promulgación de la Ley de la Ciencia y el ingreso en la Unión
Europea, se enmarcan en un contexto de crecimiento lineal de la producción
cientí ca española iniciado a principios de la década de los 80, debiendo desta-
carse que es a partir de la segunda mitad de la década cuando se empieza a
observar un destacado incremento del grado de colaboración internacional en
las publicaciones cientí cas, apenas representativa hasta la fecha, marcando así
el inicio de la internacionalización de la ciencia española, internacionalización,
por tanto, estrechamente relacionada con la participación en las políticas cientí-
cas de la Unión a partir de 1986. El estancamiento de las inversiones y del
personal dedicado a la I+D de la década de los noventa, no parece incidir en la
producción cientí ca, ya que continúa e incluso se intensi ca la tendencia al
crecimiento a lo largo de este período, con rmando el hecho de que las inver-
siones en I+D de un año determinado no tienen una incidencia directa en la
producción cientí ca a corto plazo, si bien, resultan trascendentales cuando se
consideran períodos cronológicos amplios (Vinkler, 2008).
Para explicar el destacado incremento de la producción cientí ca que se ini-
cia a principios de los noventa y se intensi ca a mediados de la década, hay que
hacer referencia a un concepto novedoso introducido en el sistema cientí co
español, la incentivación de la actividad investigadora mediante los llamados
«tramos» o «sexenios» de investigación, que arranca con el Real Decreto 1086/1989
de 28 de agosto, sobre retribuciones del profesorado universitario y que también
fue adoptada para el personal investigador del CSIC. Concebido como un com-
plemento retributivo para premiar y estimular la investigación, sus efectos fueron
mucho más allá, ya que la consideración preferente por parte de la Comisión
Nacional Evaluadora de la Actividad Investigadora (CNEAI) de las revistas reco-
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Análisis del proceso de internacionalización de la investigación española en ciencia...
gidas en los listados del Journal Citation Reports ( JCR), marcó un hito fundamen-
tal y tuvo una importante repercusión al constituir un estímulo —o una necesi-
dad— para la publicación en revistas de carácter internacional. La consideración
preferente de los listados de revistas del JCR ha sido adoptada también por otros
organismos, como la Agencia Nacional de Evaluación y Prospectiva (ANEP), or-
ganismo encargado de evaluar las propuestas y los proyectos de investigación
del Plan Nacional; el Instituto de Salud Carlos III, el organismo de referencia en
el área de la Biomedicina y las Ciencias de la Salud; o la Agencia Nacional de
Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA), fundación estatal encargada
de la acreditación necesaria para el acceso a los cuerpos docentes universitarios.
Coincidiendo con la promulgación en 1989 del citado decreto y la creación de
la CNEAI como organismo encargado de llevar a cabo las evaluaciones, pero
sobre todo, cuando mediante la Resolución de 26 de octubre de 1995, de la Di-
rección General de Investigación Cientí ca y Técnica-Presidencia de la Comisión
Nacional Evaluadora de la Actividad Investigadora, se explicitan los criterios de
evaluación, se producen importantes repuntes en la producción cientí ca, que
cabe atribuir en gran medida a la política evaluadora adoptada (Gómez Caridad
y otros, 2006; Jiménez Contreras y otros, 2003).
Sin embargo, esta política de incentivos y recompensas de la ciencia pública
española, además de presentar carencias y limitaciones (Fernández Esquinas y
otros, 2006), ha tenido diversos efectos negativos en relación con las publicacio-
nes cientí cas, fundamentalmente la infravaloración de las revistas españolas, que
hasta fechas recientes han tenido una presencia reducida en las bases de datos
del Institute for Scienti c Information (en la actualidad Thomson Reuters); y tam-
bién ha podido incidir en la adopción por parte de los investigadores de estra-
tegias de publicación guiadas en muchos casos por criterios de rentabilidad aca-
démica; u otros comportamientos éticamente reprochables, como autorías
injusti cadas, «salamizar» o fragmentar los trabajos, realizar publicaciones dupli-
cadas o redundantes, la alteración de los tradicionales criterios de citación intro-
duciendo autocitaciones injusti cadas, realizar citaciones dirigidas u omitir de
forma premeditada citas relevantes; factores todos ellos que junto a otras con-
ductas mucho más nocivas de fraude cientí co, como inventar, falsear o plagiar
la información publicada, no son privativos de la actividad cientí ca española
sino que están vinculados a la presión por publicar de la ciencia como proceso
competitivo en el que en las publicaciones constituyen uno de los principales
referentes en los procesos de evaluación y de crédito cientí co, si bien, en otros
países no se han adoptado criterios evaluativos tan estrictos en el que las publi-
caciones tengan un peso tan destacado de cara a evaluar la actividad de los
cientí cos (Clapham, 2005; Delgado López-Cózar y otros, 2007; Trocchio, 1997).
En este sentido, la adopción del JCR como referente a nivel evaluativo, marcó el
inicio de un activo debate entre la comunidad investigadora española acerca de
la idoneidad del factor de impacto como criterio de evaluación, habiéndose in-
cidido en la necesidad de considerar otros criterios y en el desarrollo de proyec-
tos alternativos o complementarios (González Alcaide y otros, 2008).
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El fomento de la cooperación cientí ca ha sido uno de los aspectos priorita-
rios de las políticas cientí cas a nivel europeo a lo largo de los últimos años,
siendo destacada ya su importancia en el capítulo especí co dedicado a la in-
vestigación y el desarrollo tecnológico del Acta Única Europea rmada en 1986
por los 12 países por aquel entonces miembros de la Unión, acuerdo donde se
estableció el desarrollo de unos programas marco plurianuales para el fomento
de la investigación que se han constituido en el instrumento más signi cativo de
la política cientí ca comunitaria. El impulso de la colaboración cientí ca se aco-
metió de forma decisiva a partir del VI Programa Marco (2002-2006), en el que
una de las líneas prioritarias fue la creación de un Espacio Europeo de Investi-
gación (ERA, European Research Area); aspecto sobre el que ha incidido el Sép-
timo Programa Marco (2007-2013) a través de un capítulo especí co para el fo-
mento de la investigación cooperativa, que es el que absorbe la mayor parte del
presupuesto. También las políticas cientí cas nacionales en España han tratado
de fomentar la cooperación cientí ca internacional. Así por ejemplo, uno de los
objetivos estratégicos del IV Plan Nacional de Investigación Cientí ca, Desarrollo
e Innovación Tecnológica (2000-2003) fue fortalecer la internacionalización de la
ciencia y la tecnología española, aspecto sobre el que han incidido los sucesivos
planes, considerando la internacionalización un factor clave para el impulso cua-
litativo del sistema cientí co. En el análisis realizado, a lo largo de la década del
2000, se observa que continúa la tendencia de crecimiento lineal de la produc-
ción cientí ca, existiendo en cambio una tendencia mucho más acentuada de
crecimiento de las colaboraciones internacionales, fundamentalmente de orienta-
ción europea, que se aproxima a un crecimiento de carácter exponencial, re e-
jando en gran medida los efectos de las políticas cientí cas citadas y en conso-
nancia con lo observado en otros países que se han incorporado a un modelo
de desarrollo cientí co transnacional (Leydesdorff y Wagner, 2008).
La evolución diacrónica de la producción cientí ca por disciplinas observada,
está en gran medida en relación con la orientación económica de los recursos a
lo largo del período estudiado, en el que se ha incrementado de forma notable
la participación relativa en inversiones en I+D de las ciencias médicas, principal-
mente a través de los hospitales que integran el sistema nacional de salud y en
relación con las universidades y los Organismos Públicos de Investigación (OPI),
habiendo aumentado también de forma destacada el peso relativo de la investiga-
ción en Ciencias Exactas y Naturales, en detrimento del peso relativo de la In-
geniería y la Tecnología (Buesa, 2003). En relación con el incremento de la pro-
ducción cientí ca debe tenerse presente, no obstante, la incidencia que puede
tener el método de recuento adoptado. En el presente estudio se ha optado por
un sistema de recuento total, asignando el mismo valor a cada uno de los auto-
res, instituciones o países que han participado en el trabajo, lo que favorece a
las áreas de mayor colaboración, pudiendo variar los resultados si se aplicasen
criterios de recuento fraccionado (Gauthier, 1998).
El progresivo incremento de la colaboración internacional es uno de los ras-
gos de nitorios de la evolución de la ciencia a lo largo de las últimas décadas
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Análisis del proceso de internacionalización de la investigación española en ciencia...
(Wagner y Leydesdorff, 2005), que se justi ca por el carácter multidisciplinar y
cada vez más especializado de las investigaciones; por la necesidad de acceder
a tecnologías y equipos cada vez más complejos, so sticados y caros; por las
sinergias que favorecen en relación con la producción del conocimiento y por
los bene cios que reporta la colaboración en términos de citación e impacto
(Gupta y Dhawan, 2003; Peters, 2006). En este sentido, numerosos estudios han
apuntado una relación positiva entre la colaboración internacional y las investi-
gaciones de mayor calidad y relevancia cientí ca, medido a través del grado de
citación (Chen y otros, 2007; Mattews y otros, 2009). No obstante, es importante
señalar que existen importantes diferencias en la evolución del grado de colabo-
ración internacional de los diferentes países. El incremento de la colaboración
internacional de España ha seguido un patrón similar al observado en los países
de Europa Occidental de mayor tamaño cientí co, como Italia, Francia o Alema-
nia, situándose los documentos rmados en colaboración internacional en estos
países en torno al 42-50 % en 2008; habiendo experimentado un crecimiento más
acentuado la colaboración internacional en otros países de menor tamaño cien-
tí co, como Suiza, Bélgica, Austria, Dinamarca o Suecia, todos ellos por encima
del 55 % de documentos en colaboración internacional en 2008. Estados Unidos
y el Reino Unido presentan menores porcentajes de documentos en colaboración
internacional (27-32 % de los documentos en 2008), siendo más reducida la co-
laboración internacional de los países asiáticos, que en algunos casos como el
de Japón o China apenas superan el 15 % de documentos en colaboración inter-
nacional (Moya Anegón y otros, 2008).
En el estudio realizado se han observado importantes diferencias en el grado
de colaboración entre las diferentes disciplinas y también en el seno de algunas
disciplinas en relación con el nivel analítico considerado (autorías y colaboración
institucional). El elevado grado de colaboración tanto a nivel del número de au-
tores rmantes de los trabajos como institucional en las áreas de la Física y de
las Ciencias de la Tierra y del Espacio, no se puede explicar únicamente a partir
de la incidencia de las políticas cientí cas aplicadas, sino que también responde
en gran medida a los patrones de colaboración disciplinar de estas áreas y al
desarrollo de la Big Science, pudiéndose hacer referencia a factores como la con-
tribución de los investigadores españoles en grandes laboratorios y centros de
investigación con grandes equipos, como aceleradores de partículas o telescopios
participados por numerosos países, siendo la Organización Europea para la In-
vestigación Nuclear (CERN) o los Grandes Laboratorios espaciales de la NASA y
la Agencia Espacial Europea algunos de los principales ejemplos. La temprana
vinculación española con proyectos europeos propiciada por el ingreso en 1975
como miembro fundador en la Agencia Espacial Europea y el interés de los in-
vestigadores por determinados observatorios como el Centro Astronómico Hispa-
no Alemán explican el marcado carácter internacional de la investigación espa-
ñola en las Ciencias de la Tierra y del Espacio en la primera mitad de la década
de los ochenta. También destaca el elevado grado de colaboración de la inves-
tigación biomédica, que se justi ca en gran medida por tratarse de investigacio-
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nes básicas de carácter interdisciplinar o de proyectos de elevada colaboración
internacional. La Medicina Clínica, en cambio, presenta un elevado grado de co-
laboración entre autores pero un marcado carácter nacional, lo que se puede
explicar por el hecho de que una parte importante de la investigación está vincu-
lada a la práctica clínica desarrollada en los centros hospitalarios, publicándose
una parte importante de los trabajos en revistas nacionales de sociedades cien-
tí cas en las que participa mayoritariamente la comunidad nacional de investiga-
dores. El hecho de que en Matemáticas la colaboración entre autores sea la más
reducida, pasando a situarse esta disciplina con una destacada colaboración in-
ternacional a nivel institucional, se puede explicar por el hecho de que los in-
vestigadores del área presentan una elevada conexión internacional, particular-
mente en relación con investigadores de áreas como la astrofísica (Wagner, 2005).
La elección de los países colaboradores está determinada por factores de ín-
dole muy diversa (Gupta y Dhawan, 2003), debiendo destacarse en primer lugar
la importante incidencia que tienen en la misma las políticas cientí cas, que se
ha puesto de mani esto en el estudio realizado con la acentuada orientación
europea de la investigación observada a lo largo de la última década. Cabe re-
saltar asimismo la incidencia de factores como la proximidad geográ ca (Okubo
y Zitt, 2004). Este factor justi ca que Francia sea el principal colaborador europeo
de España y que Portugal ocupe un puesto destacado pese a las menores dimen-
siones económicas y de recursos humanos de su sistema cientí co en relación
con otros países. También el mayor desarrollo cientí co constituye un estímulo
que facilita la proclividad hacia la colaboración (Chen y otros, 2007), lo que jus-
ti ca el elevado grado de colaboración con países como Estados Unidos, Canadá
o que Japón sea el principal colaborador asiático de España, países todos ellos
en la vanguardia de la excelencia y el desarrollo cientí co. Finalmente, es impor-
tante señalar la incidencia de los vínculos históricos, políticos e idiomáticos, que
en el caso español la vinculan con América Central y del Sur. En este sentido,
desde algunas disciplinas se ha manifestado la necesidad de fomentar estos víncu-
los como un factor de cohesión de la comunidad investigadora que puede re-
dundar en un bene cio común (González de Dios y otros, 2007).
En relación con el crecimiento de la colaboración cientí ca hay que apuntar
que no siempre es el resultado lógico de una disposición natural a la coopera-
ción, ya que deben tenerse presente la distorsión motivada por fenómenos como
el fraude motivado por las hiperautorías injusti cadas, que ha alcanzado impor-
tantes proporciones según algunos estudios (Smith, 1994; Kamerow, 2008), lo
que ha llevado a la adopción por parte de los editores de algunas medidas como
la limitación del número máximo de autores rmantes o la exigencia de que se
determine la contribución de cada uno de los rmantes en los trabajos (Gupta
y otros, 2007) y que además plantea otros problemas como el crédito que se
debe asignar a cada uno de los autores en los procesos evaluativos (Birnholtz,
2006).
El estudio realizado ha puesto de mani esto el importante desarrollo que ha
experimentado la investigación cientí ca española a lo largo de las últimas tres
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décadas, que la han situado con una destacada presencia en el ámbito cientí co
internacional, consolidándose y profundizándose la tendencia observada en los
estudios bibliométricos previos que analizan las publicaciones cientí cas españo-
las en las bases de datos de Thomson Reuters (Gómez Caridad y otros, 2004;
Moya Anegón y otros, 2007; Delgado-López Cózar y otros, 2009). No obstante,
resulta fundamental realizar un análisis crítico acerca de las debilidades y de los
retos pendientes que debe abordar el sistema cientí co español, en un momen-
to particularmente importante con la reciente aprobación de una nueva Ley de
la Ciencia, que debe sentar unas bases renovadas para la consolidación y am-
pliación de los logros conseguidos.
En este sentido, a pesar del espectacular incremento de la producción cien-
tí ca que ha situado a España en el noveno lugar de la producción cientí ca
mundial, según los datos recogidos en los Essential Science Indicators de Thom-
son Reuters (1998-2008), idéntica posición que ocupa tomando como referente la
base de datos Scopus a través del Scimago Journal & Country Rank, lo que la
equiparan con su posición en la economía mundial, el impacto de las investiga-
ciones españolas es más moderado y no se corresponde con esa posición (Moya
Anegón y otros, 2008), por lo que resulta fundamental, además de impulsar el
fomento de la colaboración internacional, incidir en políticas que favorezcan la
excelencia cientí ca y la colaboración entre los ámbitos académicos e industria-
les y empresariales, ya que también han mostrado una relación positiva en rela-
ción con el grado de citación e impacto como así lo han puesto de mani esto
diferentes estudios bibliométricos previos referidos al caso español (Olmeda
Gómez y otros, 2009; Moya Anegón y otros, 2007; Moya Anegón y otros, 2008)
y a nivel internacional (Hwang, 2008; Lebeau y otros, 2008).
Aunque a lo largo de los últimos años se han incrementado de forma nota-
ble las inversiones económicas, el porcentaje del PIB dedicado a la investigación
continúa estando lejos de las aportaciones de los principales países europeos
y de los países de más elevado desarrollo cientí co a nivel mundial, quedando
muy lejos el compromiso de España adquirido en la Estrategia de Lisboa apro-
bada por el Consejo de Europa en el año 2000 de que en 2010 se alcanzaría
una dedicación del 2,6 % del PIB, así como en la revisión de esta estrategia a
través del Programa Ingenio 2010 jada en el 2 %. La investigación cientí ca
constituye una actividad que precisa de unos sólidos cimientos, con un mode-
lo claro de desarrollo y una decidida apuesta por el mismo desde el ámbito
político, con independencia de las coyunturas económicas o los cambios polí-
ticos. Y la actual crisis económica mundial, que parece t ener un mayor calado
e implicaciones que la sufrida en la década de los noventa y muy particular-
mente en el caso de España, se cierne de forma amenazadora sobre las activi-
dades de I+D+I.
Aunque a lo largo de los últimos años se ha realizado un notable esfuerzo
económico con importantes resultados positivos para tratar de favorecer la for-
mación y la movilidad de los investigadores (Fernández Esquinas, 2002), deter-
minados indicadores, como el número de cientí cos en relación con la población
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activa, muestran que tampoco se alcanzan niveles equiparables a los países eu-
ropeos más desarrollados. A ello hay que sumar que sobre los jóvenes cientí cos
se ciernen toda una serie de incógnitas y de amenazas, ya que la larga carrera
investigadora y la exigente dedicación que requiere, contrasta en muchos casos
con la inestabilidad y la precariedad laboral así como con el escaso reconoci-
miento de su labor productiva (Álvarez Pérez, 2009), lo que unido al carácter
incierto de la integración en el sistema una vez nalizado el período de forma-
ción, no constituyen un estímulo que aliente las vocaciones por la carrera inves-
tigadora y están en la base de viejos fenómenos de gran actualidad como la «fuga
de cerebros», por el que numerosos investigadores españoles deciden emigrar a
países con condiciones más favorables, como Estados Unidos, Francia, el Reino
Unido o Alemania (Larraga Rodríguez de Vera, 2003), lo que constituye una pa-
radoja, ya las importantes inversiones económicas realizadas, y lo que es aún
peor, el capital humano, acaban revirtiendo en instituciones y sistemas cientí cos
de otros países (Hunter y otros, 2009) pese a que se ha tratado de paliar este
problema a través de la puesta en marcha de programas como el Plan Ramón y
Cajal desarrollado desde 2001 (Rivero y Navarro, 2001).
Finalmente, es importante tener presente que las publicaciones cientí cas
constituyen tan solo una parte de los outputs generados por la investigación
cientí ca, habiendo alertado numerosos estudios e informes acerca de otros
problemas que afectan al sistema cientí co y tecnológico español, como la es-
casa aportación española en ámbitos como el desarrollo tecnológico a través
de patentes, que se atribuye a la escasa implicación del sector privado en la
I+D; la desestructuración y polarización del sistema cientí co y tecnológico
debido a la escasa imbricación entre la investigación generada por la empresa
privada y el sector público; o las de ciencias en la transferencia de los resul-
tados de las investigaciones cientí cas al tejido productivo, además de otros
factores como que las invenciones españolas sean patentadas por multinacio-
nales en el extranjero, factores que generan importantes carencias en relación
con la innovación, es decir, en la investigación orientada al desarrollo econó-
mico, fundamentalmente a través de aplicaciones tecnológicas relacionadas con
la producción de bienes y servicios (Fundación Cotec para la Innovación Tec-
nológica, 2009; Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología, 2005; Gó-
mez  Caridad y otros, 2006; Sebastián y Muñoz, 2006; Sanz Menéndez y Cruz
Castro, 2010).
5. Agradecimientos
A Yves Gingras, director del Observatoire des Sciences et des Technologies y
catedrático de investigación en Historia y Sociología de las Ciencias en el Depar-
tamento de Historia de la Université du Québec à Montreal (Canadá), en cuya
institución el primero de los autores rmantes de este trabajo desempeñó su tra-
bajo como investigador invitado el año 2009.
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Revista Española de Documentación Cientí ca,
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ISSN: 0210-0614. doi: 10.3989/redc.2012.1.863
Indicadores para la evaluación de las instituciones
universitarias: validación a través del método Delphi
Adela García-Aracil*, Davinia Palomares-Montero*
Resumen: Evaluar el desempeño de las universidades es complicado ya que se trata de
una institución multidimensional que desarrolla numerosas actividades en base a sus
tres principales misiones: docencia, investigación y transferencia de conocimiento. En
este contexto, diversas metodologías de evaluación de las universidades han sido pro-
puestas en base al uso de indicadores, existiendo intensos debates acerca de qué in-
dicadores son los más apropiados. Esta situación hace que resulte indispensable sis-
tematizar la diversidad de indicadores para obtener una evaluación más rigurosa de
las instituciones universitarias. El presente trabajo profundiza en esta cuestión, identi-
cando un listado de indicadores relacionados con la evaluación de las universidades.
El sistema de indicadores propuesto ha sido validado a través del método Delphi que
ha permitido alcanzar cierto consenso entre los expertos participantes. La identi cación
realizada sirve de ayuda para tomar decisiones en torno a qué indicadores deben ser
incluidos en los modelos de evaluación universitaria. Sin embargo, los resultados del
estudio ponen de mani esto que entre los gestores universitarios continúa habiendo
discrepancias en cuanto a la identi cación de los indicadores tanto a qué misión re-
presentan como en su tipología y grado de importancia.
Palabras clave: instituciones de educación superior, evaluación, sistemas de indicadores,
método Delphi.
Indicators for evaluating higher education institutions: validation
through the Delphi method
Abstract: The evaluation of higher education activities is complex given their multiple
objectives, which focus activities on the three principal academic missions of teaching,
research and knowledge transfer. Various methodologies using indicators for the
evaluation of universities have been proposed in the professional literature and there is
intense debate over which are the most appropriate. Therefore, it is necessary to establish
criteria against which to judge the existing indicators. This paper contributes directly
to both theory and practice by providing a list of prioritized critical indicators for the
evaluation of higher education institutions. For that purpose, we use the Delphi technique
to try to achieve some sort of consensus among a group of experts with in-depth
knowledge of higher education evaluation. Our results show that among the panel of
experts there is no consensus and no clear cut division on the identi cation of which
* INGENIO (CSIC-UPV), Universitat Politècnica de València. Valencia. Correo-e: agarcia@ingenio.
upv.es; dpalomares@ingenio.upv.es.
Recibido: 25-05-2011; 2.ª versión: 17-07-2011; aceptado: 26-7-2011.
119

ADELA GARCÍA-ARACIL, DAVINIA PALOMARES-MONTERO
indicators are the most effective for the evaluation of university missions, the type of
indicator and their degree of importance in the evaluation process.
Keywords: higher education institutions, evaluation, indicator systems, Delphi method.
1. Introducción
La evaluación de la educación superior es un proceso complejo que puede
llevarse a cabo desde diferentes enfoques en función de su nalidad. El presen-
te trabajo se centra en el uso de sistemas de indicadores, dado que se considera
que esta herramienta ayuda a detectar con rapidez las tendencias de los cambios
en las necesidades de la sociedad, en las preferencias por determinados tipos de
estudios universitarios y, en consecuencia, en la reasignación de recursos entre
las partes del sistema educativo más necesitadas en cada momento (Sizer, 1982).
Los sistemas de indicadores surgieron cuando la evaluación por pares cobra-
ba mayor protagonismo, siendo cada vez más utilizados en la evaluación de las
Instituciones de Educación Superior (IES). De hecho, desde la segunda mitad de
los años setenta han surgido multitud de propuestas de indicadores de muy di-
versa índole para evaluar a las IES en Europa, dado que ofrecen a los gestores
universitarios y a los legisladores información veraz de la actividad de la univer-
sidad (Kells, 1991; Blank, 1993; Mollas-Gallart, 2002; Palomares-Montero y otros,
2008; Buela Casal y otros, 2009).
Muchas de las propuestas de indicadores desarrolladas hacen alusión a los
recursos que dispone la institución para desempeñar sus misiones. Estos indica-
dores se re eren principalmente a los recursos humanos y económicos, mientras
que los recursos físicos son menos frecuentes (AQU, 2007; CIHE, 2007). Adicio-
nalmente, dado que gran parte de los recursos que dispone la universidad son
los mismos para realizar las diferentes actividades sin ningún tipo de diferencia-
ción, algunas propuestas recomiendan desarrollar indicadores que tengan en
cuenta el carácter multidimensional de la universidad, y no tanto indicadores
sintéticos (Buela-Casal y otros, 2007; Fundación CyD, 2011). Por otra parte, otras
propuestas informan de los resultados alcanzados por la universidad, observán-
dose con mayor frecuencia resultados relacionados con la actividad de docencia
y de investigación, si bien también han aparecido propuestas de indicadores
orientadas a la medición de los resultados relacionados con la transferencia de
conocimiento (Molas-Gallart, 2002; Hernández Armenteros, 2003; Buela Casal y
otros, 2009).
Estas baterías de indicadores están siendo utilizadas por las agencias de eva-
luación y acreditación de la educación superior, por organismos interesados en
el establecimiento de rankings universitarios y por las propias universidades pre-
ocupadas por mejorar su funcionamiento (Buela Casal y otros, 2009; ENQA, 2009).
Sin embargo, el método de evaluación y la tipología de los indicadores aplicados
en cada caso varía en función de qué es lo que se pretende medir (Buesa y otros,
2009). Por tanto, la confección y la elección del indicador no es trivial (Castro y
120
Rev. Esp. Doc. Cient., 35, 1, enero-marzo, 119-144, 2012. ISSN: 0210-0614. doi: 10.3989/redc.2012.1.863

Indicadores para la evaluación de las instituciones universitarias: validación a través del método Delphi
Buela-Casal, 2008; Buesa y otros, 2009), por lo que debería establecerse un mar-
co teórico común que aportara fundamentos y esclareciera la conceptualización
de los indicadores.
La tarea que conlleva analizar y estructurar la diversidad de estos indicadores
es realmente compleja, pues su uso no es únicamente una actividad técnica o
neutra, sino que supone juicios de valor y responde a una serie de objetivos
predeterminados (Molas-Gallart y Castro-Martínez, 2007; Lepori y otros, 2008;
García-Aracil y Palomares-Montero, 2010). Esta es la razón de que, hasta la fecha,
no se haya alcanzado un consenso entre los diferentes organismos involucrados
en la de nición de un sistema común aceptado por todos los implicados y en la
forma de cuanti carlos. Sin embargo, a pesar de las di cultades y limitaciones
encontradas, en los próximos años debería haber movimientos hacia la consoli-
dación de los mismos, como aseguramiento en el alcance de la calidad (Bonac-
corsi y otros, 2007), en base a principios de relevancia, viabilidad y abilidad
(Oakes, 1989) para que permitan a su vez realizar comparaciones a lo largo del
tiempo y entre instituciones (D’Este y otros, 2009). En este sentido, dada la pro-
liferación de indicadores que se han propuesto para la evaluación conjunta de
la institución universitaria y para cada una de sus tres principales misiones (do-
cencia, investigación y transferencia de conocimiento), resulta pertinente re exio-
nar acerca del procedimiento seguido en el diseño, elaboración y selección de
los mismos.
El presente trabajo pretende salvar el inconveniente derivado de la falta de
acuerdo citado anteriormente. El interés del análisis se centra en alcanzar, entre
un grupo de expertos, el consenso acerca de cuáles son los indicadores apropia-
dos para evaluar la actividad y el rendimiento de las universidades. El estudio
permitirá, asimismo, caracterizar un listado de indicadores en base a la misión
universitaria a la que se re eren (docencia, investigación, transferencia de cono-
cimiento, o la combinación de ellas ya que las universidades son instituciones
multidimensionales), a su tipología (input, proceso, output, o la combinación de
éstos, dado que en ocasiones existen sinergias entre los distintos tipos) y su im-
portancia en el proceso de evaluación. Esta propuesta de caracterización de los
indicadores permitirá un mejor análisis a la hora de realizar distintos ejercicios
de evaluación de las IES (institucines de enseñanza superior), pues ofrece una
visión global y exible de las actividades de las IES.
Para obtener el resultado que pretende este estudio, utilizamos el método
Delphi que ha sido aplicado con éxito en el ámbito de la educación superior
para desarrollar y validar el uso de indicadores en la evaluación de los reposito-
rios institucionales (Kim y Kim, 2008), en las políticas de evaluación institucional
(Santana Armas, 2007), para explorar las opiniones sobre el rol de la educación
superior en relación con el desarrollo humano y social (Lobera, 2008), en pro-
cesos de acreditación (GUNI, 2007) y en la nanciación (Escrigas, 2006).
El método Delphi es un proceso repetitivo donde un grupo de expertos es
consultado al menos dos veces sobre la misma cuestión, de manera que los par-
ticipantes pueden reconsiderar su respuesta en base a la información que reciben
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ADELA GARCÍA-ARACIL, DAVINIA PALOMARES-MONTERO
del resto de expertos que forman el panel. Es un método que ofrece las ventajas
propias de las respuestas grupales, eludiendo las limitaciones derivadas de la
asistencia presencial (Geist, 2010). De esta manera, los participantes pueden ofre-
cer una opinión razonada e independiente, dado que no sienten la presión social
o la in uencia personal de sus pares (Dalkey y Helmer, 1963; Landeta, 2006).
Además, permite mantener el anonimato entre los participantes. Otra ventaja del
método Delphi es su e ciencia y exibilidad ya que las nuevas tecnologías per-
miten obtener respuestas de individuos que se encuentran en zonas geográ cas
lejanas (Okoli y Pawlowski, 2004; Geist, 2010).
Sin embargo, el método Delphi presenta también limitaciones. Por un lado,
el experto participante debe estar comprometido con el proceso de comunicación,
debe tener habilidades en comunicación escrita y disponer de tiempo para res-
ponder (Gustafso y otros, 1973). Por tanto, se trata de un método que consume
más tiempo que otros métodos de comunicación grupal, de ahí las elevadas tasas
de abandono que se registran en su aplicación (Landeta, 2006). Otra limitación
es que existe cierto grado de incertidumbre al no poder controlar directamente
la forma en que nalmente se rellenaron los cuestionarios (Landeta, 2006). A
pesar de estas limitaciones, el método Delphi ha sido ampliamente extendido y
reconocido como un instrumento que facilita la toma de decisiones (Dalkey y
Helmer, 1963; Landeta, 2006).
La puesta en marcha del método Delphi requiere del diseño y elaboración
de un cuestionario. En nuestro estudio, con el objetivo de alcanzar el consenso
acerca de cuáles son los indicadores apropiados para evaluar la actividad de las
universidades, proponemos un listado comprensivo de indicadores cualitativos y
cuantitativos, extraído de una revisión bibliográ ca de indicadores previa (para
más detalle véase Palomares-Montero y otros, 2008), para que un grupo de ex-
pertos exprese su opinión sobre ellos. Estos indicadores podrían ser aplicados
en distintos contextos geográ cos y ofrecer racionalidad en las evaluaciones de
las IES.
2. Metodología y diseño de la muestra
Se han desarrollado diferentes variantes del método Delphi en función del
tipo de problema a resolver y el propósito de la investigación (Okoli y Pawlows-
ki, 2004; von der Gracht, 2008). Por un lado, el Delphi clásico se vincula a asun-
tos técnicos y busca el consenso entre un grupo homogéneo de expertos para
conseguir la predicción más real posible. Por otro lado, el Delphi político está
dirigido al análisis de situaciones sociales y sus objetivos principales son asegurar
que todas las alternativas posibles se han puesto en el cuestionario para su con-
sideración y estimar el impacto y las consecuencias de una opción particular. Por
otra parte, el Delphi para la toma de decisión se caracteriza por la forma en que
se constituye el panel de expertos, teniendo en cuenta su posición en la estruc-
tura jerárquica de la institución. En los tres casos, el método Delphi posibilita
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Indicadores para la evaluación de las instituciones universitarias: validación a través del método Delphi
formar un grupo de expertos teniendo en cuenta principalmente su motivación
por el proceso y su nivel de pericia, ya que no pretende trabajar con muestras
representativas (Landeta, 2006).
En este estudio hemos aplicado el Delphi para la toma de decisiones, que-
dando el panel de expertos compuesto por altos cargos académicos y de gestión
en la universidad española con experiencia en temas de evaluación universitaria
tales como Rectores, Gerentes, Vicerrectores y Directores de las O cinas de Trans-
ferencia de Resultados de Investigación (OTRI) (véase tabla I).
Para conocer la opinión del panel de expertos y tratar de alcanzar cierto gra-
do de consenso entre ellos, se diseñó un cuestionario, previamente testado, que
recogía una batería de indicadores para evaluar a las universidades (apéndice 1).
El cuestionario estaba dividido en tres bloques. El primer bloque trataba de re-
coger información relacionada con las variables socio-demográ cas para caracte-
rizar el per l del experto. El segundo bloque recogía seis ítems en los que se
pedía al experto que manifestara su opinión respecto al uso de indicadores en
la evaluación de universidades. En el tercer bloque se solicitaba a los expertos
que identi caran del listado de indicadores presentados, cuáles eran más apro-
piados para: i) analizar las misiones de la universidad (docencia, investigación y
transferencia de conocimiento); ii) señalar la tipología del indicador (input, pro-
ceso u output), e iii) indicar su grado de importancia en el proceso de evaluación.
Con el propósito de dar formalidad institucional al cuestionario y así lograr
una mayor cuota de participación e implicación de los sujetos, se contactó con
distintos organismos o ciales, como son la Conferencia de Rectores de las Uni-
versidades Españolas (CRUE) y la RedOTRI, para solicitar la participación expre-
sa del experto en el estudio. Este apoyo institucional fue requerido para tratar
de minimizar la incertidumbre derivada de la falta de control en la cumplimen-
tación de los cuestionarios, ya que el contacto entre la CRUE, la RedOTRI y el
panel de expertos fue directo.
El desarrollo del método de trabajo se llevó a cabo en dos rondas durante
los meses de Mayo y Octubre de 2009 mediante el uso del correo electrónico.
En la primera de ellas, fueron 45 los expertos que decidieron tomar parte del
estudio para expresar sus opiniones y juicios con respecto a las preguntas plan-
teadas en la encuesta. Posteriormente, las respuestas a esta primera ronda fueron
analizadas, obteniendo datos estadísticos para cada ítem del cuestionario a partir
de la distribución de las respuestas (mediana, cuartil inferior, cuartil superior,
mínimo y máximo). Dicha información se utilizó como base para el cuestionario
de la segunda ronda, con el objetivo de disminuir la dispersión de las opiniones
y precisar la opinión media consensuada, lo cual permitió, por un lado, mejorar
la formulación de varias preguntas con el n de garantizar que todos los exper-
tos respondían verdaderamente a la misma cuestión; y, por otro lado, hizo posi-
ble que los argumentos y re exiones realizados fueran conocidos por los demás
expertos y valorados en sus respectivas respuestas, de forma que el panelista
pudiera decidir si mantenía su respuesta u optaba por modi carla en base a la
respuesta del grupo.
Rev. Esp. Doc. Cient., 35, 1, enero-marzo, 119-144, 2012. ISSN: 0210-0614. doi: 10.3989/redc.2012.1.863
123

ADELA GARCÍA-ARACIL, DAVINIA PALOMARES-MONTERO
La segunda ronda del cuestionario Delphi contó con la colaboración de 37
de los expertos que participaron en la primera ronda. La Tabla I muestra la com-
posición del panel de expertos en ambas rondas. Se observa que el grupo más
representado es el correspondiente a los Vicerrectores de Investigación, seguido
de los Directores de las OTRI, los Vicerrectores de Plani cación Académica, los
Gerentes, los Vicerrectores de Plani cación Estratégica y Calidad, los Vicerrecto-
res de Plani cación Económica y el Rector. Por lo tanto, tras la segunda ronda,
ocho panelistas quedaron fuera del proceso, produciéndose el abandono propio
de estudios en los que se requiere consultar en más de una ocasión al mismo
sujeto; asimismo, se puede asumir que el número de expertos es aceptable te-
niendo en cuenta que el margen sugerido para el buen uso del método es de 7
a 50 personas (Landeta, 1999).
TABLA I
Composición del panel de expertos acorde a su per l (1.ª y 2.ª ronda)
1.ª Ronda
2.ª Ronda
Per l

%

%
Vicerrector de Investigación
12
26,7
12
32,4
Director OTRI
11
24,4
9
24,3
Vicerrector de Plani cación Académica
8
17,8
7
18,9
Gerente
5
11,1
4
10,8
Vicerrector de Plani cación Estratégica y Calidad
4
8,9
2
5,4
Vicerrector de Plani cación Económica
3
6,7
2
5,4
Rector
2
4,4
1
2,7
Total
45
100,0
37
100,0
Fuente: elaboración propia.
En la siguiente sección mostramos los resultados obtenidos en la aplicación
del método Delphi. Este análisis nos ofrecerá la oportunidad de identi car aque-
llos indicadores que mejor describan el ethos de la universidad.
3. Resultados
En este apartado, se presentan las respuestas de los expertos en relación a la
identi cación de los indicadores, acorde a la misión, la tipología y nivel de im-
portancia de los mismos para ser utilizados en la evaluación de las universidades.
124
Rev. Esp. Doc. Cient., 35, 1, enero-marzo, 119-144, 2012. ISSN: 0210-0614. doi: 10.3989/redc.2012.1.863

Indicadores para la evaluación de las instituciones universitarias: validación a través del método Delphi
Una de las formas de identi car el consenso entre las opiniones de los ex-
pertos es a través de la ponderación de las respuestas y la corrección de los
sesgos. Así, tras la primera ronda se analizaron las respuestas y se reenviaron al
grupo de panelistas para que los participantes pudieran repensar sus contesta-
ciones en base a la opinión general del grupo. En nuestro caso, como la selección
de los expertos no fue aleatoria, sino en base al elevado grado de especialización
en temas de evaluación de las universidades, no se consideró necesario ofrecer
al experto la posibilidad de autoevaluar su grado de conocimiento del tema a
consultar, lo que habría permitido dar una ponderación diferente en los resulta-
dos grupales según el grado de conocimiento manifestado. En estas circunstancias,
el consenso se de nió siguiendo la regla aplicada por otros autores (Rowe y
Wright, 1999; Landeta, 2006): cuando un ítem en una pregunta con dos alterna-
tivas acumula el 70 % de las respuestas o cuando un ítem en una pregunta de
respuesta múltiple acumula al menos el 50 % de las respuestas. Por tanto, el con-
senso entre los expertos se analiza en base a la distribución de frecuencias don-
de la respuesta individual se expresa como porcentaje del total de frecuencias
sobre el 100 %.
La tabla II recoge la distribución porcentual de las respuestas de los expertos
con respecto a la identi cación de los indicadores propuestos para la evaluación
de las tres misiones principales de la universidad (docencia, investigación y trans-
ferencia de conocimiento). Dado que la universidad desempeña diferentes roles
y misiones de forma conectada e inseparable (Gibbons, 1999; Martin y Etzkowitz,
2000; European Commission, 2005; Laredo, 2007), formulamos la pregunta del
cuestionario de manera que permitiera posibles respuestas múltiples con el n
de capturar la multidimensionalidad de la IES; éstas vienen recogidas en cada
una de las columnas de la tabla II, que son: (D) Docencia; (I) Investigación; (TC)
Transferencia de Conocimiento; (D-I) Docencia e Investigación; (D-TC) Docencia
y Transferencia de Conocimiento; (I-TC) Investigación y Transferencia de Cono-
cimiento; (D-I-TC) Docencia, Investigación y Transferencia de Conocimiento. En
general, se puede decir que el consenso alcanzado es considerable: en 28 de los
40 indicadores presentados, un ítem agrupa más del 50 % de las respuestas.
Podemos observar que los indicadores asociados con la evaluación de la do-
cencia son: los ítems que recogen información relacionada con el número de
estudiantes en 1.er y 2.º ciclo y el número de ellos que realizan prácticas en em-
presas (ítems 1 y 2, respectivamente), el número de graduados (ítem 3), los in-
gresos medios de los graduados en su primer trabajo (ítem 8), el cociente de PDI
por el número de estudiantes (ítem 11) y los resultados de la encuesta de eva-
luación de la labor docente del PDI (ítem 12).
Los indicadores relacionados con la evaluación de la investigación, según la
opinión de los expertos, son: los ítems que recaban información relacionada con
las tesis doctorales defendidas (ítem 17), las publicaciones en revistas indexadas,
las citas que ha recibido una publicación y el porcentaje de PDI que publica en
revistas indexadas (ítems 18, 19 y 20), los sexenios concedidos (ítem 23), la par-
ticipación en redes cientí cas (ítem 24), los ingresos por proyectos nacionales y
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125

ADELA GARCÍA-ARACIL, DAVINIA PALOMARES-MONTERO
europeos y los fondos asignados por la universidad a los centros de investigación
(ítems 26, 27 y 30).
Por lo que respecta a los indicadores asociados con la evaluación de la trans-
ferencia de conocimiento, los expertos señalan los siguientes: los ingresos reci-
bidos por trabajos realizados a entidades con alto valor añadido (ítem 29), las
licencias concedidas (ítem 34), el número de spin-off originadas por la I+D de
la universidad (ítem 35), la participación en empresas que desarrollan actividades
productivas basadas en la I+D universitaria (ítem 36), la existencia de incubado-
ra y el número de empresas ubicadas en la misma (ítems 37 y 38).
Si centramos nuestra atención en las cuatro últimas columnas de la tabla II,
se observa que, en base a la opinión de los expertos encuestados, determinados
indicadores no hacen referencia exclusivamente a una misión, sino que pueden
ser utilizados para referirse a varias misiones, dependiendo del contexto y del
uso que se haga de ellos. En este sentido, los indicadores ligados al número de
PDI dedicado exclusivamente a la investigación, al número de PAS de apoyo a
la investigación, al número de contratos de investigación y la existencia de un
parque cientí co y/o tecnológico (ítems 14, 15, 32 y 39) fueron catalogados como
indicadores asociados tanto a la misión investigación como a la transferencia de
conocimiento.
Asimismo, también aparecen indicadores relacionados a la vez con las tres
misiones básicas de la universidad; éstos son el número de PDI y PAS y las in-
fraestructuras universitarias (ítems 9, 10 y 40). Si bien, a tenor de las respuestas
de los expertos, de la lista de indicadores mostrados, ninguno hace referencia a
docencia e investigación, ni a docencia y transferencia de conocimiento al mismo
tiempo. De la consideración de estos resultados, podríamos inferir que, de forma
general, los expertos consideran la investigación y la transferencia de conoci-
miento como misiones complementarias, mientras la relación entre la docencia
y las otras dos misiones parece ser independiente. Aunque se trata de un resul-
tado extrapolado de la opinión de los expertos, éste debería ser contrastado dado
que ofrecería una idea de la forma en que se podrían relacionar las diferentes
misiones.
Por otra parte, cabe reseñar que existen indicadores para los que el consen-
so no ha sido alcanzado entre los expertos, como son: el número de estudiantes
en cursos de postgrado, el número de estudiantes postgraduados, así como aqué-
llos que realizan actividades de I+D o los que están subvencionados por la em-
presa (ítems 4, 5, 6 y 7); el cociente entre PAS y PDI (ítem 13); las apariciones
del PDI en artículos de periódico (ítem 16); las publicaciones en revistas profe-
sionales o sus trabajos presentados en congresos internacionales (ítems 21 y 22);
los ingresos por proyectos de investigación local y regional y los ingresos por
actividades de formación bajo demanda (ítems 25 y 28); el presupuesto de las
OTRI (ítem 31); y el número de patentes solicitadas (ítem 33).
Por tanto, se puede a rmar que los indicadores anteriores que han sido iden-
ti cados de forma consensuada con una de las misiones de la universidad debe-
rían ser aplicados en la evaluación de la misión de la universidad a la que hacen
126
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Indicadores para la evaluación de las instituciones universitarias: validación a través del método Delphi
referencia; si no fuera de esta manera, podríamos decir, siguiendo la opinión de
los expertos participantes en esta investigación, que el indicador está siendo mal
utilizado ya que estaría midiendo una vertiente de la universidad que realmente
no se pretende medir y, por tanto, los resultados de la evaluación no serían los
adecuados.
TABLA II
Opinión de los expertos respecto a la identi cación del indicador
para la evaluación de las misiones universitarias ( la = 100%)*
Ítem
D
I
TC
D-I D-TC I-TC D-I-TC
1. Nº de estudiantes en 1.er y 2.º ciclo
94,6 —
— 5,4



2. Nº estudiantes 1.er y 2.º ciclo con prácticas en empresas 51,4 — 8,1 —
37,8 2,7

3. Nº de graduados
83,8 — 2,7 5,4 5,4

2,7
4. Nº de estudiantes en cursos de postgrado
40,5 8,1 2,7 40,5 5,4

2,7
5. Nº de postgraduados
32,4 16,2 2,7 35,1 13,5


6. Nº de postgraduados que participan en actividades de I+D 2,7 43,2 — 5,4

40,5 8,1
7. Nº de postgraduados subvencionados por las empresas 8,3 8,3 33,3 —
11,1 36,1 2,8
8. Ingresos medios de los graduados en su 1.er trabajo
50,0 — 33,3 —
16,7


9. Nº de Personal Docente Investigador (PDI)

10,8 — 21,6

8,1 59,5
10. Nº de Personal de Administración y Servicios (PAS)
8,6 2,9 — 34,3


54,3
11. Cociente PDI por número de estudiantes
75,0 2,8 — 11,1


11,1
12. Resultados Encuesta de Evaluación de la labor docente 100,0 —





13. Cociente PAS por PDI
6,1 12,1 — 33,3

3,0 45,5
14. Nº de PDI dedicado exclusivamente a la investigación

37,8 —


59,5 2,7
15. Nº de PAS de apoyo a la investigación

29,7 5,4 —

64,9

16. Nº de apariciones del PDI en artículos de periódicos
2,8 11,1 41,7 13,9

11,1 19,4
17. Nº de tesis doctorales defendidas

54,1 — 21,6

18,9 5,4
18. Nº de publicaciones en revistas indexadas

72,2 —


22,2 5,6
19. Nº de citas que ha recibido una publicación

72,2 —


22,2 5,6
20. % PDI que produce publicaciones en revista indexada

69,6 —


26,1 4,3
21. Nº de publicaciones en revistas profesionales

13,5 35,1 2,7

43,2 5,4
22. Nº de trabajos presentados a congresos internacionales

48,6 —


40,5 10,8
23. Nº de sexenios concedidos

81,1 — 5,4

13,5

24. Participación en redes cientí cas

67,6 — 5,4

18,9 8,1
25. Ingresos por proyectos investigación local y regional

48,6 5,4 —

45,9

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ADELA GARCÍA-ARACIL, DAVINIA PALOMARES-MONTERO
TABLA II (continuación)
Ítem
D
I
TC
D-I D-TC I-TC D-I-TC
26. Ingresos por proyectos investigación nacional

59,5 2,7 —

37,8

27. Ingresos por proyectos investigación europea

54,1 2,7 —
2,7 40,5

28. Ingresos por actividades de formación bajo demanda
29,7
— 21,6 —
45,9 2,7

29. Ingresos por trabajos a entidades con alto valor añadido

2,7 73,0 —
2,7 21,6

30. Fondos de la universidad a centros de investigación

68,6 5,7 —

22,9 2,9
31. Presupuesto de las OTRI

11,4 42,9 —

45,7

32. Nº contratos de investigación (universidades/entidades)

14,3 14,3 —

71,4

33. Nº de patentes solicitadas

5,4 48,6 —

45,9

34. Nº de licencias concedidas

2,7 62,2 —

35,1

35. Nº de Spin—off originadas por la I+D de la Universi-

— 75,7 —

24,3

dad
36. Actividades empresariales basadas en I+D universitaria

2,7 78,4 —

18,9

37. Existencia de Incubadora

2,8 83,3 —

13,9

38. Nº de empresas en la Incubadora

2,8 86,1 —

11,1

39. Existencia de Parque Cientí co y/o Tecnológico

— 45,9 —

51,4 2,7
40. M2 de infraestructuras universitarias
2,7

— 37,8 2,7 5,4 51,4
Fuente: elaboración propia.
* (D) Docencia; (I) Investigación; (TC) Transferencia de Conocimiento; (D-I) Docencia e Investigación; (D-
TC) Docencia y Transferencia de Conocimiento; (I-TC) Investigación y Transferencia de Conocimiento; (D-I-TC)
Docencia, Investigación y Transferencia de Conocimiento.
En la tabla III se recoge la opinión de los expertos respecto a la identi cación
de la tipología del indicador en la evaluación de las actividades de las IES, es
decir, si se trata de un input (recurso), un proceso (actividad) o un output (re-
sultado). Dada la falta de acuerdo en torno a la caracterización de algunos indi-
cadores como input, proceso u output (Hanke y Leopoldseder, 1998; Bonaccorsi
y Daraio, 2007), formulamos la pregunta del cuestionario de manera que permi-
tiera posibles respuestas múltiples para capturar dicha diversidad en la tipología
del indicador. Las posibles combinaciones vienen recogidas en cada una de las
columnas de la tabla III, que son: (I) Input; (P) Proceso; (O) Output; (I-P) Input
y Proceso; (I-O) Input y Output; (P-O) Proceso y Output; (I-P-O) Input, Proceso
y Output. En esta ocasión, solo 17 de los 40 ítems recogen en alguna de sus
categorías más del 50 % de las observaciones.
Como se puede observar, 15 de los 17 indicadores en los que ha habido
acuerdo entre los expertos han sido considerados como resultados de la actividad
universitaria; éstos son: el número de graduados y postgraduados (ítems 3 y 5),
los ingresos medios de los graduados en su primer trabajo (ítem 8), el número
128
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Indicadores para la evaluación de las instituciones universitarias: validación a través del método Delphi
TABLA III
Opinión de los expertos respecto a la identi cación de la tipología del indicador
para la evaluación de las actividades universitarias ( la = 100%)*
Ítem
I
P
O
I-P
I-O
P-O I-P-O
1. N.º de estudiantes en 1.er y 2.º ciclo
35,1 27,0

24,3 2,7

10,8
2. N.º estudiantes 1.er y 2.º ciclo con prácticas en empresas 3,0 36,4 9,1 9,1 3,0 27,3 12,1
3. N.º de graduados

8,3 77,8


11,1 2,8
4. N.º de estudiantes en cursos de postgrado
21,6 43,2

21,6 2,7

10,8
5. N.º de postgraduados

8,1 78,4


8,1 5,4
6. N.º de postgraduados que participan en actividades de I+D 10,8 29,7 13,5 2,7 2,7 35,1 5,4
7. N.º de postgraduados subvencionados por las empresas 13,9 36,1 19,4

2,8 25,0 2,8
8. Ingresos medios de los graduados en su 1.er trabajo

2,9 97,1




9. N.º de Personal Docente Investigador (PDI)
41,7 22,2

25,0

2,8 8,3
10. N.º de Personal de Administración y Servicios (PAS)
47,2 27,8

13,9

5,6 5,6
11. Cociente PDI por número de estudiantes
33,3 44,4

16,7


5,6
12. Resultados Encuesta de Evaluación de la labor docente

56,5 21,7

4,3 17,4

13. Cociente PAS por PDI
27,0 40,5

24,3

5,4 2,7
14. N.º de PDI dedicado exclusivamente a la investigación 35,1 18,9 2,7 13,5

10,8 18,9
15. N.º de PAS de apoyo a la investigación
38,9 27,8

16,7 2,8 2,8 11,1
16. N.º de apariciones del PDI en artículos de periódicos

8,6 71,4


17,1 2,9
17. N.º de tesis doctorales defendidas

5,4 64,9


27,0 2,7
18. N.º de publicaciones en revistas indexadas

3,0 66,7


30,3

19. N.º de citas que ha recibido una publicación

6,1 75,8


18,2

20. % PDI que produce publicaciones en revista indexada

17,4 52,2


30,4

21. N.º de publicaciones en revistas profesionales

8,1 67,6


24,3

22. N.º de trabajos presentados a congresos internacionales

5,4 59,5


35,1

23. N.º de sexenios concedidos
5,6 16,7 58,3 2,8

13,9 2,8
24. Participación en redes cientí cas

48,6 21,6 5,4

21,6 2,7
25. Ingresos por proyectos investigación local y regional
18,9 10,8 16,2 10,8 18,9 16,2 8,1
26. Ingresos por proyectos investigación nacional
19,4 11,1 13,9 11,1 13,9 22,2 8,3
27. Ingresos por proyectos investigación europea
19,4 8,3 13,9 8,3 13,9 27,8 8,3
28. Ingresos por actividades de formación bajo demanda
10,8 8,1 37,8 10,8 10,8 13,5 8,1
29. Ingresos por trabajos a entidades con alto valor añadido 10,8

43,2 5,4 21,6 16,2 2,7
30. Fondos de la universidad a centros de investigación
34,3 31,4 5,7 17,1

5,7 5,7
31. Presupuesto de las OTRI
25,7 28,6 5,7 17,1 11,4 11,4

Rev. Esp. Doc. Cient., 35, 1, enero-marzo, 119-144, 2012. ISSN: 0210-0614. doi: 10.3989/redc.2012.1.863
129

ADELA GARCÍA-ARACIL, DAVINIA PALOMARES-MONTERO
TABLA III (continuación)
Ítem
I
P
O
I-P
I-O
P-O I-P-O
32. N.º contratos de investigación (universidades/entidades) 5,6 8,3 41,7 2,8 13,9 16,7 11,1
33. N.º de patentes solicitadas

10,8 64,9


24,3

34. N.º de licencias concedidas

83,8


2,7 13,5

35. N.º de Spin-off originadas por la I+D de la Universidad

5,4 70,3

8,1 16,2

36. Actividades empresariales basadas en I+D universitaria

8,3 69,4

2,8 19,4

37. Existencia de Incubadora
11,8 20,6 41,2 8,8

14,7 2,9
38. N.º de empresas en la Incubadora

17,6 61,8


17,6 2,9
39. Existencia de Parque Cientí co y/o Tecnológico
14,3 22,9 14,3 5,7

25,7 17,1
40. M2 de infraestructuras universitarias
42,9 28,6 2,9 17,1


8,6
Fuente: elaboración propia.
* (I) Input; (P) Proceso; (O) Output; (I-P) Input y Proceso; (I-O) Input y Output; (P-O) Proceso y Output;
(I-P-O) Input, Proceso y Output.
de apariciones del PDI en artículos de periódicos, las publicaciones en revistas
indexadas, las citas que estas publicaciones reciben, el porcentaje de PDI que
publica en estas revistas, el número de publicaciones en revistas profesionales
y los trabajos presentados a congresos internacionales (ítems 16, 18, 19, 20, 21 y
22), las tesis doctorales defendidas (ítem 17), los sexenios concedidos (ítem 23),
las patentes solicitadas, las spin-off originadas por la I+D de la universidad, la
participación en empresas desarrollando actividades productivas basadas en la I+D
universitaria y el número de empresas en la incubadora (ítems 33, 35, 36 y 38).
Los dos indicadores restantes fueron considerados como procesos de la activi-
dad universitaria y son: los resultados de la encuesta de evaluación de la acti vidad
docente del PDI y las licencias concedidas (ítems 12 y 34).
Por otra parte, destacamos la variabilidad de opiniones con respecto a la
consideración de la tipología en los indicadores referidos a los ingresos obtenidos
por la universidad, bien a través de proyectos de investigación o bien por traba-
jos a entidades con alto valor añadido (ítem 25, 26, 27, 28 y 29). Se trata de un
resultado que re eja el debate existente por considerar a los ingresos recursos o
resultados de la investigación universitaria (Ahn y otros 1988; Cohn y Santos,
1989; Ahn y Seiford 1993); debate que queda sin respuesta en esta investigación.
Además, hemos podido observar que no ha habido consenso con respecto a
la consideración de alguno de los indicadores mostrados, por ejemplo: el núme-
ro de estudiantes en 1.er y 2.º ciclo y el número de estudiantes en 1.er y 2.º ciclo
en cursos de postgrado (ítems 1 y 4). Algunos expertos los consideran solo in-
dicadores de input, otros piensan que hacen referencia a procesos, mientras al-
gunos creen que hacen referencia a inputs y procesos al mismo tiempo. Este
resultado se encuentra acorde a otros trabajos que tratan de modelar la función
130
Rev. Esp. Doc. Cient., 35, 1, enero-marzo, 119-144, 2012. ISSN: 0210-0614. doi: 10.3989/redc.2012.1.863

Indicadores para la evaluación de las instituciones universitarias: validación a través del método Delphi
de producción de la universidad, trabajos que no han alcanzado una propuesta
de nitiva para la selección de inputs u outputs (Beasley, 1995; Johnes y Johnes
1995; Worthington 2001; Bonaccorsi y otros, 2007). Asimismo, otros estudios con-
sideran al número de estudiantes como un proceso (Sinuany-Stern y otros, 1994;
Hanke y Leopoldseder, 1998), mientras otros como un indicador de input (Bo-
naccorsi y Daraio, 2007; García-Aracil, 2007).
En base a los resultados obtenidos en este apartado, se puede decir que la
identi cación de los resultados de las actividades universitarias genera un mayor
acuerdo entre los expertos que, por el contrario, la identi cación de recursos y
procesos.
Finalmente, en la tabla IV se recoge la opinión de los expertos con respecto
a la importancia que otorgan a cada uno de los indicadores en el proceso de
evaluación de la institución universitaria, en una escala de 1 a 5, siendo (1) «nada
importante» (no debe ser considerado en el proceso de evaluación) y (5) «muy
importante» (esencial en el proceso de evaluación). Solo 12 de los 40 ítems pro-
puestos recogen más del 50 % de las respuestas en una de sus categorías.
TABLA IV
Importancia del indicador en la evaluación de las universidades ( la = 100%)
Nada
Muy
Neutro
Ít em
impor-
2
4
impor-
3
tante 1
tante 5
1. Nº de estudiantes en 1er y 2.º ciclo

2,7
21,6
32,4
43,2
2. Nº estudiantes 1er y 2.º ciclo con prácticas en empresas —

8,3
22,2
36,1
33,3
3. Nº de graduados


13,5
51,4
35,1
4. Nº de estudiantes en cursos de postgrado

5,4
16,2
37,8
40,5
5. Nº de postgraduados

8,1
16,2
37,8
37,8
6. Nº de postgraduados que participan en actividades de I+D

2,7
18,9
51,4
27,0
7. Nº de postgraduados subvencionados por las empresas

11,1
27,8
44,4
16,7
8. Ingresos medios de los graduados en su 1er trabajo
20,0
25,7
37,1
11,4
5,7
9. Nº de Personal Docente Investigador (PDI)

2,7
27,0
35,1
35,1
10. Nº de Personal de Administración y Servicios (PAS)

16,7
50,0
25,0
8,3
11. Cociente PDI por número de estudiantes
2,8
2,8
16,7
58,3
19,4
12. Resultados Encuesta de Evaluación de la labor docente

13,0
8,7
43,5
34,8
13. Cociente PAS por PDI

5,4
45,9
40,5
8,1
14. Nº de PDI dedicado exclusivamente a la investigación

2,7
21,6
48,6
27,0
15. Nº de PAS de apoyo a la investigación

8,1
21,6
45,9
24,3
16. Nº de apariciones del PDI en artículos de periódicos
11,1
44,4
27,8
8,3
8,3
17. Nº de tesis doctorales defendidas


2,7
48,6
48,6
Rev. Esp. Doc. Cient., 35, 1, enero-marzo, 119-144, 2012. ISSN: 0210-0614. doi: 10.3989/redc.2012.1.863
131

ADELA GARCÍA-ARACIL, DAVINIA PALOMARES-MONTERO
TABLA IV (continuación)
Nada
Muy
Neutro
Ít em
impor-
2
4
impor-
3
tante 1
tante 5
18. Nº de publicaciones en revistas indexadas


5,6
25,0
69,4
19. Nº de citas que ha recibido una publicación


8,3
38,9
52,8
20. % PDI que produce publicaciones en revista indexada


4,3
47,8
47,8
21. Nº de publicaciones en revistas profesionales
2,7
8,1
45,9
37,8
5,4
22. Nº de trabajos presentados a congresos internacionales

21,6
35,1
32,4
10,8
23. Nº de sexenios concedidos
2,7
5,4
16,2
35,1
40,5
24. Participación en redes cientí cas

8,1
29,7
45,9
16,2
25. Ingresos por proyectos investigación local y regional


28,6
51,4
20,0
26. Ingresos por proyectos investigación nacional


8,1
51,4
40,5
27. Ingresos por proyectos investigación europea


5,4
29,7
64,9
28. Ingresos por actividades de formación bajo demanda

16,2
32,4
43,2
8,1
29. Ingresos por trabajos a entidades con alto valor añadido

8,1
21,6
43,2
27,0
30. Fondos de la universidad a centros de investigación
10,8
13,5
35,1
21,6
18,9
31. Presupuesto de las OTRI
5,4
5,4
32,4
35,1
21,6
32. Nº contratos de investigación (universidades/entidades)

2,8
11,1
58,3
27,8
33. Nº de patentes solicitadas
2,7

18,9
56,8
21,6
34. Nº de licencias concedidas


18,9
24,3
56,8
35. Nº de Spin-off originadas por la I+D de la Universidad

2,7
18,9
32,4
45,9
36. Actividades empresariales basadas en I+D universitaria

2,7
27,0
48,6
21,6
37. Existencia de Incubadora

5,6
33,3
36,1
25,0
38. Nº de empresas en la Incubadora

2,9
20,0
45,7
31,4
39. Existencia de Parque Cientí co y/o Tecnológico

5,4
18,9
35,1
40,5
40. M2 de infraestructuras universitarias
2,7
10,8
21,6
40,5
24,3
Fuente: elaboración propia.
A tenor de las opiniones de los expertos, los indicadores que deben ser te-
nidos en cuenta en los procesos de evaluación de las universidades por ser con-
siderados importantes o muy importantes son: el número de graduados y el
número de postgraduados participando en actividades de I+D (ítems 3 y 6), el
cociente de PDI por número de estudiantes (ítem 11), el número de publicacio-
nes en revistas indexadas y las citas que reciben dichas publicaciones (ítems 18
y 19), los ingresos recibidos por proyectos tanto locales y regionales, como na-
cionales y europeos y el número de contratos de investigación (ítems 25, 26, 27
y 32), así como las patentes solicitadas y las licencias concedidas (ítems 33 y 34).
132
Rev. Esp. Doc. Cient., 35, 1, enero-marzo, 119-144, 2012. ISSN: 0210-0614. doi: 10.3989/redc.2012.1.863

Indicadores para la evaluación de las instituciones universitarias: validación a través del método Delphi
Asimismo, resulta conveniente analizar las opiniones del panel de expertos
también en aquellos casos en los que el consenso no ha sido alcanzado. Y es
que, la suma agregada de las puntuaciones obtenidas en las categorías «impor-
tante» y «muy importante» revela valores que así considerados superan en tras-
cendencia a otros que sí alcanzaron el consenso. En este sentido, destacan el
número de tesis doctorales defendidas y el porcentaje de PDI que produce pu-
blicaciones en revistas indexadas (ítems 17 y 20) con valores superiores al 95 %
en dichas categorías. En general, si consideramos ambas categorías de forma
conjunta (importante y muy importante), podríamos decir que también estos in-
dicadores deberían ser utilizados en la evaluación de las IES dado que son con-
siderados de forma generalizada como importantes.
A continuación, tomando como criterio de selección aquellos indicadores en
los que se ha alcanzado el consenso en cuanto a su consideración como impor-
tantes en el proceso de evaluación de las universidades, observamos la opinión
de los expertos respecto a su tipología y su misión, es decir, analizamos de for-
ma cruzada ambas informaciones para dichos indicadores. En este caso, se ob-
serva que solo en tres de los 12 indicadores en los que se alcanzó el consenso
en su consideración como importantes, se ha alcanzado el consenso respecto a
la caracterización de su tipología y misión (véase tabla V). Los tres son conside-
rados como indicadores de resultado; si bien el número de graduados (ítem 3)
está relacionado con la docencia; las citas que una publicación recibe (ítem 19)
es considerado de investigación y el número de licencias concedidas (ítem 34)
se re ere a la transferencia de conocimiento. En el resto de estos 12 indicadores,
a pesar de que los expertos han considerado que deben ser tenidos en cuenta
en los procesos de evaluación, no se ha alcanzado el consenso su ciente con
respecto a la catalogación de su tipología y su misión, por lo que se observa una
diversidad importante en las respuestas.
TABLA V
Indicadores considerados como importantes en la evaluación de las
universidades públicas acorde a su tipología y misión ( la = 100%)
Misión*
Indicador
Tipo+
D
I
TC
D-I
D-TC
I-TC
D-I-TC
I







P
5,6


2,8



O
69,4

2,8
2,8
2,8


3. Nº de graduados
I-P







I-O







P-O
5,6



2,8

2,8
I-P-O
2,8






Rev. Esp. Doc. Cient., 35, 1, enero-marzo, 119-144, 2012. ISSN: 0210-0614. doi: 10.3989/redc.2012.1.863
133

ADELA GARCÍA-ARACIL, DAVINIA PALOMARES-MONTERO
TABLA V (continuación)
Misión*
Indicador
Tipo+
D
I
TC
D-I
D-TC
I-TC
D-I-TC
I

10,8





P
2,7
18,9

2,7

5,4

O





10,8
2,7
6. Nº de postgraduados que partici-
I-P


2,7





pan en actividades de I+D
I-O







2,7
P-O

10,8

2,7

21,6

I-P-O





2,7
2,7
I
5,7


8,6


31,4
P
2,9
2,9

17,1


5,7
O







10. Nº de Personal de Administración
I-P



5,7


8,6
y Servicios (PAS)
I-O







P-O







5,7
I-P-O



2,9


2,9
I
27,8


5,6



P
33,3
2,8

5,6


2,8
O







11. Cociente PDI por número de es-
I-P
13,9






2,8
tudiantes
I-O







P-O







I-P-O







5,6
I







P


3,0





O

45,4



15,2
6,1
18. Nº de publicaciones en revistas
I-P







indexadas
I-O







P-O

21,2



9,1

I-P-O







I







P

3,0



3,0

O

54,5



15,2
6,1
19. Nº de citas que ha recibido una
I-P







publicación
I-O







P-O

12,1



6,1

I-P-O







134
Rev. Esp. Doc. Cient., 35, 1, enero-marzo, 119-144, 2012. ISSN: 0210-0614. doi: 10.3989/redc.2012.1.863

Indicadores para la evaluación de las instituciones universitarias: validación a través del método Delphi
TABLA V (continuación)
Misión*
Indicador
Tipo+
D
I
TC
D-I
D-TC
I-TC
D-I-TC
I

16,2
2,7




P

8,1



2,7

O


2,7


13,5

25. Ingresos por proyectos investiga-
I-P

10,8





ción local y regional
I-O

8,1



10,8

P-O

2,7



13,5

I-P-O

2,7



5,4

I

16,2
2,7




P

8,1



2,7

O


2,7


13,5

26. Ingresos por proyectos investiga-
I-P

10,8





ción nacional
I-O

8,1



10,8

P-O

2,7



13,5

I-P-O

2,7



5,4

I

13,9
2,8


2,8

P

8,3





O





13,9

27. Ingresos por proyectos investiga-
I-P

8,3





ción europea
I-O

11,1



2,8

P-O

2,8


2,8
22,2

I-P-O

8,3





I

2,9
2,9




P

5,7
2,9




O


8,6


31,4

32. Nº contratos de investigación
I-P





2,9

(universidades con entidades)
I-O

2,9



11,4

P-O

2,9



14,3

I-P-O





11,4

I







P

5,4



5,4

O


35,1


29,7

33. Nº de patentes solicitadas
I-P







I-O







P-O


13,5


10,8

I-P-O







Rev. Esp. Doc. Cient., 35, 1, enero-marzo, 119-144, 2012. ISSN: 0210-0614. doi: 10.3989/redc.2012.1.863
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ADELA GARCÍA-ARACIL, DAVINIA PALOMARES-MONTERO
TABLA V (continuación)
Misión*
Indicador
Tipo+
D
I
TC
D-I
D-TC
I-TC
D-I-TC
I







P







O

2,7
54,1


27,0

34. Nº de licencias concedidas
I-P







I-O


2,7




P-O


5,4


8,1

I-P-O







Fuente: elaboración propia.
* (D) Docencia; (I) Investigación; (TC) Transferencia de Conocimiento; (D-I) Docencia e Investigación; (D-
TC) Docencia y Transferencia de Conocimiento; (I-TC) Investigación y Transferencia de Conocimiento; (D-I-TC)
Docencia, Investigación y Transferencia de Conocimiento.
+ (I) Input; (P) Proceso; (O) Output; (I-P) Input y Proceso; (I-O) Input y Output; (P-O) Proceso y Output;
(I-P-O) Input, Proceso y Output.
Finalmente, las observaciones realizadas por los panelistas nos informan que
los expertos están totalmente de acuerdo en dos aspectos que parecen estar re-
lacionados: los indicadores como método de evaluación deberían combinarse con
métodos cualitativos y debería extenderse dicho método en los próximos años.
Además, el grupo está de acuerdo en que es posible desarrollar un sistema de
indicadores que re eje convenientemente las misiones de la universidad, sin su-
poner costes elevados por lo que este tipo de evaluación debería promoverse.
Asimismo, el panel participante en la investigación se muestra en desacuerdo con
respecto a que cada universidad desarrolle su propio sistema de indicadores. Por
tanto, estas respuestas ponen de mani esto que los gestores universitarios son
conscientes de las ventajas de los indicadores como método de evaluación de
las universidades públicas, y consideran que debería existir un acuerdo con res-
pecto a un modelo único del mismo. Si bien también reconocen sus limitaciones
y de ahí que se deba complementar con métodos cualitativos.
4. Conclusiones
El presente estudio contribuye a esclarecer el debate abierto en torno al es-
tablecimiento de criterios de clasi cación para los indicadores utilizados en la
evaluación de las IES, sobre el cual no existe consenso hasta la fecha. El centro
de interés de este trabajo ha sido lograr cierto consenso entre un grupo de ex-
pertos que ocupan cargos académicos y de gestión y con amplios conocimien-
tos en la evaluación de las instituciones universitarias, particularmente de las
136
Rev. Esp. Doc. Cient., 35, 1, enero-marzo, 119-144, 2012. ISSN: 0210-0614. doi: 10.3989/redc.2012.1.863

Indicadores para la evaluación de las instituciones universitarias: validación a través del método Delphi
universidades españolas. Para ello, hemos aplicado el método Delphi con el
propósito de identi car los indicadores que permitan evaluar la actividad uni-
versitaria.
Nuestros resultados muestran, en primer lugar, el consenso alcanzado entre
los expertos con relación a la utilidad y validez del uso de indicadores en la
evaluación de las universidades. Los resultados del Delphi ponen de mani esto
que los gestores universitarios consideran que esta herramienta es adecuada para
realizar comparaciones entre universidades, para evaluar las IES y que por ello,
debería extenderse en los próximos años. Sin embargo, se debe tener en cuenta
sus limitaciones, por lo que también consideran que debería combinarse con
otros métodos cualitativos de evaluación para realizar una evaluación óptima que
ofrezca información able que facilite la toma de decisión sobre políticas de
educación superior. De hecho, los resultados muestran que continúa habiendo
discrepancias en cuanto a la identi cación de dichos indicadores, tanto en la
misión que representan como en su tipología y su grado de importancia.
Con respecto a la identi cación de los indicadores para evaluar las misiones
universitarias, los resultados muestran, por un lado, que algunos indicadores se-
rían exclusivos para evaluar una misión y, por otro lado, que otros indicadores
se utilizarían para evaluar más de una misión. Los indicadores claramente iden-
ti cados con una misión son: 1) los orientados a la docencia, como el número
de estudiantes en 1.er y 2.º ciclo, el número de graduados y los resultados de la
encuesta de evaluación de la labor docente del PDI; 2) los orientados a la inves-
tigación, como el número de publicaciones en revistas indexadas, el número de
citas a dichas publicaciónes y el número de sexenios concedidos, y 3) los orien-
tados a la transferencia de conocimiento, como la existencia de incubadora, el
número de empresas en la incubadora y la participación en empresas que desa-
rrollan actividades productivas basadas en la I+D universitaria.
Asimismo, conviene destacar el sesgo existente en los indicadores de trans-
ferencia de conocimiento ya que, principalmente, se re eren a las actividades
que las OTRI vienen desarrollando, olvidando las actividades de transferencia
más relacionadas con la divulgación cientí ca y no tanto con la comercialización
de los resultados de la investigación. Esta desviación debería tenerse en cuenta
dado que las universidades trans eren su conocimiento a la sociedad a través de
distintos mecanismos, algunos de los cuales son de difícil valoración. Por tanto,
sería aconsejable alcanzar el consenso con relación a un listado de indicadores
relacionados con la transferencia de conocimiento que incluya tanto las activida-
des que las OTRI gestionan como aquellas actividades que muchos académicos
realizan para transferir su conocimiento.
Ocurre algo parecido si nos jamos en la categorización que hacen los ex-
pertos participantes con relación a la tipología del indicador, es decir, si se trata
de inputs, procesos u outputs. En este caso el consenso es menor entre los ex-
pertos. Solo 15 indicadores fueron considerados indicadores de output, mientras
2 indicadores fueron catalogados indicadores de procesos. Por tanto, especial-
mente destaca la di cultad de asignar la etiqueta de input y proceso a los indi-
Rev. Esp. Doc. Cient., 35, 1, enero-marzo, 119-144, 2012. ISSN: 0210-0614. doi: 10.3989/redc.2012.1.863
137

ADELA GARCÍA-ARACIL, DAVINIA PALOMARES-MONTERO
cadores presentados. Los indicadores en los que se ha observado mayor consen-
so hacen referencia a los resultados de la actividad universitaria relacionada con
el número de graduados y postgraduados, los ingresos medios de los graduados
en su primer trabajo y el número de citas que ha recibido una publicación.
En cuanto a la identi cación de la importancia del indicador en el proceso
de evaluación se observó un consenso aún menor, solo en 12 de ellos se alcan-
zó el acuerdo entre los expertos. Los resultados sugieren que aquellos indicado-
res considerados como los más importantes deberían ser incluidos en los proce-
sos de evaluación de las universidades, como por ejemplo: el número de
publicaciones en revistas indexadas, las citas recibidas por estas publicaciones,
los ingresos por proyectos de investigación local y regional, nacional y europea,
el número de licencias concedidas, el número de contratos de investigación, las
patentes solicitadas, el número de graduados, el número de postgraduados que
participan en actividades de I+D y el cociente de PDI por estudiante.
Asimismo, nuestro estudio con rma el extenso debate acerca de las conse-
cuencias de incluir entre las misiones institucionales de la universidad, además
de la docencia y la investigación, la transferencia de conocimiento. En este sen-
tido, la transferencia de conocimiento podría ser vista como un problema de
complementariedad versus sustitución en los outputs de la actividad universitaria,
por ejemplo, el número de publicaciones en revistas indexadas, el número de
contratos de la universidad con la industria y el número de patentes solicitadas.
Por otro lado, podría considerarse un problema de complementariedad versus
sustitución en la relación input-output dada la falta de consenso en torno a la
consideración de los ingresos obtenidos por proyectos de investigación local y
regional, nacional y europea. O nalmente, un problema de complementariedad
versus sustitución en la relación proceso-output como muestra la respuesta de
los expertos, por ejemplo, respecto al número de graduados que participan en
actividades de I+D.
Nuestros resultados muestran, por tanto, que las actividades universitarias
deben ser vistas como un vector de resultados producidos de forma conjunta
mediante un mismo vector de recursos, como por ejemplo el número de PDI y
el número de PAS. Desde esta perspectiva, se podría encontrar una correlación
positiva, negativa o incluso mixta entre las actividades universitarias. Por tanto,
el estudio de los sistemas de evaluación debe centrarse en la importancia de
evaluar el desempeño de las universidades a nivel institucional con el propósito
de analizar la posible relación de complementariedad o sustitución entre las mi-
siones de docencia, investigación y transferencia de conocimiento.
A tenor de los resultados alcanzados, parece claro que los gestores universi-
tarios están de acuerdo en la validez de los indicadores como un instrumento
útil para la evaluación de las universidades. La puesta en marcha del método
Delphi, mediante el cual hemos solicitado información a expertos que tienen
experiencia en tema de evaluación institucional, se puede concluir que este tra-
bajo contribuye, de forma teórica y práctica, en la priorización de indicadores
para evaluar a las universidades. Sin embargo, persiste la necesidad de que las
138
Rev. Esp. Doc. Cient., 35, 1, enero-marzo, 119-144, 2012. ISSN: 0210-0614. doi: 10.3989/redc.2012.1.863

Indicadores para la evaluación de las instituciones universitarias: validación a través del método Delphi
administraciones públicas implicadas y la comunidad universitaria en su conjun-
to alcancen un mayor consenso, siendo necesaria una mayor re exión en torno
a la de nición de un modelo teórico de mínimos aceptado, que permita a las
instituciones universitarias asignar pesos a los distintos indicadores en función de
su plani cación estratégica. Para tal n, habría que mejorar la de nición de cada
uno de los indicadores, al igual que su medición. Sería recomendable avanzar en
la estandarización de un manual de indicadores para evaluar las instituciones de
educación superior, no solo a nivel nacional sino teniendo en cuenta el contex-
to europeo (European Commission, 2009).
Asimismo, sería necesario contar con una infraestructura estadística a nivel
micro de los centros universitarios, coherente y transparente, que proporcionara
a estas instituciones y a los responsables políticos información pertinente para
evaluar comparativamente y realizar un seguimiento de las tendencias que desa-
rrolla el sector de la educación superior, el cual está acometiendo una transfor-
mación y expansión sustancial que requiere y exige ser supervisada y evaluada
para facilitar la toma de decisiones y adquirir un mayor conocimiento de la ren-
tabilidad económica y social de la inversión en educación superior. Si el acuerdo
fuera alcanzado, podría construirse una estructura permanente encargada de la
recogida sistemática y periódica de datos normalizados con una metodología bien
desarrollada, que permitiría desarrollar evaluaciones de las universidades en base
a un método comúnmente aceptado.
5. Agradecimientos
Este trabajo ha recibido apoyo del proyecto ref. ECO2008-02553/ECON, titu-
lado «Las misiones de la universidad y su complementariedad. Nuevos métodos
de evaluación en términos de e ciencia», nanciado por el Plan Nacional de I+D
del Ministerio de Ciencia e Innovación.
6. Referencias
Ahn, T.; Charnes, A., y Cooper, W. W. (1988). Using DEA to measure the ef ciency of
non-for-pro t organizations: A critical evaluation-comment. Managerial and Decision
Economics, vol. 9 (3), 251-253.
Ahn, T., y Seiford, L. W. (1993). Sensitivity of DEA to models and variable sets in a hypo-
thesis test setting: The ef ciency of university operations. En: Ijiri, I. (ed.) Creative and
Innovative Approaches to the Science of Management. Quorum Book, Westport CT.
AQU (2007). El Sistema Universitari Públic Català 2000-2005: Una Perspectiva des de
l’avaluació d’AQU Cataluña. Barcelona; Agencia para la Calidad del Sistema Univer-
sitario Catalán.
Beasley, J. E. (1995). Determining teaching and research ef ciencies. Journal of the Ope-
rational Research Society, vol. 46 (4), 441-452.
Rev. Esp. Doc. Cient., 35, 1, enero-marzo, 119-144, 2012. ISSN: 0210-0614. doi: 10.3989/redc.2012.1.863
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ADELA GARCÍA-ARACIL, DAVINIA PALOMARES-MONTERO
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Indicadores para la evaluación de las instituciones universitarias: validación a través del método Delphi
APÉNDICE 1
Encuesta Delphi: «El uso de indicadores en la evaluación de universidades»
(VERSIÓN FINAL)
Rev. Esp. Doc. Cient., 35, 1, enero-marzo, 119-144, 2012. ISSN: 0210-0614. doi: 10.3989/redc.2012.1.863
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ISSN: 0210-0614. doi: 10.3989/redc.2012.1.848
RDA, el nuevo código de catalogación: cambios
y desafíos para su aplicación
Paola Picco* y Virginia Ortiz Repiso**
Resumen: Se estudia el nuevo código de catalogación Descripción y Acceso a los Recur-
sos (RDA) y su adecuación a la situación tecnológica de la actualidad. Se analiza la
forma en que se originó, qué representa y qué puede signi car para la catalogación
y para el desarrollo de los catálogos. Se hace un breve recorrido por la situación del
control bibliográ co y su relación con la tecnología para continuar con los anteceden-
tes que le dan origen al nuevo código. Asimismo se estudian sus características, los
cambios que propone y qué bene cios aporta el hecho de estar basado en el mode-
lo FRBR. Se muestran sus implementaciones en la comunidad internacional. Y, por
último, se destacan los aciertos y los desafíos que supone y las dudas más relevantes
que suscita. Se realiza una amplia revisión bibliográ ca que ha permitido identi car
los aspectos más importantes de este cambio de normalización catalográ ca así como
sus aciertos e inconvenientes. Asimismo se lleva a cabo un análisis minucioso de los
Requisito Funcionales para Registros Bibliográ cos (FRBR), de los Requisitos Funcio-
nales para los Datos de Autoridad (FRAD) y de las instrucciones del nuevo código los
que ha permitido detectar las conexiones que existen entre ellos.
Palabras clave: catalogación, FRBR, RDA, estándares catalográ cos, linked data, cloud
computing.
RDA, the new cataloging code: changes and challenges
Abstract: An in-depth study presenting the new cataloging code, RDA (Resource Description
and Access) and its relationship to technology. Its origin, what it represents and its
implications for cataloging are analyzed. The state of bibliographic control and the
foundations of the new cataloging code are reviewed. Details are presented concerning
its structure, changes and advantages of being based on the FRBR model. Reference is
also made to RDA’s adoption by the international community. Finally, the article sets
forth the changes and doubts that RDA prompts. The exhaustive bibliographic review
permits the identi cation of the most signi cant changes as well as the pros and cons.
Likewise, a detailed study of the Functional Requirements of Bibliographic Records
(FRBR) and the Functional Requirements for Authority Data (FRAD) enables a better
understanding of the new code’s instructions, connections and relationships to them.
Keywords: cataloging, FRBR, RDA, cataloging standards, linked data, cloud computing.
* Escuela Universitaria de Bibliotecología y Ciencias A nes, Universidad de la República. Uru-
guay. Correo-e: picco.paola@gmail.com.
** Departamento de Biblioteconomía y Documentación, Universidad Carlos III de Madrid.

Correo-e: virginia@bib.uc3m.es.
Recibido: 29-03-2011; 2.ª versión: 24-07-2011; aceptado: 29-07-2011.
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PAOLA PICCO, VIRGINIA ORTIZ REPISO
1. Introducción
Las bibliotecas, desde la década de los noventa, son conscientes de que la
información que deben ofrecer al usuario se encuentra no solo en su propia casa
sino también, en la de otros. El universo de información que, hoy en día, deben
manejar, organizar y gestionar es amplio y muy diverso. También lo es la tecno-
logía que tienen que utilizar. No solo es su ciente implantar un Sistema Integra-
do de Gestión de Bibliotecas, sino que es necesario dar acceso a múltiples y
variados documentos que proceden de fuentes diversas y que, a veces, traen
consigo una tecnología propia.
Las revistas electrónicas, los repositorios institucionales, los documentos en la
red, las redes sociales, los libros electrónicos, los libros tradicionales en papel,
las imágenes, los sonidos y un etcétera que se amplía y amplia llegando a la
nube (Cloud computing) han propiciado nuevas herramientas de búsqueda y
acceso a la información: servidores de enlaces y metabuscadores que permiten
al usuario un mejor y fácil acceso. Sin olvidarnos de los nuevos servicios que
comienzan a implantarse: información directa al móvil, préstamo de lectores y
de libros electrónicos...
Y, claro, los catálogos bibliotecarios existen y siguen siendo necesarios. Aun-
que hayan pasado de ser un elemento central a un servicio, entre otros, para
acceder a la información. Y, a pesar de que deban competir, además, con servi-
cios, comerciales y/o gratuitos, cada vez más potentes y e caces que proyectan
una sombra grande sobre ellos, siguen siendo necesarios. Ahora bien, hace ya
tiempo que la comunidad bibliotecaria demanda la necesidad de nuevas herra-
mientas para su creación, difusión y búsqueda. Y, además, la necesidad de sim-
pli car la catalogación. Las ISBD (IFLA, 2007), las AACR (2005), las normas cata-
lográ cas nacionales y, también, el formato MARC (Library of Congress, 2009a)
arrastran el peso del entorno manual en el que fueron creadas y de la tecnología
que estaba disponible en los años sesenta.
Desde hace unos años, los acrónimos FRBR, FRAD, RDA se van haciendo más
presentes entre nosotros. Las dudas, las inquietudes y, también, las expectativas que
se han creado son muchas. La primera pregunta que nos hacemos ¿es realmente
algo nuevo y acorde con los tiempos? ¿Los catálogos van a asemejarse a las herra-
mientas que mayoritariamente se utilizan en la web? ¿Son necesarias más normas?
En el mes de julio de 2010, se publicó, después de diez años de discusiones
entre la comunidad internacional de catalogadores un nuevo código de catalo-
gación: Resource Description and Access conocido bajo el acrónimo RDA (2010)
que sustituirá a las Anglo American Cataloguing Rules (AACR).
Lo que a continuación vamos a exponer es un análisis del estado de la cues-
tión. Supone el primer paso de una investigación, en curso, cuyo objetivo último
consiste en estudiar las RDA y su adecuación a la situación tecnológica de la
actualidad, proponiendo soluciones de implantación.
En este trabajo queremos estudiar cómo se origina este nuevo código, qué
representa y qué puede signi car. Para conseguir este objetivo haremos, en pri-
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RDA, el nuevo código de catalogación: cambios y desafíos para su aplicación
mer lugar, un breve recorrido por la situación del control bibliográ co y su re-
lación con la tecnología para continuar con los antecedentes que lo han origina-
do. Analizaremos, en segundo lugar, sus características, los cambios que propone
y qué bene cios aporta el hecho de estar basado en el modelo FRBR. En el ter-
cer paso, mostraremos sus implementaciones en la comunidad internacional. Y,
por último, indicaremos los aciertos y los desafíos que supone y las dudas más
relevantes que suscita.
2. Aspectos
metodológicos
Para la realización de este estudio, se ha llevado a cabo una exhaustiva revi-
sión bibliográ ca que ha permitido identi car los aspectos más importantes de
este cambio de normalización catalográ ca, así como sus aciertos e inconvenien-
tes.
Se ha realizado, además, un análisis de los Requisito Funcionales para Regis-
tros Bibliográ cos (IFLA, 1998) de los Requisitos Funcionales para los Datos de
Autoridad (FRAD) (IFLA, 2009b), así como de las RDA (2010) que han permitido
detectar las conexiones que existen entre ellos.
Se ha llevado a cabo una comparación entre el formato MARC 21, las AACR
y las RDA, que nos ha permitido identi car los cambios producidos y cómo se
re ejan en la elaboración de los registros bibliográ cos. Hemos consultado el
Plan estratégico de evaluación del nuevo código que viene realizando la Library
of Congress junto a las dos Bibliotecas Nacionales norteamericanas y otras insti-
tuciones de este mismo país que forman parte del proceso de manera voluntaria
(Library of Congress, 2009c). Asimismo, se realizaron consultas a catálogos que
ya están aplicando este estándar. Se compararon registros bibliográ cos generados
a partir de la aplicación de los dos códigos, se analizaron sus semejanzas y di-
ferencias.
Para conocer el estado en el que se encuentra la adopción del nuevo código
analizamos, tanto el Plan estratégico de evaluación del Código de la Library of
Congress (2009c), como los documentos y las políticas de nidas por OCLC (2010),
la Biblioteca Nacional de Australia (National Library of Australia, 2010) y el in-
forme nal del U.S. RDA Test Coordinating Committee (2011). Así como los do-
cumentos de las Bibliotecas Nacionales de los diferentes países de Europa (RDA
in Europe, 2010; Hernández, 2010).
3. El control bibliográ co y los estándares
El control bibliográ co tiene como objetivo fundamental desarrollar herra-
mientas que permitan la organización de la información para su posterior recu-
peración y acceso. Se sostiene sobre una serie de principios y prácticas comunes
que fueron adquiriendo relevancia en el ámbito internacional desde los años
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PAOLA PICCO, VIRGINIA ORTIZ REPISO
sesenta y que han facilitado el intercambio de la información y la racionalización
de los recursos a través de proyectos de cooperación y trabajo colectivo. Los
Principios de Paris, las normas ISBD, el formato MARC 21, las AACR son herra-
mientas de control bibliográ co que cumplen distintas funciones pero que se
complementan para alcanzar un objetivo común. Seguramente los catalogadores
estamos familiarizados con las mismas, pero, sin embargo, hemos observado que
muchas veces se confunde el alcance de cada una de ellas. En este epígrafe nos
proponemos demostrar cómo cada herramienta del sistema de control bibliográ-
co cumple una tarea especí ca. Pero también, como todas se complementan
buscando alcanzar el objetivo general del sistema, que es organizar la información
para hacerla accesible a la comunidad de usuarios.
En este mismo sentido, Sevenonius (2000) explica las funciones que cumplen
los principios (Principios de Paris, Principios Internacionales de Catalogación),
objetivos y lenguajes bibliográ cos (reglas de catalogación) dentro del sistema
de control bibliográ co. La autora sostiene que los principios son reglas genera-
les que van a orientar el diseño de los lenguajes bibliográ cos, que los objetivos
de nen las acciones esperadas por el sistema, teniendo en cuenta las necesidades
de los usuarios, y que el lenguaje bibliográ co, toma forma de instrucciones
precisas o reglas, que son las que utilizamos para describir a los distintos recur-
sos de información.
Por otra parte, Gorman (2006) mani esta que un sistema de control biblio-
grá co está compuesto por principios, estándares, reglas de descripción y apli-
caciones informáticas, así como por las interpretaciones realizadas a nivel local.
Como ejemplo de reglas de descripción, cita las AACR, y el sistema de Encabe-
zamiento de Materias de la Library of Congress. Para el caso de aplicaciones
informáticas, el formato MARC, y respecto a las interpretaciones, las realizadas a
las AACR por la Library of Congress.
Pero ahora el espectro ha cambiado, no solo hablamos de un control biblio-
grá co pura y exclusivamente bibliotecario con normas internacionales propias.
Nos encontramos con recursos de información que son organizados por otras
instituciones según sus propias prácticas y que deben convivir con las coleccio-
nes tradicionales de las bibliotecas. De esta forma, tenemos junto a las coleccio-
nes tradicionales, que se procesan a partir de las prácticas consensuadas de la
Catalogación, bases de datos bibliográ cas producidas por consorcios comercia-
les, así como repositorios digitales desarrollados según dinámicas y reglas propias,
también internacionalmente consensuadas. Pero, en todo caso, debemos subrayar
la diversidad de los elementos que la biblioteca deberá gestionar para ponerlos
a disposición de la comunidad de usuarios, buscando satisfacer sus necesidades
de la forma más e ciente y adecuada a sus intereses.
Las herramientas del sistema de control bibliográ co están en estrecha rela-
ción con las tecnologías. La utilización de los Sistemas Integrados de Gestión de
Bibliotecas permite la generación de los OPAC. Los servidores de enlace muestran
las fuentes disponibles para un recurso determinando sin importar su ubicación.
Los metabuscadores permiten realizar búsquedas federadas en el universo de la
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RDA, el nuevo código de catalogación: cambios y desafíos para su aplicación
biblioteca. La tecnología disponible para las bibliotecas ha evolucionado al pun-
to de permitir brindar servicios en la telefonía móvil, consultas a los OPAC, ser-
vicios de diseminación selectiva de información y hasta la descarga de documen-
tos licenciados por la biblioteca.
Las herramientas de control bibliográ co y, fundamentalmente, de acceso a
la información han ido evolucionando a partir de nuevos desarrollos tecnológicos
y nuevos estándares conformando un todo. En la gura 1, se muestra una repre-
sentación de los estándares que conforman las herramientas de control biblio-
grá co, comparando el esquema propuesto por W3C Library Linked Data Incu-
bator Group (2005), al que haremos referencia más adelante, y la actualización
que proponen las autoras.
FIGURA 1
Estándares para el control bibliográ co
Estándares bibliográ cos de nidos por W3
Library Linked Data Incubator Group, 2005
Actualización propuesta por las autoras
APLICACIONES INFORMÁTICAS
Codi cación
Codi cación
Estándares
Ej. ISO 2709, XML
concretos para
Ej. ISO 2709, XML
la representación
ESTRUCTURA
de datos utilizados
Formato de metadatos
Formato de metadatos
por las distintas
Ej. MARC21
Ej. MARC21
aplicaciones
UNIMARC, MODS
UNIMARC, MODS
informáticas
NIVEL DE REPRESENTACIÓN DE DATOS
Vocabularios
Vocabularios
Ej. Atributo «tipo
Ej. Atributo «tipo
de soporte» en las RDA
de soporte» en las RDA
Elementos de nidos
Elementos de nidos
en las reglas
en las reglas
de catalogación
CONTENIDO
de catalogación
Ej. Título propiamente
Ej. Título propiamente
dicho
dicho
Reglas de catalogación
Reglas de catalogación
Ej. ISBD, AACR2, RDA
Ej. ISBD, AACR2, RDA
Estándares
abstractos
NIVEL ABSTRACTO
basados en las
Familia de requisitos
necesidades
Principios de catalogación
funcionales
de los usuarios
Ej. Principios de París
Ej. FRBR
Declaración internacional
MODELOS
de Principios
Y
de Catalogación
PRINCIPIOS
Familia de requisitos
funcionales
Ej. FRBR, FRAD, FRSAD
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PAOLA PICCO, VIRGINIA ORTIZ REPISO
En nuestra propuesta agregamos, a los Principios de Catalogación, en un es-
calón posterior a los modelos, y señalamos tres niveles: uno abstracto que inclu-
ye a los modelos y principios, el segundo de representación de datos, donde se
encuentran los vocabularios controlados, y las reglas de catalogación. Y, el ter-
cero, con las aplicaciones informáticas, que incluye los formatos de almacena-
miento y los lenguajes de codi cación.
El nuevo código de catalogación está vinculado, como ya se ha señalado, a
los modelos FRBR y FRAD que le dan el sustento teórico. Muchas veces se pro-
duce cierta confusión entre marco conceptual, principios y estándares. Creemos
necesario hacer un pequeño paréntesis para explicar el signi cado de cada uno
de ellos.
Los marcos conceptuales son representaciones abstractas que se utilizan para
tratar de explicar un fenómeno o proceso (Carlyle, 2006). Son en general repre-
sentaciones de una realidad, o simulaciones, que permiten comprender como
suceden las cosas en determinada circunstancia, con todas las limitaciones que
pueden tener por ser interpretaciones concebidas por la menta humana. Pero
más allá de sus propias limitaciones, son de mucha utilidad para las distintas
disciplinas. Los modelos FRBR y FRAD son marcos conceptuales y no reglas de
catalogación, tienen como objetivo explicar el universo bibliográ co a través de
la de nición de una serie de entidades, sus atributos y relaciones, como veremos
en el próximo epígrafe.
Los principios son guías o directrices que van a orientar la de nición de los
estándares de descripción. Estos últimos son instrucciones o reglas especí cas
que nos permiten representar de manera simbólica al universo bibliográ co. En-
tendemos también por estándares a los de almacenamiento que son aplicaciones
informáticas que recogen de forma sistemática las descripciones y representacio-
nes de esa realidad como es el caso del formato MARC21. Para registrar la infor-
mación en ese formato se siguen las AACR, combinándose la aplicación de estos
dos estándares (uno para describir, el otro para almacenar).
Una vez realizada esta puntualización y las correspondientes aclaraciones,
analizaremos a continuación los antecedentes del nuevo código de catalogación,
para detenernos después en el análisis de los cambios que supone su utiliza-
ción a partir de la incorporación de los modelos conceptuales en sus bases
teóricas.
4. Antecedentes del código RDA
En la última década del siglo XX, los organismos internacionales, principal-
mente la IFLA, comenzaron a trabajar para dotar a los catálogos de una estruc-
tura y de unas normas que estuvieran más acordes con el entorno tecnológico
existente. Los estándares catalográ cos vigentes están pensados para un entorno
manual, sin embargo, el avance tecnológico exige una actualización de las normas
y pautas que recogen. En este sentido, se ha realizado, en los últimos años, un
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RDA, el nuevo código de catalogación: cambios y desafíos para su aplicación
gran esfuerzo para dotar a las bibliotecas de nuevos esquemas acordes a la rea-
lidad tecnológica. Los hitos más importantes son:
• 1998. Publicación de los FRBR, Functional Requirements for Bibliographic
Records (Requisitos funcionales de los registros bibliográ cos) que suponen
el cambio más importante en el ámbito de la catalogación desde la publi-
cación en 1971 de las ISBD. Contemplan, principalmente, tres componentes.
En primer lugar, un modelo teórico para representar los conceptos y las
relaciones. En segundo, un vocabulario para describir los niveles de repre-
sentación y potencialmente, nuevas formas de visualizar la información en
los OPACs.
• 2009 (marzo). Se aprueba el documento nal de los FRAD, Functional Re-
quirements for Authority Data (Requisitos funcionales para registros de
autoridad), que se publicó en ese mismo año.
• 2009. Nueva declaración de principios internacionales de catalogación para
su aplicación a los catálogos en línea de las bibliotecas (IFLA, 2009a). Esta
declaración sustituye y amplía el alcance de los Principios de París siendo
la primera vez que se tienen en cuenta pautas para la búsqueda y recupe-
ración en entornos electrónicos. Se ha construido sobre la base de la tra-
dición catalográ ca existente y también sobre el modelo conceptual de la
IFLA: FRBR y FRAD.
• En junio de 2010, se publica un nuevo código de catalogación denominado
RDA, Resource Description and Access (Descripción y acceso de recursos)
que va a sustituir a las AACR. Esta nueva norma se basa en los tres trabajos
anteriormente citados. Y aúna los conceptos catalográ cos con diferentes
esquemas de codi cación en los entornos electrónicos. Es decir, los catálo-
gos que se construyan podrán realizarse con formato MARC o con metada-
tos o nuevas estructuras que puedan surgir.
Las AACR y, en general, los códigos catalográ cos nacionales, son el re ejo
de las bibliotecas y de las tecnologías de la década de los setenta y ochenta.
Fueron pensadas para los catálogos en cha, para los materiales impresos, y para
usuarios con determinadas necesidades de información. Pasados más de treinta
años, esa realidad ha cambiado sustancialmente. En 1988, un estudio realizado
por el organismo responsable del desarrollo del formato MARC (International
MARC Network) llamó la atención a las bibliotecas nacionales sobre el escaso
tratamiento que se le brindaba a la información que se generaba en otros sopor-
tes que no fueran los impresos. Señaló la necesidad de adecuar los estándares
para el tratamiento de estos nuevos soportes. Asimismo se recomendó mejorar
la calidad de los registros bibliográ cos buscando potenciar el intercambio y la
cooperación entre las distintas instituciones (Estivill Rius, 2009).
Con el crecimiento vertiginoso de la información electrónica han nacido nue-
vos estándares para almacenar, recuperar y acceder a los objetos de información
en un entorno de red. Estos nuevos estándares están relacionados, por una par-
Rev. Esp. Doc. Cient., 35, 1, enero-marzo, 145-173, 2012. ISSN: 0210-0614. doi: 10.3989/redc.2012.1.848
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PAOLA PICCO, VIRGINIA ORTIZ REPISO
te, con prácticas más acordes con la tecnología existente y provienen fundamen-
talmente de otras iniciativas no puramente bibliotecarias como los lenguajes de
marcas y los esquemas de metadatos.
Hoy en día, nos encontramos con colecciones virtuales compartidas por gran-
des consorcios, con usuarios habituados a interactuar en la Red, donde el catá-
logo tradicional de la biblioteca se convierte, a veces, en obstáculo más que en
un facilitador del proceso de recuperación de la información. Dunsire (2007a)
señala que frente a esta realidad, los metadatos utilizados para la descripción de
los recursos de información necesitan adecuarse a la nueva variedad de soportes
de información disponibles; y que estos deben poder abarcar las múltiples op-
ciones, ya sea desde colecciones digitales hasta paquetes multicomponente orien-
tados al aprendizaje.
Hace ya más de una década, algunos autores manifestaban que los OPACs
no podían ser considerados como herramientas avanzadas ya que se sostenían
sobre las prácticas tradicionales desarrolladas para los catálogos en chas (Ortiz-
Repiso y Moscoso, 1999). Estos catálogos no se adaptan a las necesidades de los
actuales lectores, que están habituados a los nuevos entornos de búsqueda y
recuperación de información que ofrecen las tecnologías web (Bianchi y Guerri-
ni, 2009).
Esta situación ha producido un desfase entre el modelo que usamos y las
tecnologías que disponemos, generando una brecha difícil de revertir si no se
cambian las bases y principios utilizados para la catalogación.
El avance tecnológico que ha impactado en las formas de producción de la
información, en el desarrollo de los catálogos de las bibliotecas, y en las nuevas
demandas de los usuarios, ha sido el factor determinante para la elaboración de
un nuevo código que diera respuesta a esta situación. Gestionar este cambio no
es una tarea sencilla, ya que implica abordarlo de una forma interdisciplinar,
donde se tendrán que considerar los aspectos bibliográ cos, e informáticos entre
otros (Bianchi, 2009). Debemos agregar, además, que las bibliotecas y los centros
de documentación se caracterizaron por ser las únicas instituciones responsables
de la organización del conocimiento y de la información en la época anterior a
Internet. En la actualidad, sin embargo, se encuentran con nuevos competidores
como son: las herramientas de búsqueda propias de la red, los proyectos de di-
gitalización de fondos documentales que se desarrollan fuera del ámbito biblio-
tecario y las empresas comerciales, por ejemplo Amazon, que se presentan como
oportunidades atractivas para los usuarios de información.
Así pues, las bibliotecas se encuentran en una situación que hace algunos años
era impensable, compitiendo con organizaciones que tienen objetivos bien distin-
tos a los establecidos para estas instituciones, pero que prometen satisfacer las
mismas necesidades de los usuarios de las bibliotecas. Este contexto denota una
necesidad ineludible de actualizar la normativa catalográ ca, buscando ofrecer
nuevas herramientas y mecanismos que satisfagan las necesidades de sus usuarios.
En el año 1997, la comunidad internacional de catalogadores, en la Conferen-
cia Internacional sobre Principios y Desarrollo Futuro de las AACR celebrada en
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RDA, el nuevo código de catalogación: cambios y desafíos para su aplicación
Toronto ( Joint Steering Committee for Development of RDA, 1997), se planteó
llevar a cabo una profunda actualización de la normativa catalográ ca que tuvie-
ra un alcance internacional y que fuera coherente con la realidad tecnológica. El
nuevo código catalográ co se publica en el mes de julio de 2010, después de
más de diez años de trabajo.
Este nuevo código se presenta como el sucesor de las AACR y anuncia entre
sus cambios el hecho de estar basado en un modelo conceptual y de haberse
diseñado para el entorno digital (Oliver, 2010). La fuerte relación que tiene con
el modelo conceptual FRBR se puede entender como la voluntad mani esta de
estar en sintonía con los desarrollos informáticos, ya que se de nió utilizando el
modelo entidad-relación para componer la realidad que se desea representar en
las bases de datos. El nuevo código se estructura sobre las entidades y relaciones
de nidas por el modelo. Vamos a verlo con más detenimiento en el siguiente
epígrafe.
5. Los requisitos funcionales de los registros
bibliográ cos (FRBR)
La Federación Internacional de Asociaciones de Bibliotecas e Instituciones
(IFLA) a través del programa, ya extinguido, UBCIM (Universal Bibliographic
Control and International MARC) decidió estudiar y analizar las funciones de los
registros bibliográ cos en relación a los diferentes media, aplicaciones informá-
ticas y necesidades de los usuarios. Esta iniciativa, iniciada en el Seminario cele-
brado en Estocolmo en 1990, tomó cuerpo, ocho años después, con la publicación
de los Functional Requeriments for Bibliographic Records: Final report (IFLA,
1998). La IFLA recomendó a las bibliotecas y agencias nacionales la adopción de
los componentes del modelo como elementos básicos para el registro bibliográ-
co.
El estudio de los Requisitos Funcionales para los Registros Bibliográ cos y su
necesaria vinculación con los datos de autoridad, tanto para las entidades del
segundo como tercer grupo del modelo FRBR, dio lugar a la realización de otros
dos estudios, con similares características, que se materializaron en la de nición
de los modelos FRAD (Functional Requirements Authority Data) (IFLA, 2009b) y
FRSAD (Functional Requirements for Subject Authority Data) (IFLA, 2010). Más
de diez años después de los FRBR.
Estos modelos vienen a explicar de forma teórica lo que los Sistemas Integra-
dos de Gestión de Biblioteca, ya habían resuelto en parte, de forma práctica,
vinculando los registros bibliográ cos, los de autoridades y los de localizaciones
(holdings). Sin embargo, la de nición de estos modelos brinda, a priori, nuevos
elementos para comprender las relaciones que existen entre los datos que se
consignan en estos registros. La clari cación de estas relaciones permitirá nuevas
modalidades de procesamiento de la información que respondan a las necesida-
des planteadas por los usuarios y que estén en sintonía con los últimos desarro-
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PAOLA PICCO, VIRGINIA ORTIZ REPISO
llos tecnológicos. Supone, en principio, un paso más allá del formato MARC que
se utiliza en la mayoría de los catálogos cuya estructura limita el establecimiento
de relaciones y vínculos.
Las FRBR de nen los objetivos principales de los catálogos: encontrar, iden-
ti car, seleccionar y acceder a los recursos de información del universo biblio-
grá co (Madison, 2005). Como ya explicamos en el epígrafe anterior, la función
del modelo teórico es generar un marco de comprensión de lo que se debe des-
cribir en el universo bibliográ co. Por lo tanto, y mas allá de la recomendación
realizada en la reunión de Copenhague, las bibliotecas no pudieron implementar
el modelo FRBR, sino a través de la de nición de modelos intermedios que es-
tablecieron relaciones de correspondencia entre el modelo FRBR y el utilizado
para representar los datos (Le Boeuf, 2002). En general, por tanto, los catálogos
que permiten visualizar la información según el modelo FRBR, deben extraer los
datos de los tradicionales registros MARC. Zhang y Salaba (2009) señalan, entre
las conclusiones de su investigación, la necesidad de que se desarrollen reglas
de catalogación que estén en coherencia con el modelo para lograr su aplicación.
Algunas bibliotecas y comunidades a nes han comenzado a experimentar y
a investigar sobre los bene cios que podría aportar la aplicación de este mode-
lo en la visualización de sus catálogos. Son experiencias en pleno desarrollo que
todavía no han arrojado datos concluyentes como para justi car su adopción.
Como ejemplos de implementaciones del modelo FRBR podemos citar a las ba-
ses de datos desarrollados por AustLit Gateway (Austlit, 2011), la experiencia de
FindFiction de OCLC (2009a), el proyecto de la Universidad de Kent State (2011).
Respecto a ejemplos de software que permite realizar visualizaciones nos pode-
mos referir a: FRBR display tool (Library of Congress, 2009b), BIBSYS de la Bi-
blioteca Nacional Noruega desarrollado en conjunto con la Universidad de Cien-
cia y Tecnología de este país (Aalberg y otros, 2006) y el sistema integrado de
bibliotecas Virtua (VTLS, 2008).
Como se analizará, más adelante, las RDA adoptan este modelo de referencia
teórico para establecer las instrucciones prácticas que permitan representar el
universo según fue de nido por las FRBR.
Tom Delsey es el actual editor de las RDA. Es posible que haya sido desig-
nado para ocupar este lugar, gracias a la relevancia que adquirió a partir del
estudio que realizó sobre la estructura lógica de las AACR utilizando el modelo
entidad/relación (Delsey, 1997; 1998; 1999). Asimismo, integró el grupo que de-
nió el modelo FRBR. El conocimiento que adquirió sobre el modelo entidad
relación a partir de estas dos experiencias es lo que probablemente explique la
relación de las RDA con los modelos FRBR y FRAD.
Delsey había realizado, a nales de los noventa, un estudio en profundidad
de las AACR con el objetivo de detectar sus incoherencias. Este le facilitó esta-
blecer las diferencias entre lo que determinó que eran las entidades del mundo
real, pertenecientes al universo bibliográ co, y las entidades que representan una
construcción bibliográ ca utilizadas por las AACR. El punto de partida de este
estudio fue su convencimiento de que la división de las AACR en dos partes
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RDA, el nuevo código de catalogación: cambios y desafíos para su aplicación
(descripción y acceso) no era adecuada, ya que una hace referencia al ítem, y la
otra a la obra. Términos, por otra parte, muy ambiguos, tal como se utilizaban
en el código. Demostró que eran construcciones bibliográ cas que no correspon-
dían a las entidades encontradas en el universo bibliográ co real. Señala que el
ítem puede equivaler a documento, colección, parte de un documento y hasta
puede hacer referencia a un ejemplar. Estas inconsistencias generan problemas
cuando se catalogan los distintos recursos, pero además, y fundamentalmente,
di cultades para la actualización de las reglas. También concluyó que las reglas
no re ejaban adecuadamente las relaciones que se presentaban entre los distin-
tos recursos de información en el universo bibliográ co (Heaney, 2000).
Delsey (2009), partiendo del modelo FRBR propone una nueva forma de es-
tructurar el código, que permite, sobre todo, incorporar los nuevos soportes y
formas de contenido producto de la aplicación de las TIC, ofreciendo una cohe-
rencia interna en su estructura posibilitando una fácil actualización. Es en este
punto, donde los modelos entidad relación de nidos por IFLA realizan su apor-
tación: dotar de una estructura lógica al nuevo código, prescindiendo de la orga-
nización de ciente que ofrecían las AACR basada en dos de las funciones que
cumple un registro bibliográ co (descripción y acceso). El nuevo código se es-
tructura sobre los tres grupos de entidades que se deben consignar en los registros
bibliográ cos (descripción, acceso a los datos bibliográ cos y acceso por materias)
Es necesario destacar que, además de la estructura lógica, las RDA incorporan
también la terminología, más adecuada al entorno tecnológico actual al referirse
a las entidades y las relaciones que entre ellas se establecen. Esta estrecha rela-
ción nos obliga, para entenderlo mejor, a analizar el modelo FRBR. Se estructuran
sobre 3 grupos de entidades que representan los objetos del universo bibliográ-
co real y las relaciones que se presentan entre ellas en función de las necesi-
dades de los usuarios. Se parte, como sostiene Taylor, de la organización de los
catálogos tradicionales, detectando sus defectos y proponiendo soluciones. En
estos se de nen, normalmente, distintos registros para una misma obra; el regis-
tro de la obra original, registros para otros formatos, distintas ediciones, traduc-
ciones, registros con obras nuevas que tenían como materia a la primera obra,
como es el caso de las revisiones críticas, las adaptaciones, etc. (Taylor, 2007).
Cada una de estas posibilidades se consigna en registros separados en el catálo-
go (en algunos casos afortunados, indicando sus vínculos a través de notas tex-
tuales o las posibilidades del formato MARC). Los OPACs carecen de una estruc-
tura lógica. Y esto, precisamente, es lo que el modelo FRBR quiere remediar.
Por tanto, el modelo conceptual, representa el universo bibliográ co real:
diferentes entidades que se relacionan entre sí y que pueden describirse a través
de distintos elementos o atributos. La entidad hace referencia a las cosas u ob-
jetos que debemos representar, los atributos son sus características, es lo que nos
permite describirlas, y las relaciones son los vínculos o las interacciones que se
producen entre ellas (Taylor, 2007).
Entidades, relaciones y atributos son las tres palabras clave en FRBR. Se de-
nen 10 entidades que se ordenan en tres grupos diferentes. El primero, com-
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PAOLA PICCO, VIRGINIA ORTIZ REPISO
prende cuatro entidades básicas que son productos del esfuerzo intelectual o
artístico (obra, expresión, manifestación e ítem). El segundo, las entidades res-
ponsables del contenido intelectual o artístico (persona y autor corporativo). Por
último, el tercero, las que pueden servir de materia a una obra (concepto, objeto,
acontecimiento y lugar, más todas las anteriores) (IFLA, 1998).
Con respecto al tipo de relaciones el modelo las agrupa en dos niveles; las
relaciones generales y las relaciones especí cas. Las primeras, de carácter amplio,
se establecen entre las entidades de los distintos grupos, como, por ejemplo,
entre la entidad obra del grupo 1 y la persona del grupo 2 que se relacionan
porque la persona o la entidad corporativa del grupo dos es la creadora de la
obra.
Las relaciones especí cas se presentan entre las entidades de un mismo gru-
po, por ejemplo, entre dos expresiones de una misma obra, a partir de la tra-
ducción de una obra, o entre las distintas manifestaciones de una misma obra,
como es el caso de las distintas ediciones. Podemos ver un ejemplo de estas re-
laciones en la gura 2.
FIGURA 2
Las entidades del Grupo 1 del modelo FRBR y las relaciones especí cas
OBRA
EXPRESIÓN
MANIFESTACIÓN
ÍTEM
Se
Se mani esta
Se ejempli ca
expresa
en las siguientes
en los siguientes
en
ediciones
ítems
BNE 1245
Novela
Buenos Aires, 1982
BNE 1356
El Aleph
en español
Borges,
Madrid, 1995
UCAR 821.134-2
Jorge Luis
Traducción
París, 1990
BNF 2345
al francés
Fuente: Ortiz- Repiso, 2005.
Los tres grupos de entidades de nidas en el modelo FRBR tienen relación
con las tres actividades principales que cumple un registro bibliográ co. El primer
grupo de entidades del modelo FRBR con la descripción (obra, expresión, ma-
nifestación e ítem). El segundo con los creadores, realizadores, productores y
poseedores de las entidades del grupo 1 (personas y entidades corporativas), que
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RDA, el nuevo código de catalogación: cambios y desafíos para su aplicación
darán acceso a los registros. El grupo 3 recoge las materias que puede abordar
la entidad obra del grupo 1. Las entidades de este grupo se de nen de la si-
guiente manera; concepto hace referencia a una idea o noción abstracta, por
ejemplo Botánica. Objeto a una cosa material, incluye tanto objetos animados
como inanimados, un objeto podría ser la camomila (planta medicinal). El even-
to es concebido como un acontecimiento o a una acción u ocurrencia, en este
caso podríamos citar como ejemplo a una conferencia, una reunión, un período
de tiempo. Y por último, lugar a una ubicación con el mas amplio alcance, pue-
de ser terrestre, extraterrestre, histórica, contemporánea, geográ ca, etc. (Taylor,
2007).
FIGURA 3
Funciones del registro bibliográ co
FUNCIONES DEL REGISTRO BIBLIOGRÁFICO
ACCESO
Relación
(datos
ACCESO
Tipo de
DESCRIPCIÓN
tiene
bibliográ cos)
TEMÁTICO
relaciones
como tema
CONCEPTO
PERSONA
OBRA
creador
(BOTÁNICA)
OBJETO
EXPRESIÓN
(CAMOMILIA)
realizador
EVENTO
MANIFESTACIÓN
(REUNIÓN,
productor
CONGRESO)
ENTIDADES
LUGAR
ÍTEM
CORPORATIVAS
propietario
(MADRID, PERÚ)
La gura 3 representa las tres funciones que cumple un registro bibliográ co
y ubica a los tres grupos de entidades del modelo FRBR vinculadas con cada una
de esas funciones. Este diagrama permite comprender la contribución del mode-
lo: clari car qué entidades se van a representar en un registro bibliográ co y
establecer la relación entre estas y las funciones que deben cumplir en el mismo.
La pregunta que corresponde hacerse es y ¿cuál es el cambio, qué ventaja
aporta? La de nición del modelo FRBR hizo evidente la necesidad de de nir un
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PAOLA PICCO, VIRGINIA ORTIZ REPISO
modelo complementario para el tratamiento de los datos de autoridad, reveló la
necesidad de abordar los datos bibliográ cos y de autoridad de forma coheren-
te y en, cierto sentido, se alcanzaron avances signi cativos. Sin embargo, el mo-
delo ofrece dudas a la comunidad bibliotecaria. Velucci (1997) sostiene que la
de nición del modelo no se realizó a partir de estudios empíricos que permitie-
ran comprobar que las entidades identi cadas, las relaciones, y las tareas de los
usuarios que propone las FRBR estuvieran en consonancia con los intereses de
los usuarios. En la misma línea Zhang y Salaba (2009) señalan la necesidad de
realizar investigaciones que revelen la utilidad de los catálogos que permiten una
visualización según las FRBR y la percepción que tienen los usuarios de esta
nueva modalidad. Según Estivill Rius (2009), los proyectos y prototipos que se
han realizado no han sido exhaustivos y han estado enfocados a recursos de
información con características muy concretas, lo que no permiten sacar conclu-
siones que justi quen su total adopción. Se acentúa, fundamentalmente, la nece-
sidad de comprobar si las tareas de los usuarios según fueron de nidas en el
modelo FRBR están en consonancia con las modalidades en que los usuarios
buscan la información (Velucci, 1997; Zhang y Salaba 2009).
Lo que podemos destacar por el momento es, sin duda, su gran aportación
al establecimiento de una estructura lógica que da sustento al nuevo código don-
de se tratan a las entidades tal como se presentan en el universo bibliográ co.
Y, además, donde se abordan en su conjunto, a través del análisis de sus rela-
ciones. En de nitiva será el tiempo y las investigaciones que se realicen las que
nos permitirán comprobar la conveniencia de esta fórmula.
6. El Código RDA: su estructura
Como ya se ha señalado, la estructura del código se organiza según las enti-
dades y relaciones del modelo FRBR y FRAD. Se divide en 10 secciones las cua-
les están precedidas por una introducción que explica el propósito y alcance del
nuevo código, como sus objetivos y principios. Incluye una explicación de la
nueva estructura del código, donde se indican los aspectos más relevantes que
se encontrarán en cada sección. Se establecen cuales son los elementos básicos
que hay que registrar cuando se describe un recurso, y a continuación se indica
en qué sección se encuentran las instrucciones especí cas para el registro de
cada uno de ellos. En esta parte se incluyen algunos ejemplos para poder visua-
lizar los cambios que el código propone. La introducción naliza remarcando la
desvinculación del código con cualquier formato de almacenamiento de datos.
Pero, sin embargo, para facilitar la comprensión de los cambios, se incluyen
ejemplos de acuerdo a las normas ISBD y al formato MARC21 en el apéndice D.
La tabla 1 nos permite comparar la estructura y su relación con los modelos
FRBR y FRAD. Los capítulos de la Sección 1 a 4 están dirigidos a la descripción
de las distintas entidades de los dos modelos ya citados, y del 5 en adelante al
registro de las relaciones. Cada sección empieza con un capítulo donde se inclu-
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RDA, el nuevo código de catalogación: cambios y desafíos para su aplicación
TABLA I
Estructura de las RDA
Introducción
Propósito y alcance. Objetivos y principios.
Estructura. Elementos básicos (core elements). Puntos
de Acceso. Ejemplos y codi cación de los datos a
partir de las RDA.
SECCIÓN 1-4. REGISTRO DE ATRIBUTOS
Sección 1. Manifestación-ítem (Entidades Instrucciones generales para registrar los atributos de
del modelo FRBR)
las manifestaciones y de los ítems.
Sección 2. Obra-expresión (Entidades del Instrucciones generales para registrar atributos de la
modelo FRBR)
obra y expresión. Identi cación de las obras y
expresiones. Descripción del contenido.
Sección 3. Persona, familia y entidad Instrucciones generales para registrar los atributos de
corporativa (Entidades del modelo
las personas, familias y entidades corporativas.
FRAD)
Identi cación de las persona, familias y de las entidades
corporativas.
Sección 4. Concepto, objeto, evento y Instrucciones generales para el registro de los atributos
lugar. (Entidades del modelo FRBR)
y la identi cación de los conceptos, objetos, eventos
y lugares. Se incluye solo el capítulo general y el
referido a la identi cación de los lugares, los otros
se encuentran en desarrollo.
SECCIÓN 5-10. REGISTRO DE RELACIONES
Sección 5. Primarias entre la obra, expresión,
Instrucciones generales para el registro de las relaciones
manifestación y el ítem (Relaciones del
primarias.
modelo FRBR)
Sección 6. Personas, familias y entidades Instrucciones generales para el registro de las relaciones
corporativas (Relaciones de nidas por
asociadas con una persona, familia, entidad corporativa
el modelo FRAD)
con un recurso.
Relación entre las personas, familias, entidades corporativas
con una obra, expresión, manifestación e ítem.
Sección 7. Hacia los conceptos, objetos, Capítulo 23. Instrucciones generales para el registro del
eventos y lugares. (Relaciones de nidas
tema de una obra (Capítulo que se encuentra en
por el modelo FRBR)
desarrollo).
Sección 8. Entre las obras, expresiones, Instrucciones generales para el registro de las relaciones
manifestaciones e ítems. (Relaciones
entre las obras, expresiones, manifestaciones e ítems.
primarias del modelo FRBR)
Relaciones entre obras, expresiones, manifestaciones,
ítems.
Sección 9. Entre las personas, familias y Instrucciones generales para el registro de las relaciones
las entidades corporativas. (Relaciones
entre personas, familias, y entidades corporativas.
de nidas por el modelo FRAD)
Entre personas, familias, y entidades corporativas.
Sección 10. Entre los conceptos, objetos, Capítulo 33. Instrucciones generales para el registro de
eventos y lugares. (Relaciones de nidas
las relaciones entre conceptos, objetos, eventos y
por el modelo FRBR)
lugares (capítulos en desarrollo.)
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PAOLA PICCO, VIRGINIA ORTIZ REPISO
yen instrucciones generales que son de referencia para los otros especí cos. En
ellos se describen las entidades y las relaciones que se generan entre ellas.
Esta estructura implica un cambio en la forma de utilización respecto a las
AACR. Para la descripción de un recurso será necesaria la consulta a varios ca-
pítulos, y el su ciente conocimiento del mismo para poder ubicar las instruccio-
nes especí cas. A modo de ejemplo, para registrar los puntos de acceso debere-
mos consultar varios capítulos, a diferencia de las AACR que reunían todas las
reglas referente a este aspecto en el capítulo 21. Otro cambio destacable es que
los datos que se pueden registrar como notas, según la tradición de las AACR,
están en el nuevo código asociados a cada elemento especí co de la descripción.
Dentro de las instrucciones dirigidas al registro del elemento título, se encuentran
las que indican cuando se debe generar una nota. Esto señala que deberemos
cambiar nuestras dinámicas de trabajo y establecer los recorridos por las distintas
secciones y capítulos para la descripción de los recursos de información. La ver-
sión electrónica del Código incluye una serie de ujos de trabajo sugeridos para
la descripción de los distintos recursos y vínculos entre las reglas de las AACR y
las instrucciones del nuevo código (RDA Toolkit, 2010).
En la introducción se incluye un esquema que facilita la ubicación dentro de
los capítulos de las instrucciones especí cas para cada uno de los elementos que
se deberá registrar. Seguramente no deberemos echar mano a estas herramientas
hasta que estemos lo su cientemente familiarizados con esta nueva aproximación.
7. Los cambios en la generación de los registros
bibliográ cos a partir de la aplicación de las RDA
La pregunta que cabe formularse ahora es qué signi cará la aplicación de
estas nuevas reglas o instrucciones en la generación de los registros bibliográ -
cos. Una de las primeras cosas que debemos destacar, es que las RDA se pre-
sentan como un estándar de descripción o de representación de datos indepen-
diente de cualquier estándar de almacenamiento. Es decir, que no prescribe la
forma en que se deberá presentar el registro bibliográ co dejando a la libre de-
cisión de las bibliotecas. Pero la verdadera razón es que el código pueda ser
utilizado tanto en los catálogos y en sistemas de gestión tradicionales, como en
nuevos modelos que se desarrollen. Los ejemplos en el código no siguen ningu-
na estructura preestablecida para la presentación de los datos, pero en el Apén-
dice D los ejemplos que se incluyen se muestran según las ISBD y el formato
MARC21.
Sabemos que el nuevo código, si bien pretende desvincularse de los es-
tándares de almacenamiento de la información, tiene que tener cierta relación
con los mismos, y de hecho la tiene. Esto puede observarse en el mencionado
apéndice y en los distintos escenarios de implementación que de nió Delsey
(2009) donde establece las distintas formas que podrán adoptar los registros y
catálogos.
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RDA, el nuevo código de catalogación: cambios y desafíos para su aplicación
Primer escenario de implementación de las RDA
Delsey de ne el primer escenario a partir de la utilización de una base de
datos relacional u orientada a objetos, de nida según las entidades de los mo-
delos conceptuales FRBR y FRAD. Se crearían registros para cada una de las
entidades del grupo 1 (obra, expresión, manifestación e ítem). Los puntos de
acceso estarían en registros creados para las entidades primarias del modelo FRAD
y se establecerían los vínculos con los datos descriptivos de las entidades del
modelo FRBR a través de hiperenlaces. Este modelo no solo simpli caría la ca-
talogación sino que sería coherente con el modelo de la web semántica o linked
data al cual nos referiremos al nalizar este epígrafe.
FIGURA 4
Nuevo modelo de representar los datos bibliográ cos
Escenario 1. Generación de registros aplicando las RDA y los modelos
conceptuales en una base de datos relacional
Registro
Registro
Registro
de la 1.ª
de la
de la obra
manifestación
expresión
Registro
Registro
del
Registro de la persona
de la 2.ª
ítem 1
(punto de acceso
manifestación
controlado)
Registro
del
Registro
Registro
Registro de la persona
ítem 2
del
del
(punto de acceso
ítem 1
ítem 2
controlado)
La gura 4 muestra una serie de registros que representan a las distintas en-
tidades del modelo FRBR, se incluyen registros para la obra, expresión, manifes-
tación, ítem (entidades del grupo 1) y persona (entidad del grupo 2). Podemos
observar que todos ellos se conectan a través de las relaciones que se generan
entre estas entidades y que fueron de nidas en el modelo FRBR. Con líneas sim-
ples están marcadas las relaciones entre las entidades del grupo 1 y con echas
las relaciones entre las entidades del grupo 1 y las del grupo 2.
Segundo y tercer escenario de implementación
En estos dos casos, los registros se almacenarían en las bases de datos utili-
zadas tradicionalmente en los Sistemas Integrados de Gestión de Biblioteca. En
el segundo, se obtendrían registros de autoridad y bibliográ cos enlazados a
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PAOLA PICCO, VIRGINIA ORTIZ REPISO
través de los puntos de acceso. En tercero, existirían dos bases de datos parale-
las: registros bibliográ cos y de autoridades; y, los datos referidos a los puntos
de acceso deberían incorporarse también en el registro bibliográ co (Delsey,
2009). El nuevo código permite, por tanto, implementar distintos modelos infor-
máticos.
A continuación, se presentan los cambios especí cos que propone el nuevo
código y para que se pueda entender de forma apropiada, utilizaremos el for-
mato MARC21 con dos variables de catalogación: AACR y RDA.
FIGURA 5
Comparación de registros entre las AACR y RDA
1. AACR2:
100 1#
$a Winton, W. M. $q (Will McClain), $d b. 1885.
245 14
$a The geology of Denton County / $c by W.M. Winton.
260 ##
$a Austin, Tex. : $b University of Texas, $c [1925].
300 ##
$a 86, [21] p. : $b ill., 1 folded map ; $c 24 cm.
490 1#
$a University of Texas bulletin ; $v no. 2544 (Nov. 22, 1925)
830 #0
$a University of Texas bulletin ; $v no. 2544.
1. RDA:
100 1#
$a Winton, W. M. $q (Will McClain), $d 1885- , $e author
245 14
$a The geology of Denton County / $c by W.M. Winton.
260 ##
$a Austin, Texas : $b University of Texas, $c [1925].
300 ##
$a 86 pages, 21 unnumbered pages : $b illustrations, 1 folded map ; $c 24 cm.
336 ##
$a text $2 rdacontent
337 ##
$a unmediated $2 rdamedia
338 ##
$a volume $2 rdacarrier
490 1#
$a University of Texas bulletin ; $v no. 2544 (November 22, 1925)
830 #0
$a University of Texas bulletin ; $v no. 2544.
Fuente: Library of Congress, 2009c.
La gura 5 ilustra las diferencias que se producen en un registro MARC ge-
nerado a partir de la aplicación de las AACR y las RDA. Hay cambios signi cati-
vos y otros de menor entidad. Entre los primeros debemos señalar que en el
campo 100 se hace necesario re ejar la relación entre la persona (entidad del
grupo 2 de las FRBR) y la obra (entidad del grupo 1) para ello se utiliza el sub-
campo $e que ya estaba de nido en el formato y su utilización era opcional con
el código AACR. El segundo de los cambios tiene que ver con el registro de tres
atributos correspondientes a las entidades expresión y manifestación que son
contenido, tipo de medio y tipo de portador. El formato MARC en sintonía con
los cambios propuestos por el nuevo código, de ne tres nuevos campos para
registrar esos tres atributos; el 336 para el contenido, el 337 para el tipo de me-
dio, y el 338 para el tipo de portador.
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RDA, el nuevo código de catalogación: cambios y desafíos para su aplicación
El contenido es un atributo de la entidad expresión. La instrucción 6.9 del
nuevo Código lo de ne como «una categorización que re eja la forma principal
de comunicación en la que el contenido es expresado y percibido por los sentidos
humanos» Por ejemplo, imagen, texto, notación musical entre otros más (RDA,
2010).
Por tipo de medio se entiende según la instrucción 3.2 «la categorización que
re eja el tipo de intermediación electrónica requerida para acceder al contenido
del recurso de información» . Ejemplo: audio, computadora, microforma, no me-
diado para el caso que no requiera ningún instrumento de intermediación para
el acceso (RDA, 2010).
La instrucción 3.3 de ne al tipo de portador como «la categorización que
re eja el formato de almacenamiento y soporte que adquiere un portador según
el tipo de intermediación electrónica que requiera para brindar acceso al conte-
nido de un recurso de información». A tales efectos lo tipi ca como portadores
de audio, portadores de ordenadores, portadores de microformas, etc.
Con la de nición de estos tres atributos se supera el problema que presen-
taba la asignación de la designación general del tipo de material (DGM) en las
AACR que solapaba contenidos y material físico, haciendo muy difícil su aplica-
ción. Hider (2009) y Salamanca Chiverto (2008) sostienen que las DGM y los
capítulos de la primera parte del Código AACR se presentaban como categorías
excluyentes, la práctica demostró que dos y hasta tres capítulos se podían utilizar
para la descripción de un mismo recurso. Esta situación le planteaba al catalo-
gador la di cultad de optar por el capítulo más adecuado. ¿Qué capítulo utilizar
cuando se encontraba, por ejemplo, con un mapa en soporte digital?: ¿el que
refería a cartografía o el dirigido a recursos electrónicos?
La propuesta del código apunta a resolver este viejo con icto y, además, a
mejorar las posibilidades de recuperación de información, ya que estos atributos
permitirán establecer algoritmos de búsqueda dirigidos exactamente a lo que el
usuario necesita. Para registrar estos tres atributos las RDA proponen la utilización
de un vocabulario controlado que fue de nido en conjunto con el estándar On-
line Information Exchange (ONIX) utilizado por las editoriales para la descripción
del contenido de sus productos (Dunsire, 2007a).
No nos proponemos hacer una enumeración exhaustiva de los cambios prác-
ticos propuestos por el nuevo código, queremos, únicamente, señalar los más
destacables. Como son, por ejemplo, la de nición de los elementos básicos que
se deben registrar para describir un recurso de información. Estos sustituyen a
los elementos obligatorios que eran utilizados en el primer nivel de descripción
de las AACR.
Recordamos que el nuevo código tiene una estructura completamente dis-
tinta como ya hemos analizado, y que surge de las bases conceptuales que le
otorgan los modelos FRBR y FRAD. En sintonía con los modelos, y buscando
priorizar el interés del usuario, en cada sección del Código se describen los
objetivos que alcanza cada una de ellas en relación con las necesidades de
los usuarios.
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PAOLA PICCO, VIRGINIA ORTIZ REPISO
En los escenarios de implementación tradicionales, que requieren el uso del
formato MARC21, se crean nuevos registros bibliográ cos cuando hay un cambio
en el modo de publicación, en el tipo de medio, en el título y mención de res-
ponsabilidad de una publicación seriada y en la mención de edición. Para el caso
de las monografías que se publican en más de un volumen, cuando se presenten
cambios en el modo de publicación y en el tipo de medio. El hecho de habilitar
la creación de un nuevo registro a partir de un cambio en el tipo de medio,
permite resolver la situación que se planteaba en las AACR cuando teníamos la
misma obra publicada en forma impresa y digital.
Existen cambios en las fuentes de información, en el nuevo código se las
denomina fuentes preferidas de información y establece mecanismos más exi-
bles para extraer los datos que se van a consignar. Se elimina el uso de corche-
tes prescripto por las AACR cuando la información no se extrae de las fuentes
prescriptas, este recurso carecía de interés para los usuarios y muchos cataloga-
dores.
Desde nuestro punto de vista los verdaderos cambios en los registros biblio-
grá cos se podrán observar a partir de las nuevas estructuras que se desarrollen.
En este sentido, la comunidad catalográ ca ha demostrado mucho interés en el
acercamiento entre la comunidad Dublin Core que se inició en el año 2007, con
ocasión de una reunión celebrada en la British Library. Fue así que se conformó
un grupo de trabajo que se denominó DCMI/RDA Task Group cuyo trabajo fun-
damental fue la compatibilización de los lenguajes controlados de nidos por el
nuevo código en RDF, un estándar de la web semántica que permitirá desarrollar
aplicaciones informáticas que utilicen Dublin Core compatibles (Hillmann y otros,
2010). Seguramente esta alianza será la que posibilitará generar nuevas modali-
dades de estructurar y almacenar los registros bibliográ cos que sean más acor-
des a las tecnologías de vanguardia. El trabajo que se viene realizando con el
estándar RDF, que permite que los datos bibliográ cos sean abiertos y salgan del
los circuitos exclusivos utilizados por la comunidad bibliotecaria (como es el caso
del formato MARC), permite que se realicen vínculos exibles de datos (linked
data) y, se enriquezca, de esta forma, la información que se ofrece. Los Encabe-
zamientos de materia para bibliotecas públicas recientemente disponibles en
linked open data o los de la Bibliografía inglesa y francesa, son buen ejemplo
de lo que estamos hablando. Agenjo y Hernández (2010) señalan que tanto la
web semántica como la comunidad bibliotecaria comparten el interés por iden-
ti car la información de forma unívoca, utilizar los términos de forma no ambigua,
y establecer relaciones y referenciar las mismas. Por lo tanto el trabajo conjunto
en esta línea puede ser prometedor y terminar en el desarrollo de herramientas
de búsqueda y recuperación de información más e cientes que los catálogos
tradicionales.
La vinculación de la comunidad RDA con Dublin Core ofrece la posibilidad
de superar las limitaciones que tiene el formato MARC. Contar con un nuevo
estándar permitiría, a su vez, aumentar el intercambio de información entre dis-
tintas comunidades así como facilitar la generación de registros de forma auto-
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RDA, el nuevo código de catalogación: cambios y desafíos para su aplicación
mática. Hasta el momento se han hecho avances importantes aunque el trabajo
no está aún concluido. En el sitio web del grupo DCMI/RDA (2011) se anuncia
que en la próxima conferencia Internacional sobre Dublin Core se presentará el
informe nal sobre la representación de los elementos y vocabularios controlados
del nuevo código RDA en el estándar RDF. Los avances logrados se pueden ob-
servar en el Open Metadata Registry (2011), sitio en el que se ha ido registrando
los términos del nuevo código vinculándolos a un identi cador a través de un
URL. A modo de ejemplo se puede consultar el atributo «tipo de portador», don-
de hay una nota de alcance que explica la aplicación del término, la comunidad
que lo utiliza, en este caso las bibliotecas y servicios de información, el idioma
y un URI (Universal Resource Identi er) que permite su identi cación de forma
inequívoca. El URI, como es sabido, es uno de los principales actores del Linked
data (Heath y Bizer, 2011).
El desarrollo realizado con el estándar Dublin Core, junto con la conforma-
ción del grupo de trabajo del Consorcio Web para Linked Data denominado
W3C Library Linked Data Incubator Group, cuyo objetivo es incrementar la in-
teroperabilidad de los datos en la web, especialmente dentro del ámbito de
la  comunidad bibliotecaria, auguran importantes cambios en los sistemas in-
formáticos y en la forma de estructurar e intercambiar la información (W3C Li-
brary Linked Data Incubator Group, 2010). Y hace patente, la necesidad, cada
vez mayor, de una renovación de los Sistemas Integrados de Gestión de Bi-
bliotecas.
La gran fortaleza que presenta esta iniciativa es el alto potencial que ofrece
la utilización de las URI para establecer enlaces entre los datos de la web. Una
cosa positiva es que las RDA de nen para sus entidades a los identi cadores
como atributos, y es por lo tanto plausible la utilización de las URI. A través de
ellas se podría fácilmente establecer las relaciones que se de nen en los mode-
los conceptuales que dan sustento al nuevo código. Creemos que este es el ca-
mino que hay que tomar para producir un verdadero cambio en las prácticas
catalográ cas; no podemos seguir apostando por los formatos tradicionales que
se generaron en otra época y que el desarrollo tecnológico revela su obsoles-
cencia. Como dicen Peset y colaboradores La oportunidad de participar en la
web semántica puede abrir las puertas de nuestra comunidad al mundo web o
hacernos perder el tren de las tendencias mundiales (Peset y otros, 2011).
Estivill (2011) señala que posiblemente cuando las RDA funcionen en el en-
torno de la web semántica podremos realmente evaluar los bene cios que ofre-
ce, sobre todo en lo que re ere al intercambio de información con otras comu-
nidades no bibliotecarias. Enlazar datos que sumen valor a la información es el
objetivo prioritario.
Desde nuestro punto de vista, los resultados que se presenten en la próxima
conferencia de Dublin Core serán claves para poder visualizar algunas de estas
nuevas modalidades para registrar la información utilizando las RDA y el lengua-
je RDF. Constituirá un buen observatorio sobre los bene cios que ofrece el nue-
vo código y la utilización de los nuevos parámetros tecnológicos.
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PAOLA PICCO, VIRGINIA ORTIZ REPISO
8. Las bibliotecas y la implementación del nuevo código
La pregunta fundamental que debemos hacernos ahora es cómo se va a im-
plementar este código y quienes lo van a adoptar. Tal vez sea todavía muy pron-
to para poder responder a estos interrogantes, el código fue publicado a media-
dos del 2010, y la Library of Congress es la encargada de coordinar la evaluación
del mismo. Para ello de nió un plan de trabajo que involucra a las otras dos
bibliotecas nacionales del país, la National Agricultural Library y la National Li-
brary of Medicine. A su vez, hay otras instituciones norteamericanas que forman
parte del equipo de evaluación del nuevo código. El plan contempla un calen-
dario bastante ajustado, que comenzó en julio y terminó el 9 de mayo de 2011,
con la publicación del Report and Recommendations of the U.S. RDA Test Coordi-
nating Committee (U.S. RDA, 2011) informe nal que es decisivo para la transición
no solo de los países angloamericanos, sino también de los europeos como po-
dremos comprobar en el cuadro que se incluye más adelante.
La evaluación se llevó adelante con 26 instituciones norteamericanas que ela-
boraron entre 20 y 25 registros bibliográ cos utilizando las RDA y las AACR2 para
realizar comparaciones respecto a las di cultades que podría generar la adopción
del nuevo código. Pero para ampliar la cobertura y, sobre todo, comprobar la
utilidad del nuevo código para otras comunidades no bibliotecarias, se aseguró
la participación de instituciones que utilizan otras normas como es el caso de la
AMIM (Archival Movind Image Materials), DACS (Describing Archives: A Content
Standard), CCO (Cataloging Cultural Objects), entre otros.
El Comité de Evaluación se centró en los siguientes aspectos: evaluación del
nuevo código en el entorno bibliotecario e informático actual, en los aspectos
técnicos y operativos, y en las inversiones nancieras que podría implicar la
adopción del mismo. Asimismo se evaluaron los bene cios que ofrece a los bi-
bliotecarios y usuarios nales.
El informe concluye recomendando la adopción del nuevo código por parte
de las tres bibliotecas nacionales de Estados Unidos a partir de enero de 2013,
una vez que las recomendaciones surgidas en el marco de la evaluación sean
incorporadas al mismo.
Una de las mayores debilidades que demostró la evaluación es que el nuevo
código no ofrece bene cios inmediatos si se implementa sobre los sistemas tra-
dicionales de almacenamiento de información. En el ejemplo de formato MARC
que se incluye en la Figura 5 se observan que los cambios son mínimos. El he-
cho de que el código sea independiente de cualquier formato de almacenamien-
to es, a priori, una ventaja, pero no tener hasta el momento una alternativa que
permita implementar el primer escenario descripto por Delsey, es una limitación
para poder concluir de nitivamente sobre su potencial. Desde nuestro punto de
vista este ha sido un punto álgido en la evaluación del código y lo vinculamos
al anuncio realizado recientemente por la Library of Congress de dar comienzo
al desarrollo de una nueva infraestructura que permita migrar los registros MARC
a un nuevo sistema (Library of Congress, 2011).
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RDA, el nuevo código de catalogación: cambios y desafíos para su aplicación
En el informe se destaca, además el interés de que el nuevo código pueda
ser utilizado en los distintos entornos donde se produce información, ya sea en-
tre las bibliotecas u otros productores de información. Uno de los hallazgos de
la evaluación, es que el código no conforma aún a los posibles usuarios espe-
cializados como es el caso de la comunidad de la imagen en movimiento y gra-
baciones sonoras que señalaron debilidades en el capítulo 17 del código. La
comunidad de publicaciones seriadas está también trabajando para elevar pro-
puestas de cambios al JSC.
Se señalaron también di cultades en el establecimiento de las relaciones, la
evaluación demostró que los catalogadores presentaron di cultades en identi car
correctamente las entidades obra y expresión al momento de realizar el registro.
También se destacó el interés de que el nuevo estándar permita mayor exi-
bilidad en el entorno digital, que mejore las capacidades para la descripción de
otros soportes no tradicionales y que permita generar metadatos utilizando las
tecnologías del entorno linked data. Una cuestión interesante es que se mani es-
ta preocupación porque el código sigue mostrando una fuerte vinculación a las
prácticas anglosajonas. Este último aspecto es importante, desde nuestro punto de
vista, para que el nuevo código sea adoptado por otras comunidades de forma
generalizada. La preparación del código encaminada por los cuatro países anglo-
sajones y la evaluación realizada por bibliotecas de los Estados Unidos, limita
mucho la propuesta original de desarrollar un código de alcance internacional.
Respecto a lo que sucederá fuera de la comunidad anglosajona podemos
adelantar que en agosto de 2010 se celebró en Europa un encuentro que se ti-
tuló «RDA in Europe: making it happen» (RDA in Europe, 2010) donde varias
bibliotecas nacionales de los países europeos presentaron su situación actual
respecto a la catalogación y cuáles son las perspectivas de adopción del nuevo
código. Resumimos los resultados en la tabla II.
Como podemos observar hay varios países que están considerando adoptar
el nuevo código, pero en la mayoría de los casos, se requiere de la traducción
del mismo al idioma nacional. Noruega y Suecia participaron activamente de la
revisión del borrador nal, la Biblioteca Nacional de España, ha seguido muy de
cerca todo el proceso y ha implementado su propia instancia de evaluación, pero
todavía no tiene una decisión nal, espera también los resultados de las Biblio-
tecas Nacionales de los países miembros de las JSC y señala la necesidad de una
traducción al español. Italia es el país que posiblemente se encuentre más lejos
de adoptar el nuevo Código, ya que ha publicado el suyo propio en el año 2009.
Observamos como uno de los mayores obstáculos el problema lingüístico, hu-
biera sido deseable que si el JSC se planteó como objetivo elaborar un código
de alcance internacional, que lo hubiera publicado simultáneamente en varias
lenguas (Picco, 2007).
¿Qué pasará con el resto de los países?, es una buena pregunta, quienes
adoptarán el nuevo código y cómo lo harán no podemos todavía establecerlo,
pero si podemos anunciar que si OCLC de ne dentro de su política de cataloga-
ción cooperativa la adopción de este nuevo estándar, estará forzando la situación.
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PAOLA PICCO, VIRGINIA ORTIZ REPISO
TABLA II
Situación del código RDA en algunas Bibliotecas Nacionales de Europa
Estado actual de la catalogación
País
Situación respecto a las RDA
respecto a la adopción de estándares
Dinamarca
Reglas propias basadas en AACR. Necesidad de evaluar el nuevo código.
Formato basado en UKMARC con
Se necesita la traducción al danés. Se
adiciones del formato MARC21
están esperando los resultados del
proceso de evaluación de la Library of
Congress.
Noruega
Traducción de las AACR adaptado a
Se participó del proceso de revisión del
las políticas nacionales. Formato
borrador nal de las RDA.
basado en MARC21
Para implementar nuevo Código es
necesario adoptarlo junto con Suecia
y Dinamarca.
Suecia
Traducción de las AACR. Formato Se participó del proceso de revisión del
MARC21.
borrador nal de las RDA.
Necesidad de hace traducción al Sueco.
Decisión final dependerá de los
resultados que arrojen proceso de
evaluación llevado a cabo por la
Library of Congress.
Finlandia
AACR y formato MARC21.
Mucho interés en el nuevo Código. Se
formó un grupo que está trabajando
sobre la evaluación de las RDA en la
Biblioteca Nacional.
Suiza
AACR y formato MARC21.
Se necesita la traducción del código al
francés, alemán e italiano.
Colaboración entre Francia y Alemania.
Esperar resultados del proceso de
evaluación llevado por la Library of
Congress.
Italia
Reglas propias publicadas en el año
Se necesita la traducción de las RDA al
2009. UNIMARC.
italiano.
Portugal
Reglas nacionales necesitan ser Se va a formar un grupo de evaluación
actualizadas. Formato UNIMARC
a nivel nacional próximamente.
Traducción al portugués.
Necesidad que las RDA contemplen las
políticas nacionales.
España
Desde el año 2007 se está evaluando
2009 se realiza un estudio sobre las RDA,
cambios en el Código nacional.
se produce un documento que señalan
Reglas de Catalogación Españolas y
los ajustes que necesita el formato
formato MARC21.
MARC 21 para poder evaluar el código.
Evaluar traducción del código.
Para tomar una decisión nal se va a
esperar resultados de implementación
de los países anglosajones.
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RDA, el nuevo código de catalogación: cambios y desafíos para su aplicación
La globalización y la participación en proyectos cooperativos dejan muy poca
autonomía a las bibliotecas, si quieren hacer parte de la red deberán tener que
aceptar las nuevas reglas de juego.
9. Conclusiones
El mundo de los catálogos, en la actualidad, está sufriendo numerosos cam-
bios para poder acompasar el ritmo tecnológico imperante. Nos encontramos, en
este momento, en una etapa de transición en la que las normas y formatos tra-
dicionales siguen empleándose de forma mayoritaria. Pero comienzan, al mismo
tiempo, a materializarse nuevas formas para los catálogos que, con seguridad, se
consolidarán en los próximos años. Este cambio es absolutamente necesario, ya
que la catalogación está marcada por el entorno manual en el que fue creándo-
se y desarrollándose. Ahora es tiempo de adaptar las prácticas antiguas a un
nuevo medio para que el catálogo siga representando un papel importante entre
el gran número de recursos de información a los que tenemos acceso.
Respecto a las RDA debemos señalar que van a producir un cambio muy
signi cativo en la forma de trabajo del catalogador, la nueva estructura basada
en las FRBR y FRAD obliga a cambiar las dinámicas tradicionales de trabajo.
Conduce a incorporar una nueva terminología y forma de pensar al momento de
catalogar. Con respecto a la creación de los registros bibliográ cos, si se sigue
utilizando el formato MARC21, los cambios que se introducen son mínimos. Aho-
ra, la gran incertidumbre se plantea en las nuevas modalidades de implementa-
ción, que podrán adquirir éstos a partir de los desarrollos que surjan con la
utilización de las herramientas de la web semántica, pero que, en todo caso, es
todavía muy pronto para concluir al respecto.
Por otro lado, parecería que las RDA no responden de forma adecuada al
planteamiento de simpli car la catalogación, los resultados a priori que arroja
esta investigación hacen presumir que deberán ser utilizadas por catalogadores
con mucha experiencia, alejándose cada vez más de otras comunidades que po-
drían interesarse en su aplicación, como son los editores, archivos, museos, y así
poder ampliar el universo de cooperación.
Después del estudio realizado, nos preguntamos si el modelo vigente de la
catalogación, que propone dar respuesta desde un único código al variado uni-
verso bibliográ co es el adecuado. O si tal vez, la variedad de recursos y sus
características intrínsecas requieren varias herramientas que contemplen de forma
especí ca el tratamiento de cada uno de ellos, dando respuestas más sencillas y
exibles. Y que, por último, que sean las tecnologías las que desarrollen meca-
nismos que permitan subsanar lo que los estándares de descripción no pueden
hacer. En esta línea orientaremos nuestra investigación, para aportar en esta ne-
cesaria discusión que debemos abordar en la comunidad de catalogadores.
Por último, no podemos concluir sin hacer referencia a los desafíos tecnoló-
gicos que implica adoptar el nuevo código. Como ya lo mencionamos, las RDA
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son independientes de las normas de almacenamiento y presentación de datos,
brindándoles a las instituciones la posibilidad que adopten los mecanismos que
sean más adecuados a sus necesidades. Pero esta libertad es bastante limitada
por dos razones; la primera es la disposición real de tecnologías que sean cohe-
rentes con el planteamiento del código, mencionamos como ejemplo que se
de nen elementos básicos para describir cualquier recurso, y por lo tanto, en
algún lugar, se deben registrar: la incorporación de los campos 336, 337 y 338
son solo una muestra.
La segunda limitación tiene que ver con la compatibilidad de los registros que
se generen en modelos nuevos, es decir, tiene que ser un instrumento que per-
mita intercambiar la información con las demás bibliotecas, especialmente en un
momento de transición, en donde cada institución lo hará a su ritmo, según sus
posibilidades y «creencias», lo que provocará que convivan simultáneamente re-
gistros generados a partir de las AACR con los nuevos según las RDA.
Delsey (2009) de nió los tres posibles escenarios de implementación; el se-
gundo y el tercero corresponden a los catálogos disponibles en la actualidad,
pero el primero es toda una incertidumbre. El gran desafío que tenemos por
delante es interesar a la comunidad informática en que se involucre en proyectos
de desarrollo de software con las características de nidas en ese nuevo escenario.
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Revista Española de Documentación Cientí ca,
35, 1, enero-marzo, 175-189, 2012
ISSN: 0210-0614
NOTICIAS / NEWS
Normalización en el sector documental
En los últimos años la gestión de documentos está inmersa en un proceso de
sistematización y normalización como respuesta al aumento exponencial de los
documentos generados en las organizaciones, y a la generalización del uso de
los documentos electrónicos. Además, el comercio electrónico y la administración
electrónica, junto a la legislación asociada a estas actividades, han evidenciado
la necesidad de estándares, normas y recomendaciones para una correcta y e -
ciente gestión de la documentación. Esta e ciencia en la gestión permite mante-
ner las características de los documentos: autenticidad, abilidad, integridad y
disponibilidad.
A nivel internacional distintas organizaciones se encargan de la normalización,
de entre ellas destacamos la organización ISO (International Organization for
Standardization), una de las más activas en el desarrollo y publicación de es-
tándares internacionales en distintos ámbitos, para dar soluciones que armonicen
los requerimientos de sectores de negocio y necesidades de la sociedad. ISO está
constituida por una red de institutos o asociaciones nacionales, siendo AENOR
la representante española en ISO.
A su vez, tanto ISO como AENOR están constituidas por una serie de comités
técnicos de normalización (CTN), focalizados en distintos ámbitos, siendo uno
de ellos el sector de la gestión de documentos. Concretamente, en España, el
Comité Técnico de Normalización de Documentación (AEN/CTN 50) de AENOR
se ocupa del ámbito documental y su faceta tecnológica relacionada, al ser es-
pejo de dos comités técnicos de ISO, el TC 46/SC11 Information and Documen-
tation, y el TC 171 Document management applications. Especí camente el CTN
50 estudia y plantea las necesidades de este sector, y en consecuencia elabora,
traduce y aprueba los proyectos de norma que serán publicados como normas
UNE.
Dentro de este CTN50 de Documentación, está el Subcomité (SC)1 «Gestión
de Documentos y aplicaciones» especializado en las normas del ámbito de docu-
mentos como evidencias de las organizaciones. La presidenta del SC1 actualmen-
te participa como Convenor de uno de los grupos de trabajo que a nivel inter-
nacional elaboran los productos de la nueva familia de normas de gestión ISO
30300, Management Systems for Records. Actualmente está ya publicada la ISO
30300:2011 y la ISO 30301:2011, estando en fase de elaboración otros compo-
nentes de la norma (30302, 30304). Esta familia de normas sitúa la gestión docu-
mental como un aspecto a tener en cuenta en las estrategias orientadas a la
175

Noticias
mejora continua de la gestión empresarial, junto a calidad, medioambiente, se-
guridad y prevención de riesgos laborales, o seguridad de la información.
Además de elaborar y traducir normas, este Subcomité dispone de un grupo
de difusión que desde hace algunos años efectúa, entre otras actividades, la tra-
ducción de documentos divulgativos asociados a estas normas. Estos documentos
están disponibles en abierto en el sitio web de ISO TC 46/SC11. Concretamente
son los siguientes:
• Digital Records preservation - Where to start guide - EN Preservación de
documentos digitales - ESP http://isotc.iso.org/livelink/livelink?func=ll&obji
d=11331363&objAction=browse
• ISO_TC46_SC11N823_Short statement for management - EN ISO_TC46_
SC11N823_Breve declaración para directivos - ESPhttp://isotc.iso.org/live-
link/livelink?func=ll&objId=11330590&objAction=browse&viewType=1
• ISO TC46 SC11 N800R1 Where to start _ advice on creating a metadata
schema or application pro le_v8 - EN ISO TC46 SC11N800R1 Construcción
de un esquema de metadatos - Por Donde Empezar Metadatos - ESP http://
isotc.iso.org/livelink/livelink?func=ll&objId=8800147&objAction=browse&so
rt=name
• N822 ISO 15489 Management Statement - EN N822 ISO 15489 Declaración
para directivos - ESP http://isotc.iso.org/livelink/livelink?func=ll&objId=113
31145&objAction=browse&viewType=1
Actualmente el sector documental cuenta con un conjunto de normas y reco-
mendaciones. La más genérica es la ISO 15489 cuyo objetivo es establecer buenas
prácticas para la gestión de documentos, indicando cómo las organizaciones de-
berían crear documentos auténticos, ables y utilizables, y proteger la integridad
de éstos el tiempo que sea necesario. Otras más concretas recomiendan prácticas
especí cas relacionadas con la gestión de documentos electrónicos. Las normas
más relevantes del sector son:
• UNE-ISO 15489-1:2006 Información y documentación. Gestión de documen-
tos. Parte 1: Generalidades.
• UNE-ISO/TR 15489-2:2006 Información y documentación. Gestión de docu-
mentos. Parte 2: Directrices. (ISO/TR 15489-2:2001)
• UNE-ISO 19005-1:2008 Gestión de documentos. Formato de chero de do-
cumento electrónico para la conservación a largo plazo. Parte 1: Uso del
PDF 1.4 (PDF/A-1).
• UNE-ISO 23081-1:2008 Información y documentación. Procesos de gestión
de documentos. Metadatos para la gestión de documentos. Parte 1: Princi-
pios.
• UNE-ISO/TS 23081-2:2008 Información y documentación. Procesos de ges-
tión de documentos. Metadatos para la gestión de documentos. Parte 2:
Elementos de implementación y conceptuales.
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Rev. Esp. Doc. Cient., 35, 1, enero-marzo, 175-189, 2012. ISSN: 0210-0614

Noticias
• ISO/TR 23081-3:2011 Information and documentation - Managing metadata
for records - Part 3: Self-assessment method. En fase de traducción al espa-
ñol como norma UNE (título provisional: Veri cación de la evaluación de
la gestión de metadatos).
• UNE-ISO/TR 15801:2008 IN Imagen electrónica. Información almacenada
electrónicamente. Recomendaciones sobre veracidad y abilidad.
• UNE-ISO/TR 18492:2008 IN Conservación a largo plazo de la información
basada en documentos.
• UNE-ISO/TR 26122:2008 IN Información y documentación. Análisis de los
procesos de trabajo para la gestión de documentos.
• ISO 16175 ISO 16175-1:2010 Information and documentation - Principles and
functional requirements for records in electronic of ce environments - Part
1: Overview and statement of principles. En fase de traducción al español
como norma UNE (Información y documentación - Principios y requerimien-
tos funcionales pa ra los documentos en la administración electrónica).
• ISO 16175-2:2011 Information and documentation - Principles and functio-
nal requirements for records in electronic of ce environments - Part 2:
Guidelines and functional requirements for digital records management
Systems. En fase de traducción al español como norma UNE.
• ISO 16175-3:2010 Information and documentation - Principles and functio-
nal requirements for records in electronic of ce environments - Part 3:
Guidelines and functional requirements for records in business Systems. En
fase de traducción al español como norma UNE.
• ISO 30300. Information and documentation. Management systems for re-
cords. Fundamentals and vocabulary. En vías de ser publicada como norma
UNE (Información y documentación. Sistema de gestión para los documen-
tos. Fundamentos y vocabulario).
• ISO 30301. Information and documentation. Management systems for re-
cords. Requirements (norma certi cable). En vías de ser publicada como
norma UNE (Información y documentación. Sistema de gestión para los
documentos. Requisitos)
En estos momentos, hay en elaboración normas concretas sobre especi ca-
ciones funcionales que deben cumplir las aplicaciones gestoras de la documen-
tación de las organizaciones, entendida como evidencias de su actividad, valora-
ción de riesgos, y preservación.
Retos de futuro y necesidades detectadas en el sector son la rma electróni-
ca y las acciones para preservar la accesibilidad de documentos que la incorpo-
ren, y las tecnologías web basadas en gestión de documentos y repositorios de
terceras partes para documentos electrónicos,
Estos retos y otros que puedan surgir son objeto de trabajo del Subcomite 1
de gestión de documentos de AENOR, en coordinación con el TC 46/SC11 y el
TC 171 de ISO.
Grupo de Difusión del CTN 50 - SC1
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Revista Española de Documentación Cientí ca,
35, 1, enero-marzo, 175-189, 2012
ISSN: 0210-0614
¿Cómo medimos la ciencia?
Segundo Workshop de la Fundación General CSIC
Los talleres cientí cos patrocinados por la Fundación General del CSIC (www.
fgcsic.es) tienen por objeto promover debates acerca de diversas actividades de
interés para la Fundación. Este segundo taller dedicado a la medición de la pro-
ducción cientí ca, tuvo lugar el 20 de septiembre de 2011 en la sede de Caixa
Forum de Madrid.
Durante la sesión se presentaron 6 ponencias seguidas de coloquio, para -
nalizar con una mesa redonda formada por los ponentes y moderada por Victo-
ria Ley, directora de la Agencia Nacional de Evaluación y Prospectiva (ANEP),
donde se analizaron y discutieron los aspectos más signi cativos apuntados du-
rante la jornada en debate abierto con todos los asistentes.
Los ponentes aportaron sus experiencias como investigadores y como exper-
tos en evaluación. El contar con ambos puntos de vista enriqueció notablemen-
te las presentaciones y discusiones posteriores y proyectó una visión muy realis-
ta de la problemática de la medición de los resultados cientí cos.
Comenzaron la jornada Javier Rey y José Luis de Miguel, Director y Subdirec-
tor, respectivamente, de la Fundación General del CSIC, con una ponencia común:
«¿Cómo medir la producción cientí ca y la transferencia del conocimiento?». El
primero se centró en explicar la valoración que hace el CSIC cada cuatro años
de la productividad cientí ca y tecnológica de cada uno de sus centros, vinculada
al cumplimiento de los objetivos (PCO) determinados según una plani cación
estrategia previa. La valoración positiva de la productividad supone un incremen-
to salarial para todo el personal del centro (complemento de productividad).
La evaluación y seguimiento de la plani cación estratégica se realizan por
medio de paneles de expertos externos. Para la primera se tienen en cuenta los
siguientes indicadores: nanciación obtenida en proyectos competitivos; produc-
ción cientí ca (número de publicaciones ISI, no ISI, congresos, libros, etc.); im-
pacto cientí co (citas recibidas); producción tecnológica (patentes solicitadas y
concedidas); ingresos por contratos con empresas; formación (tesis doctorales
dirigidas, cursos impartidos, y otros).
Se explicaron con detalle las ventajas y desventajas de algunos de los indica-
dores bibliométricos empleados en la evaluación, sobre todo los relacionados
con las citas recibidas por los investigadores, como son los Índices h y g, y los
correspondientes al cómputo de citas obtenidas por las revistas, como el Índice
de Impacto (IF), el Eigenfactor (EF), el Article In uence Score (AI), y el Scimago
Journal Rank (SJR).
El segundo ponente dedicó su tiempo a analizar los indicadores de la trans-
ferencia del conocimiento al entorno empresarial, y precisó que no tienen tanta
aceptación como los indicadores de ciencia al no estar tan bien establecidos;
178

Noticias
además, los tiempos estimados para su medición son más largos que para los
indicadores cientí cos. Téngase en cuenta que uno de los sistemas más útiles de
transferencia de conocimiento es la divulgación de éste mediante las publicacio-
nes, pero ese conocimiento lo tienen que asimilar las empresas y se requiere
mucho tiempo para ello. En la transferencia de conocimiento se asocia «valor»
con «precio», por lo que la transferencia se puede medir por: a) los contratos de
I+D establecidos entre los centros de investigación y las empresas, tanto de I+D
en colaboración como contratada; b) las consultorías y servicios tecnológicos
realizados; c) el volumen de la nanciación captada; d) la delización de los
clientes; e) la duración y recurrencia de los contratos con las empresas (mejor
menos contratos y más caros), y f ) las solicitudes de patentes (nacionales, inter-
nacionales, o triádicas: Estado Unidos, Japón y Europa); las patentes concedidas;
las patentes en explotación (difícil obtener información sobre ellas, una vez que
entran en el ámbito de una empresa), las regalías, etc.
El mejor indicador de que se ha producido transferencia de conocimiento es
el número de empresas «spin-off» o empresas de base tecnológica creadas. Éstas
surgen de grupos de investigadores de centros públicos o universidades que ac-
túan como promotores de la empresa, que es el medio para la explotación de
los resultados de la investigación o «know-how». El problema es que se suelen
crear pocas empresas de este tipo.
Se presentaron algunos datos estructurales y de producción cientí ca y téc-
nica para la comparación entre el CSIC y otras instituciones de investigación
extranjeras que abarcan también todas las áreas del conocimiento. Éstas fueron:
CNRS (Francia), CNR (Italia), MPG (Alemania), y CSIRO (Australia). En la com-
paración entre ellas el CSIC alcanza datos muy favorables de todos los indicado-
res cuando se relacionan éstos con los recursos humanos y la nanciación.
A continuación, Ramón López de Mántaras, del Instituto de Investigación en
Inteligencia Arti cial del CSIC, se ocupó del tema: «Singularidades del área de
Computer Science». Demostró que aunque la evaluación bibliométrica está de
moda y es más barata que la evaluación por pares, cuando se emplea en ciencias
de la computación no resulta adecuada. Las evaluaciones se basan en las bases
de datos ISI de Thomson, que analizan unas 350 revistas de informática, pero
muy pocos proceedings de conferencias y congresos. La singularidad de la infor-
mática supone que la gran mayoría de sus publicaciones están recogidas en ac-
tas y proceedings de congresos, que son básicos para transmitir los nuevos co-
nocimientos en esta especialidad y tienen enorme importancia, ya que son tan
signi cativos como las buenas revistas, pero la mayoría de ellos no están inclui-
dos en ISI.
Hay que tener en cuenta que una buena parte de la investigación en infor-
mática no produce «papers» sino dispositivos (software, sistemas, etc.), que tienen
el mismo interés que los artículos para los profesionales. Además, se trata de un
campo muy dinámico, y las revistas pueden tardar hasta 2 años en publicar un
artículo, que puede quedar obsoleto en ese tiempo; en cambio, es habitual que
en 6 meses se publiquen los proceedings de un congreso.
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Noticias
El ponente expuso un ejemplo de los ganadores de los prestigiosos premios
Turing (premio de Ciencias de la Computación, otorgado por la Asociación para
la Maquinaria Computacional, ACH), que recibieron muy pocas citas en ISI, y
demostró que para ISI la disciplina informática se entiende, casi exclusivamente,
como bioinformática.
Todo lo anterior demuestra que la cobertura para informática en ISI es muy
escasa, habiendo otras bases de datos más adecuadas para evaluar los trabajos de
esta disciplina, como son Google Scholar y Microsoft Academia Search, por ejemplo.
Itziar Laka, de la Universidad del País Vasco, habló sobre: «Singularidades de
las áreas de Humanidades y Ciencias Sociales». Argumentó que no hay una uni-
dad de medida de la ciencia, por lo que se pregunta qué deben re ejar los in-
dicadores. Al medir la producción cientí ca hay que tener en cuenta la singula-
ridad de las humanidades y ciencias sociales, que agrupan campos muy diversos
y prácticas académicas muy distintas, algunas más cercanas a las ciencias expe-
rimentales y otras muy alejadas de ellas.
Para la cuanti cación de la calidad e impacto de la investigación en humani-
dades se imponen criterios importados de las ciencias naturales, lo que produce
rechazo, dado que las herramientas bibliométricas habitualmente empleadas para
las ciencias experimentales no funcionan igual para las humanidades, ya que no
se han creado pensando en ellas, por lo que dichas disciplinas resultan infrava-
loradas. Un ejemplo es el caso de las enciclopedias, frecuentes en las disciplinas
de humanidades, que no se pueden evaluar con los métodos tradicionales, pero
cuya elaboración supone un enorme esfuerzo de investigación de grandes equi-
pos, y un plazo temporal muy largo.
La ponente indicó algunos de los programas y bases de datos de índices de
citas en los que ha trabajado (Publish or Perish, SCOPUS, etc.), pero resaltó, una
vez más, su poca abilidad para humanidades y ciencias sociales. El Índice Eu-
ropeo de Humanidades y Sociales (ERIH), clasi ca las revistas según su calidad,
pero no proporciona citas.
Por tanto, el reto es desarrollar métricas especí cas con criterios de calidad
ables para las disciplinas de humanidades y ciencias sociales, dado que la eva-
luación por pares puede resultar sesgada.
A continuación, Carlos Miravitlles del Instituto de Ciencias de Materiales de
Barcelona (CSIC), presentó la ponencia: «Una visión del evaluado en producción
cientí co técnica», e indicó la necesidad de la evaluación en la ciencia, aunque
ello conlleve gastar mucho tiempo y recursos. Puede ser una evaluación indivi-
dual o colectiva, aunque son muy distintas. Siempre se pueden evaluar mejor los
«inputs» ( nanciación, recursos materiales y humanos) porque son tangibles, mien-
tras que los «outputs» (progreso cientí co, formación, etc.) son más difíciles de
valorar al ser intangibles.
Ofreció datos de su Instituto: recursos humanos, distribuidos por categoría
cientí ca y edad; artículos publicados por años; patentes y tesis doctorales diri-
gidas; impacto medio de las publicaciones; citas recibidas por año; índice h de
los investigadores, y artículos en colaboración con otras instituciones.
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Noticias
Presentó tablas comparativas entre todos los institutos españoles del CSIC
de Ciencias de Materiales (Aragón, Madrid, Barcelona, Sevilla y País Vasco), en
relación con: número de investigadores de cada Instituto; presupuesto (sin
contar salarios); contratos con compañías privadas; proyectos europeos con-
cedidos en cuatro años; número de publicaciones, tesis doctorales y patentes,
también en cuatro años. Para ganar precisión en los indicadores los relacionó
con el número de investigadores de los institutos y el presupuesto de cada
instituto.
Así, por ejemplo, se comprueba que en el año 2004, el Instituto de Aragón
alcanza el porcentaje mayor de dinero recaudado por contratos con las empresas,
en relación con su presupuesto, y en comparación con los otros institutos, a pesar
de que la cifra absoluta recaudada por contratos es menor que la del instituto de
Barcelona. Lo mismo ocurre con el número de publicaciones por investigador en
el período 2000-2004: a pesar de que el Instituto de Madrid es el que tiene más
publicaciones en número absoluto, es el instituto de Barcelona el que presenta
mayor número de publicaciones por investigador.
Isidro Aguillo, del Centro de Ciencias Humanas y Sociales del CSIC, presentó
la comunicación: «Futuro de la publicación cientí ca y su medida en la era web»,
indicando que las iniciativas de acceso abierto están ampliando la importancia
de la web considerada la principal herramienta de comunicación cientí ca, ya
que permite el acceso inmediato a los artículos de calidad que han sido revisados
por pares. Considera el ponente que la evaluación por pares seguirá siendo la
principal característica de las revistas cientí cas y no se puede perder, aunque
otros sistemas abiertos pueden proporcionar valor añadido a la evaluación. Indi-
ca que la publicación electrónica informal y no reglada adquirirá cada vez más
importancia, aunque nunca suplantará a las revistas cientí cas.
En relación con lo anterior, y según una normativa europea, los resultados
de los proyectos nanciados por la Unión Europea (Programas Marco) tienen
que ser depositados en un repositorio de acceso abierto. Por tanto, para su eva-
luación, aparte de indicadores bibliométricos se pueden utilizar también los we-
bométricos como el cómputo de las visitas, distribuidas geográ camente, por
ejemplo, y de las descargas considerando los documentos más volcados.
Como indicador de evaluación propone sustituir el Factor de Impacto de la
revista (citas esperadas) por el número total de citas recibidas por el artículo. En
los trabajos de autoría múltiple propone hacer conteo fraccionado para cada au-
tor individual. Sugiere también que para evaluar la excelencia (indicadores de
excelencia) se exija que el artículo esté entre el 10 % de artículos más citados,
incluso entre el 1 % en algunos casos, y para medir la diversidad (nuevos indi-
cadores de diversidad), recomienda medir el conjunto de actividades llevadas a
cabo por el investigador.
Dado que la Web of Science es muy costosa, y tiene muchos sesgos y limi-
taciones, para medir impacto y la visibilidad han surgido nuevas herramientas,
como los motores de búsqueda Google y Yahoo, y las bases de datos Google
Scholar Citations, Microsoft Academic Search, etc.
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Noticias
El ponente prevé la desaparición de la edición en papel de las revistas, por
su alto costo, y sugiere que se incorporen a la versión electrónica de las mismas
nuevos servicios de valor añadido, propios del entorno web, así como las ver-
siones en idioma local e inglés.
A pesar de que la web es el futuro, la mayoría de los profesores e investiga-
dores españoles no tienen página personal propia, y las universidades y centros
de investigación españoles no incluyen la página web en sus planes estratégicos.
Por último, presentó un ranking web de universidades del mundo donde las
primeras de la lista son norteamericanas.
A continuación, Alonso Rodríguez Navarro, de la Universidad Politécnica de
Madrid, se centró en la ponencia: «Evaluación con los índices Z y X de los traba-
jos muy citados». Mantiene que para lo que podíamos llamar «ciencia normal»
España ofrece buenos indicadores, comparables con los de otros países desarro-
llados. No es así para la «ciencia revolucionaria» o «de excelencia», que es mucho
más importante y que, según el ponente, habría que medirla por el número de
premios Nobel recibidos.
Si bien la ciencia revolucionaria no puede existir sin ciencia normal, ésta se
puede mantener inde nidamente sin que de lugar a importantes descubrimientos.
Hay que empezar a valorar a los cientí cos contabilizando sus trabajos que estén
entre el 50 % y el 10 % de los más citados. Algunos propugnan que estén entre
el 1 % de los más citados. Thomson predice con anticipación los futuros premios
Nobel por los trabajos revolucionarios de excelencia cientí ca que publican a lo
largo de su carrera, que son, precisamente, los que tienen mayor impacto y re-
ciben el número más alto de citas durante muchos años.
El ponente presentó los índices X y Z calculados para medir la excelencia en
función del número de trabajos nacionales y el número de trabajos que están
entre el 1 % más citado. Estos índices se correlacionan, en general, con el núme-
ro de premios Nobel concedidos. En los ejemplos que puso, EE.UU., Suiza, Rei-
no Unido, Alemania, Canadá e Italia, tienen altos y positivos los índices X y Z,
mientras que España, China, Brasil y Corea, los tienen negativos. En cuanto a las
instituciones, el Massachusetts Institute of Technology y las Universidades de
Stanford, y Oxford y Cambridge, son las que tienen los índices X y Z más altos
y ocupan los primeros lugares. En España, la Universidad de Barcelona presenta
unos índices muy bajos y la Universidad Complutense de Madrid los tiene nega-
tivos.
Para nalizar la jornada, se constituyó una mesa redonda con todos los po-
nentes, presidida por Victoria Ley, que hizo un resumen del día e invitó a los
asistentes a un debate abierto sobre lo tratado.
En el debate se constató que las agencias de evaluación utilizan los mismos
indicadores para valorar todas las disciplinas, y el personal sometido a evaluación
se adapta a lo establecido por las agencias, aunque le perjudique (caso de la
utilización de las bases de datos ISI de Thomson para evaluar humanidades, so-
ciales o informática). Se a rmó que siempre se considera imprescindible la eva-
luación por pares, pero es muy costosa y lenta. Los evaluadores de las agencias
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Noticias
no tienen tiempo para leer todos los artículos de los investigadores, por lo que
hay que con ar en otros indicadores. En este sentido se constató la di cultad de
evaluar los temas multidisciplinares, ya que es preciso disponer de expertos en
varias materias. Por otra parte, se resaltó que, en general, se deberían agilizar los
procedimientos de evaluación en la ANEP, ya que actualmente resultan muy te-
diosos.
Se anunció que Thomson va a lanzar el «Book Citation Index», sólo para co-
lecciones en serie de libros y monografías, de ciencias, humanidades y sociales,
que se unirá a la Web of Science. Aumentarán así tanto la visibilidad de los tra-
bajos de investigación en humanidades y sociales, que se publican habitualmen-
te como libros, como la posibilidad de obtener citas.
Se precisó que si en España no hay premios Nobel recientes es porque no
se acometen trabajos de alto nivel de excelencia, y esto es así por falta de tiem-
po, entre otras razones, ya que los investigadores se ven presionados por la Ad-
ministración para publicar la mayor cantidad posible de trabajos aunque sean de
menor nivel, para obtener nanciación. Además, para conseguir el Nobel es ne-
cesario partir de una base importante de muy buenos cientí cos en el país y
promocionar decididamente a los que se supone pueden llegar a alcanzar el
premio. Además, habría que hacer lobby en la Academia de Ciencias sueca.
Se sugirió la conveniencia de disponer anualmente y de una manera sistemá-
tica de datos o ciales de resultados de las investigaciones en España, lo más
consensuados y ables posible, y que fueran comparables entre todos los orga-
nismos implicados.
Enlaces de interés mencionados durante las sesiones:
http://www.isiwebofknowledge.com/
http://www.scopus.com/
http://scholar.google.com/
http://www.eigenfactor.org/
http://www.scimagojr.com/
http://www.oepm.es/
http://ep.espacenet.com/
http://science.thomsonreuters.com/nobel/
http://www.webometrics.info/
http://academic.research.microsoft.com/
Rosa Sancho y Ramón B. Rodríguez
Departamento de Publicaciones (CSIC)
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LIBER-2011.
Mesa redonda: Distribución digital académica:
cómo dar visibilidad a los libros académicos
Dentro de las actividades programadas en la Feria LIBER-2011, el día 5 de
octubre de 2011 se celebró una mesa redonda con el título indicado, moderada
por Miguel Ángel Puig, director del Departamento de Publicaciones del CSIC.
Participaron: Victoire Chevalier, directora de e-Libro en España; Ramón B. Rodrí-
guez , responsable de Edición Electrónica del Departamento de Publicaciones del
CSIC; Pedro Rújula, director de Publicaciones de Prensas Universitarias de Zara-
goza y responsable del Área de Nuevas Tecnologías de la Unión de Editoriales
Universitarias Españolas (UNE); y Álvaro Tébar , director general de Libromares.
El moderador indicó que el formato de la mesa sería dinámico y participativo
desde el principio, por lo que se prescindió de las presentaciones previas a las
discusiones. De esta manera, la reunión transcurrió muy activamente con un
continuo cambio de impresiones entre los participantes, para terminar con un co-
loquio entre el público asistente.
Comenzó el moderador centrando el tema en el momento actual en que se
está produciendo el cambio del libro tradicional al electrónico, lo que coincide
también con la crisis económica. El libro electrónico supone una transformación
radical en la práctica de lectura, al tener que cambiar a un nuevo dispositivo
lector, no siempre bien aceptado. La pregunta que surge es. ¿ se puede transfor-
mar el libro académico en electrónico? ¿Puede haber interacción entre el libro
electrónico y el alumno, acostumbrado a transportar los manuales de estudio bajo
el brazo, estudiar solo unos determinados capítulos saltándose otros, anotar en
los bordes de la página, subrayar frases, etc.?
No hay duda de que para habituarse al nuevo formato de lectura es necesa-
rio un período de adaptación que ayude a vencer los obstáculos técnicos y psi-
cológicos. Aunque, como se ha dicho, el libro impreso tiene un gran impacto en
la formación y hábitos de estudio de los universitarios, se prevé que en un tiem-
po corto los estudiantes empezarán a utilizar para sus estudios pequeños lectores
electrónicos, donde se puede almacenar un gran volumen de contenido y, por
tanto, con una considerable diferencia de precio frente al coste de ese mismo
contenido en papel. Pero esto, sin dejar de lado los libros tradicionales.
De manera que, actualmente, las dos tendencias que se aprecian, una que se
inclina hacia el impreso en papel y otra a la versión electrónica, son complemen-
tarias. La presencia del libro electrónico no supone la decadencia ni la desapa-
rición del libro tradicional.
Se indicó que en las revistas electrónicas del CSIC, los artículos sueltos son
accesibles gratis (como consecuencia de la Declaración de Berlín sobre el Open
Access), y se tiene en proyecto iniciar la venta a muy bajo precio de los números
184

Noticias
completos de las revistas, en formato electrónico (e-book) e impresión bajo de-
manda. De la misma manera, pronto será posible comprar libros completos im-
presos en papel, por medio de la impresión bajo demanda de cualquiera de los
libros editados por el CSIC en formato electrónico. Igualmente, se podrán adqui-
rir capítulos sueltos de libros, según el interés del usuario.
Acerca de la piratería de los libros electrónicos, se consideró que en la edi-
ción digital habría que imponer sistemas de protección, pero se aseguró que, aún
siendo importante, habría que averiguar que cantidad de ventas impide, porque
quizá no sean tantas.
También se señaló que el libro electrónico está penalizado a efectos scales
en 14 puntos más que el impreso. El IVA para los libros electrónicos es el 18 %
de su coste y para los impresos el 4 %. Se trata de una normativa europea que
habría que cambiar, porque es bastante injusta.
Sobre la sostenibilidad de las editoriales académicas y las políticas de precios,
se puso el ejemplo del CSIC, donde el precio de la versión digital representa sólo
un 20 % del precio del libro impreso. ¿Se debe subir el precio del libro electró-
nico como indicador de calidad? ¿Es sostenible poner precios muy baratos a la
versión digital? La respuesta es sí a la segunda pregunta, ya que los precios
de maquetación no varían entre el libro electrónico y el digital, y los precios de
distribución de un libro digital son mucho más bajos que los del libro en papel.
Si coexisten el libro impreso y el digital, el impreso asume los costes del forma-
to electrónico, por lo que a éste se le puede aplicar un precio muy barato.
Teniendo en cuenta el almacenamiento de los libros impresos, que es muy
costoso, cuando coexistan ambos, el impreso y el digital, se pueden evitar los
gastos del almacenamiento de papel acudiendo a la impresión del digital bajo
demanda. Si el libro es sólo electrónico, el planteamiento puede ser distinto. Por
tanto, para ahorrar costes habría que disminuir la tirada en papel a medida que
lo electrónico adquiere más interés, o limitarse a la impresión bajo demanda.
Se indicó que, hasta ahora, los retornos por las ventas de los libros electró-
nicos son mínimos, puede ser por la crisis o por la falta de práctica de los usua-
rios. ¿Existe mercado real del libro electrónico, o es una fantasía? Se aseguró que
cuando los grandes grupos (Amazon Google, etc.) abran al público los libros
electrónicos, se verá cual es realmente la incidencia de compra.
Se destacó en el hecho de que con la edición electrónica disminuye la visi-
bilidad del libro, que deja de estar expuesto en un escaparate de una librería y,
por tanto, al no darse a conocer fácilmente su posibilidad de venta será mínima.
Esto hay que tenerlo en cuenta a la hora de promocionar los libros electrónicos.
Sin embargo, se prevé que la visibilidad de los libros electrónicos aumentará con
una mayor utilización de las plataformas electrónicas. Desde dichas plataformas
se exportan cada vez más libros a América Latina y, sobre todo, a EEUU, lo que
garantiza que se está alcanzando una visibilidad aceptable.
Aunque el libro electrónico no se expone en una libraría tradicional, la visi-
bilidad y, por tanto, la posible opción de compra se mejora poco a poco con el
tiempo. En la plataforma de libros-CSIC, con 180 títulos, se han contabilizado
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70.000 visitas desde abril de 2010, y entre las 36 revistas-CSIC, se han realizado
12 millones de descargas de artículos desde 2007.
Durante el coloquio se puso de mani esto que en Estados Unidos el libro
digital es más caro que en Europa. La pregunta que surge es: ¿Según esto, las
universidades americanas deben recibir gratis los artículos de las revistas y libros
del CSIC? La respuesta es sí, por la decisión política de adhesión a la Declaración
de Berlín que impone el Open Access, para distribuir gratis la cultura y la cien-
cia en todo el mundo. También se destacó la enorme brecha que se detecta
entre los países, así, se comenta que algunas universidades de reciente creación
en ciertos países latinoamericanos, no tienen tecnología su ciente para editar
libros en formato electrónico, lo que se puede aprovechar para introducir la pro-
ducción en español.
Se lanzó la idea de que el libro electrónico debe tener un diseño y unas ca-
racterísticas similares al impreso, pero el hecho de ser idéntico no tiene sentido,
ya que la electrónica ofrece herramientas que no se están utilizando y que le
pueden dar al libro un importante valor añadido (vídeos, interacción, etc.), por
lo que el libro tradicional no debe ser trasladado tal cual al formato electrónico.
Se comentó que esa idea puede ser conveniente cuando se trate de nueva
producción, pero no sería aceptable cuando se aplica al formato electrónico de
libros históricos, por ejemplo, que tienen un gran valor y, por tanto, hay que
reproducirlos de manera idéntica a como se imprimieron en su día.
Rosa Sancho
Departamento de Publicaciones (CSIC)
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Rev. Esp. Doc. Cient., 35, 1, enero-marzo, 175-189, 2012. ISSN: 0210-0614

Revista Española de Documentación Cientí ca,
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ISSN: 0210-0614
Revista «EDUCACIÓN Y BIBLIOTECA»:
Fin de 22 años de amor
Podría decirse que la historia de la revista Educación y Biblioteca es una his-
toria de amor a las bibliotecas públicas y a las bibliotecas escolares, a los libros,
a la enseñanza, a la cultura, a la lectura, a la escuela, a la literatura infantil y
juvenil, a la libertad, al compromiso… una historia duradera que se desarrolló
entre dos fechas:
Mayo de 1989
Francisco Javier Bernal, Fundador y Director, en el número 1, de «Educación
y Biblioteca, como publicación especializada en libros y otros recursos educativos,
se ocupará de ellos de forma sistemática (con exhaustividad y rigor) y regular-
mente, con objeto de asegurar su difusión y accesibilidad, llenando ese espacio
que no atienden adecuadamente las publicaciones del sector»
Mayo de 2011
Marta Martínez Valencia, Directora de Educación y Biblioteca en su último
numero, 183, «No hay un sinfín de razones, hay una sinrazón: en el contexto de
la crisis económica, nuestro proyecto, mantenido con tesón desde 1989, actual-
mente es insostenible. Es el barco el que se queda varado, sin combustible y sin
viento favorable»
La historia de Educación y Biblioteca se con gura a través de sus directores:
Francisco J. Bernal desde su inicio hasta 1992, Ramón Salaberria hasta 1996, año
en que también asumieron el papel de director Benjamin Cabaleiro y Javier Pérez
Iglesias que lo fue hasta 2001, Maria Antonia Ontoria le tomó el relevo hasta
2003. Desde esa fecha hasta 2011, la dirección ha corrido a cargo de Marta Mar-
tínez Valencia.
Estos capitanes del barco siempre han estado acompañados por docentes
universitarios y estudiantes, maestros y profesores de Educación Secundaria, es-
critores y bibliotecarios que han contribuido desde sus páginas a llevar adelante
una revista cercana con unas secciones y dossieres que se han convertido en
fuente de referencia clara dentro de nuestra profesión.
Bibliotecas de prisiones, Ética profesional, Bibliotecas para gays y lesbianas,
Compromiso social, Autoedición, Bibliotecas y web social, ALFIN, Accesibilidad
web, Biblioteca y Municipio, Bibliotecas más allá del equipamiento estable, In-
clusión digital, Bibliotecas en tiempos de crisis, María Moliner, Teresa Andrés,
187

Noticias
Bibliotecas de las Misiones Pedagógicas… son ejemplos de dossieres que han
ilusionado a muchos bibliotecarios y bibliotecarias de nuestro país y que les han
convencido de que su trabajo signi ca, sobre todo, un compromiso hacia los
miembros de su comunidad.
Marta Martínez Valencia, última Directora de la publicación, contesta algunas
preguntas:
P.: Su labor al frente de la Revista ha sido un acto de amor: ¿Qué sentimiento
alberga ante su cierre?
R.: Estos once años que he estado en la revista han sido, sin duda, los más im-
portantes de mi trayectoria profesional, pues me han permitido conocer a un
gran número de amigos y colaboradores que hoy me llevo en la mochila. Por
eso ante el adiós, sobre todo albergo un sentimiento de pena por saber que
con la revista se ha ido ese punto central de encuentro entre ellos y yo, sin
embargo me han hecho saber que seguirán estando por aquí y que cuento
con ellos.
P.: Tras esta auténtica dedicación, ¿Cree que existe alguna luz, se ve algo después
del túnel?
R.: Respecto a la revista, tal y como ésta ha sido hasta su número 183, es muy
difícil que vuelva a ver la luz... El panorama cultural, y más especí camente
el editorial, todos sabemos como están y la revista llevaba siendo un produc-
to de citario desde hace ya varios años... Se necesita dinero para refundarla
y mantenerla y ¿quién es el primero en poner el cascabel al gato? Desde aquí
lanzo el dardo y si alguien estuviera interesado sabe que puede contar con-
migo...
P.: Ante aquella pregunta formulada en la Revista: ¿Quién teme a las bibliotecas?,
¿Qué contestaría hoy?
R.: Yo creo que hoy más que nunca los que deberían temer a las bibliotecas son
los mercados… Me explico, las bibliotecas son entes democráticos por exce-
lencia y si luchan con tesón para convertirse en servicios públicos de primer
orden, a pesar de los recortes, pueden ser ese acicate que despierte a la so-
ciedad frente a los esquemas manipulados que nos vende hoy el sistema...
Ya tenemos el 15M y todas sus rami caciones mundiales... Esto signi ca mo-
vimiento social y en ese movimiento social la biblioteca puede tener un papel
protagonista... Sigo creyendo en las utopías!
P.: Dadas las actuales convulsiones socioeconómicas: ¿Hacia donde deriva el mun-
do bibliotecario en nuestro entorno educativo?
R.: Las bibliotecas de todo tipo ya están sufriendo importantes recortes, con lo
que ello supone en el sistema educativo, y creo que esa tendencia desgracia-
damente va a mantenerse. Es sumamente difícil, si no contamos con unos
políticos que asuman la lectura y el aprendizaje continúo de la población
como una inversión segura, que la biblioteca pueda dar un servicio público
de calidad con las garras económicas acechando continuamente desde arri-
ba...  Es misión del bibliotecario cargar de signi cado social su trabajo para
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Rev. Esp. Doc. Cient., 35, 1, enero-marzo, 175-189, 2012. ISSN: 0210-0614

Noticias
que la sociedad la apoye sin suras y la considere necesaria en la difícil tesi-
tura actual…
José Antonio Merlo, profesor de la Universidad de Salamanca y colaborador
habitual de esta singular y extinta «isla de papel en un mar digital» ha escrito
sobre la revista: Educación y Biblioteca ha sido testimonio del paso a la madurez
de nuestra profesión, aliada de las causas bibliotecarias, divulgadora de los temas
que nos preocupan, guía de lectores y animadores de la lectura, puente entre
educadores y bibliotecarios, portavoz de las bibliotecas que sólo en esta revista
tenían su hueco. basta realizar un repaso a los artículos publicados en Educación
y biblioteca para darse cuenta de que la revista representa la historia de las bi-
bliotecas de nuestro país.
El 16 de noviembre de 2011, dos profesores de la Escuela de Biblioteconomía
de la Universidad Complutense, Inmaculada Vellosillo y Pedro López, organizaron
un emotivo homenaje a la publicación en el que participaron varios de sus di-
rectores y algún que otro colaborador habitual del medio. Durante el mismo se
hizo patente el interés de mantener de algún modo vivo el espíritu de la revista
y surgieron varias iniciativas: su continuidad futura sólo en formato digital y el
deseo de realizar cada dos años unas Jornadas con el nombre de la revista y en
las que se traten temas «típicos» de su línea editorial (centrados en la perspectiva
más social del trabajo de los profesionales de la información)
Desde el repositorio documental Gredos, de la Universidad de Salamanca
(http://gredos.usal.es/jspui/handle/10366/102624), están disponibles, en acceso
abierto y en formato digital, todos y cada uno de los 183 números de la revista.
Ángela Sorli
IEDCYT-CCHS-CSIC
Rev. Esp. Doc. Cient., 35, 1, enero-marzo, 175-189, 2012. ISSN: 0210-0614
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Revista Española de Documentación Cientí ca,
35, 1, enero-marzo, 191-194, 2012
ISSN: 0210-0614. doi
CRÍTICA DE LIBROS / BOOK REVIEWS
Gutenberg 2.0: la revolución de los libros electrónicos
José Antonio Cordón García, Raquel Gómez Díaz y Julio Alonso Arévalo
Gijón, Trea, 2011. 286 pp. (Biblioteconomía y Administración cultural; 229)
ISBN: 978-84-9704-552-0
La irrupción de las nuevas tecnologías en el campo de las revistas electróni-
cas ha sido tan contundente que hoy no podemos imaginar prescindir de grandes
portales suministradores de contenidos como Ebsco o ScienceDirect en las bi-
bliotecas de las universidades y grandes centros de investigación. Un camino
similar parece darse en el caso de las obras técnicas y de referencia. Se trata de
un proceso que se encuentra perfectamente integrado en las instituciones y al
que nos hemos habituado con mayor o menor naturalidad, y esto es porque el
mundo académico dio hace varios años el salto digital.
Ahora bien, ¿qué ha ocurrido con las monografías o con las revistas de divul-
gación? Estas siguen publicándose fundamentalmente en papel y basta con acer-
carse a una librería o a un kiosco para conseguir un ejemplar. La rápida difusión
en nuestros días de aparatos lectores de tinta electrónica y, más recientemente,
de las tabletas, ha provocado sin embargo una auténtica «explosión» del libro
digital en ámbitos editoriales populares hasta ahora dirigidos al consumo privado
particular, como el de la literatura de cción. Pues bien, describir las caracterís-
ticas de esta «revolución del libro electrónico» es el objetivo que se han propues-
to los autores del libro Gutenberg 2.0. No se trata de un terreno desconocido
para ellos: desde la Universidad de Salamanca, bajo el paraguas del grupo de
investigación e-Lectra, del Instituto de Estudios de la Ciencia y la Tecnología o
del repositorio e-LIS (ePrints in Library and Information Science) ya habían rea-
lizado conjuntamente un nutrido número de trabajos previos sobre el panorama
del libro electrónico.
En este publicado por Trea —que no cuenta con versión electrónica— se ha
tratado de dar cabida a todos los aspectos que abarca la transformación digital en
nuestros días, y así el libro se articula en torno a seis grandes ámbitos: 1) polí-
ticas editoriales; 2) cambios en el sistema editorial; 3) historia del libro electró-
nico y de sus dispositivos; 4) el mercado del libro electrónico; 5) el libro elec-
trónico en la biblioteca y 6) el libro electrónico e internet. El lector podrá estar
interesado más en un capítulo o en otro, pero lo cierto es que todos están inter-
conectados entre sí. Como señalan los autores en la página 21, «la cultura está
convirtiéndose en un ámbito cada vez más de nido comercialmente» y esta trans-
191

Crítica de libros
formación provoca que el libro, entendido como parte de la industria cultural,
entre en concurrencia con otras formas de ocio, mientras que el libro entendido
como soporte de una información sea convertido en un formato digital e inte-
grado en bases de datos.
Las implicaciones que suponen estas consideraciones acerca del libro no son
únicamente técnicas. Siempre han existido ambas facetas, la del libro como so-
porte de conocimientos y la del libro como entretenimiento, pero con el libro
digital parecen estarse distanciando hasta ser casi separadas. El libro electrónico
puede originar un modelo de negocio complementario al del libro en papel, si-
milar al ya existente en bibliotecas universitarias, en el que las editoriales se
conviertan en suministradoras de servicios a los que se acceda mediante suscrip-
ción o alquiler (como ya parece anticipar el servicio de libros en la nube). Del
mismo modo, frente a la lectura lineal del texto impreso, la lectura en soporte
electrónico es fragmentaria y presenta nuevas estructuras de organizar e indizar
la información con relación a las pautas bibliográ cas y paratextuales habituales,
lo que quizá derive en una capacidad lectora menos intensiva y re exiva, pero
más asociativa y multimedia; en palabras de Denis Zwirn, presidente del portal
francés Numilog, <http://www.numilog.com/>, las nuevas tecnologías (tabletas,
pdas, smartphones) «podrían convertirse en un modo natural de acceso a la lec-
tura para toda una generación» (p. 117).
Gutenberg 2.0, con todo, no es un libro de re exiones, sino un libro de he-
chos, en el que se repasan con cifras, grá cos y ejemplos los datos objetivos
relativos al libro electrónico hoy. Estos datos muestran, según los ISBN inscritos
y los informes de hábitos de lectura y compra de libros del Ministerio de Cultu-
ra, que en 2009-2010 se ha dado en España un salto signi cativo de ebooks por
cifra de volumen de negocio, el cual previsiblemente aumentará en los siguientes
años. La llegada de las tabletas, especialmente del iPad de Apple, y de otros
agentes, como Amazon España (aterrizado el 14 de septiembre de 2011), favore-
cerá esta expansión, que ha forzado a los editores a digitalizar su catálogo más
rápidamente y en mayor número. Por su parte, Google, con la creación de «Go-
ogle eBooks» en diciembre de 2010, ha irrumpido en el mercado como un dis-
tribuidor de libros electrónicos capaz de almacenar los libros pagados por los
lectores en repositorios personales «en la nube» (lo que en cierto modo no deja
de ser otra de las grandes estrategias de lo sociedad de la información que in-
dicábamos arriba: pagar para poder acceder a la información cuando se requie-
ra, sin necesidad de poseerla en un soporte físico).
La trayectoria de Amazon (p. 110), con la compra de Mobipocket en 2005 y
la posterior venta del lector Kindle en 2007, la de Google (pp. 176-186) o la de
Proyecto Gutenberg (pp. 107-109) son también expuestas en el libro, así como
otros aspectos más puramente técnicos, como el proceso que permite la lectura
en los aparatos lectores de tinta electrónica, los formatos más extendidos (ePub,
pdf, mobi) y las herramientas disponibles para su conversión en uno o en otro,
los sitemas de ventas, las características de los dispositivos de lectura y tabletas
en el mercado (pp. 147-157), etcétera.
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Rev. Esp. Doc. Cient., 35, 1, enero-marzo, 191-194, 2012. ISSN: 0210-0614

Crítica de libros
Si el capítulo «El libro electrónico en la biblioteca» analiza los modos de ad-
quisición, suscripción, gestión de colecciones y tipos de préstamo del libro elec-
trónico (con los ejemplos de NetLibrary, Questia y Ebrary: venta título a título,
suscripción individual o cobro por uso, respectivamente), el sexto, sobre «El libro
electrónico e internet», contiene de forma esquemática las direcciones de páginas
electrónicas sobre ebooks: los blogs sobre libro electrónico, las bibliotecas digi-
tales más relevantes (Proyecto Gutenberg, Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes,
Biblioteca Digital Hispánica, bibliotecas digitales de las Comunidades Autóno-
mas...), los portales de venta de libros (Todoebook, Leer-e, Leqtor, etc.), las redes
p2p de intercambio de cheros, las empresas que permiten publicar en la red,
digitalizan o distribuyen contenidos, etcétera.
Destaca la ausencia de información sobre el precedente de Libranda, el por-
tal «veintinueve.com», que cerró sus puertas al año de haber nacido (2001) por
haberse anticipado en una década al proceso que estamos viviendo ahora. Del
mismo modo, han de añadirse los portales de prensa «Orbyt» y «Kiosko y más»,
presentados pocos meses después de que fuera publicado este libro, que quizá
se conviertan en modelo de otros hub de editoriales: «La importancia del desa-
rrollo de la prensa en línea radica en que pre gura el desarrollo de los libros
electrónicos, porque contribuye a crear un escenario en el que lo digital va ocu-
pando parcelas que antes eran exclusivas de lo analógico» (p. 110). Si Orbyt
reúne un conjunto de periódicos y revistas dependientes de Unidad Editorial,
entre los que se encuentran El Mundo y Expansión; el segundo, donde se en-
cuentran las versiones digitales de El País, La Vanguardia o ABC, comprende los
grupos Prisa, Vocento, Zeta, RBA, Axel Springer, América Ibérica y G+J.
La atención prestada a las aparatos lectores, portales e informes del libro
contrasta con el menor interés hacia el producto en sí, el libro electrónico: solo
en las páginas nales (pp. 226-228) se mencionan con algo de detenimiento los
libros enriquecidos y las novelas colectivas, blognovelas, pero apenas se dan
ejemplos de esta ciberliteratura ni detalles sobre sus características. Tampoco se
da información sobre las empresas intermediarias digitalizadoras de contenidos
o creadoras de libros enriquecidos para las editoriales.
El estar escrito por tres autores de manera colaborativa y tratar además tantos
temas provoca que en ocasiones ciertas informaciones se repitan, como lo refe-
rido a Proyecto Gutenberg (p. 107/ p. 185); en otros casos, quedan desligadas,
cuando quizá podrían haber ido juntas (por ejemplo, al analizar el libro electró-
nico en Japón, las informaciones económicas referidas al volumen de mercado
aparecen en las pp. 187-189, mientras que las prácticas de lectura con móvil, muy
potenciadas por empresas niponas, se señalan en p. 224). En cualquier caso, esto
podría ser solucionado fácilmente mediante referencias internas o la inclusión de
un índice analítico de contenidos.
Podemos concluir que Gutenberg 2.0 es un manual de todos los aspectos
relacionados con el libro electrónico en nuestros días, pues abarca desde la cues-
tión de los derechos de autor en la era virtual hasta la descripción de los últimos
aparatos lectores disponibles en el mercado. Se centra en la situación en España,
Rev. Esp. Doc. Cient., 35, 1, enero-marzo, 191-194, 2012. ISSN: 0210-0614
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Crítica de libros
pero incluye también noticias sobre el desarrollo en otros países, fundamental-
mente anglosajones. El libro sistematiza así una gran cantidad de informaciones
en un panorama comprensible y detallado. Nos encontramos sin embargo en una
etapa transitoria del libro electrónico en la que todavía este no ha adaptado su
forma de nitiva, por lo que este panorama puede mudar rápidamente. Sin duda
se han producido grandes adelantos técnicos que permiten a rmar que el libro
electrónico es ya una realidad, pero se han realizado tantos cambios en tan poco
tiempo y existe tanta diversidad de propuestas, que, probablemente, nuevos cam-
bios estén por venir. La profusión de contenidos, los avances técnicos de los
dispositivos, la consolidación de uno o varios formatos estándares y las condi-
ciones de venta (precios, derechos) determinarán el asentamiento del libro elec-
trónico como una realidad paralela o concurrente al libro impreso.
Luis Pablo Núñez
Grupo LEETHI (Literaturas españolas y europeas: del texto al hipertexto)
Universidad Complutense de Madrid
Campus de Excelencia Internacional Moncloa (CEI UCM-UPM)
lpnunez@ lol.ucm.es
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Rev. Esp. Doc. Cient., 35, 1, enero-marzo, 191-194, 2012. ISSN: 0210-0614

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